La despoblación de las zonas rurales es un auténtico problema. De hecho, prácticamente se podría calificar de epidemia mundial. La ONU calcula que, para 2050, el 68 % de la población global vivirá en áreas urbanas. En España, el Banco Mundial calcula que ese porcentaje es del 80 % ya en la actualidad. Esto significa que en el 90 % del territorio solo vive el 20 % de la población del país.
El medio rural guarda muchos tesoros que se perderán si esta situación no cambia. Por ejemplo, un inmenso patrimonio histórico, cultural y gastronómico. Además, es en estas áreas en las que se desarrolla una importante actividad económica, la relacionada con el sector agropecuario, que se ve amenazada por el éxodo a las ciudades.
Esta tendencia supone la pérdida de puestos de trabajo, la destrucción de tejido social y también el agravamiento de los desequilibrios territoriales. Conlleva un círculo vicioso en el que se deterioran la economía, las infraestructuras y las condiciones de vida, que causan a su vez un mayor despoblamiento, según advierte el Consejo Económico y Social en su informe El Medio Rural y su Vertebración Social y Territorial.
Convertir la España vaciada en una España próspera es esencial y prioritario. Hacerlo de manera sostenible es, además, imprescindible. No se debe olvidar que uno de los principales retos que afronta el planeta es combatir el cambio climático, una meta que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) enunciados por la ONU.
Para conjugar desarrollo rural y sostenibilidad, el apoyo a sus habitantes es fundamental. Hay que estar a su lado a la hora de poner en marcha sus proyectos y ayudarles a convertirlos en actividades rentables y sostenibles. En esta tarea, en la que CaixaBank está implicada a través de AgroBank, ha surgido un aliado inesperado: el autoconsumo energético es una de las claves que ayudarán a desarrollar una economía agraria próspera y sostenible.