La sostenibilidad añade una visión a largo plazo en el ejercicio de la RSC
Hace ya bastantes años que la sostenibilidad se ha convertido en una de las principales preocupaciones a nivel global, y como tal, aparece mencionada con frecuencia en multitud de informes, directrices y planes estratégicos en sectores e industrias de todo tipo. Por ejemplo, en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. En el ámbito empresarial, organizaciones y directivos también están cada día más convencidos de que la creación sostenible de valor no puede lograrse únicamente mediante la maximización de los beneficios a corto plazo, sino que exige una cultura corporativa responsable y orientada al largo plazo. El concepto de sostenibilidad procede del ámbito medioambiental, y nace de la necesidad de dar con una nueva manera de relacionarnos con nuestro hábitat natural. Pero el concepto plantea también un reto más amplio que es específico del ámbito empresarial. En muchos casos, la cuestión de la sostenibilidad no aparece ligada directamente al uso intensivo de unos recursos naturales —bosques, reservas de petróleo o de gas, etc.—, sino más bien al deterioro de determinadas condiciones o ecosistemas, sin los cuales buena parte de nuestra actual forma de vida sería impracticable. Es en este contexto donde aparecen esbozadas las primeras definiciones de sostenibilidad, que, a grandes rasgos, podría definirse como la capacidad de hacer uso de los recursos disponibles para satisfacer las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Poco a poco, esta noción de sostenibilidad ha ido extrapolándose a otros entornos, como es el caso de la empresa. Es obvio que toda industria y toda compañía produce un impacto sobre su entorno más cercano. Pero no únicamente sobre el medioambiental, sino sobre todos aquellos entornos en los que opera. Asimismo, toda organización utiliza una serie de recursos, no ya únicamente de tipo natural, sino recursos económicos, humanos, sociales, etc. Tanto por el impacto que pueda tener sobre su entorno más inmediato, como por el uso que haga de los recursos necesarios para desarrollar su actividad, es posible hablar de una sostenibilidad de la actividad empresarial. Y tal y como sucede con el medioambiente, ni los recursos que utiliza la empresa son ilimitados, ni el entorno en el que opera puede absorber todo el impacto de su actividad. De ahí que la sostenibilidad empresarial forme parte de la responsabilidad social de una organización, y deba ser traducida en una visión directiva y en un plan estratégico específicos. El concepto de sostenibilidad guarda, por tanto, una estrecha relación con el de responsabilidad social corporativa. Ambos subrayan la importancia de valorar el impacto que la propia actividad posee sobre los distintos grupos de interés, pero la sostenibilidad añade algunos matices importantes a la definición de RSC: agrega una visión a largo plazo en el ejercicio de dicha responsabilidad, y señala una serie de ámbitos especialmente relevantes de cara a lograr dicha sostenibilidad a lo largo del tiempo.El último Cuaderno de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE, titulado precisamente «Sostenibilidad y RSC», trata de esclarecer con detalle la relación entre la sostenibilidad y la RSC, y examina qué ámbitos específicos de la actividad empresarial revisten una relevancia especial para lograr una gestión y dirección sostenibles en cualquier organización. Para ello, el Cuaderno se divide en cuatro apartados. El primero aborda el origen y desarrollo histórico del concepto de sostenibilidad, así como su posterior relación con la RSC. En el segundo apartado se analiza con más detalle la sostenibilidad relativa al ámbito empresarial, y se identifican los ámbitos en los que esta tiene una especial pertinencia.El tercero examina cómo puede plasmarse en el seno de una empresa una forma de dirección y gobierno sostenibles. Finalmente, en el último apartado del Cuaderno se ha querido añadir un elenco de recursos disponibles para evaluar las políticas de sostenibilidad de una organización, distintos documentos y medidores que tienen como objetivo ayudar a las empresas a medir con más eficacia y dar a conocer sus esfuerzos en la materia.
SOSTENIBILIDAD