> historia – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 Sal, pigmento púrpura o piedras: cuando el dinero no son solo monedas https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/objetos-usados-como-dinero/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/objetos-usados-como-dinero/#respond Mon, 06 Mar 2023 08:59:58 +0000 u0182631@lacaixa.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=61318

El uso de bienes a modo de dinero es un recurso que ha existido en la humanidad desde hace miles de años. Es lo que se denomina dinero mercancía, dinero real o retribución en especie.

Su uso se basa en el valor que se les atribuye, que facilita el intercambio por otros bienes o servicios: el objeto se convierte en moneda de uso habitual en las sociedades donde tiene valor.

En este post, recogemos 4 objetos curiosos que han sido utilizados como medio de intercambio antes de la aparición de las monedas y los billetes tal y como hoy los conocemos.

1- Los metales preciosos

Los metales preciosos, como el oro o la plata, han sido muy valorados desde las primeras civilizaciones. No eran metales fáciles de conseguir, ya que su disponibilidad limitada y proceso de extracción suponían importantes obstáculos.

Por ese motivo tenían mayor valor que otros metales y se empezaron a utilizar en el intercambio de bienes. Para establecer un estándar, el oro y la plata se fundieron con la forma de monedas: no solo ayudaba a su almacenamiento y transporte, sino que las monedas integraban una cantidad fija y conocida de metal, confiriéndoles un valor determinado.

El British Museum conserva la moneda más antigua, del siglo VIII a. C.: el León de Lidia o Elektrum. Se encontró en Turquía, tiene forma de almendra, su composición es una aleación con presencia de oro y plata y su peso es de 4 gramos.

2- La sal

Este compuesto químico tenía mucho valor en la Antigüedad y en la Edad Media. En el Antiguo Egipto se utilizaba para conservar alimentos y exportarlos. Tal era su utilidad y su demanda, que también servía para intercambiar la sal por otros productos que no existían en Egipto, como la madera de cedro, el cristal o el pigmento púrpura (del que hablaremos más adelante).

La sal también tuvo un papel fundamental en la Antigua Roma. El ejército era el encargado de custodiar los cargamentos de sal que provenían de Castrum Truentinum, en la costa adriática, en dirección a Roma. Esta ruta recibió el nombre de ‘Vía Salaria’ y los soldados que la guardaban recibían el pago de sus servicios en sal, de ahí el término “salario”. Esta sal se utilizaba como una moneda: los soldados podían ir a un mercado e intercambiarla por los bienes que necesitaran.

Pero egipcios y romanos no fueron los únicos en utilizar la sal como moneda, recientes estudios han confirmado que también los mayas lo hicieron.

3- El pigmento púrpura

El pigmento púrpura en la Antigüedad se obtenía de unos caracoles (murex brandaris, hoy extinguidos) muy frecuentes en el Mediterráneo oriental.

Los historiadores han documentado el uso del pigmento púrpura en la civilización minoica en el 1600 a. C., aunque los que popularizaron su uso fueron los fenicios, de ahí que se lo conozca como Púrpura de Tiro.

Los fenicios atribuían su descubrimiento al dios Melkart (el equivalente al Hércules romano) y rápidamente se empezó a utilizar para teñir telas, lo que otorgaba un signo de realeza y distinción. A este concepto de exclusividad y lujo contribuyó el proceso de obtención del pigmento.

Según recoge ABC, “se necesitaban al menos 12.000 murex para producir 1,4 gramos de tinta, que apenas alcanzaba para cubrir un cuarto de manga. Por este motivo, su precio era tan desorbitado, valorando aquella exquisitez por encima del oro”.

El pigmento llegó a ser tan valioso y demandado que se utilizó como moneda. Fue empleado en Roma para teñir las túnicas de los patricios, en Bizancio para designar el palacio donde debían nacer sus emperadores (Palacio de los Porfirogénetas, “los que nacen en el color púrpura”), y en la iglesia católica para colorear las vestimentas de los cardenales, por lo que su asociación con la distinción llega a nuestros días.

4- Piedras rai

Corría el año 1871 cuando el capitán David O’Keefe, de origen irlandés, naufragó en el océano Pacífico. Allí llegó a la orilla de la isla de Yap, donde convivió con los nativos. O’Keefe reparó en que utilizaban unas enormes piedras circulares a modo de moneda, las piedras rai, y les ofreció la ayuda de herramientas de hierro para trabajar la piedra caliza, de la que carecían los nativos.

Los yapeses otorgaban gran valor a este tipo de piedra, ya que no existía en su isla. Viajaban cientos de kilómetros en balsa para acceder a las islas Palao, donde comerciaban con los nativos intercambiando cuentas para collar de vidrio, cocos y copra a cambio de las piedras.

Al principio, las piedras rai eran pequeños guijarros. Los yapeses empezaron a demandar piezas más grandes y les dieron diferentes formas, como la de peces y ballenas, de manera que cuando O’Keefe llegó a Yap las piedras rai ya eran enormes monolitos con tallas en su superficie que contaban su historia (quienes han sido sus propietarios y por qué han pasado de unas manos a otras).

Tenían forma circular, con un agujero en su interior para introducir un palo y poder transportarlas. La llegada de O’Keefe produjo un curioso fenómeno: al contar con instrumentos de hierro y mejoras en la navegación, comenzaron a crearse cada vez más piedras rai en Yap, y ello generó inflación.

Esta curiosa historia se recoge en ‘Su Majestad de los Mares del Sur’, película de 1954 protagonizada por Burt Lancaster.

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El uso de bienes a modo de dinero es un recurso que ha existido en la humanidad desde hace miles de años. Es lo que se denomina dinero mercancía, dinero real o retribución en especie.

Su uso se basa en el valor que se les atribuye, que facilita el intercambio por otros bienes o servicios: el objeto se convierte en moneda de uso habitual en las sociedades donde tiene valor.

En este post, recogemos 4 objetos curiosos que han sido utilizados como medio de intercambio antes de la aparición de las monedas y los billetes tal y como hoy los conocemos.

1- Los metales preciosos

Los metales preciosos, como el oro o la plata, han sido muy valorados desde las primeras civilizaciones. No eran metales fáciles de conseguir, ya que su disponibilidad limitada y proceso de extracción suponían importantes obstáculos.

Por ese motivo tenían mayor valor que otros metales y se empezaron a utilizar en el intercambio de bienes. Para establecer un estándar, el oro y la plata se fundieron con la forma de monedas: no solo ayudaba a su almacenamiento y transporte, sino que las monedas integraban una cantidad fija y conocida de metal, confiriéndoles un valor determinado.

El British Museum conserva la moneda más antigua, del siglo VIII a. C.: el León de Lidia o Elektrum. Se encontró en Turquía, tiene forma de almendra, su composición es una aleación con presencia de oro y plata y su peso es de 4 gramos.

2- La sal

Este compuesto químico tenía mucho valor en la Antigüedad y en la Edad Media. En el Antiguo Egipto se utilizaba para conservar alimentos y exportarlos. Tal era su utilidad y su demanda, que también servía para intercambiar la sal por otros productos que no existían en Egipto, como la madera de cedro, el cristal o el pigmento púrpura (del que hablaremos más adelante).

La sal también tuvo un papel fundamental en la Antigua Roma. El ejército era el encargado de custodiar los cargamentos de sal que provenían de Castrum Truentinum, en la costa adriática, en dirección a Roma. Esta ruta recibió el nombre de ‘Vía Salaria’ y los soldados que la guardaban recibían el pago de sus servicios en sal, de ahí el término “salario”. Esta sal se utilizaba como una moneda: los soldados podían ir a un mercado e intercambiarla por los bienes que necesitaran.

Pero egipcios y romanos no fueron los únicos en utilizar la sal como moneda, recientes estudios han confirmado que también los mayas lo hicieron.

3- El pigmento púrpura

El pigmento púrpura en la Antigüedad se obtenía de unos caracoles (murex brandaris, hoy extinguidos) muy frecuentes en el Mediterráneo oriental.

Los historiadores han documentado el uso del pigmento púrpura en la civilización minoica en el 1600 a. C., aunque los que popularizaron su uso fueron los fenicios, de ahí que se lo conozca como Púrpura de Tiro.

Los fenicios atribuían su descubrimiento al dios Melkart (el equivalente al Hércules romano) y rápidamente se empezó a utilizar para teñir telas, lo que otorgaba un signo de realeza y distinción. A este concepto de exclusividad y lujo contribuyó el proceso de obtención del pigmento.

Según recoge ABC, “se necesitaban al menos 12.000 murex para producir 1,4 gramos de tinta, que apenas alcanzaba para cubrir un cuarto de manga. Por este motivo, su precio era tan desorbitado, valorando aquella exquisitez por encima del oro”.

El pigmento llegó a ser tan valioso y demandado que se utilizó como moneda. Fue empleado en Roma para teñir las túnicas de los patricios, en Bizancio para designar el palacio donde debían nacer sus emperadores (Palacio de los Porfirogénetas, “los que nacen en el color púrpura”), y en la iglesia católica para colorear las vestimentas de los cardenales, por lo que su asociación con la distinción llega a nuestros días.

4- Piedras rai

Corría el año 1871 cuando el capitán David O’Keefe, de origen irlandés, naufragó en el océano Pacífico. Allí llegó a la orilla de la isla de Yap, donde convivió con los nativos. O’Keefe reparó en que utilizaban unas enormes piedras circulares a modo de moneda, las piedras rai, y les ofreció la ayuda de herramientas de hierro para trabajar la piedra caliza, de la que carecían los nativos.

Los yapeses otorgaban gran valor a este tipo de piedra, ya que no existía en su isla. Viajaban cientos de kilómetros en balsa para acceder a las islas Palao, donde comerciaban con los nativos intercambiando cuentas para collar de vidrio, cocos y copra a cambio de las piedras.

Al principio, las piedras rai eran pequeños guijarros. Los yapeses empezaron a demandar piezas más grandes y les dieron diferentes formas, como la de peces y ballenas, de manera que cuando O’Keefe llegó a Yap las piedras rai ya eran enormes monolitos con tallas en su superficie que contaban su historia (quienes han sido sus propietarios y por qué han pasado de unas manos a otras).

Tenían forma circular, con un agujero en su interior para introducir un palo y poder transportarlas. La llegada de O’Keefe produjo un curioso fenómeno: al contar con instrumentos de hierro y mejoras en la navegación, comenzaron a crearse cada vez más piedras rai en Yap, y ello generó inflación.

Esta curiosa historia se recoge en ‘Su Majestad de los Mares del Sur’, película de 1954 protagonizada por Burt Lancaster.

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Un país en fiestas, el origen de las más populares https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/un-pais-en-fiestas-el-origen-de-las-mas-populares/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/un-pais-en-fiestas-el-origen-de-las-mas-populares/#respond Mon, 01 Apr 2019 17:13:07 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=30696

Te proponemos un viaje por algunas de las celebraciones más curiosas e interesantes de España.

Las hay milenarias y las hay centenarias. Las hay solemnes, las hay irreverentes y las hay pantagruélicas. Sin embargo, todas ellas tienen algo en común: mueven al unísono a miles de personas. Las fiestas populares en España son todo un arte que se cultiva, a lo largo de todo el año, tanto en grandes ciudades como en pueblos minúsculos. Se celebran todo tipo de motivos, desde los más pragmáticos hasta los más místicos.

Las procesiones que recorren Sevilla en Semana Santa o las fallas que arden cada año en Valencia se han convertido en rituales que congregan a multitudes cada año. Lo mismo ocurre con los Sanfermines o el Sant Joan de Menorca. Todas estas fiestas comenzaron en algún momento y han ido evolucionando hasta convertirse en lo que hoy son. Conocer sus orígenes es un valor que nos puede ayudar a disfrutarlas más plenamente. Podrían ser cientos los ejemplos que recogiésemos en este reportaje, así que hemos elegido algunas que recogen el espíritu de otras muchas.

La religión como origen

Tal vez la más famosa sea la que se celebra en Sevilla, pero la Semana Santa tiene eco en toda España. Miles de personas salen a las calles de ciudades y pueblos en procesión durante esta época del año.

La Pascua de los Cristianos se celebra desde los primeros pasos de esta religión para recordar la Pasión y Muerte de Cristo. Las procesiones, sin embargo, son más recientes. Algunas fuentes apuntan al siglo xv como el momento del nacimiento de las hermandades y cofradías, cuando grupos de laicos se juntaban para apoyarse unos a otros y experimentar la penitencia. Sin embargo, otras indican que el origen de la Semana Santa —tal y como la conocemos hoy— se encuentra en el teatro religioso del siglo xvi que se celebraba en las iglesias, cuyos actores fueron sustituyéndose por imágenes de madera y tela.

Otra de las fiestas más conocidas internacionalmente, los Sanfermines, también tiene un origen religioso. Las primeras noticias que se conocen sobre ella se remontan al siglo xii y en ellas se recoge el traslado, en 1186, de una reliquia del santo hasta Pamplona. Con el tiempo, a los actos religiosos se unieron otros que se celebraban en la ciudad, como la feria de ganado o los festejos taurinos. Hoy, el protagonismo lo comparten la gente y los toros.

Un país en fiestas, el origen de las más populares

El embrujo del fuego

Lo descubrimos hace 790.000 años y, desde entonces, no ha dejado de fascinarnos. El fuego tiene algo cautivador. Tanto es así que, en plena era del big data y la inteligencia artificial, todavía nos reúne en torno a él como medio para celebrar las ocasiones más diversas.

Las Fallas son una muestra perfecta de ese poder de atracción que ejerce el fuego. Una de las fiestas españolas más conocidas, junto a la Semana Santa y los Sanfermines, tuvo su origen en una tradición de carpinteros de Valencia. Estos artesanos, antes del día de su patrón (San José), quemaban frente a sus talleres los trastos viejos y otros utensilios de madera que usaban para alumbrarse en invierno, dando así la bienvenida a la primavera.

Con el paso de los años, esta práctica se fue extendiendo. Las fallas tomaron un sentido satírico y se transformaron en monumentos que reproducían realidades censurables, para terminar reducidos a cenizas la noche del día 19 de marzo.

Otras fiestas relacionadas con el fuego son las que se celebran en vísperas de San Juan, durante la noche del 23 de junio. Pese a su nombre, su origen es pagano y milenario, ya que se vincula con la exaltación del solsticio de verano. Se celebra en torno a hogueras que se encienden en miles de localidades en toda España.

Entre las más famosas se encuentran las Hogueras de Alicante, que replican en la ciudad las celebraciones que los labradores alicantinos dedicaban al día más largo del año para la recolección de las cosechas y la noche más corta para ahuyentar los males. También destaca en esas fechas el Sant Joan de Menorca, cuyo origen se remonta a principios del siglo xiv. En esa época ya existían representantes de la obrería del santo que se desplazaban a caballo hasta la ermita de Sant Joan de Missa para honrar a su patrón.

El elemento comercial

Las ferias comerciales son también eventos milenarios. Ya existían en antiguas civilizaciones como la egipcia, la griega o la romana. Eran la respuesta a la necesidad que tenían los pueblos de intercambiar bienes. También fueron, en su día, el origen de miles de fiestas populares en toda España

Siempre asociamos la Feria de Abril de Sevilla con casetas engalanadas, rebujitos, trajes de flamenca y mucha diversión. Sin embargo, su origen fue mucho más pragmático. En 1846, dos concejales decidieron organizar una feria anual de tres días, que se celebraría en abril y serviría para el comercio de ganado. Con el paso de los años, cambió su carácter mercantil por el festivo que se disfruta en la actualidad.

Otras ferias muy populares tuvieron también su raíz en el comercio de ganado. Es el caso de la de Córdoba, una de las más antiguas de España, con más de setecientos años, o la famosa Feria del Caballo de Jerez, cuyo origen se remonta más de seiscientos años atrás y todavía mantiene la actividad comercial. Los jerezanos también honran otra tradición centenaria, las Zambombas, que desde finales del siglo xviii dan la bienvenida a la Navidad a base de flamenco.

Otra festividad ligada a las ferias es la de Sant Jordi en Barcelona. En el siglo xv se celebraba en esta ciudad una feria de rosas con motivo de esta festividad, a la que acudían novios, prometidos y matrimonios jóvenes. Se cree que la tradición de regalar una rosa el 23 de abril tiene su origen en esta feria, que tenía lugar en el Palacio de la Generalitat. Desde 1927, a esta actividad se sumó otra para fomentar la lectura.

Celebrar lo singular

La Feria de Málaga, por su parte, tuvo un comienzo diferente al del resto de ferias mencionadas: surgió para conmemorar la toma de la ciudad por parte de los Reyes Católicos. También las Fiestas de la Magdalena de Castellón celebran un momento histórico: el de la fundación de la propia ciudad.

Los cordobeses, por su parte, abren los patios de sus casas durante algunos días del mes de mayo para que vecinos y turistas puedan admirar sus flores, fuentes y pozos. Lo hacen desde 1918 y esta costumbre se formalizaría con el primer Concurso de Patios, Balcones y Escaparates en 1921. Por su parte, las Carreras de Caballos en las playas de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) se mantienen desde 1845 y son todo un espectáculo que continúa reuniendo a miles de personas.

En Andalucía también son pioneros en celebrar la llegada de los Reyes Magos. En concreto, Granada lleva organizando la Cabalgata de Reyes desde 1910, aunque Alcoy ya realizó un evento similar a finales del siglo xix.

Junto a todas estas fiestas, miles más por toda España dan fe de que nos encanta reunirnos para celebrar la vida en compañía. Sea cual sea el motivo.

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Te proponemos un viaje por algunas de las celebraciones más curiosas e interesantes de España.

Las hay milenarias y las hay centenarias. Las hay solemnes, las hay irreverentes y las hay pantagruélicas. Sin embargo, todas ellas tienen algo en común: mueven al unísono a miles de personas. Las fiestas populares en España son todo un arte que se cultiva, a lo largo de todo el año, tanto en grandes ciudades como en pueblos minúsculos. Se celebran todo tipo de motivos, desde los más pragmáticos hasta los más místicos.

Las procesiones que recorren Sevilla en Semana Santa o las fallas que arden cada año en Valencia se han convertido en rituales que congregan a multitudes cada año. Lo mismo ocurre con los Sanfermines o el Sant Joan de Menorca. Todas estas fiestas comenzaron en algún momento y han ido evolucionando hasta convertirse en lo que hoy son. Conocer sus orígenes es un valor que nos puede ayudar a disfrutarlas más plenamente. Podrían ser cientos los ejemplos que recogiésemos en este reportaje, así que hemos elegido algunas que recogen el espíritu de otras muchas.

La religión como origen

Tal vez la más famosa sea la que se celebra en Sevilla, pero la Semana Santa tiene eco en toda España. Miles de personas salen a las calles de ciudades y pueblos en procesión durante esta época del año.

La Pascua de los Cristianos se celebra desde los primeros pasos de esta religión para recordar la Pasión y Muerte de Cristo. Las procesiones, sin embargo, son más recientes. Algunas fuentes apuntan al siglo xv como el momento del nacimiento de las hermandades y cofradías, cuando grupos de laicos se juntaban para apoyarse unos a otros y experimentar la penitencia. Sin embargo, otras indican que el origen de la Semana Santa —tal y como la conocemos hoy— se encuentra en el teatro religioso del siglo xvi que se celebraba en las iglesias, cuyos actores fueron sustituyéndose por imágenes de madera y tela.

Otra de las fiestas más conocidas internacionalmente, los Sanfermines, también tiene un origen religioso. Las primeras noticias que se conocen sobre ella se remontan al siglo xii y en ellas se recoge el traslado, en 1186, de una reliquia del santo hasta Pamplona. Con el tiempo, a los actos religiosos se unieron otros que se celebraban en la ciudad, como la feria de ganado o los festejos taurinos. Hoy, el protagonismo lo comparten la gente y los toros.

Un país en fiestas, el origen de las más populares

El embrujo del fuego

Lo descubrimos hace 790.000 años y, desde entonces, no ha dejado de fascinarnos. El fuego tiene algo cautivador. Tanto es así que, en plena era del big data y la inteligencia artificial, todavía nos reúne en torno a él como medio para celebrar las ocasiones más diversas.

Las Fallas son una muestra perfecta de ese poder de atracción que ejerce el fuego. Una de las fiestas españolas más conocidas, junto a la Semana Santa y los Sanfermines, tuvo su origen en una tradición de carpinteros de Valencia. Estos artesanos, antes del día de su patrón (San José), quemaban frente a sus talleres los trastos viejos y otros utensilios de madera que usaban para alumbrarse en invierno, dando así la bienvenida a la primavera.

Con el paso de los años, esta práctica se fue extendiendo. Las fallas tomaron un sentido satírico y se transformaron en monumentos que reproducían realidades censurables, para terminar reducidos a cenizas la noche del día 19 de marzo.

Otras fiestas relacionadas con el fuego son las que se celebran en vísperas de San Juan, durante la noche del 23 de junio. Pese a su nombre, su origen es pagano y milenario, ya que se vincula con la exaltación del solsticio de verano. Se celebra en torno a hogueras que se encienden en miles de localidades en toda España.

Entre las más famosas se encuentran las Hogueras de Alicante, que replican en la ciudad las celebraciones que los labradores alicantinos dedicaban al día más largo del año para la recolección de las cosechas y la noche más corta para ahuyentar los males. También destaca en esas fechas el Sant Joan de Menorca, cuyo origen se remonta a principios del siglo xiv. En esa época ya existían representantes de la obrería del santo que se desplazaban a caballo hasta la ermita de Sant Joan de Missa para honrar a su patrón.

El elemento comercial

Las ferias comerciales son también eventos milenarios. Ya existían en antiguas civilizaciones como la egipcia, la griega o la romana. Eran la respuesta a la necesidad que tenían los pueblos de intercambiar bienes. También fueron, en su día, el origen de miles de fiestas populares en toda España

Siempre asociamos la Feria de Abril de Sevilla con casetas engalanadas, rebujitos, trajes de flamenca y mucha diversión. Sin embargo, su origen fue mucho más pragmático. En 1846, dos concejales decidieron organizar una feria anual de tres días, que se celebraría en abril y serviría para el comercio de ganado. Con el paso de los años, cambió su carácter mercantil por el festivo que se disfruta en la actualidad.

Otras ferias muy populares tuvieron también su raíz en el comercio de ganado. Es el caso de la de Córdoba, una de las más antiguas de España, con más de setecientos años, o la famosa Feria del Caballo de Jerez, cuyo origen se remonta más de seiscientos años atrás y todavía mantiene la actividad comercial. Los jerezanos también honran otra tradición centenaria, las Zambombas, que desde finales del siglo xviii dan la bienvenida a la Navidad a base de flamenco.

Otra festividad ligada a las ferias es la de Sant Jordi en Barcelona. En el siglo xv se celebraba en esta ciudad una feria de rosas con motivo de esta festividad, a la que acudían novios, prometidos y matrimonios jóvenes. Se cree que la tradición de regalar una rosa el 23 de abril tiene su origen en esta feria, que tenía lugar en el Palacio de la Generalitat. Desde 1927, a esta actividad se sumó otra para fomentar la lectura.

Celebrar lo singular

La Feria de Málaga, por su parte, tuvo un comienzo diferente al del resto de ferias mencionadas: surgió para conmemorar la toma de la ciudad por parte de los Reyes Católicos. También las Fiestas de la Magdalena de Castellón celebran un momento histórico: el de la fundación de la propia ciudad.

Los cordobeses, por su parte, abren los patios de sus casas durante algunos días del mes de mayo para que vecinos y turistas puedan admirar sus flores, fuentes y pozos. Lo hacen desde 1918 y esta costumbre se formalizaría con el primer Concurso de Patios, Balcones y Escaparates en 1921. Por su parte, las Carreras de Caballos en las playas de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) se mantienen desde 1845 y son todo un espectáculo que continúa reuniendo a miles de personas.

En Andalucía también son pioneros en celebrar la llegada de los Reyes Magos. En concreto, Granada lleva organizando la Cabalgata de Reyes desde 1910, aunque Alcoy ya realizó un evento similar a finales del siglo xix.

Junto a todas estas fiestas, miles más por toda España dan fe de que nos encanta reunirnos para celebrar la vida en compañía. Sea cual sea el motivo.

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Así nació el 8 de marzo como jornada para reconocer a las mujeres https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/asi-nacio-el-8-de-marzo-como-jornada-para-reconocer-a-las-mujeres/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/asi-nacio-el-8-de-marzo-como-jornada-para-reconocer-a-las-mujeres/#respond Tue, 05 Mar 2019 14:06:19 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=30050

Una de las fechas reivindicativas más importantes del año tiene detrás una historia de lucha social que recuerda la importancia de la igualdad

Un día para celebrar los logros alcanzados por las mujeres en todo el mundo. El 8 de marzo es una fecha en que la sociedad se para a tomar consciencia, cada año, del papel que sus ciudadanas desempeñan, sin importar su nacionalidad, etnia, lengua ni su situación política, económica y cultural. El objetivo de esta fecha es destacar a una parte de la sociedad que, a lo largo de la historia, ha conquistado una gran cantidad derechos que le habían sido negados. Una lucha por la igualdad que, en muchos ámbitos, todavía se mantiene.

Son numerosos los países de todo el mundo que celebran el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Esta fecha la instauró la ONU en el año 1975. Sin embargo, su historia se remonta muchos años atrás y es el resultado de un esfuerzo colectivo.

El origen del Día Internacional de la Mujer

Las actividades de los colectivos de trabajadoras en el marco de la Revolución Industrial en los Estados Unidos y Europa son el germen del Día Internacional de la Mujer, según explica la ONU. Desde entonces, esta fecha ha ido adquiriendo una dimensión global tanto para las mujeres que viven en países desarrollados como para aquellas ciudadanas de otros en desarrollo.

El desarrollo de un movimiento internacional femenino, que fue reforzado por cuatro conferencias globales organizadas por la ONU, ha ayudado a convertir esta conmemoración en un punto de reivindicación de los derechos de las mujeres, así como de su participación en las áreas política y económica.

Fue en 1909 cuando se celebró el primer Día Nacional de la Mujer. Fue en los Estados Unidos el día 28 de febrero. El Partido Socialista de América designó ese día como homenaje a una huelga de mujeres que había tenido lugar un año antes en Nueva York. Las trabajadoras de la industria textil habían parado para protestar por sus condiciones de trabajo. Unas 15.000 de ellas recorrieron las calles de la ciudad para exigir mejores horarios y salarios, y también su derecho al voto.

En 1910, Clara Zetkin propuso que esa conmemoración se convirtiera en internacional. Lo hizo durante la reunión de la Internacional Socialista en Copenhague (Dinamarca), cuando se decidió que el Día Internacional de la Mujer serviría para honrar cada año el movimiento por los derechos de las mujeres, así como para conseguir apoyo internacional con el objetivo de establecer un sufragio universal que incluyera a este colectivo.

Como resultado de la iniciativa de Copenhague, el Día Internacional de la Mujer se estableció por primera vez el día 19 de marzo en cuatro países pioneros. Fueron Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. Allí, más de un millón de mujeres y hombres se manifestaron para pedir el sufragio universal y reclamar el derecho de las mujeres a trabajar, a acceder a una educación vocacional y a no sufrir discriminación en el ámbito laboral.

Mujeres contra la guerra

El Día Internacional de la Mujer también sirvió como instrumento para protestar contra la Primera Guerra Mundial. En Rusia, las mujeres celebraron su primer Día Internacional de la Mujer como parte del movimiento pacifista el último domingo de febrero de 1913, según el calendario juliano por el que se regía el país.

También en 1917, las mujeres rusas protestaron y fueron a la huelga bajo el lema “Pan y Paz” el último domingo de febrero, que coincidía con el 8 de marzo del calendario gregoriano. Lo hicieron como respuesta a la muerte de más de dos millones de soldados rusos en la Gran Guerra y a la escasez de alimentos. Cuatro días después, el zar Nicolás II abdicó y el Gobierno provisional reconoció el derecho de la mujer al voto.

A partir de entonces, la ONU promovió una conferencia anual para coordinar los esfuerzos internacionales a favor de los derechos de las mujeres, así como su participación en los procesos económicos, políticos y sociales.

Ya en 1975 se celebró el Año Internacional de la Mujer. Entonces, la ONU celebró por primera vez de manera oficial el Día Internacional de la Mujer un 8 de marzo, una conmemoración que continuaría celebrándose cada año desde entonces.

Más allá del 8 de marzo

La celebración y reivindicación del papel de las mujeres en la sociedad es algo más que una cita anual. La propia Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, fue el primer acuerdo internacional para reafirmar el principio de igualdad entre mujeres y hombres. Desde entonces, la ONU y sus agencias técnicas han promovido la participación de las mujeres como actores iguales a los hombres a la hora de conquistar el desarrollo sostenible, la paz, la seguridad y el respeto a los derechos humanos.

La organización considera el empoderamiento de las mujeres como un factor esencial dentro de sus esfuerzos para afrontar los retos sociales, económicos y políticos en todo el mundo.

Sin embargo, este objetivo todavía no se ha completado. Según cálculos del Foro Económico Mundial, la brecha de género no se cerrará hasta el año 2126, mientras que la paridad en el trabajo no se alcanzará hasta dentro de unos 200 años.

El último informe global de este organismo sobre la brecha de género indica que su final, lejos de acercarse, se aleja cada vez más. Esto se debe a que la presencia de las mujeres en el mercado laboral y la política, lejos de aumentar, ha perdido fuerza. También cuestiones como el acceso de las mujeres a la sanidad y la educación han sufrido reveses en 2018.

La reivindicación de una igualdad real entre hombres y mujeres continuará este año y muchos años más. Convertirla en un acto cotidiano que logre resultados reales es una tarea que requiere la participación de todos los ciudadanos.

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Una de las fechas reivindicativas más importantes del año tiene detrás una historia de lucha social que recuerda la importancia de la igualdad

Un día para celebrar los logros alcanzados por las mujeres en todo el mundo. El 8 de marzo es una fecha en que la sociedad se para a tomar consciencia, cada año, del papel que sus ciudadanas desempeñan, sin importar su nacionalidad, etnia, lengua ni su situación política, económica y cultural. El objetivo de esta fecha es destacar a una parte de la sociedad que, a lo largo de la historia, ha conquistado una gran cantidad derechos que le habían sido negados. Una lucha por la igualdad que, en muchos ámbitos, todavía se mantiene.

Son numerosos los países de todo el mundo que celebran el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Esta fecha la instauró la ONU en el año 1975. Sin embargo, su historia se remonta muchos años atrás y es el resultado de un esfuerzo colectivo.

El origen del Día Internacional de la Mujer

Las actividades de los colectivos de trabajadoras en el marco de la Revolución Industrial en los Estados Unidos y Europa son el germen del Día Internacional de la Mujer, según explica la ONU. Desde entonces, esta fecha ha ido adquiriendo una dimensión global tanto para las mujeres que viven en países desarrollados como para aquellas ciudadanas de otros en desarrollo.

El desarrollo de un movimiento internacional femenino, que fue reforzado por cuatro conferencias globales organizadas por la ONU, ha ayudado a convertir esta conmemoración en un punto de reivindicación de los derechos de las mujeres, así como de su participación en las áreas política y económica.

Fue en 1909 cuando se celebró el primer Día Nacional de la Mujer. Fue en los Estados Unidos el día 28 de febrero. El Partido Socialista de América designó ese día como homenaje a una huelga de mujeres que había tenido lugar un año antes en Nueva York. Las trabajadoras de la industria textil habían parado para protestar por sus condiciones de trabajo. Unas 15.000 de ellas recorrieron las calles de la ciudad para exigir mejores horarios y salarios, y también su derecho al voto.

En 1910, Clara Zetkin propuso que esa conmemoración se convirtiera en internacional. Lo hizo durante la reunión de la Internacional Socialista en Copenhague (Dinamarca), cuando se decidió que el Día Internacional de la Mujer serviría para honrar cada año el movimiento por los derechos de las mujeres, así como para conseguir apoyo internacional con el objetivo de establecer un sufragio universal que incluyera a este colectivo.

Como resultado de la iniciativa de Copenhague, el Día Internacional de la Mujer se estableció por primera vez el día 19 de marzo en cuatro países pioneros. Fueron Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. Allí, más de un millón de mujeres y hombres se manifestaron para pedir el sufragio universal y reclamar el derecho de las mujeres a trabajar, a acceder a una educación vocacional y a no sufrir discriminación en el ámbito laboral.

Mujeres contra la guerra

El Día Internacional de la Mujer también sirvió como instrumento para protestar contra la Primera Guerra Mundial. En Rusia, las mujeres celebraron su primer Día Internacional de la Mujer como parte del movimiento pacifista el último domingo de febrero de 1913, según el calendario juliano por el que se regía el país.

También en 1917, las mujeres rusas protestaron y fueron a la huelga bajo el lema “Pan y Paz” el último domingo de febrero, que coincidía con el 8 de marzo del calendario gregoriano. Lo hicieron como respuesta a la muerte de más de dos millones de soldados rusos en la Gran Guerra y a la escasez de alimentos. Cuatro días después, el zar Nicolás II abdicó y el Gobierno provisional reconoció el derecho de la mujer al voto.

A partir de entonces, la ONU promovió una conferencia anual para coordinar los esfuerzos internacionales a favor de los derechos de las mujeres, así como su participación en los procesos económicos, políticos y sociales.

Ya en 1975 se celebró el Año Internacional de la Mujer. Entonces, la ONU celebró por primera vez de manera oficial el Día Internacional de la Mujer un 8 de marzo, una conmemoración que continuaría celebrándose cada año desde entonces.

Más allá del 8 de marzo

La celebración y reivindicación del papel de las mujeres en la sociedad es algo más que una cita anual. La propia Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, fue el primer acuerdo internacional para reafirmar el principio de igualdad entre mujeres y hombres. Desde entonces, la ONU y sus agencias técnicas han promovido la participación de las mujeres como actores iguales a los hombres a la hora de conquistar el desarrollo sostenible, la paz, la seguridad y el respeto a los derechos humanos.

La organización considera el empoderamiento de las mujeres como un factor esencial dentro de sus esfuerzos para afrontar los retos sociales, económicos y políticos en todo el mundo.

Sin embargo, este objetivo todavía no se ha completado. Según cálculos del Foro Económico Mundial, la brecha de género no se cerrará hasta el año 2126, mientras que la paridad en el trabajo no se alcanzará hasta dentro de unos 200 años.

El último informe global de este organismo sobre la brecha de género indica que su final, lejos de acercarse, se aleja cada vez más. Esto se debe a que la presencia de las mujeres en el mercado laboral y la política, lejos de aumentar, ha perdido fuerza. También cuestiones como el acceso de las mujeres a la sanidad y la educación han sufrido reveses en 2018.

La reivindicación de una igualdad real entre hombres y mujeres continuará este año y muchos años más. Convertirla en un acto cotidiano que logre resultados reales es una tarea que requiere la participación de todos los ciudadanos.

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El esquema “Pump and Dump” y su relación con El lobo de Wall Street https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-esquema-pump-and-dump-y-su-relacion-con-el-lobo-de-wall-street/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-esquema-pump-and-dump-y-su-relacion-con-el-lobo-de-wall-street/#respond Wed, 31 Oct 2018 10:59:06 +0000 u0182631@lacaixa.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=27797

En un momento dado de la película “El lobo de Wall Street”, Jordan Belfort, el personaje que interpreta Leonardo Di Caprio, mira a cámara y se dirige directamente al espectador para intentar explicarle las actividades que estaba realizando su compañía. Luego se detiene y dice: “Vale. Ya sé que no entendéis lo que estoy diciendo. No pasa nada, no importa. La verdadera cuestión es: ¿todo esto era legal? Por supuesto que no. Pero ganábamos tanto dinero que no sabíamos qué hacer con él”.

En este artículo intentaremos explicar, de forma comprensible, los tres críticos y mediáticos pasos del esquema fraudulento que utilizó el verdadero Jordan Belfort para enriquecerse indebidamente a principios de la década de los 90 y por el cual fue juzgado: el llamado “pump and dump”.

¿Cómo pudo suceder el “pump and dump”?

El “pump and dump” de Belfort se inició creando una o varias IPO (Initial Public Offering, en español OPV u oferta pública de venta) en las que las acciones de las empresas, aunque aparentemente se vendían al público, en realidad eran compradas por amigos o intermediarios de confianza, que luego revendían las acciones y daban así a la IPO una apariencia de operación exitosa.

El segundo paso del proceso era manipular el mercado para incrementar los precios de las acciones de forma artificial. Al conservar una gran parte de las acciones en manos amigas, se podían realizar compras y ventas entre sí, pero desde distintas cuentas, lo que hacía que su precio aumentase rápidamente. A continuación se extendían rumores positivos sobre las acciones, lo que, en un efecto bola de nieve, hacía que pequeños inversores también las compraran, creando una demanda totalmente artificial, pero que hacía que el valor de las acciones siguiera subiendo.

Qué es el “Pump and Dump”

El último paso del “pump and dump” es el “dump”, es decir, desprenderse de todas las acciones cuando su precio estaba en su momento más elevado. De esta forma, el vendedor ganaba millones, pero la consecuencia era que, tras la venta, el precio de las acciones se desplomaba, y exactamente al revés de lo que había sucedido antes, si alguien intentaba venderlas, no encontraba comprador, lo que hacía que el precio de la acción cayese todavía más. Así, mientras algunos ganaban fortunas, otros las perdían.

Un cambio de era

Todo este esquema no deja de ser una versión moderna de la crisis de los tulipanes holandeses, con la diferencia de que ésta se ha creado de forma totalmente voluntaria y artificial.

A principios de los 90, las regulaciones de Wall Street eran muy diferentes. Hoy en día, en cambio, las normas son más estrictas, y el “pump and dump” en la Bolsa es  irrealizable.

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En un momento dado de la película “El lobo de Wall Street”, Jordan Belfort, el personaje que interpreta Leonardo Di Caprio, mira a cámara y se dirige directamente al espectador para intentar explicarle las actividades que estaba realizando su compañía. Luego se detiene y dice: “Vale. Ya sé que no entendéis lo que estoy diciendo. No pasa nada, no importa. La verdadera cuestión es: ¿todo esto era legal? Por supuesto que no. Pero ganábamos tanto dinero que no sabíamos qué hacer con él”.

En este artículo intentaremos explicar, de forma comprensible, los tres críticos y mediáticos pasos del esquema fraudulento que utilizó el verdadero Jordan Belfort para enriquecerse indebidamente a principios de la década de los 90 y por el cual fue juzgado: el llamado “pump and dump”.

¿Cómo pudo suceder el “pump and dump”?

El “pump and dump” de Belfort se inició creando una o varias IPO (Initial Public Offering, en español OPV u oferta pública de venta) en las que las acciones de las empresas, aunque aparentemente se vendían al público, en realidad eran compradas por amigos o intermediarios de confianza, que luego revendían las acciones y daban así a la IPO una apariencia de operación exitosa.

El segundo paso del proceso era manipular el mercado para incrementar los precios de las acciones de forma artificial. Al conservar una gran parte de las acciones en manos amigas, se podían realizar compras y ventas entre sí, pero desde distintas cuentas, lo que hacía que su precio aumentase rápidamente. A continuación se extendían rumores positivos sobre las acciones, lo que, en un efecto bola de nieve, hacía que pequeños inversores también las compraran, creando una demanda totalmente artificial, pero que hacía que el valor de las acciones siguiera subiendo.

Qué es el “Pump and Dump”

El último paso del “pump and dump” es el “dump”, es decir, desprenderse de todas las acciones cuando su precio estaba en su momento más elevado. De esta forma, el vendedor ganaba millones, pero la consecuencia era que, tras la venta, el precio de las acciones se desplomaba, y exactamente al revés de lo que había sucedido antes, si alguien intentaba venderlas, no encontraba comprador, lo que hacía que el precio de la acción cayese todavía más. Así, mientras algunos ganaban fortunas, otros las perdían.

Un cambio de era

Todo este esquema no deja de ser una versión moderna de la crisis de los tulipanes holandeses, con la diferencia de que ésta se ha creado de forma totalmente voluntaria y artificial.

A principios de los 90, las regulaciones de Wall Street eran muy diferentes. Hoy en día, en cambio, las normas son más estrictas, y el “pump and dump” en la Bolsa es  irrealizable.

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Plan Marshall: cambio de rumbo en la historia económica europea https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/plan-marshall-cambio-de-rumbo-en-la-historia-economica-europea/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/plan-marshall-cambio-de-rumbo-en-la-historia-economica-europea/#respond Mon, 29 May 2017 07:36:24 +0000 CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=24560

Ya sea en la televisión, los periódicos o los libros, todos, en mayor o menor medida, hemos leído u oído hablar sobre el denominado Plan Marshall, conocido oficialmente como Programa de Recuperación Europea. Aunque este forme parte de la historia, lo cierto es que su ejecución y puesta en marcha fue mucho más trascendental de lo que nos imaginamos. Una reconstrucción económica sin precedentes. Pero, ¿qué sabemos de él? ¿Qué conllevó exactamente su implantación?

Para comprenderlo, debemos remontarnos a uno de los capítulos más estudiados de la historia: la Segunda Guerra Mundial. Cuando esta finalizó, el 7 de mayo de 1945, el escenario que se le presentó a Europa fue desolador: el continente quedó devastado por una guerra que se cobró 40 millones de vidas y en él el beneficio económico y social se presentaban inalcanzables.

En medio de este contexto desesperanzador, Estados Unidos decidió tomar cartas en el asunto y ayudar a los países europeos. ¿Cómo? Aprobando, en 1947, la ejecución del Plan Marshall, un programa que invertiría 13.300 millones de dólares en la reconstrucción económica de Europa. Del total, se estima que 3.400 se invirtieron en materias primas y productos semi facturados, 3.200 en comida, fertilizantes y lienzo, 1.900 en maquinaria y vehículos y 1.600 en combustible.

A pesar de la negativa de los partidos comunistas plan Marshall, el plan fue acogido con los brazos abiertos por 16 países europeos, los cuales crearon la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) con el fin de gestionar eficientemente las ayudas. El país más beneficiado fue el Reino Unido (26 %), seguido de Francia (18 %) y Alemania Occidental (11 %).

Consecuencias del Plan Marshall: Europa renace

Sin duda, la implantación de este programa fue sinónimo de prosperidad y esperanza para Europa. Las cifras hablan por sí solas: durante los cuatro años en los que estuvo vigente el plan, la producción industrial aumentó en un 64 %, la cantidad de acero colado se duplicó y la producción alimentaria progresó un 24 %.

Con todo, podemos afirmar que el Plan Marshall marcó un antes y un después en la historia de la economía europea y mundial. Tan trascendental fue ese capítulo, que incluso hoy en día se sigue nombrando ‘Plan Marshall’ a los proyectos de reconstrucción económica y social.

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Ya sea en la televisión, los periódicos o los libros, todos, en mayor o menor medida, hemos leído u oído hablar sobre el denominado Plan Marshall, conocido oficialmente como Programa de Recuperación Europea. Aunque este forme parte de la historia, lo cierto es que su ejecución y puesta en marcha fue mucho más trascendental de lo que nos imaginamos. Una reconstrucción económica sin precedentes. Pero, ¿qué sabemos de él? ¿Qué conllevó exactamente su implantación?

Para comprenderlo, debemos remontarnos a uno de los capítulos más estudiados de la historia: la Segunda Guerra Mundial. Cuando esta finalizó, el 7 de mayo de 1945, el escenario que se le presentó a Europa fue desolador: el continente quedó devastado por una guerra que se cobró 40 millones de vidas y en él el beneficio económico y social se presentaban inalcanzables.

En medio de este contexto desesperanzador, Estados Unidos decidió tomar cartas en el asunto y ayudar a los países europeos. ¿Cómo? Aprobando, en 1947, la ejecución del Plan Marshall, un programa que invertiría 13.300 millones de dólares en la reconstrucción económica de Europa. Del total, se estima que 3.400 se invirtieron en materias primas y productos semi facturados, 3.200 en comida, fertilizantes y lienzo, 1.900 en maquinaria y vehículos y 1.600 en combustible.

A pesar de la negativa de los partidos comunistas plan Marshall, el plan fue acogido con los brazos abiertos por 16 países europeos, los cuales crearon la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) con el fin de gestionar eficientemente las ayudas. El país más beneficiado fue el Reino Unido (26 %), seguido de Francia (18 %) y Alemania Occidental (11 %).

Consecuencias del Plan Marshall: Europa renace

Sin duda, la implantación de este programa fue sinónimo de prosperidad y esperanza para Europa. Las cifras hablan por sí solas: durante los cuatro años en los que estuvo vigente el plan, la producción industrial aumentó en un 64 %, la cantidad de acero colado se duplicó y la producción alimentaria progresó un 24 %.

Con todo, podemos afirmar que el Plan Marshall marcó un antes y un después en la historia de la economía europea y mundial. Tan trascendental fue ese capítulo, que incluso hoy en día se sigue nombrando ‘Plan Marshall’ a los proyectos de reconstrucción económica y social.

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La historia de la bolsa: ¿cómo empezó todo? https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-historia-de-la-bolsa-como-empezo-todo/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-historia-de-la-bolsa-como-empezo-todo/#respond Wed, 19 Apr 2017 07:55:09 +0000 CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=24210

Desde un completo desconocedor de las finanzas hasta el más experto en la materia, todos hemos escuchado hablar en algún momento del concepto bolsa de valores, uno de los más utilizados hoy en día. ¿Pero, cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Dónde y cuándo empezó este mercado de valores?

No fue en Nueva York, ni en Londres, ni en Tokio. El concepto de bolsa de valores nació en Bélgica en el siglo XVI. Más concretamente en Brujas: un edificio propiedad de la familia noble Van der Buërse, donde se realizaban importantes transacciones económicas. En la fachada de la finca reposaban tres monederos de piel en forma de bolsa a modo de escudo de armas. Con el tiempo, también debido al apellido “Buërse”, la gente empezó a conocer ese lugar como “bolsa”.

La primera bolsa de valores oficial

No fue hasta 1602 cuando se constituyó la primera bolsa oficial de valores, considerada a día de hoy la más antigua del mundo: la bolsa de Amsterdam. Fue fundada por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y la primera en funcionar como el actual mercado bursátil (compra venta de acciones).

El poder de la compañía era tan grande y extendido (controlaba todos los negocios entre los Países Bajos y Asia), que el objetivo de fundar la bolsa no fue otro que el de poder recaudar fondos para los futuros viajes de negocio.

De esta manera, poco a poco la bolsa de valores fue creciendo y popularizándose en otros países, dando lugar a las bolsas de Nueva York (1792), París (1794) y Tokio (1878), entre otras.

Las 10 grandes bolsas del mundo

Ahora que ya sabemos cuál es el origen de la bolsa de valores, toca preguntarnos: ¿cuál es su disposición actualmente? Según la Universidad de Bolsa, estas son las 10 grandes bolsas del mundo a día de hoy:

  1. Bolsa de Nueva York (EE. UU.)
  2. NASDAQ (EE. UU.)
  3. Bolsa de Tokio
  4. Bolsa de Londres
  5. Bolsa de Hong Kong
  6. Bolsa de Shanghái
  7. Bolsa de Toronto
  8. Deutsche Börse
  9. Australian Securities Exchange
  10. Bombay Stock Exchange

Actualmente, en España disponemos de cuatro bolsas oficiales de valores: la de Madrid (1831 – la quinta bolsa de Europa por su volumen de contratación-), la de Bilbao (1890), la de Barcelona (1915) y la de Valencia (1970).

En ellas se negocian e intercambian acciones y obligaciones, así como derechos de suscripción, warrants, ETFs, certificados y otros productos. Además, en los últimos años, están tomando más protagonismo los sistemas alternativos de negociación, entre los que se encuentran BATS Chi-X o Turquoise.

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Desde un completo desconocedor de las finanzas hasta el más experto en la materia, todos hemos escuchado hablar en algún momento del concepto bolsa de valores, uno de los más utilizados hoy en día. ¿Pero, cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Dónde y cuándo empezó este mercado de valores?

No fue en Nueva York, ni en Londres, ni en Tokio. El concepto de bolsa de valores nació en Bélgica en el siglo XVI. Más concretamente en Brujas: un edificio propiedad de la familia noble Van der Buërse, donde se realizaban importantes transacciones económicas. En la fachada de la finca reposaban tres monederos de piel en forma de bolsa a modo de escudo de armas. Con el tiempo, también debido al apellido “Buërse”, la gente empezó a conocer ese lugar como “bolsa”.

La primera bolsa de valores oficial

No fue hasta 1602 cuando se constituyó la primera bolsa oficial de valores, considerada a día de hoy la más antigua del mundo: la bolsa de Amsterdam. Fue fundada por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y la primera en funcionar como el actual mercado bursátil (compra venta de acciones).

El poder de la compañía era tan grande y extendido (controlaba todos los negocios entre los Países Bajos y Asia), que el objetivo de fundar la bolsa no fue otro que el de poder recaudar fondos para los futuros viajes de negocio.

De esta manera, poco a poco la bolsa de valores fue creciendo y popularizándose en otros países, dando lugar a las bolsas de Nueva York (1792), París (1794) y Tokio (1878), entre otras.

Las 10 grandes bolsas del mundo

Ahora que ya sabemos cuál es el origen de la bolsa de valores, toca preguntarnos: ¿cuál es su disposición actualmente? Según la Universidad de Bolsa, estas son las 10 grandes bolsas del mundo a día de hoy:

  1. Bolsa de Nueva York (EE. UU.)
  2. NASDAQ (EE. UU.)
  3. Bolsa de Tokio
  4. Bolsa de Londres
  5. Bolsa de Hong Kong
  6. Bolsa de Shanghái
  7. Bolsa de Toronto
  8. Deutsche Börse
  9. Australian Securities Exchange
  10. Bombay Stock Exchange

Actualmente, en España disponemos de cuatro bolsas oficiales de valores: la de Madrid (1831 – la quinta bolsa de Europa por su volumen de contratación-), la de Bilbao (1890), la de Barcelona (1915) y la de Valencia (1970).

En ellas se negocian e intercambian acciones y obligaciones, así como derechos de suscripción, warrants, ETFs, certificados y otros productos. Además, en los últimos años, están tomando más protagonismo los sistemas alternativos de negociación, entre los que se encuentran BATS Chi-X o Turquoise.

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El ‘crack’ del 29: causas y consecuencias https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-crack-del-29-causas-y-consecuencias/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-crack-del-29-causas-y-consecuencias/#respond Mon, 24 Oct 2016 10:30:44 +0000 CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=22033

Hoy hace 87 años estallaba la crisis bursátil más devastadora de la historia: el crack del 29. El famoso Viernes Negro tenía lugar un colapso financiero que se prolongó el lunes y el martes negros. En menos de una semana, la cotización cayó 30.000 millones de dólares, una cifra diez veces mayor que el presupuesto público de los Estados Unidos, y precipitó el mayor hundimiento económico de la historia del país.

¿Cómo surgió esta crisis y qué lecciones podemos sacar de ella?

Las causas

La Primera Guerra Mundial había situado a la potencia americana como gran proveedor de bienes del planeta, la industria crecía a un ritmo extraordinario gracias a la penetración de las teorías de Taylor y Ford, la población tenía acceso a muchos bienes de consumo y se instaló con fuerza la figura del pequeño ahorrador. Eran los felices años 20.

Este clima de confianza provocó que muchos de ellos compraran acciones en Wall Street. Los valores subieron un 90% hasta 1929, pero este crecimiento iba emparejado con una especulación bursátil; tanto, que las personas pedían créditos para invertir en bolsa.

Un año antes se produjeron los primeros síntomas: el consumo no aumentaba y las mercancías producidas se acumulaban en suelo norteamericano. La mañana del 24 de octubre de 1929, en Wall Street se pusieron a la venta 13 millones de títulos que no encontraron comprador. No se vendieron y el pánico se apoderó de los accionistas.

La reacción

Tras el colapso, la Reserva Federal subió los tipos de interés, lo que provocó la caída del crédito y el cierre de muchas empresas, entre ellas los bancos. A la crisis también contribuyeron las medidas proteccionistas y la bajada de precios, que influyeron en la caída del comercio y la deflación. En 1932, la producción era un 40% menor que la de 1928.

De hecho, no fue hasta la II Guerra Mundial cuando se pusieron las bases de la recuperación. La política intervencionista de Theodor Roosevelt, conocida como New Deal, impulsó el aumento del gasto público e influyó en el bienestar social de la sociedad norteamericana, pero no sería hasta la década de los cincuenta, momento en que los países europeos recuperaron su capacidad de producción, cuando la economía alcanzó niveles anteriores a la crisis.

¿Qué hemos aprendido?

El del 29 no ha sido el crack más grande en términos absolutos, pero sí el de mayor poder transformador. ¿Qué lecciones sacamos de ello?

  • La capacidad económica de América y Europa era superior a la demanda. Las empresas repartían beneficios y había un exceso de crédito, pero el crecimiento no era real. El dinero que se podía haber invertido en mejorar el tejido productivo se utilizó para alimentar una burbuja basada en la especulación.
  • La crisis puso de manifiesto la importancia de la política intervencionista del Estado en un país como los Estados Unidos y en momentos de crisis económicas para proteger la seguridad económica y social de los ciudadanos.
  • El riesgo de las políticas proteccionistas. Estados Unidos apostó por el proteccionismo como una forma de defender la producción propia frente a la competencia externa. Esto permitió el desarrollo de la producción nacional, pero contribuyó al aumento de los precios y rompió la posibilidad de crear lazos comerciales beneficiosos con otros países vecinos.
  • Los precios de los títulos bursátiles no son exactos. Su valor de mercado oscila siempre por encima o por debajo de su valor real. Las compañías suelen cotizar por encima o por debajo de su valor real en los libros contables.
  • Muchos la llamaron la crisis de la “euforia”. Precisamente por eso los expertos coinciden en que es fundamental mantener a toda costa la confianza de los inversores y la liquidez del sistema.

¿Quieres leer más sobre historia y economía? ¡Visita EduCaixa!

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Hoy hace 87 años estallaba la crisis bursátil más devastadora de la historia: el crack del 29. El famoso Viernes Negro tenía lugar un colapso financiero que se prolongó el lunes y el martes negros. En menos de una semana, la cotización cayó 30.000 millones de dólares, una cifra diez veces mayor que el presupuesto público de los Estados Unidos, y precipitó el mayor hundimiento económico de la historia del país.

¿Cómo surgió esta crisis y qué lecciones podemos sacar de ella?

Las causas

La Primera Guerra Mundial había situado a la potencia americana como gran proveedor de bienes del planeta, la industria crecía a un ritmo extraordinario gracias a la penetración de las teorías de Taylor y Ford, la población tenía acceso a muchos bienes de consumo y se instaló con fuerza la figura del pequeño ahorrador. Eran los felices años 20.

Este clima de confianza provocó que muchos de ellos compraran acciones en Wall Street. Los valores subieron un 90% hasta 1929, pero este crecimiento iba emparejado con una especulación bursátil; tanto, que las personas pedían créditos para invertir en bolsa.

Un año antes se produjeron los primeros síntomas: el consumo no aumentaba y las mercancías producidas se acumulaban en suelo norteamericano. La mañana del 24 de octubre de 1929, en Wall Street se pusieron a la venta 13 millones de títulos que no encontraron comprador. No se vendieron y el pánico se apoderó de los accionistas.

La reacción

Tras el colapso, la Reserva Federal subió los tipos de interés, lo que provocó la caída del crédito y el cierre de muchas empresas, entre ellas los bancos. A la crisis también contribuyeron las medidas proteccionistas y la bajada de precios, que influyeron en la caída del comercio y la deflación. En 1932, la producción era un 40% menor que la de 1928.

De hecho, no fue hasta la II Guerra Mundial cuando se pusieron las bases de la recuperación. La política intervencionista de Theodor Roosevelt, conocida como New Deal, impulsó el aumento del gasto público e influyó en el bienestar social de la sociedad norteamericana, pero no sería hasta la década de los cincuenta, momento en que los países europeos recuperaron su capacidad de producción, cuando la economía alcanzó niveles anteriores a la crisis.

¿Qué hemos aprendido?

El del 29 no ha sido el crack más grande en términos absolutos, pero sí el de mayor poder transformador. ¿Qué lecciones sacamos de ello?

  • La capacidad económica de América y Europa era superior a la demanda. Las empresas repartían beneficios y había un exceso de crédito, pero el crecimiento no era real. El dinero que se podía haber invertido en mejorar el tejido productivo se utilizó para alimentar una burbuja basada en la especulación.
  • La crisis puso de manifiesto la importancia de la política intervencionista del Estado en un país como los Estados Unidos y en momentos de crisis económicas para proteger la seguridad económica y social de los ciudadanos.
  • El riesgo de las políticas proteccionistas. Estados Unidos apostó por el proteccionismo como una forma de defender la producción propia frente a la competencia externa. Esto permitió el desarrollo de la producción nacional, pero contribuyó al aumento de los precios y rompió la posibilidad de crear lazos comerciales beneficiosos con otros países vecinos.
  • Los precios de los títulos bursátiles no son exactos. Su valor de mercado oscila siempre por encima o por debajo de su valor real. Las compañías suelen cotizar por encima o por debajo de su valor real en los libros contables.
  • Muchos la llamaron la crisis de la “euforia”. Precisamente por eso los expertos coinciden en que es fundamental mantener a toda costa la confianza de los inversores y la liquidez del sistema.

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