SOSTENIBILIDAD

Supermanzanas: un camino para hacer las ciudades más sostenibles

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Supermanzanas: un camino para hacer las ciudades más sostenibles
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CaixaBank

04 Abril, 2022


La geografía urbana, entendida como la forma que tienen los asentamientos urbanos, tiene un papel fundamental en la sostenibilidad de las ciudades. Al igual que hay vehículos de más o menos impacto ambiental, hay entornos urbanos ‘eco’ o de bajo impacto. En este contexto se encuadran las supermanzanas, una solución para devolver el espacio a los peatones.

Las supermanzanas son una forma de hacer las ciudades más sostenibles. Lo hacen prácticamente bajo cualquier métrica ambiental, socioeconómica o de bienestar de la población a la que sometamos. En España, ciudades como Vitoria-Gasteiz o Barcelona ya están implantando este tipo de diseños, con mejoras notables para sus ciudadanos.

¿Qué son las supermanzanas o superblocks?

Las supermanzanas son una forma de organizar el tejido urbano. Básicamente, reubican el espacio interior de un conjunto de manzanas para devolver a los vecinos parte del espacio que actualmente ocupan los vehículos privados.

La solución es bien sencilla: limitar a lo más esencial la circulación de vehículos por el interior de estos conjuntos de manzanas para desviar el tráfico hacia zonas exteriores. Además, la escasa circulación por su interior debe reducir al mínimo su velocidad y se suprimen espacios para aparcar en superficie, entre otras medidas.

Barcelona es una de las ciudades más activas en su implementación. En la actualidad hay varias supermanzanas funcionales, pero se han planificado varias decenas más que entrarán en funcionamiento durante la próxima década. ¿El objetivo? Reducir la movilidad en vehículos privados como coches o motos, al tiempo que se mejoran las infraestructuras sociales de la zona.

Las supermanzanas son una forma de organizar el tejido urbano para ganar espacio para el peatón

Por ejemplo, es frecuente que las supermanzanas incorporen elementos como espacios de juego, bancos para sentarse, aumento del arbolado o carriles para bicis, entre otras medidas, y que al tiempo fomenten la presencia en la calle de toda la ciudadanía.

Barcelona ha popularizado las supermanzanas en el mundo, llamadas superilles en catalán, junto a ciudades como Nueva York, Boston o Nueva Orleans en EE. UU. ,que usan el término superblocks. Estas superislas o superbloques son la respuesta a una necesidad: hacer las ciudades más agradables y sostenibles.

¿Por qué supermanzanas?

Durante el siglo pasado las ciudades de todo el globo orientaron su geografía urbana para dar cabida al vehículo privado. En las calles se priorizó el coche hasta ocupar el 80 % del espacio público y se construyeron autopistas urbanas. Esto produjo todo tipo de consecuencias negativas.

Entre las más comunes están la pérdida de espacios verdes, la falta de biodiversidad, el impacto en la salud del ruido urbano y la contaminación tanto de tubos de escape como por rodadura, la falta de autonomía de todo tipo de colectivos,como los niños, mayores, personas con movilidad reducida, o un elevado consumo energético.

La lista es mucho más larga, pero la solución a esta serie de problemas graves apunta a una dirección clara: ciudades para personas. Las supermanzanas, como espacios peatonales, por los que pueden circular residentes, el reparto o los servicios a muy baja velocidad (unos 10 km/h) han dado lugar a ventajas añadidas que no estaban planificadas.

Algunas ventajas de las supermanzanas

Una de las ciudades que primero incluyó una gran supermanzana en su núcleo fue Vitoria-Gasteiz, nombrada en 2012 Capital Verde de Europa en buena parte por las restricciones al tráfico. En 2007 desplegó su primer superbloque para aumentar el espacio peatonal del 45 % al 75 %.

Solo con esto se logró una reducción del ruido de 66,5 dB a 61 dB (en esta escala logarítmica sumar +3 dB implica duplicar la intensidad del ruido). También las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) disminuyeron un 42 % y las partículas en suspensión, un 38 %.

Como resultado, las ciudades experimentaron un fenómeno curioso: sus negocios locales crecieron de forma notable. Estudios posteriores en al menos 14 ciudades españolas han llegado a la misma conclusión: peatonalizar la ciudad impacta de forma positiva en sus negocios locales, así como en las métricas de calidad de vida.

Supermanzanas y hábitos de vida saludables

Al implementar las supermanzanas se observan también mejoras sustanciales en los hábitos de vida saludables. Por ejemplo, los vecinos caminan más porque la calle es más agradable, y los viajes en coche se reducen. Esto impacta de forma positiva en su salud, pero también en la seguridad de las calles.

Además, se observa un cambio en el uso de lo que antes era calzada, con foco en el espacio de juego infantil que se perdió durante el siglo pasado. También aumenta la presencia de personas mayores, especialmente si se trabaja la accesibilidad, así como los espacios compartidos y heterogéneos.

Como las supermanzanas fomentan la presencia en la calle y la interacción social, también es frecuente que mejoren aspectos de cohesión social, intercambios generacionales o redes de personas menos homogéneas.

Hasta la fecha, las supermanzanas mejoran todas las métricas de calidad de vida, socioeconómicas y ambientales. O, dicho de otro modo, los superbloques han demostrado ser una herramienta funcional para hacer las ciudades sostenibles. De ahí que proyectos por todo el mundo estén transformando sus entornos urbanos para mejorar.

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