¿Qué es la información privilegiada? La mala experiencia de Gordon Gekko
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CaixaBank
16 Noviembre, 2017
La película Wall Street (Oliver Stone, 1987) contribuyó a crear un estereotipo de ejecutivo de bolsa similar a un tiburón. Se dice que Stone se inspiró en una persona real para crear el personaje. El problema era que, por su ambición desmedida, Gordon Gekko, interpretado en la cinta por Michael Douglas, no soportaba jugar con el resto de inversores asumiendo las mismas reglas. Gekko quería ir más allá para ganar más.
El joven ambicioso
En esas cuestiones andaba el Sr. Gekko, cuando un joven recién llegado a la vorágine de Wall Street, Bud Fox (Charlie Seen), se empeña en conocer a Gekko, al que admira como un ídolo. Digna de mención es la sucesión de estrategias que Fox pone en práctica para llegar a su objetivo: cinco minutos a solas con la persona que es su ejemplo a seguir. Y lo consigue. Pero lo que Fox propone no es del agrado del gran señor, que presiona al muchacho para que le traiga algo verdaderamente suculento: un gran plato servido en su punto para él, y solo para él, algo que nadie más sepa y le permita realizar una operación que le reporte beneficios elevados. “No me importa de dónde saques la información”, le espeta por teléfono al joven bróker.
Cruzar la línea
Fox, obnubilado por la posición que Gekko le otorga, y para poder mantener un ritmo de vida que le ha absorbido, cruza la línea. El padre de Fox es representante sindical en BlueStar Airlines, una línea aérea con muchos problemas tras un accidente años atrás. Lo que nadie sabe, y que el padre cuenta a su hijo, es que las autoridades van a levantar las sanciones a la empresa, y que pronto tendrá grandes posibilidades. Fox hace uso de esa información privilegiada y se la proporciona a Gekko. Según Wikipedia, la información privilegiada (en inglés: insider trading) es la cotización de acciones de una empresa pública u otros valores (como bonos u opciones financieras) por personas con acceso a información no pública sobre la misma. El Tribunal Supremo de nuestro país ya ha ratificado condenas a este respecto para “preservar la integridad de los mercados de valores y garantizar la igualdad de condiciones de los potenciales inversores” (recurso número 5244/2014. Ponente señor Bandrés Sánchez-Cruzat).
Una mala idea
Bud Fox se dejó llevar por la ambición y, además de hacer uso de información privilegiada, puso en peligro la propia empresa, ya que la intención de Gekko era realmente comprar para luego vender por partes la aerolínea. Fox logró arreglar su propio error manipulando el mercado de valores, haciendo que las acciones de BluStar bajasen artificialmente propagando rumores falsos y así poder favorecer a otro comprador que sería más benévolo con el trabajo de toda la vida de su padre. En definitiva, de mal en peor. <spoiler> El final de la película acaba con Gekko y Fox en la cárcel. “El dinero nunca duerme” es una de las frases que este trabajo de Oliver Stone dejó para el recuerdo. En un mundo globalizado, las transacciones económicas se realizan durante las 24 horas, ya que siempre hay algún mercado abierto en algún lugar del planeta a cualquier hora. Lo realmente importante, la gran lección que se debe sacar de Wall Street, es que la ambición desmedida no es buena consejera, y que el fin no justifica los medios si no quieres acabar durmiendo en la cárcel. Las reglas son para todos, y la ley protege a los inversores que realizan su trabajo con profesionalidad. Otro de los personajes de la película, Lou Mannheim, que trabaja con Bud Fox en su primer empleo, dice al comienzo de la película: “a veces lleva tiempo lograr buenos resultados”. Lamentablemente, Fox no hizo caso, y se aprovechó de una información privilegiada que su padre le confió, para ponerse en ventaja sobre el resto de inversores que operaban en el mercado de valores. Algo que pagó, igual que pasa en el mundo real.
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