España es una potencia mundial en energía solar, según el informe Snapshot of Global PV Markets, publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y el Programa de Sistemas de Energía Fotovoltaica (PVPS).
Con una media de 2.500 horas de sol aseguradas al año (datos del manual de energías renovables Energía solar térmica, del IDAE), España tiene a su disposición una fuente inagotable, accesible y barata para producir energía. En 2022, la energía solar disponía de 19.946 MW fotovoltaicos instalados, 4.658 MW más que el año anterior, según Red Eléctrica Española.
La energía solar se viene usando desde la antigüedad, pero es con la invención de la célula fotoeléctrica cuando comienza a desarrollarse la energía fotovoltaica (generación de energía eléctrica a través del sol).
Recorremos la España fotovoltaica, haciendo parada en la Comunidad de Madrid, Andalucía y Extremadura.
Entre la sierra de Guadarrama y el valle del Tajo se encuentra San Agustín de Guadalix. En 1985 sus vecinos se sorprendían del nuevo proyecto que se ubicaba en su municipio: la primera instalación fotovoltaica de España que se conectaba a la red eléctrica. Su potencia nos resulta ridícula en la actualidad: 100 kW. Sin embargo, supuso un hito en el aprovechamiento de una energía que tres décadas después supondrá el 10 % en el mix de generación.
Pero este municipio cuenta con otra instalación pionera de otro ámbito: varios de los acueductos del sistema de suministro de agua del Canal de Isabel II. Uno de los más imponentes es el Acueducto de La Retuerta, en el Canal Bajo, ejemplo de obra de ingeniería civil de mediados del siglo XIX.
Cuenta con dos alturas, una a 170 metros y otra a 28 metros, con bóvedas y entrepaños de mampostería. Existen varias rutas de senderismo con salida en el lago de los Patos que recorren la zona y permiten acceder a lugares donde las vistas de este acueducto son espectaculares.
Además, se encuentra próximo a la cascada del Hervidero, una zona de pozas donde el entorno natural es de gran belleza.
Itálica es cuna de emperadores romanos. Adriano y Trajano nacieron en esta villa romana, situada en la localidad sevillana de Santiponce. Fundada en el 206 antes de Cristo, se cree que alcanzó una población de entre 8.000 y 10.000 habitantes.
En el día a día de sus ciudadanos económica y políticamente destacados, las termas tenían una función especial. Era el lugar donde se discutía, se cerraban tratos y alianzas y se escuchaba a los poetas mientras se tomaba un baño o se recibía un masaje. Por ello, era fundamental ir y dejarse ver.
Las dimensiones y complejidad de las termas de Itálica nos revelan su importancia. Las termas mayores ocupaban una superficie de más de 32.000 metros cuadrados, mientras que las termas menores contaban con 1.500 metros cuadrados. Y en el funcionamiento de estas instalaciones claves, la energía solar tenía mucho que decir.
El diseño de estos edificios siempre se orientaba al sudoeste, para aprovechar la luz solar y que el calor que servía para calentar el agua del caldarium (espacio con agua caliente) no afectara al frigidarium (el espacio con agua fría).
Además de las termas, el conjunto arqueológico de Itálica cuenta con rincones extraordinarios que visitar. Admirar sus mosaicos, conocer sus tiendas, su teatro y su anfiteatro nos evoca la vida de los romanos, que hace 2.000 años ya conocían el potencial del Sol Invicto. Se puede reservar visita a este paraje.
El final de este viaje nos ha llevado a algún lugar entre dos municipios cacereños en las estribaciones de la sierra de las Villuercas. Aquí se levanta la mayor instalación fotovoltaica de España, que lleva el nombre de un conquistador local, Francisco Pizarro.
Comenzó a funcionar en agosto de 2022 y dispone de una potencia instalada de 590 MW, evitando que se viertan a la atmósfera 150.000 toneladas de CO2 anuales. La finca abarca más de 1.000 hectáreas, aunque solo 310 están ocupadas por los paneles solares. Su tecnología incluye 12.000 seguidores solares, que pueden orientarse según el movimiento del sol para aprovechar al máximo su potencial.
Precisamente Aldeacentenera es uno de los 19 municipios que forma parte del Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara, reconocido por la Unesco. En este conjunto confluyen 44 geositios destacables, entornos naturales de gran valor (especialmente para el avistamiento de aves), paisajes espectaculares, patrimonio cultural (como el Monasterio de Guadalupe) y oferta turística y gastronómica.
En 2.500 kilómetros cuadrados se despliegan multitudes de planes para toda la familia, desde contemplar el cielo nocturno hasta degustar los quesos extremeños. No hay excusa para no disfrutar del Geoparque, el colofón a este viaje por la energía sostenible en España.
