SOSTENIBILIDAD

Ropa de usar… y usar: cómo llevar la moda responsable a tu armario

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Ropa de usar… y usar: cómo llevar la moda responsable a tu armario
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27 Diciembre, 2021


Sucede a menudo. Pasar por delante de un escaparate, sufrir un flechazo, entrar y salir con unos zapatos que tal vez ni lleguemos a estrenar. O comprar una prenda diseñada según la última tendencia que solo nos pondremos una temporada. Es un concepto de la moda que le cuesta mucho cada año al planeta. Por eso conviene sustituirlo por otro, la moda responsable, que apuesta por una relación más sostenible con aquello que vestimos.

Por qué necesitamos una moda más responsable

De hecho, cambiar la manera en la que nos relacionamos con nuestra ropa puede tener efectos muy positivos sobre el medio ambiente. Según apunta la ONU, solamente con duplicar el tiempo que usamos cada prenda de vestir podríamos reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la industria de la moda. Y no son pocas: la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos.

Hay otros datos que dan cuenta del problema que supone un modelo de producción masiva, deslocalizada y con múltiples colecciones a lo largo de un solo año. La cantidad de agua anual que se dedica a producir prendas alcanza los 93.000 millones de metros cúbicos. Es decir, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.

¿Cómo se puede dar la vuelta a esta situación? Hay que comenzar por el armario que cada uno de nosotros tiene en casa. En este caso, hay principios de la economía circular, como por ejemplo la reutilización, que son de lo más útiles. Al fin y al cabo, se trata de sustituir un modelo de usar y tirar por otro más sostenible. Es decir, por una moda responsable.

A continuación, te damos 7 claves para llevar la moda responsable hasta tu armario.

Fíjate en las etiquetas

Aprender a leer las etiquetas de una prenda de ropa es esencial para asegurarte de que estás haciendo una compra responsable. Más allá del precio, conviene priorizar prendas elaboradas con materiales reciclados y orgánicos.

Este es el caso del algodón orgánico, un material resistente y transpirable en cuyo cultivo se utilizan pesticidas y depredadores naturales. Además, ese cultivo se realiza de manera rotativa, evitando el uso intensivo del suelo y, con él, su desgaste. El mejor estándar para saber si un material es realmente orgánico es su certificación según las normas GOTS, que tienen en cuenta criterios tanto ecológicos como sociales.

Compra local

Una de las razones por las que el nivel de emisiones de carbono de la industria de la moda es tan elevado tiene que ver con su transporte. Traer prendas desde la otra punta del globo a la tienda de la esquina tiene un coste ambiental considerable.

Aplicar al consumo de moda los principios del consumo responsable ayudará a mitigarlo. Y uno de ellos consiste en comprar prendas de proximidad, es decir, producidas cerca del lugar donde las vamos a comprar. En España existen empresas textiles que, además de fabricar en cercanía, incorporan el espíritu de la economía circular a su ADN.

Elige prendas atemporales y de calidad

Comprar ropa que puedas utilizar mucho tiempo te servirá en bandeja una de las R de la economía circular: reutilizar. De hecho, este criterio es la mejor manera de crear un fondo de armario.

Más que fijarte en la última tendencia, conviene que lo hagas en tu propio estilo personal. También que te plantees la compra como una inversión a medio y largo plazo. Para ello, lo indispensable es que las prendas nos sienten bien y sean cómodas y fácilmente combinables con otros elementos que ya tengamos en el guardarropa.

Apóyate en los accesorios

Es otras de las claves de la reutilización de ropa. Y es más sencillo de lo que parece, sobre todo si contamos ya con un buen fondo de armario. No hay más que abrir Instagram para encontrar inspiración que ayude a dar varias vidas a una misma prenda a base de combinarla con distintos accesorios o incluso de utilizar un mismo accesorio para cambiar el aspecto de varias prendas. Hay incluso influencers especializados en moda lenta, que muestran distintas posibilidades de ropa con diseño atemporal combinada con distintos elementos.

Considera la segunda mano: recommerce

La compra-venta de prendas de segunda mano ha pasado de considerarse una actividad con cierto aire marginal a toda una tendencia. Se trata de dar el máximo número de vidas posible a un mismo producto y evitar así el consumo de recursos asociado a la producción de otros productos nuevos. También ayuda a reducir la cantidad de residuos asociados a esta industria. Según la ONU, cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, el equivalente a tres millones de barriles de petróleo.

La oferta de recommerce de moda es muy amplia: va desde plataformas online especializadas hasta puntos de venta promovidos por organizaciones sociales.

Cuida tu ropa y repárala

También la ONU anima a cuidar más la ropa, un factor que puede ayudar a reducir el impacto de la industria de la moda sobre el medio ambiente. Limpiarla o lavarla según las instrucciones del fabricante, así como no abusar de la plancha o la secadora, son algunas prácticas que pueden ayudarte a cuidar tus prendas.

En cualquier caso, si una prenda se ha deteriorado, conviene que te plantees repararla, otra de las R de la economía circular. Aguja, hilo y parches son básicos que pueden alargar considerablemente la vida de una prenda. También lo es recuperar costumbres como una visita al zapatero o la limpieza y el cuidado semanal del calzado.

Recicla cuando llegue el final

Tras la máxima reutilización posible de una prenda, incluida su transformación en otros objetos, esta debe reciclarse. Esto es fundamental para reducir su impacto ambiental. Utilizar los distintos programas de reciclaje que promueven desde las propias firmas de ropa hasta organismos públicos como los ayuntamientos es la manera más sencilla de hacerlo.

Gracias a estas iniciativas, la ropa que ya no sirve se puede convertir en nuevas prendas, o en artículos tan dispares como bayetas de limpieza y materiales aislantes.

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