> ProFuturo – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 Coronavirus y brecha digital, lecciones aprendidas https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/coronavirus-y-brecha-digital-lecciones-aprendidas/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/coronavirus-y-brecha-digital-lecciones-aprendidas/#respond Tue, 25 Aug 2020 16:15:40 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=38790

Vivimos en una sociedad interconectada en la que los avances tecnológicos han cambiado nuestra forma de interactuar, así como el modo en el que trabajamos y aprendemos. Las videoconferencias, las clases telemáticas o las compras on-line se han convertido en recursos necesarios para mantener una normalidad relativa, especialmente durante los días de confinamiento. Además, han puesto de manifiesto las diferencias que ya existían en el acceso y uso de la tecnología en determinados colectivos, como los estudiantes con pocos recursos o los mayores, y que ahora se han visto acentuadas. Son lecciones que hemos tenido que aprender a marchas forzadas durante la pandemia de la COVID-19, pero que resultan muy valiosas para poder corregirlas de cara al futuro.

En los casos de esos dos colectivos, los efectos negativos de la brecha digital se han hecho especialmente evidentes. “Las desigualdades en la preparación digital son un obstáculo para que una gran parte de la población mundial pueda aprovechar las ventajas que ofrecen las tecnologías para hacer frente a la pandemia de coronavirus al quedarnos en casa”, advierte la directora de Tecnología y Logística de la Conferencia de las Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Shamika Sirimanne.

La brecha digital no es una cuestión menor. De hecho, está relacionada con al menos tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU en su Agenda 2030 para promover la prosperidad de todos y preservar el planeta. Se trata de los objetivos número 1 (Fin de la pobreza), 4 (Educación de calidad) y 10 (Reducción de las desigualdades). Acabar con esa brecha es esencial para que todos los ciudadanos puedan prosperar y ejercer sus derechos, sin importar su origen o las circunstancias de su vida.

Acceso a clases on-line

En el sector de la enseñanza, la adopción de la pretendida innovación educativa a través de las TIC aún se encuentra en etapas tempranas en muchos centros del país. La mayoría se han visto obligados a impartir clases de manera telemática sin contar con herramientas ni con una metodología definida. Una dificultad acrecentada por el hecho de que parte del alumnado carece de lo necesario para poder seguir el ritmo de las clases on-line, como un dispositivo adecuado o conexión a Internet.

Para facilitar el acceso a estos recursos, instituciones públicas y empresas han unido esfuerzos a través de diversos proyectos. Así, 15 días después de decretarse el estado de alarma, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) puso en marcha una iniciativa dirigida a los alumnos más vulnerables. A través de Telefónica, facilitó 20.000 líneas móviles con conexiones de 40 GB de datos para estudiantes de Bachillerato y FP. Cisco aporta en este proyecto una herramienta de colaboración que incluye funcionalidades para crear un aula virtual, como videoconferencia y compartición de escritorio. IBM, por su parte, aporta soporte para la adopción y uso de la plataforma tecnológica. Cerca de 600 profesionales se han inscrito como voluntarios para asesorar a los docentes para que puedan aprovechar al máximo la interacción con los alumnos.

También la Fundación ”la Caixa”, a través del programa ProFuturo, ha donado miles de tabletas a distintos colectivos. Este fue el caso de familias en situación vulnerable y con hijos en edad escolar de distintos lugares de España, a quienes se entregaron dispositivos con el fin de que pudieran continuar con su educación desde sus domicilios.

Asimismo, los miembros de la Asociación de Voluntarios de ”la Caixa” han realizado un importante esfuerzo de formación y digitalización para poder seguir colaborando con distintos proyectos a distancia. Un ejemplo de ellos es la iniciativa Cartas contra la Soledad, que facilita el envío de correos electrónicos a personas mayores que viven en residencias y sufren aislamiento por la pandemia.

El objetivo de esta acción consiste en evitar que la brecha digital aumente el riesgo de exclusión en el que ya se encuentran los menores. Se trata de que ningún niño se quede sin su derecho a la educación por el hecho de no tener un equipo informático en su domicilio. La donación de tabletas también abarca hospitales y residencias de mayores, donde se han prohibido las visitas, para que los ingresados puedan recibir el apoyo de sus familiares.

Mayores y servicios financieros

Hay que recordar que las personas mayores son otro de los grupos de población que se han visto sacudidos por la brecha digital en esta pandemia. Al igual que algunos estudiantes, la falta de dispositivos y conexión a Internet, o sus inseguridades a la hora de manejarse con las tecnologías, han dificultado que las usen de manera generalizada. También ha provocado que hayan necesitado ayuda durante el confinamiento para realizar sus actividades más básicas, como el acceso a sus servicios financieros.

Para salvar este obstáculo, CaixaBank ha implantado un plan para evitar desplazamientos a sus oficinas a sus 2,7 millones de clientes mayores de 65 años y, por tanto, la exposición al coronavirus de este colectivo vulnerable. Entre las medidas adoptadas se encuentra el cobro adelantado de la pensión. Como consecuencia, cerca del 85 % de los jubilados clientes de CaixaBank no realizaron reintegros en efectivo ni en cajeros ni en oficinas durante los días posteriores al cobro de la pensión en el mes de marzo. El mes anterior, alrededor de la mitad de los pensionistas sí se habían desplazado presencialmente a su oficina para retirar dinero.

Por otro lado, CaixaBank ha utilizado inteligencia artificial para detectar los servicios más demandados por sus clientes senior en sus oficinas y ofrecerles nuevas operativas financieras específicas a través de Internet. Además, la entidad no devuelve los recibos básicos de los clientes mayores de 65 años, como los de la luz, el gas o el agua, aunque la cuenta bancaria se encuentre en descubierto.

La crisis sanitaria que vivimos estas semanas ha dejado al descubierto las carencias de algunos colectivos. Aunque la tecnología está disponible, no siempre se encuentra al alcance de toda la población, ya sea por motivos sociales o económicos. Acabar con esa brecha digital es una más de las lecciones que debemos aprender cuando dejemos atrás este momento excepcional.

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Vivimos en una sociedad interconectada en la que los avances tecnológicos han cambiado nuestra forma de interactuar, así como el modo en el que trabajamos y aprendemos. Las videoconferencias, las clases telemáticas o las compras on-line se han convertido en recursos necesarios para mantener una normalidad relativa, especialmente durante los días de confinamiento. Además, han puesto de manifiesto las diferencias que ya existían en el acceso y uso de la tecnología en determinados colectivos, como los estudiantes con pocos recursos o los mayores, y que ahora se han visto acentuadas. Son lecciones que hemos tenido que aprender a marchas forzadas durante la pandemia de la COVID-19, pero que resultan muy valiosas para poder corregirlas de cara al futuro.

En los casos de esos dos colectivos, los efectos negativos de la brecha digital se han hecho especialmente evidentes. “Las desigualdades en la preparación digital son un obstáculo para que una gran parte de la población mundial pueda aprovechar las ventajas que ofrecen las tecnologías para hacer frente a la pandemia de coronavirus al quedarnos en casa”, advierte la directora de Tecnología y Logística de la Conferencia de las Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Shamika Sirimanne.

La brecha digital no es una cuestión menor. De hecho, está relacionada con al menos tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU en su Agenda 2030 para promover la prosperidad de todos y preservar el planeta. Se trata de los objetivos número 1 (Fin de la pobreza), 4 (Educación de calidad) y 10 (Reducción de las desigualdades). Acabar con esa brecha es esencial para que todos los ciudadanos puedan prosperar y ejercer sus derechos, sin importar su origen o las circunstancias de su vida.

Acceso a clases on-line

En el sector de la enseñanza, la adopción de la pretendida innovación educativa a través de las TIC aún se encuentra en etapas tempranas en muchos centros del país. La mayoría se han visto obligados a impartir clases de manera telemática sin contar con herramientas ni con una metodología definida. Una dificultad acrecentada por el hecho de que parte del alumnado carece de lo necesario para poder seguir el ritmo de las clases on-line, como un dispositivo adecuado o conexión a Internet.

Para facilitar el acceso a estos recursos, instituciones públicas y empresas han unido esfuerzos a través de diversos proyectos. Así, 15 días después de decretarse el estado de alarma, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) puso en marcha una iniciativa dirigida a los alumnos más vulnerables. A través de Telefónica, facilitó 20.000 líneas móviles con conexiones de 40 GB de datos para estudiantes de Bachillerato y FP. Cisco aporta en este proyecto una herramienta de colaboración que incluye funcionalidades para crear un aula virtual, como videoconferencia y compartición de escritorio. IBM, por su parte, aporta soporte para la adopción y uso de la plataforma tecnológica. Cerca de 600 profesionales se han inscrito como voluntarios para asesorar a los docentes para que puedan aprovechar al máximo la interacción con los alumnos.

También la Fundación ”la Caixa”, a través del programa ProFuturo, ha donado miles de tabletas a distintos colectivos. Este fue el caso de familias en situación vulnerable y con hijos en edad escolar de distintos lugares de España, a quienes se entregaron dispositivos con el fin de que pudieran continuar con su educación desde sus domicilios.

Asimismo, los miembros de la Asociación de Voluntarios de ”la Caixa” han realizado un importante esfuerzo de formación y digitalización para poder seguir colaborando con distintos proyectos a distancia. Un ejemplo de ellos es la iniciativa Cartas contra la Soledad, que facilita el envío de correos electrónicos a personas mayores que viven en residencias y sufren aislamiento por la pandemia.

El objetivo de esta acción consiste en evitar que la brecha digital aumente el riesgo de exclusión en el que ya se encuentran los menores. Se trata de que ningún niño se quede sin su derecho a la educación por el hecho de no tener un equipo informático en su domicilio. La donación de tabletas también abarca hospitales y residencias de mayores, donde se han prohibido las visitas, para que los ingresados puedan recibir el apoyo de sus familiares.

Mayores y servicios financieros

Hay que recordar que las personas mayores son otro de los grupos de población que se han visto sacudidos por la brecha digital en esta pandemia. Al igual que algunos estudiantes, la falta de dispositivos y conexión a Internet, o sus inseguridades a la hora de manejarse con las tecnologías, han dificultado que las usen de manera generalizada. También ha provocado que hayan necesitado ayuda durante el confinamiento para realizar sus actividades más básicas, como el acceso a sus servicios financieros.

Para salvar este obstáculo, CaixaBank ha implantado un plan para evitar desplazamientos a sus oficinas a sus 2,7 millones de clientes mayores de 65 años y, por tanto, la exposición al coronavirus de este colectivo vulnerable. Entre las medidas adoptadas se encuentra el cobro adelantado de la pensión. Como consecuencia, cerca del 85 % de los jubilados clientes de CaixaBank no realizaron reintegros en efectivo ni en cajeros ni en oficinas durante los días posteriores al cobro de la pensión en el mes de marzo. El mes anterior, alrededor de la mitad de los pensionistas sí se habían desplazado presencialmente a su oficina para retirar dinero.

Por otro lado, CaixaBank ha utilizado inteligencia artificial para detectar los servicios más demandados por sus clientes senior en sus oficinas y ofrecerles nuevas operativas financieras específicas a través de Internet. Además, la entidad no devuelve los recibos básicos de los clientes mayores de 65 años, como los de la luz, el gas o el agua, aunque la cuenta bancaria se encuentre en descubierto.

La crisis sanitaria que vivimos estas semanas ha dejado al descubierto las carencias de algunos colectivos. Aunque la tecnología está disponible, no siempre se encuentra al alcance de toda la población, ya sea por motivos sociales o económicos. Acabar con esa brecha digital es una más de las lecciones que debemos aprender cuando dejemos atrás este momento excepcional.

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La brecha digital, una asignatura pendiente https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-brecha-digital-una-asignatura-pendiente/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-brecha-digital-una-asignatura-pendiente/#respond Wed, 16 May 2018 14:10:23 +0000 CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=26913

El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet, que se planteó como objetivo la difusión social de las herramientas de la información y la comunicación. Sin duda, una buena fecha para preguntarse… ¿en qué situación se encuentra el acceso a la red de redes en las diferentes partes del mundo cuando ya hace más de veinte años que empezó a generalizarse su uso? ¿Y qué se puede hacer para mejorarla?

En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2017, el 84,6% de la población de entre 16 y 74 años utilizó Internet en los últimos tres meses, cuatro puntos más que durante 2016. Un porcentaje que se sitúa en la línea de las cifras europeas: en todo el Viejo Continente, la tasa de penetración de Internet era del 85,2% a finales de 2017, según Internet World Stats. El mismo organismo indica que la única zona geográfica que supera a Europa en acceso a Internet es Norteamérica, con un espléndido 95,0%. El resto de las zonas se sitúa por debajo: Oceanía en un 68,9%, Latinoamérica y el Caribe un 67,0%, Oriente Medio un 64,5%, el resto de Asia un 48,1%, y en último lugar, África, con un 35,2%.

Estas son las macrocifras, pero si bajamos a nivel de ciudad, también se pueden encontrar desigualdades, incluso en grandes ciudades como Barcelona. Por ejemplo, el 84% de los barceloneses disponen de conexión a Internet en su domicilio, según el informe “La brecha digital en la ciudad de Barcelona” de Mobile World Capital. Pero si miramos barrio por barrio, el porcentaje oscila entre el 96% de los hogares en el distrito de Les Corts hasta apenas el 62% en Torre Baró.

Es por ello que el Ayuntamiento de Barcelona ha lanzado el proyecto ‘Ciberalfabetización’, para combatir la brecha digital en la ciudad y mejorar las competencias tecnológicas de la población. Son tres programas de formación gratuitos enmarcados en el ‘Plan Barcelona Ciudad Digital 2017-2020’, impulsados por Barcelona Activa y el Consorcio de Bibliotecas de la ciudad.

Este empeño por alfabetizar en competencias digitales a la población radica en buena parte en crear una sociedad más igualitaria con las mismas oportunidades. El economista Adrià Morron explicaba en el artículo “Enseñar a aprender: la educación ante el cambio tecnológico” de CaixaBank Research que “la formación digital es clave para todo trabajador porque Internet se convierte en la puerta de entrada a un nuevo mercado laboral”. Añade: “Un factor obvio es que las tecnologías digitales han pasado a formar parte de nuestro día a día, por lo que requieren que todos tengamos al menos un dominio básico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)”.

El papel de las grandes corporaciones

Iniciativas similares a la de Barcelona se suceden por todo el mundo, pero reducir la brecha digital no es una tarea exclusiva de las instituciones públicas. Microsoft, que ya detectó el problema allá por el año 2000, invierte cientos de millones de dólares en programas filantrópicos como “Yo puedo programar” o el reciente Plan destinado a las áreas rurales de Estados Unidos. Y no es el único gigante tecnológico que lo hace: Google ha respaldado, por ejemplo, el proyecto Loon, que utiliza globos aerostáticos como puntos de conexión a Internet, y Facebook cuenta también con el proyecto Aries, de idéntico objetivo, pero que para ello prevé la instalación de torres de telecomunicaciones y estaciones base.

Proyecto ProFuturo

La verdadera brecha digital se encuentra probablemente en el área geográfica, en el mayor o menor grado de desarrollo de la región o del país en cuestión. Es por ello que Telefónica y Fundación “la Caixa” han impulsado el Proyecto ProFuturo, con el objetivo de promover la igualdad de oportunidades a través de una educación de calidad y equitativa en los países emergentes.

Tras la experiencia de un proyecto piloto en Angola, la Fundación ProFuturo lleva a cabo operaciones en otros países de África subsahariana, América Latina y Asia. Para proporcionar una educación equitativa y de calidad a jóvenes de los sectores más desfavorecidos, la Fundación ProFuturo les facilitará herramientas digitales que les permitan adquirir competencias a través de las tecnologías, contribuyendo así al progreso de las sociedades.

Se espera que iniciativas como esta permitan aumentar el uso de Internet en Asia (donde sus más de 2.000 millones de usuarios ya suponen el 48,7% de los internautas de todo el mundo), África (453 millones, solo el 10,9%) y Latinoamérica (437 millones, un 10,5%), siempre según datos de Internet World Stats.

“Las tecnologías de la información y la comunicación no son una fórmula mágica, pero pueden mejorar la vida de todos los habitantes del planeta. Disponemos de herramientas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de instrumentos que harán avanzar la causa de la libertad y la democracia, y de los medios necesarios para propagar los conocimientos y facilitar la comprensión mutua”, dijo en 2003 Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU. El camino estaba indicado.

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El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet, que se planteó como objetivo la difusión social de las herramientas de la información y la comunicación. Sin duda, una buena fecha para preguntarse… ¿en qué situación se encuentra el acceso a la red de redes en las diferentes partes del mundo cuando ya hace más de veinte años que empezó a generalizarse su uso? ¿Y qué se puede hacer para mejorarla?

En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2017, el 84,6% de la población de entre 16 y 74 años utilizó Internet en los últimos tres meses, cuatro puntos más que durante 2016. Un porcentaje que se sitúa en la línea de las cifras europeas: en todo el Viejo Continente, la tasa de penetración de Internet era del 85,2% a finales de 2017, según Internet World Stats. El mismo organismo indica que la única zona geográfica que supera a Europa en acceso a Internet es Norteamérica, con un espléndido 95,0%. El resto de las zonas se sitúa por debajo: Oceanía en un 68,9%, Latinoamérica y el Caribe un 67,0%, Oriente Medio un 64,5%, el resto de Asia un 48,1%, y en último lugar, África, con un 35,2%.

Estas son las macrocifras, pero si bajamos a nivel de ciudad, también se pueden encontrar desigualdades, incluso en grandes ciudades como Barcelona. Por ejemplo, el 84% de los barceloneses disponen de conexión a Internet en su domicilio, según el informe “La brecha digital en la ciudad de Barcelona” de Mobile World Capital. Pero si miramos barrio por barrio, el porcentaje oscila entre el 96% de los hogares en el distrito de Les Corts hasta apenas el 62% en Torre Baró.

Es por ello que el Ayuntamiento de Barcelona ha lanzado el proyecto ‘Ciberalfabetización’, para combatir la brecha digital en la ciudad y mejorar las competencias tecnológicas de la población. Son tres programas de formación gratuitos enmarcados en el ‘Plan Barcelona Ciudad Digital 2017-2020’, impulsados por Barcelona Activa y el Consorcio de Bibliotecas de la ciudad.

Este empeño por alfabetizar en competencias digitales a la población radica en buena parte en crear una sociedad más igualitaria con las mismas oportunidades. El economista Adrià Morron explicaba en el artículo “Enseñar a aprender: la educación ante el cambio tecnológico” de CaixaBank Research que “la formación digital es clave para todo trabajador porque Internet se convierte en la puerta de entrada a un nuevo mercado laboral”. Añade: “Un factor obvio es que las tecnologías digitales han pasado a formar parte de nuestro día a día, por lo que requieren que todos tengamos al menos un dominio básico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)”.

El papel de las grandes corporaciones

Iniciativas similares a la de Barcelona se suceden por todo el mundo, pero reducir la brecha digital no es una tarea exclusiva de las instituciones públicas. Microsoft, que ya detectó el problema allá por el año 2000, invierte cientos de millones de dólares en programas filantrópicos como “Yo puedo programar” o el reciente Plan destinado a las áreas rurales de Estados Unidos. Y no es el único gigante tecnológico que lo hace: Google ha respaldado, por ejemplo, el proyecto Loon, que utiliza globos aerostáticos como puntos de conexión a Internet, y Facebook cuenta también con el proyecto Aries, de idéntico objetivo, pero que para ello prevé la instalación de torres de telecomunicaciones y estaciones base.

Proyecto ProFuturo

La verdadera brecha digital se encuentra probablemente en el área geográfica, en el mayor o menor grado de desarrollo de la región o del país en cuestión. Es por ello que Telefónica y Fundación “la Caixa” han impulsado el Proyecto ProFuturo, con el objetivo de promover la igualdad de oportunidades a través de una educación de calidad y equitativa en los países emergentes.

Tras la experiencia de un proyecto piloto en Angola, la Fundación ProFuturo lleva a cabo operaciones en otros países de África subsahariana, América Latina y Asia. Para proporcionar una educación equitativa y de calidad a jóvenes de los sectores más desfavorecidos, la Fundación ProFuturo les facilitará herramientas digitales que les permitan adquirir competencias a través de las tecnologías, contribuyendo así al progreso de las sociedades.

Se espera que iniciativas como esta permitan aumentar el uso de Internet en Asia (donde sus más de 2.000 millones de usuarios ya suponen el 48,7% de los internautas de todo el mundo), África (453 millones, solo el 10,9%) y Latinoamérica (437 millones, un 10,5%), siempre según datos de Internet World Stats.

“Las tecnologías de la información y la comunicación no son una fórmula mágica, pero pueden mejorar la vida de todos los habitantes del planeta. Disponemos de herramientas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de instrumentos que harán avanzar la causa de la libertad y la democracia, y de los medios necesarios para propagar los conocimientos y facilitar la comprensión mutua”, dijo en 2003 Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU. El camino estaba indicado.

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