Terminamos nuestra ruta a lo grande: en Roncal, un pueblo certificado por sus excelentes condiciones para observar el cielo nocturno.
El pueblo está construido con calles empedradas con edificios señoriales que forman una peculiar distribución en forma de “Y” a partir de su iglesia, la parroquia de San Esteban, del siglo xvi.
Desde su iglesia, podrás disfrutar de unas espectaculares vistas. Bajando por la derecha, te encontrarás con la casa-museo del célebre tenor Julián Gayarre. En la localidad también está el mausoleo en bronce del ruiseñor navarro, obra de Mariano Benlliure que pudo verse en la Exposición de París de 1900.
Recomendamos visitar el centro de interpretación de Roncal para obtener información detallada de la localidad y sus alrededores.
Y sí, estábamos dejando lo mejor para el final, pero seguro que, al oír el nombre del pueblo, habrás pensado en el queso Roncal, el manjar con denominación de origen procedente del valle de Roncal. Degustarlo es la mejor manera de terminar esta ruta para perderse.