> movilidad – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 Renting o leasing de bajas emisiones: cómo adaptar la movilidad de tu empresa https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/renting-o-leasing-de-vehiculos-de-bajas-emisiones-para-empresas/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/renting-o-leasing-de-vehiculos-de-bajas-emisiones-para-empresas/#respond Mon, 02 Jan 2023 08:31:17 +0000 u0182631@lacaixa.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=60472

El renting o leasing de vehículos de bajas emisiones es una solución especialmente interesante para empresas que operan en núcleos urbanos y deseen seguir haciéndolo. También para aquellas que tengan como objetivo reducir el impacto ambiental de su actividad.

Las recientes restricciones de movilidad urbana penalizan el uso de vehículos contaminantes en las conocidas como zonas de bajas emisiones. Además, los consumidores exigen cada vez más que las empresas reduzcan su impacto ambiental. Por eso, cada día más negocios buscan en soluciones como el renting o leasing de vehículos de bajas emisiones una manera de adaptar su flota al nuevo contexto.

Renting y leasing como solución a las zonas de bajas emisiones

Las zonas de bajas emisiones (ZBE, LEZ en inglés) son cada vez más populares en los núcleos urbanos debido a la necesidad indiscutible de los vecinos de respirar aire limpio. A pesar de que en estos centros el uso del vehículo privado es menor que en otras zonas, la concentración y densidad hacen que los gases se acumulen. Por eso, reducir el número de vehículos con tubo de escape es prioritario.

Con un crecimiento radial que se extiende desde el centro urbano y cubre gradualmente más y más área de la ciudad —en el futuro llegará a ser su totalidad—, las empresas que quieran seguir trabajando dentro de un área ZBE necesitarán adaptar su flota a la nueva normativa, ya sea mediante un vehículo ECO, de bajas emisiones, híbrido, etc., según marque la ZBE en cuestión.

Es aquí donde entran el renting y el leasing como solución para seguir accediendo a las zonas de bajas emisiones. Las condiciones de alquiler de flota son perfectas para poder optar por aquellos vehículos que sí pueden circular, convirtiéndose en una interesante alternativa para no perder cuota de mercado.

Entre los sectores que podrán aprovechar este tipo de movilidad se encuentran las empresas de reparto y mensajería, los servicios comerciales, los servicios técnicos a domicilio, furgonetas de carga en obras y otros dependientes de vehículos privados.

Ventajas de alquilar vehículos de bajas emisiones

Para las empresas, la ventaja principal de alquilar vehículos de bajas o nulas emisiones es la de poder circular sin restricciones. Dicho de otra forma, conservar la flexibilidad en materia de movilidad que se tenía anteriormente, pero dentro del nuevo modelo de ciudad.

Relacionada con esta ventaja se encuentra la de poder cambiar de vehículo cada cierto tiempo según vaya avanzando la ZBE, o según vaya cambiando la normativa. Como ejemplo, un área ahora central que permita circular a furgonetas diésel de 2010 o vehículos más nuevos, dentro de cinco años podría permitir solo aquellas de 2005 en adelante, lo que implicaría cambiar toda la flota. Además, es de esperar que esa área crezca con el tiempo para que la ciudad se descarbonice.

El renting flexible, una modalidad que permite la suscripción temporal a cierto vehículo, es una opción muy interesante tanto a la hora de acceder a una ZBE específica como si se busca ir reduciendo emisiones de forma paulatina.

El alquiler de vehículos es, además de una forma de ir desplazando los vehículos más contaminantes lejos del espacio social compartido con las personas, un modo de reducir el impacto año a año a medida que modelos más ecológicos lleguen a los concesionarios.

Así, los vehículos más contaminantes rodarán “lejos” de la gente, por carretera, hasta que sean sustituidos por nuevas generaciones al final de su vida útil. Durante ese tiempo habrán optimizado su coste ambiental, y pasarán a ser reciclados como parte de la economía circular.

Renting, leasing o MaaS ahorran impactos ambientales

Los vehículos motorizados privados como los coches o las motos pasan el 97 % de su vida útil aparcados, lo que implica que solo una veinteava parte de las emisiones e impacto necesarios para su fabricación resulta “útil” o puede usarse. El resto se desperdicia. Es por ello que cuantas más personas usen el mismo vehículo durante cierto tiempo, menos emisiones e impacto per cápita habrá.

El caso del alquiler de vehículos por minutos (MaaS o movilidad como servicio) es la opción de menos impacto respecto a la tenencia, seguido del renting por días, semanas, meses, años, etc. Y, sin duda, ayuda disponer de una flota de leasing en la oficina que los trabajadores puedan usar de forma compartida o rotativa.

“Alquilar”, frente a “tener” ahorra emisiones debido a que se maximiza el factor de simultaneidad. Esto significa que el vehículo se usa más tiempo y se aprovechan mejor las emisiones necesarias para su fabricación, que son elevadas.

¿Qué significa esto último? Que una empresa que tenga por objetivo reducir su impacto ambiental podría ir desplazando su flota en propiedad por vehículos de renting o leasing, a ser posible compartidos por los trabajadores.

El alquiler de vehículos supone una alternativa interesante a la hora de reducir emisiones e impacto ambiental empresarial, así como de asegurar la movilidad de la empresa ante un escenario de descarbonización.

]]>

El renting o leasing de vehículos de bajas emisiones es una solución especialmente interesante para empresas que operan en núcleos urbanos y deseen seguir haciéndolo. También para aquellas que tengan como objetivo reducir el impacto ambiental de su actividad.

Las recientes restricciones de movilidad urbana penalizan el uso de vehículos contaminantes en las conocidas como zonas de bajas emisiones. Además, los consumidores exigen cada vez más que las empresas reduzcan su impacto ambiental. Por eso, cada día más negocios buscan en soluciones como el renting o leasing de vehículos de bajas emisiones una manera de adaptar su flota al nuevo contexto.

Renting y leasing como solución a las zonas de bajas emisiones

Las zonas de bajas emisiones (ZBE, LEZ en inglés) son cada vez más populares en los núcleos urbanos debido a la necesidad indiscutible de los vecinos de respirar aire limpio. A pesar de que en estos centros el uso del vehículo privado es menor que en otras zonas, la concentración y densidad hacen que los gases se acumulen. Por eso, reducir el número de vehículos con tubo de escape es prioritario.

Con un crecimiento radial que se extiende desde el centro urbano y cubre gradualmente más y más área de la ciudad —en el futuro llegará a ser su totalidad—, las empresas que quieran seguir trabajando dentro de un área ZBE necesitarán adaptar su flota a la nueva normativa, ya sea mediante un vehículo ECO, de bajas emisiones, híbrido, etc., según marque la ZBE en cuestión.

Es aquí donde entran el renting y el leasing como solución para seguir accediendo a las zonas de bajas emisiones. Las condiciones de alquiler de flota son perfectas para poder optar por aquellos vehículos que sí pueden circular, convirtiéndose en una interesante alternativa para no perder cuota de mercado.

Entre los sectores que podrán aprovechar este tipo de movilidad se encuentran las empresas de reparto y mensajería, los servicios comerciales, los servicios técnicos a domicilio, furgonetas de carga en obras y otros dependientes de vehículos privados.

Ventajas de alquilar vehículos de bajas emisiones

Para las empresas, la ventaja principal de alquilar vehículos de bajas o nulas emisiones es la de poder circular sin restricciones. Dicho de otra forma, conservar la flexibilidad en materia de movilidad que se tenía anteriormente, pero dentro del nuevo modelo de ciudad.

Relacionada con esta ventaja se encuentra la de poder cambiar de vehículo cada cierto tiempo según vaya avanzando la ZBE, o según vaya cambiando la normativa. Como ejemplo, un área ahora central que permita circular a furgonetas diésel de 2010 o vehículos más nuevos, dentro de cinco años podría permitir solo aquellas de 2005 en adelante, lo que implicaría cambiar toda la flota. Además, es de esperar que esa área crezca con el tiempo para que la ciudad se descarbonice.

El renting flexible, una modalidad que permite la suscripción temporal a cierto vehículo, es una opción muy interesante tanto a la hora de acceder a una ZBE específica como si se busca ir reduciendo emisiones de forma paulatina.

El alquiler de vehículos es, además de una forma de ir desplazando los vehículos más contaminantes lejos del espacio social compartido con las personas, un modo de reducir el impacto año a año a medida que modelos más ecológicos lleguen a los concesionarios.

Así, los vehículos más contaminantes rodarán “lejos” de la gente, por carretera, hasta que sean sustituidos por nuevas generaciones al final de su vida útil. Durante ese tiempo habrán optimizado su coste ambiental, y pasarán a ser reciclados como parte de la economía circular.

Renting, leasing o MaaS ahorran impactos ambientales

Los vehículos motorizados privados como los coches o las motos pasan el 97 % de su vida útil aparcados, lo que implica que solo una veinteava parte de las emisiones e impacto necesarios para su fabricación resulta “útil” o puede usarse. El resto se desperdicia. Es por ello que cuantas más personas usen el mismo vehículo durante cierto tiempo, menos emisiones e impacto per cápita habrá.

El caso del alquiler de vehículos por minutos (MaaS o movilidad como servicio) es la opción de menos impacto respecto a la tenencia, seguido del renting por días, semanas, meses, años, etc. Y, sin duda, ayuda disponer de una flota de leasing en la oficina que los trabajadores puedan usar de forma compartida o rotativa.

“Alquilar”, frente a “tener” ahorra emisiones debido a que se maximiza el factor de simultaneidad. Esto significa que el vehículo se usa más tiempo y se aprovechan mejor las emisiones necesarias para su fabricación, que son elevadas.

¿Qué significa esto último? Que una empresa que tenga por objetivo reducir su impacto ambiental podría ir desplazando su flota en propiedad por vehículos de renting o leasing, a ser posible compartidos por los trabajadores.

El alquiler de vehículos supone una alternativa interesante a la hora de reducir emisiones e impacto ambiental empresarial, así como de asegurar la movilidad de la empresa ante un escenario de descarbonización.

]]>
https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/renting-o-leasing-de-vehiculos-de-bajas-emisiones-para-empresas/feed/ 0
Hidrógeno, ¿el combustible del futuro? https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/hidrogeno-el-combustible-del-futuro/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/hidrogeno-el-combustible-del-futuro/#respond Thu, 25 Feb 2021 18:26:31 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40150

El uso del hidrógeno como combustible no es algo nuevo, aunque últimamente escuchemos hablar mucho sobre él. De hecho, este elemento estaba presente en el primer motor de combustión interna, que se presentó en 1813. Con el paso de los años, su uso quedó relegado a un segundo plano porque entraron en acción carburantes como la gasolina o el gasóleo. Desde entonces, el hidrógeno se convirtió en una especie de eterno aspirante a llenar los depósitos de nuestros vehículos, incapaz de superar en precio a los derivados del petróleo.

Ahora, el hidrógeno tiene muchas papeletas para ocupar el trono de los combustibles en el futuro. Este combustible se ha convertido en una de las medidas estrella de la Unión Europea (UE) para descarbonizar la energía y alcanzar la neutralidad climática en 2050. Para ello, los fondos europeos Next Generation EU impulsarán la implantación del hidrógeno de origen renovable como fuente de energía, especialmente en el ámbito del transporte.

Reducir la huella del transporte

Reducir nuestra huella ambiental es el primer paso para frenar el cambio climático, uno de los mayores desafíos que afronta la humanidad actualmente. Esa es la razón detrás de muchas tendencias que ya nos resultan familiares. Por ejemplo, que las viviendas sean cada vez más eficientes, que se extienda el uso de energías renovables o que los coches sean cada vez más eléctricos.

Efectivamente, los vehículos incorporan cada vez más la tecnología eléctrica para cumplir con los estrictos estándares anticontaminación que impone la Unión Europea. Hay que reducir su huella de carbono como sea. No en vano, el transporte es el responsable de más del 30 % de las emisiones contaminantes en la Unión Europea. Y, en concreto, los coches, furgonetas, camiones y autobuses copan más del 70 % del total de esas emisiones, entre las que se encuentran las partículas y el óxido de nitrógeno, nocivos para la salud y el medio ambiente.

El camino que han encontrado los fabricantes para desarrollar automóviles menos contaminantes pasa por incorporar motores eléctricos que nos permitan desplazarnos sin emitir sustancias nocivas en el trayecto.

Dentro de esta alternativa, una de las vías más prometedoras es la tecnología de pila de combustible, que permite utilizar uno de los elementos más abundantes de la tabla periódica para mover un vehículo. Se trata de un desarrollo que permite repostar hidrógeno como si de gasolina se tratara y elimina dos de los grandes problemas de los vehículos eléctricos de batería: las largas esperas para recargarlos y la autonomía, que todavía resulta limitada.

Los vehículos de pila combustible transforman el hidrógeno de su depósito en electricidad -que utiliza el motor para funcionar- y en inofensivo vapor de agua -que sale por el escape. Esto quiere decir que los automóviles de pila de combustible no producen emisiones mientras circulan, al contrario de aquellos que utilizan carburantes.

Más allá de la movilidad

Aunque su utilización en vehículos es una de las más prometedoras, lo cierto es que las posibilidades del hidrógeno como sustituto de los combustibles fósiles no se quedan ahí. De hecho, la Unión Europea aspira a que el hidrógeno se emplee también en industrias como la química o la metalúrgica, en las que resulta difícil utilizar energía eléctrica por las altas temperaturas que requieren.

El ámbito residencial también podrá beneficiarse en el futuro del uso de hidrógeno como una alternativa sostenible al gas. Incluso la industria energética podría transformar en hidrógeno los excedentes de energía eléctrica de origen renovable que se producen en primavera y verano, para después almacenarlo. Así, ese hidrógeno se podría aprovechar en otoño e invierno, cuando la demanda es mayor, mediante el uso de pilas de combustible o turbinas.

Del gris al verde: la apuesta por un hidrógeno limpio

La cuestión es que producir hidrógeno no siempre es un proceso tan limpio como el que realiza la pila de combustible en un vehículo. Esto se debe a que el hidrógeno se puede obtener de varias maneras. Una de ellas resulta en el conocido como “hidrógeno gris”. Consiste en procesar combustibles fósiles como el gas natural para obtener este elemento, un proceso que finaliza con una importante cantidad de emisiones contaminantes.

Por esta razón, en la actualidad se desarrollan alternativas como el “hidrógeno azul”, que también emplea gas natural, pero captura las emisiones de carbono para almacenarlas o reutilizarlas después. O la gran promesa, el “hidrógeno verde”, que se obtiene mediante un proceso de electrólisis capaz de separar el hidrógeno del agua. Para ello, se utiliza electricidad procedente de energías renovables.

En este punto, la Unión Europea aspira a impulsar la producción de “hidrógeno verde” mediante el desarrollo de toda una economía en torno a este elemento.

La “economía del hidrógeno limpio” se desplegará en tres fases: la primera de ellas, que durará hasta 2024, tiene como objetivo descarbonizar su producción para usos actuales -principalmente en la industria-, mediante la instalación de seis gigavatios de electrolizadores, así como la promoción de nuevas aplicaciones. La segunda supondrá la instalación de 40 gigavatios hasta 2030 para que el hidrógeno se utilice también en camiones y trenes o en la industria del acero. En la tercera, hasta 2050, ya se espera el despliegue de hidrógeno limpio a gran escala para alcanzar incluso a sectores de difícil descarbonización.

Empresas, investigadores y entidades públicas ya trabajan en la transición a esa economía del hidrógeno renovable que persigue Europa en su objetivo de neutralidad climática. Un camino que, aunque está lleno de retos, parece haber recibido por fin el respaldo definitivo para llegar hasta el final.

]]>

El uso del hidrógeno como combustible no es algo nuevo, aunque últimamente escuchemos hablar mucho sobre él. De hecho, este elemento estaba presente en el primer motor de combustión interna, que se presentó en 1813. Con el paso de los años, su uso quedó relegado a un segundo plano porque entraron en acción carburantes como la gasolina o el gasóleo. Desde entonces, el hidrógeno se convirtió en una especie de eterno aspirante a llenar los depósitos de nuestros vehículos, incapaz de superar en precio a los derivados del petróleo.

Ahora, el hidrógeno tiene muchas papeletas para ocupar el trono de los combustibles en el futuro. Este combustible se ha convertido en una de las medidas estrella de la Unión Europea (UE) para descarbonizar la energía y alcanzar la neutralidad climática en 2050. Para ello, los fondos europeos Next Generation EU impulsarán la implantación del hidrógeno de origen renovable como fuente de energía, especialmente en el ámbito del transporte.

Reducir la huella del transporte

Reducir nuestra huella ambiental es el primer paso para frenar el cambio climático, uno de los mayores desafíos que afronta la humanidad actualmente. Esa es la razón detrás de muchas tendencias que ya nos resultan familiares. Por ejemplo, que las viviendas sean cada vez más eficientes, que se extienda el uso de energías renovables o que los coches sean cada vez más eléctricos.

Efectivamente, los vehículos incorporan cada vez más la tecnología eléctrica para cumplir con los estrictos estándares anticontaminación que impone la Unión Europea. Hay que reducir su huella de carbono como sea. No en vano, el transporte es el responsable de más del 30 % de las emisiones contaminantes en la Unión Europea. Y, en concreto, los coches, furgonetas, camiones y autobuses copan más del 70 % del total de esas emisiones, entre las que se encuentran las partículas y el óxido de nitrógeno, nocivos para la salud y el medio ambiente.

El camino que han encontrado los fabricantes para desarrollar automóviles menos contaminantes pasa por incorporar motores eléctricos que nos permitan desplazarnos sin emitir sustancias nocivas en el trayecto.

Dentro de esta alternativa, una de las vías más prometedoras es la tecnología de pila de combustible, que permite utilizar uno de los elementos más abundantes de la tabla periódica para mover un vehículo. Se trata de un desarrollo que permite repostar hidrógeno como si de gasolina se tratara y elimina dos de los grandes problemas de los vehículos eléctricos de batería: las largas esperas para recargarlos y la autonomía, que todavía resulta limitada.

Los vehículos de pila combustible transforman el hidrógeno de su depósito en electricidad -que utiliza el motor para funcionar- y en inofensivo vapor de agua -que sale por el escape. Esto quiere decir que los automóviles de pila de combustible no producen emisiones mientras circulan, al contrario de aquellos que utilizan carburantes.

Más allá de la movilidad

Aunque su utilización en vehículos es una de las más prometedoras, lo cierto es que las posibilidades del hidrógeno como sustituto de los combustibles fósiles no se quedan ahí. De hecho, la Unión Europea aspira a que el hidrógeno se emplee también en industrias como la química o la metalúrgica, en las que resulta difícil utilizar energía eléctrica por las altas temperaturas que requieren.

El ámbito residencial también podrá beneficiarse en el futuro del uso de hidrógeno como una alternativa sostenible al gas. Incluso la industria energética podría transformar en hidrógeno los excedentes de energía eléctrica de origen renovable que se producen en primavera y verano, para después almacenarlo. Así, ese hidrógeno se podría aprovechar en otoño e invierno, cuando la demanda es mayor, mediante el uso de pilas de combustible o turbinas.

Del gris al verde: la apuesta por un hidrógeno limpio

La cuestión es que producir hidrógeno no siempre es un proceso tan limpio como el que realiza la pila de combustible en un vehículo. Esto se debe a que el hidrógeno se puede obtener de varias maneras. Una de ellas resulta en el conocido como “hidrógeno gris”. Consiste en procesar combustibles fósiles como el gas natural para obtener este elemento, un proceso que finaliza con una importante cantidad de emisiones contaminantes.

Por esta razón, en la actualidad se desarrollan alternativas como el “hidrógeno azul”, que también emplea gas natural, pero captura las emisiones de carbono para almacenarlas o reutilizarlas después. O la gran promesa, el “hidrógeno verde”, que se obtiene mediante un proceso de electrólisis capaz de separar el hidrógeno del agua. Para ello, se utiliza electricidad procedente de energías renovables.

En este punto, la Unión Europea aspira a impulsar la producción de “hidrógeno verde” mediante el desarrollo de toda una economía en torno a este elemento.

La “economía del hidrógeno limpio” se desplegará en tres fases: la primera de ellas, que durará hasta 2024, tiene como objetivo descarbonizar su producción para usos actuales -principalmente en la industria-, mediante la instalación de seis gigavatios de electrolizadores, así como la promoción de nuevas aplicaciones. La segunda supondrá la instalación de 40 gigavatios hasta 2030 para que el hidrógeno se utilice también en camiones y trenes o en la industria del acero. En la tercera, hasta 2050, ya se espera el despliegue de hidrógeno limpio a gran escala para alcanzar incluso a sectores de difícil descarbonización.

Empresas, investigadores y entidades públicas ya trabajan en la transición a esa economía del hidrógeno renovable que persigue Europa en su objetivo de neutralidad climática. Un camino que, aunque está lleno de retos, parece haber recibido por fin el respaldo definitivo para llegar hasta el final.

]]>
https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/hidrogeno-el-combustible-del-futuro/feed/ 0
Tres ciudades del futuro que ya podemos visitar https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/tres-ciudades-del-futuro-que-ya-podemos-visitar/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/tres-ciudades-del-futuro-que-ya-podemos-visitar/#respond Fri, 13 Sep 2019 07:10:57 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=34120

¿A quién no le gustaría ver cómo será la vida en el futuro? A falta de bolas de cristal funcionales, lo mejor es que nos dejemos guiar por los indicios que ya tenemos y que nos indican que la mayoría de nosotros viviremos en ciudades en las que la tecnología y la sostenibilidad serán imprescindibles.

 

Y los datos avalan esta teoría, ya que, según la ONU, en 2050, el 68% de la población mundial habitará en ciudades, mientras que hoy día lo hace el 55%. Esto supone que, a mediados de este siglo, unos 2.500 millones más de personas vivirán en entornos urbanos.

 

La presión que ejercerá la población sobre las ciudades pondrá a prueba la capacidad de las mismas, ya que estamos hablando de muchas personas compartiendo un espacio reducido, en el que vivirán, trabajarán y disfrutarán de su tiempo libre. Estas mismas personas demandarán también todo tipo de servicios y recursos, como desplazamientos o acceso a la tecnología y la sanidad.

 

Por dicho motivo, arquitectos, ingenieros y urbanistas se han puesto ya manos a la obra, ensayando sus ideas sobre áreas urbanas ya existentes e incluso levantando otras desde cero con la mente puesta en el futuro. Esto hace que ciertas ciudades sobresalgan hoy como las más punterasLas ciudades del futuro, por las que ya podemos pasear, destacan sobre todo por dos cuestiones: su sostenibilidad y su tecnología. De hecho, la ONU ha incluido los entornos urbanos entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El organismo considera que no es posible alcanzar dicho desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la manera como construimos y administramos las urbes.

 

A continuación, veremos tres ejemplos de ciudades que ya muestran el camino hacia el que se dirige el urbanismo del siglo xxi.

Songdo (Corea del Sur)

Este es tal vez uno de los ejemplos más llamativos, porque Songdo es una ciudad que comenzó a construirse desde cero en 2002 y en la actualidad ya acoge a más de 100.000 habitantes. Se encuentra a 65 kilómetros de Seúl y aspira a convertirse en la primera ciudad inteligente y totalmente sostenible.

 

Para conseguirlo, Songdo ha apostado por una planificación urbana que pone a las personas en el centro y por la adopción de tecnologías. En la urbe predominan los espacios de uso mixto, que son aquellos que aglutinan residencia, servicios, ocio y lugares de trabajo. Además, las distancias entre las viviendas y el resto de espacios se han calculado al milímetro para poder cubrir a pie los trayectos que las separan. En caso de ser necesario el uso del transporte público, existen paradas de metro y autobús a un máximo de 12 minutos andando.

 

Gracias a su planificación, los coches de combustión interna y los camiones de recogida de residuos han sido sustituidos por bicicletas y por un sistema de tubos neumáticos que se encarga de hacer desaparecer la basura. Además, el 40% del espacio de la ciudad lo ocupan zonas verdes. Asimismo, se espera también que la mayoría de sus edificios de viviendas reciclen al menos el 40% del agua que utilizan y que almacenen energía de fuentes renovables en baterías para reducir el uso de la red eléctrica.

Singapur (Singapur)

Si existía un ejemplo de metrópolis con muchas papeletas para colapsar y que ha sabido reconducir la situación ese es el de Singapur. Esta ciudad-estado asiática se ha colado entre las urbes más sostenibles del planeta.

 

A base de planes estratégicos, las autoridades se pusieron manos a la obra para mejorar la calidad de vida, apostando claramente por optimizar la movilidad y la conectividad, en una ciudad en la que se espera un aumento de la población del 7% para 2030.

 

Hoy en día, Singapur cuenta con transportes colectivos rápidos y ejerce como banco de pruebas para desarrollar soluciones de movilidad que ayuden a reducir su dependencia de los coches. Además, se ha instalado una red de sensores para medir la contaminación y el volumen de tráfico, para poder reaccionar inmediatamente en caso necesidad, e incluso se ha creado un sistema de mapas en 3D para monitorizar la eficiencia energética de cada edificio. Por su parte, los doctores de los hospitales de Singapur cuentan con robots ayudantes que incluso son capaces de interactuar con humanos y sonreír.

 

En cuanto a la cuestión verde, se han creado «superárboles» que regulan la temperatura de la ciudad, absorbiendo y dispersando calor, además de recoger agua de lluvia. La urbanización residencial Tree House, con bloques de 24 pisos, es el mayor jardín vertical del mundo.

Copenhague (Dinamarca)

La capital de Dinamarca es una apuesta segura dentro de los rankings de ciudades inteligentes que elaboran distintos organismos cada año. Incluso hay quien considera que ha sobrepasado esa etiqueta para pasar a ser una «ciudad receptiva», un concepto referido a aquellas urbes que ponen al ciudadano en el centro de la acción y no de la observación.

 

Copenhague es una ciudad hecha por y para sus ciudadanos, quienes participan en su diseño y gestión utilizando toda la tecnología a su alcance y compartiendo datos que ayudan a optimizar la ciudad. Se trata de un camino que han emprendido también otras urbes como Zúrich o Barcelona.

 

De hecho, la tecnología ha transformado por completo Copenhague convirtiéndola en un paraíso para los ciclistas. La capital danesa aspira a neutralizar su huella de carbono en 2025, en un país que pretende lograr su independencia de los combustibles fósiles en 2050.

 

Respecto al intercambio de datos y su uso para mejorar la ciudad, Copenhague ha implantado el primer data marketplace del mundo. Este espacio ofrece información urbana pública y privada de todo tipo a empresas y ciudadanos, que pueden acceder a los datos para desarrollar soluciones inteligentes en cualquier ámbito.

Ente otros avances, los habitantes de Copenhague pueden comprobar ya en tiempo real, por ejemplo, la disponibilidad de aparcamiento cuando se celebran grandes eventos. Ello es posible gracias al hecho de que la ciudad dispone de un sistema de intercambio de datos entre smartphones, dispositivos GPS instalados en los autobuses y sensores situados en lugares como alcantarillas y papeleras. Este sistema permite también estudiar los patrones de movilidad de los habitantes para ajustar la planificación de la ciudad, aumentar su seguridad y optimizar el uso de recursos, además de para regular el tráfico en tiempo real y reducir las emisiones contaminantes o para ajustar el consumo energético de los edificios.

 

Las ciudades del futuro ya están aquí y todas tienen en común el afán por convertirse en lugares cada vez más amables con sus habitantes y también con el planeta. Un esfuerzo en el que la tecnología tiene un papel fundamental.

]]>

¿A quién no le gustaría ver cómo será la vida en el futuro? A falta de bolas de cristal funcionales, lo mejor es que nos dejemos guiar por los indicios que ya tenemos y que nos indican que la mayoría de nosotros viviremos en ciudades en las que la tecnología y la sostenibilidad serán imprescindibles.

 

Y los datos avalan esta teoría, ya que, según la ONU, en 2050, el 68% de la población mundial habitará en ciudades, mientras que hoy día lo hace el 55%. Esto supone que, a mediados de este siglo, unos 2.500 millones más de personas vivirán en entornos urbanos.

 

La presión que ejercerá la población sobre las ciudades pondrá a prueba la capacidad de las mismas, ya que estamos hablando de muchas personas compartiendo un espacio reducido, en el que vivirán, trabajarán y disfrutarán de su tiempo libre. Estas mismas personas demandarán también todo tipo de servicios y recursos, como desplazamientos o acceso a la tecnología y la sanidad.

 

Por dicho motivo, arquitectos, ingenieros y urbanistas se han puesto ya manos a la obra, ensayando sus ideas sobre áreas urbanas ya existentes e incluso levantando otras desde cero con la mente puesta en el futuro. Esto hace que ciertas ciudades sobresalgan hoy como las más punterasLas ciudades del futuro, por las que ya podemos pasear, destacan sobre todo por dos cuestiones: su sostenibilidad y su tecnología. De hecho, la ONU ha incluido los entornos urbanos entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El organismo considera que no es posible alcanzar dicho desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la manera como construimos y administramos las urbes.

 

A continuación, veremos tres ejemplos de ciudades que ya muestran el camino hacia el que se dirige el urbanismo del siglo xxi.

Songdo (Corea del Sur)

Este es tal vez uno de los ejemplos más llamativos, porque Songdo es una ciudad que comenzó a construirse desde cero en 2002 y en la actualidad ya acoge a más de 100.000 habitantes. Se encuentra a 65 kilómetros de Seúl y aspira a convertirse en la primera ciudad inteligente y totalmente sostenible.

 

Para conseguirlo, Songdo ha apostado por una planificación urbana que pone a las personas en el centro y por la adopción de tecnologías. En la urbe predominan los espacios de uso mixto, que son aquellos que aglutinan residencia, servicios, ocio y lugares de trabajo. Además, las distancias entre las viviendas y el resto de espacios se han calculado al milímetro para poder cubrir a pie los trayectos que las separan. En caso de ser necesario el uso del transporte público, existen paradas de metro y autobús a un máximo de 12 minutos andando.

 

Gracias a su planificación, los coches de combustión interna y los camiones de recogida de residuos han sido sustituidos por bicicletas y por un sistema de tubos neumáticos que se encarga de hacer desaparecer la basura. Además, el 40% del espacio de la ciudad lo ocupan zonas verdes. Asimismo, se espera también que la mayoría de sus edificios de viviendas reciclen al menos el 40% del agua que utilizan y que almacenen energía de fuentes renovables en baterías para reducir el uso de la red eléctrica.

Singapur (Singapur)

Si existía un ejemplo de metrópolis con muchas papeletas para colapsar y que ha sabido reconducir la situación ese es el de Singapur. Esta ciudad-estado asiática se ha colado entre las urbes más sostenibles del planeta.

 

A base de planes estratégicos, las autoridades se pusieron manos a la obra para mejorar la calidad de vida, apostando claramente por optimizar la movilidad y la conectividad, en una ciudad en la que se espera un aumento de la población del 7% para 2030.

 

Hoy en día, Singapur cuenta con transportes colectivos rápidos y ejerce como banco de pruebas para desarrollar soluciones de movilidad que ayuden a reducir su dependencia de los coches. Además, se ha instalado una red de sensores para medir la contaminación y el volumen de tráfico, para poder reaccionar inmediatamente en caso necesidad, e incluso se ha creado un sistema de mapas en 3D para monitorizar la eficiencia energética de cada edificio. Por su parte, los doctores de los hospitales de Singapur cuentan con robots ayudantes que incluso son capaces de interactuar con humanos y sonreír.

 

En cuanto a la cuestión verde, se han creado «superárboles» que regulan la temperatura de la ciudad, absorbiendo y dispersando calor, además de recoger agua de lluvia. La urbanización residencial Tree House, con bloques de 24 pisos, es el mayor jardín vertical del mundo.

Copenhague (Dinamarca)

La capital de Dinamarca es una apuesta segura dentro de los rankings de ciudades inteligentes que elaboran distintos organismos cada año. Incluso hay quien considera que ha sobrepasado esa etiqueta para pasar a ser una «ciudad receptiva», un concepto referido a aquellas urbes que ponen al ciudadano en el centro de la acción y no de la observación.

 

Copenhague es una ciudad hecha por y para sus ciudadanos, quienes participan en su diseño y gestión utilizando toda la tecnología a su alcance y compartiendo datos que ayudan a optimizar la ciudad. Se trata de un camino que han emprendido también otras urbes como Zúrich o Barcelona.

 

De hecho, la tecnología ha transformado por completo Copenhague convirtiéndola en un paraíso para los ciclistas. La capital danesa aspira a neutralizar su huella de carbono en 2025, en un país que pretende lograr su independencia de los combustibles fósiles en 2050.

 

Respecto al intercambio de datos y su uso para mejorar la ciudad, Copenhague ha implantado el primer data marketplace del mundo. Este espacio ofrece información urbana pública y privada de todo tipo a empresas y ciudadanos, que pueden acceder a los datos para desarrollar soluciones inteligentes en cualquier ámbito.

Ente otros avances, los habitantes de Copenhague pueden comprobar ya en tiempo real, por ejemplo, la disponibilidad de aparcamiento cuando se celebran grandes eventos. Ello es posible gracias al hecho de que la ciudad dispone de un sistema de intercambio de datos entre smartphones, dispositivos GPS instalados en los autobuses y sensores situados en lugares como alcantarillas y papeleras. Este sistema permite también estudiar los patrones de movilidad de los habitantes para ajustar la planificación de la ciudad, aumentar su seguridad y optimizar el uso de recursos, además de para regular el tráfico en tiempo real y reducir las emisiones contaminantes o para ajustar el consumo energético de los edificios.

 

Las ciudades del futuro ya están aquí y todas tienen en común el afán por convertirse en lugares cada vez más amables con sus habitantes y también con el planeta. Un esfuerzo en el que la tecnología tiene un papel fundamental.

]]>
https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/tres-ciudades-del-futuro-que-ya-podemos-visitar/feed/ 0
Automobile Barcelona 2019: cien años de automoción https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/automobile-barcelona-2019-cien-anos-de-automocion/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/automobile-barcelona-2019-cien-anos-de-automocion/#respond Fri, 10 May 2019 11:21:08 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=31570

El primer Salón del Automóvil de Barcelona se celebró en 1919 en el Palacio de las Bellas Artes del Parque de la Ciutadella. Las imágenes de esa primera edición demuestran que una feria de esta magnitud supuso una verdadera revolución para la ciudad.

100 años después, el Salón sigue en plena forma. Del 9 al 11 de mayo, Barcelona se convertirá en la capital mundial de la automoción del presente y del futuro de la mano de una feria que ha sabido adaptarse al siglo xxi. En el centenario de su inauguración, el tradicional Salón del Automóvil se convierte en Automobile en una edición que incorporará tendencias como la conectividad 5G, la conducción autónoma o el Internet de las Cosas y, entre otras novedades, mostrará los últimos modelos de vehículos híbridos. En Automobile Barcelona 2019 se darán cita más de 44 firmas automovilísticas, un 46 % más que en las ediciones anteriores.

Los visitantes de esta nueva edición del Salón podrán hacerse una idea sobre la nueva morfología de las calles en las ciudades del futuro y su impacto en la vida cotidiana. Está previsto que se presente también el primer vehículo volador, aunque no podrá probarse todavía.

Uno de los principales espacios de la feria será la Connected Street, una pasarela que permitirá al usuario conocer todas estas nuevas tecnologías y descubrir de primera mano sus ventajas e inconvenientes a través de una serie de experiencias disruptivas.

Coches que funcionan solos

La Connected Street presentará los seis niveles de conducción autónoma establecidos por la Sociedad de Ingenieros de la Automoción (SAE) a través de diferentes actividades.

Desde el nivel 0, en el que el conductor realiza casi todas las acciones, hasta el nivel 5, en el que el conductor y los pasajeros se desentienden de la conducción, existe un amplio abanico de tecnologías que facilitan en menor o mayor grado la experiencia del usuario. Hoy en día se pueden encontrar en el mercado vehículos hasta el nivel 3 de conducción autónoma; funciones como el asistente de aparcamiento o la monitorización 360° del entorno del vehículo se englobarían dentro de este tipo de aplicaciones. En el nivel 5, fabricantes como Ford y General Motors han desarrollado prototipos de vehículos sin, por ejemplo, pedales o volante. Son modelos que utilizan la conectividad 5G como eje central de su funcionamiento.

Varios fabricantes presentaron novedades de este tipo en la pasada edición del Salón del Automóvil de Ginebra, como por ejemplo el dispositivo OneButton, ideado por Volkswagen y la firma especializada Aurora, que incorpora un GPS móvil que permite llamar al vehículo a distancia y hacer que recoja al conductor donde este le indique.

Car2Car y Car2x, la seguridad de estar conectados

El desarrollo y la implementación de tecnologías como la conectividad 5G están centrados en potenciar la seguridad vial a través de dos vertientes esenciales: la conexión vehículo a vehículo (Car2Car) y la de vehículo a infraestructuras (Car2x).

¿Cómo actúa esta tecnología para evitar accidentes? Cuando un vehículo equipado con conectividad Car2Car detecta en la carretera algún tipo de peligro, lo notifica al resto de vehículos de su entorno. Este sistema funciona mediante sensores que, implementados en los automóviles, son capaces de detectar cambios de trayectoria o de velocidad.

La tecnología Car2x, en cambio, establece conexiones entre vehículos e infraestructuras físicas, como por ejemplo semáforos, que transmiten información a tiempo real. De este modo, el automóvil puede saber con antelación, por ejemplo, el momento en el que un semáforo va a cambiar a verde, y así es capaz de regular la marcha. En el pasado Mobile World Congress, SEAT presentó junto con Telefónica el proyecto piloto Connected Car, que permite establecer conexiones entre los vehículos y el mobiliario urbano, en lo que supone un paso más hacia las llamadas ciudades inteligentes.

Conducción y sostenibilidad: vehículos eléctricos e híbridos

Según el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE), el Gobierno de España se plantea prohibir, a partir del año 2040, la matriculación o la venta de turismos y vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono (CO2). Esta medida obliga a los conductores a plantearse la posibilidad de adquirir vehículos que funcionen con combustibles más sostenibles, modelos que hasta la fecha destacan por su limitada autonomía.

 

Aun así, algunos de los nuevos modelos de vehículos eléctricos como el Audi e-tron o Nissan Leaf, líder de ventas de esta gama, están revirtiendo esta tendencia. Automobile Barcelona 2019 expondrá también las novedades en este ámbito.

Hacia los coches voladores

Uno de los principales atractivos del Automobile 2019 será, sin duda, la presentación del coche volador. No es la primera vez que el Salón del Automóvil de Barcelona exhibe un vehículo de estas características: en 1925, el ingeniero murciano Ricardo de la Cierva presentó el autogiro, una aeronave de ala giratoria híbrido entre la avioneta y el helicóptero.

En 2019, el coche volador se llama PAL-V Liberty y es de origen holandés. El prototipo que se verá en Automobile es un vehículo biplaza de tres ruedas, que puede pasar de aéreo a terrestre mediante una breve transición. Para su conducción es necesaria, por el momento, la licencia de piloto.

Automobile Barcelona 2019 celebrará por todo lo alto un siglo de existencia, en el que Barcelona se convertirá por unos días en la capital mundial del motor.

]]>

El primer Salón del Automóvil de Barcelona se celebró en 1919 en el Palacio de las Bellas Artes del Parque de la Ciutadella. Las imágenes de esa primera edición demuestran que una feria de esta magnitud supuso una verdadera revolución para la ciudad.

100 años después, el Salón sigue en plena forma. Del 9 al 11 de mayo, Barcelona se convertirá en la capital mundial de la automoción del presente y del futuro de la mano de una feria que ha sabido adaptarse al siglo xxi. En el centenario de su inauguración, el tradicional Salón del Automóvil se convierte en Automobile en una edición que incorporará tendencias como la conectividad 5G, la conducción autónoma o el Internet de las Cosas y, entre otras novedades, mostrará los últimos modelos de vehículos híbridos. En Automobile Barcelona 2019 se darán cita más de 44 firmas automovilísticas, un 46 % más que en las ediciones anteriores.

Los visitantes de esta nueva edición del Salón podrán hacerse una idea sobre la nueva morfología de las calles en las ciudades del futuro y su impacto en la vida cotidiana. Está previsto que se presente también el primer vehículo volador, aunque no podrá probarse todavía.

Uno de los principales espacios de la feria será la Connected Street, una pasarela que permitirá al usuario conocer todas estas nuevas tecnologías y descubrir de primera mano sus ventajas e inconvenientes a través de una serie de experiencias disruptivas.

Coches que funcionan solos

La Connected Street presentará los seis niveles de conducción autónoma establecidos por la Sociedad de Ingenieros de la Automoción (SAE) a través de diferentes actividades.

Desde el nivel 0, en el que el conductor realiza casi todas las acciones, hasta el nivel 5, en el que el conductor y los pasajeros se desentienden de la conducción, existe un amplio abanico de tecnologías que facilitan en menor o mayor grado la experiencia del usuario. Hoy en día se pueden encontrar en el mercado vehículos hasta el nivel 3 de conducción autónoma; funciones como el asistente de aparcamiento o la monitorización 360° del entorno del vehículo se englobarían dentro de este tipo de aplicaciones. En el nivel 5, fabricantes como Ford y General Motors han desarrollado prototipos de vehículos sin, por ejemplo, pedales o volante. Son modelos que utilizan la conectividad 5G como eje central de su funcionamiento.

Varios fabricantes presentaron novedades de este tipo en la pasada edición del Salón del Automóvil de Ginebra, como por ejemplo el dispositivo OneButton, ideado por Volkswagen y la firma especializada Aurora, que incorpora un GPS móvil que permite llamar al vehículo a distancia y hacer que recoja al conductor donde este le indique.

Car2Car y Car2x, la seguridad de estar conectados

El desarrollo y la implementación de tecnologías como la conectividad 5G están centrados en potenciar la seguridad vial a través de dos vertientes esenciales: la conexión vehículo a vehículo (Car2Car) y la de vehículo a infraestructuras (Car2x).

¿Cómo actúa esta tecnología para evitar accidentes? Cuando un vehículo equipado con conectividad Car2Car detecta en la carretera algún tipo de peligro, lo notifica al resto de vehículos de su entorno. Este sistema funciona mediante sensores que, implementados en los automóviles, son capaces de detectar cambios de trayectoria o de velocidad.

La tecnología Car2x, en cambio, establece conexiones entre vehículos e infraestructuras físicas, como por ejemplo semáforos, que transmiten información a tiempo real. De este modo, el automóvil puede saber con antelación, por ejemplo, el momento en el que un semáforo va a cambiar a verde, y así es capaz de regular la marcha. En el pasado Mobile World Congress, SEAT presentó junto con Telefónica el proyecto piloto Connected Car, que permite establecer conexiones entre los vehículos y el mobiliario urbano, en lo que supone un paso más hacia las llamadas ciudades inteligentes.

Conducción y sostenibilidad: vehículos eléctricos e híbridos

Según el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE), el Gobierno de España se plantea prohibir, a partir del año 2040, la matriculación o la venta de turismos y vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono (CO2). Esta medida obliga a los conductores a plantearse la posibilidad de adquirir vehículos que funcionen con combustibles más sostenibles, modelos que hasta la fecha destacan por su limitada autonomía.

 

Aun así, algunos de los nuevos modelos de vehículos eléctricos como el Audi e-tron o Nissan Leaf, líder de ventas de esta gama, están revirtiendo esta tendencia. Automobile Barcelona 2019 expondrá también las novedades en este ámbito.

Hacia los coches voladores

Uno de los principales atractivos del Automobile 2019 será, sin duda, la presentación del coche volador. No es la primera vez que el Salón del Automóvil de Barcelona exhibe un vehículo de estas características: en 1925, el ingeniero murciano Ricardo de la Cierva presentó el autogiro, una aeronave de ala giratoria híbrido entre la avioneta y el helicóptero.

En 2019, el coche volador se llama PAL-V Liberty y es de origen holandés. El prototipo que se verá en Automobile es un vehículo biplaza de tres ruedas, que puede pasar de aéreo a terrestre mediante una breve transición. Para su conducción es necesaria, por el momento, la licencia de piloto.

Automobile Barcelona 2019 celebrará por todo lo alto un siglo de existencia, en el que Barcelona se convertirá por unos días en la capital mundial del motor.

]]>
https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/automobile-barcelona-2019-cien-anos-de-automocion/feed/ 0