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03 Septiembre, 2024
Cuando compramos productos en el supermercado conocemos fácilmente su precio: no tenemos más que mirar la etiqueta.
Sin embargo, ¿cómo saben los productores qué precio pueden poner a sus productos en origen? ¿Y cómo identifican los comercializadores el que deben pagar por ellos?
Para orientarlos existen las conocidas como lonjas agropecuarias, que informan sobre las cotizaciones de referencia para cada uno de los productos agrícolas y ganaderos.
En este artículo te contamos:
Aunque la palabra lonja suele transportarnos a un puerto de mar, las lonjas agropecuarias tienen poco que ver con subastas inversas o cajas de pescado y marisco.
En realidad, las lonjas agropecuarias tienen como misión principal establecer los precios de referencia de las producciones agrícolas y ganaderas.
Que establezcan precios no quiere decir que los fijen, ni mucho menos. La labor de las lonjas agropecuarias tiene más que ver con dotar de referencias a productores y comercializadores.
Una información que les ayuda a gestionar adecuadamente sus producciones y acuerdos de compraventa con base en información actualizada.
Además, realizan esta labor de manera dinámica porque se adaptan a las circunstancias del mercado en cada momento. También pueden promover o facilitar la realización de acuerdos comerciales.
Básicamente, las lonjas agropecuarias funcionan como punto de encuentro entre los productores y representantes comerciales, que se reúnen periódicamente en torno a mesas de productos.
Allí intercambian información relevante sobre el mercado, desde su situación y tendencias principales a los precios que se pagan en la explotación agrícola o ganadera.
Las personas que participan en las mesas sectoriales representan, por un lado, los intereses del sector agrícola y ganadero y, por el otro, los de las empresas o industrias agroalimentarias.
Se trata de que haya una representación lo más paritaria posible entre productores y compradores de cada producto en cada una de las mesas. Esto favorece un establecimiento justo de los precios de referencia.
Con esta información, las mesas definen los precios de referencia de un tipo de producción agropecuaria para un territorio determinado. Hay mesas de todo tipo: de ganado ovino, de porcino, de cereales, de legumbres, de frutas, de frutos secos o incluso de otros productos como la lana.
Algunos ejemplos son la mesa de almendras de la lonja de Córdoba, la de melón y sandía de la lonja de Castilla-La Mancha o la de despiece de porcino ibérico de la lonja de Extremadura.
Cada una de estas mesas participa a la hora de definir los precios de referencia en distintos ámbitos, desde los mercados locales o regionales a los estatales o incluso internacionales.
Por ejemplo, la lonja de Mercolleida es de referencia estatal para las cotizaciones de cerdo cebado y lechón. Antes de su reconocimiento oficial, esos precios ya se consideraban de referencia en España porque servían de base para el 90 % de las compras y ventas de estos productos. Sin embargo, las cotizaciones de cordero de la misma lonja se consideran de referencia solamente en Cataluña, Huesca y Zaragoza.
Las mesas también se pueden reunir a lo largo de todo el año, con periodicidades que varían en función de la lonja, o solamente durante una temporada concreta. Un ejemplo en este sentido es el de la lonja de León, donde las mesas de patata, girasol y alubia solo se reúnen durante las campañas correspondientes de cada uno de estos productos.
Como hemos visto, la función principal de una lonja agropecuaria consiste en establecer precios de referencia que sirvan como guía para el mercado. Pero no es la única. De hecho, se pueden distinguir dos tipos diferentes de lonjas agropecuarias en función de las actividades que se desarrollen en ellas.
Por un lado, tenemos las lonjas que se dedican exclusivamente a informar sobre precios y mercados de producciones en origen y que se apoyan en las mesas sectoriales para ello. Un ejemplo sería el de la lonja de Extremadura.
Por otro lado, nos encontramos con lonjas que, además de distribuir información sobre precios y mercados en origen, proporcionan medios y servicios para que vendedores y compradores puedan realizar transacciones comerciales entre ellos. Este sería el caso, por ejemplo, de la lonja de Silleda (Pontevedra).
En definitiva, estas instituciones prestan un servicio importante a los empresarios agrarios y también a los comerciales. Lo hacen gracias a su labor de elaboración y difusión de información sobre cotizaciones y mercados en origen que, a su vez, contribuye a hacer más transparentes los intercambios comerciales.
