Poco más de media hora nos separa de nuestra primera parada, un pueblo costero famoso por tener algunas de las mejores playas de Cantabria.
La Playa de los Locos, a los pies de un acantilado espectacular, es un lugar de peregrinación para los amantes del surf. Y es que el viento que la azota todo el año forma unas olas perfectas. Con su fina arena y sus limpias aguas azules, la única locura sería no acercarse a disfrutarla.
Muy cerca de esta playa se encuentra el Torco, antiguo recinto defensivo del siglo xvii instalado en la Punta del Dichoso, un monte desde el que admirar la zona. Un faro, en funcionamiento desde mediados del siglo xix, corona la escena.
Siguiendo esa carretera hasta la playa de Tagle podrás contemplar un paisaje típico de la terruca. Prado verde y vacas pastando junto a imponentes acantilados. De Tagle, una pequeña cala muy apreciada por los locales, sale un sendero hasta la Torre de San Telmo, del siglo xvi. Dicen que es la mejor ventana al Cantábrico.