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CaixaBank
10 Abril, 2020
Ha llegado el momento de volver a viajar y muchos lo haremos al volante, pero los navegadores nos conducen a todos por las mismas rutas, dejando de pasar por multitud de pueblos.
Las Rutas para Perderse te proponen desviarte un poco en algunos de los trayectos más habituales para descubrir lugares únicos donde merece la pena parar.
Lugares que, gracias a la red de oficinas más extensa del país, en CaixaBank conocemos bien. Nosotros ya estamos y te invitamos a venir.
Disfruta de esta ruta por Mallorca que te lleva de Palma a Manacor, con una duración total de 1 h 25 min de trayecto en coche.
Tras apenas media hora al volante desde Palma, el primer desvío nos conduce a Costitx: una de las localidades más pequeñas y tranquilas de la isla, con alrededor de 1.200 habitantes.
Una vez allí, ya desde el coche podrás divisar las columnas de Son Corró, a escasos 100 metros de la carretera.
El yacimiento de Son Corró fue un santuario de la época postalayótica, última etapa prehistórica de la isla antes de la conquista romana en el 123 a. C. Los restos arqueológicos corresponden al ábside (la sala del altar) y la columnata de un templo.
Junto a ellos encontraron tres cabezas de toro de bronce, por lo que se cree que rendía culto a alguna divinidad relacionada con la ganadería o la fertilidad. Lo cierto es que, entre sus pilares, resulta imposible no sentir una poderosa conexión con la tierra.
Seguimos nuestra ruta no más de un cuarto de hora hasta Lloret de Vistalegre, al que muchos de sus vecinos siguen llamando Llorito, su nombre hasta 1924.
En este pueblo encontrarás el centro geográfico de la isla. Señalando el punto exacto se alza un tótem de piedra.
De gran tradición agrícola, los molinos salpican el paisaje lloritano; algunos de ellos datan hasta del s. xvii.
No obstante, sus grandes dominadoras son las higueras. Por ello, el primer sábado de septiembre se celebra “Es Sequer”, un encuentro gastronómico que gira en torno a los higos: desde mermeladas hasta pizzas, pasando por deliciosos aperitivos y postres. Sin embargo, aunque no coincidas con esa fecha, no puedes perderte una torta de higos secos antes de volver al coche.
Alrededor de media hora nos separa de nuestra última parada. Ariany está situado en una zona llena de yacimientos prehistóricos, entre los que destaca la cueva de Sa Canova, un lugar de culto sepulcral de la sociedad pretalayótica.
Y una curiosa historia rodea a su iglesia…
Fue edificada originalmente en 1570 y dedicada a la Mare de Déu de les Neus (Nuestra Señora de las Nieves). Tras la guerra de sucesión, Felipe V nombró a Marc Antoni Cotoner, terrateniente de la zona, marqués de Ariany. El marqués, que residía habitualmente en Madrid, quiso obsequiar al pueblo con una nueva iglesia y mandó replicar la imagen de la virgen de la parroquia de Nuestra Señora de Atocha.
El templo actual se inauguró en 1818, aunque las obras del campanario no finalizaron hasta el año 1913. Podría decirse que es la hermana pequeña de la basílica madrileña.
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