Numerosos gestos cotidianos que apenas requieren esfuerzo pueden marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático… y en nuestro bolsillo
Al hablar de frenar y revertir el cambio climático es fácil caer en la tentación de delegar la responsabilidad. Pensar que solamente es cosa de gobiernos y grandes empresas. Olvidar que es un reto lo suficientemente serio como para necesitar que toda la humanidad arrime el hombro.
Al final, la lucha contra el cambio climático es una cuestión de eficiencia. De extraer el máximo rendimiento a los mínimos recursos. También de reducir la huella de carbono y recurrir a fuentes de energía limpias. Y esta es una tarea a la que pueden contribuir los ciudadanos desde sus propios hogares. La buena noticia es que no tiene por qué afectar negativamente a sus bolsillos. Al contrario, adoptar una política de ahorro de energía y cuidar del medio ambiente suelen ir de la mano.
Una de las principales cuestiones a la hora de ahorrar en la factura de la luz y cuidar del planeta es la optimización del consumo de energía. Utilizar los equipos eléctricos adecuados, aprender a sacarles el máximo rendimiento y adaptar la vivienda no solo nos permitirá consumir menos electricidad, sino que también nos permitirá aportar nuestro granito de arena al reto del cambio climático. Estas son algunas de las claves que pueden ayudar a los hogares a lograr este objetivo.