España cuenta con 7.905 kilómetros de costa, según el INE, lo que la convierte en un país con importante potencial en lo que a la energía mareomotriz y undimotriz se refiere.
Este tipo de energía verde aprovecha el movimiento de las mareas o de las olas gracias a turbinas hidráulicas. No precisa de mareas veloces o grandes distancias, es ilimitada, no genera residuos ni emisiones y su infraestructura es de larga duración.
Siguiendo la estela de la energía mareomotriz, te proponemos una ruta por la geografía española, a través de la cual conoceremos la historia de su aplicación, sus peculiaridades y su proyección de futuro.
Nuestro viaje arranca en Cantabria.
Rodeado de un paraje de gran valor histórico y ecológico, el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, encontramos el Molino de Cerroja. Esta construcción es el molino de mareas más antiguo de Europa, pues ya se menciona en textos del siglo XVII, aunque algunos datan su construcción en el siglo XI.
Se usaba para la molienda de cereal, principalmente maíz, y aprovechaba, a través de ingenios mecánicos, la fuerza de las mareas. Cuenta con una vivienda para el molinero y zona de almacenaje.
En la actualidad, alberga el Centro de Interpretación de la Naturaleza, la Historia y la Cultura de Escalante. Se puede visitar y cuenta con material audiovisual que explica cómo funcionaba el molino, además de ofrecer información sobre la fauna y flora del Parque Natural. Los más curiosos podrán observar el mecanismo del molino través de unos paneles.
El Molino de Cerroja se encuentra a un paseo del municipio de Escalante, en el que se encuentran la Ermita de San Román, de estilo románico, y el Convento de Montehano, junto a las ruinas de un castillo, Bien de Interés Cultural.
Después de esta visita al pasado a través del molino de mareas, viajamos a la actualidad y ponemos rumbo al este, dirección Euskadi.
En 2011 comenzó a rugir la mayor central undimotriz de España, porque el impacto de las olas en este dique emite un sonido atronador, que ha llevado a los vecinos de Mutriku a bautizarla como «El Dragón». Utiliza una tecnología llamada columna de agua oscilante (OWC, Oscilating Water Column), que genera una corriente de aire con el ascenso del nivel del agua. Ese aire, en celdas cerradas, asciende y desciende gracias al movimiento de las olas e impulsa sendas turbinas, produciendo energía eléctrica.
Su potencia instalada es de 296 kW (el consumo anual de 600 personas) y es la más longeva del mundo. Si quieres visitar la central, infórmate en la Oficina de Turismo de Mutriku.
Esta central, al abrigo del impresionante paisaje del cabo Matxitxako, se sitúa entre la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y el Biotopo Protegido de San Juan de Gaztelugatxe. Este islote, unido a la tierra por un puente de dos arcos, acoge una ermita del siglo XI y es objeto de cientos de visitas, ya que ha servido de escenario para el rodaje de la famosa serie de televisión Juego de Tronos. Si piensas en visitar este lugar, debes reservar con antelación o madrugar, puesto que el número de visitantes es limitado.
Llegamos a la última parada de este viaje, Illes Balears.
La naturaleza geográfica de las islas presenta un problema en la generación de energía: suelen carecer de ríos o embalses que aseguren la producción a través de centrales hidroeléctricas.
Este problema se agrava si hablamos de islas especialmente pobladas y con notable actividad terciaria, con picos estacionales, como las Illes Balears. Sin embargo, su naturaleza insular aporta otra ventaja: sus kilómetros de costa son espacios perfectos para el aprovechamiento de la energía mareomotriz y undimotriz.
En Calvià, con hermosas vistas a la bahía, se localiza Port Adriano. Este puerto deportivo nació en los años 70 y en 2012 fue remodelado por el mediático arquitecto francés Philippe Starck, incorporando mejoras innovadoras basadas en la tecnología y con foco en el medioambiente. Ahora, para dotar de energía verde a este puerto deportivo, se proyecta la construcción de una central undimotriz. Una vez terminada, tendrá una potencia instalada de 2 MW, la mitad de la energía que consume el puerto.
Además de disfrutar de regatas o conciertos en Port Adriano, el visitante puede darse un chapuzón en cualquiera de las 34 playas del municipio o practicar desde el snorkel hasta el senderismo.