Cuando hablamos de estrategias ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, por sus siglas en inglés) hacemos referencia a tres variables que nos ofrecen la información que evalúa la sostenibilidad de una empresa.
Con la Agenda 2030 en el horizonte, las empresas españolas están empezando a integrar estrategias ESG. El informe “Las empresas españolas ante el Pacto 2030. Análisis, propuestas, alianzas y buenas prácticas”, publicado por la Red Española del Pacto Mundial, afirma que el 69 % de las entidades participantes en la encuesta conocen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mientras que un 61 % asegura haber incorporado ya alguna medida para contribuir a los objetivos. La misma encuesta apunta que el 87 % de las grandes empresas cuentan con medidas para contribuir a los ODS, frente al 54 % de las pymes.
El informe destaca como principal reto para las empresas españolas trasladar lo recogido en la Agenda 2030 a su estrategia de negocio, transformarlo en indicadores empresariales y materializarlo en oportunidades de negocio.
Así, se pone de manifiesto que únicamente un 36 % de las empresas comunica su contribución a los ODS por medio de un informe o memoria de sostenibilidad. Es más, solo un 22 % de las empresas han marcado compromisos públicos, específicos y medibles en relación a alguno de los objetivos o metas de la Agenda 2030.
Estos porcentajes ponen de manifiesto la necesidad de saber crear, implementar, valorar y comunicar una estrategia ESG en el seno de las empresas.
Para que tu empresa se convierta en uno de los agentes considerados ESG íntegros, lo primero que debes hacer es una reflexión a nivel interno para determinar si tus objetivos actuales se ajustan o no a los que exige una estrategia social, medioambiental y de gobierno corporativo. Lo mismo sucederá con tu misión y valores ¿Se mantendrán o necesitarán una redefinición?
En esta primera fase, has de prestar atención a tres aspectos:
Misión: debes entender como misión la razón de ser de tu empresa. Comprueba si esta se ajusta a los criterios ESG. Así elaborarás tus propias políticas de sostenibilidad, que contienen fines, valores y compromisos. No olvides tener en cuenta a tus distintos grupos de interés.
Materialidad: encontrar una definición para este concepto no es una tarea sencilla. Lo importante es determinar qué temas relacionados con la estrategia ESG son los que más preocupan a tus grupos de interés y cómo tu empresa puede trabajar para cubrir sus necesidades.
Incentivos: establece cuáles serán los que contemples de cara a la puesta en marcha de la estrategia ideada para tu firma. Toma como punto de partida unos determinados beneficios o una remuneración variable que responda a los rendimientos obtenidos por tu compañía.
El cuaderno “Horizonte ESG – Compromiso y consistencia”, elaborado por Joan Fontrodona y Philip Muller, dentro de la colección Cátedra CaixaBank de Sostenibilidad e Impacto Social del IESE, ofrece más detalles sobre cómo iniciar la carrera ESG.
Este paso se basa en diseñar y trazar la estrategia ESG. Para superarlo con éxito, se necesitan conocimientos, capacidad e inversión en medios. Te enfrentarás a un proceso complejo, pero puedes simplificarlo siguiendo estos cinco pasos:
1. Analiza cuál es el punto de partida de tu empresa desde la perspectiva sostenible. Es lo que se conoce como la evaluación del estado ESG. ¿Has desarrollado ya actividades ligadas a la sostenibilidad? ¿Cuál ha sido su impacto? ¿Cómo se han abordado los riesgos? ¿Necesitas llevar a cabo más medidas al respecto o ya son suficientes?
2. Céntrate en definir el concepto de materialidad dentro de la cadena de valor de tu entidad. De este modo, identificarás cuáles son las operaciones o los focos de materialidad que entrañan riesgos y cuáles dan lugar a oportunidades ESG.
3. Establece los objetivos de tu propia estrategia ESG. Ahora que ya conoces cuál es el punto de partida de tu entidad, es el momento de poner metas bien definidas. Además, el resultado de los datos recogidos será siempre medible.
4. Elige un sistema que te permita recopilar los datos ESG para su medición y análisis. Entraña cierta dificultad, ya que a la falta de hábitos referidos a este tema, se suma lo complicado que resulta medir algunos puntos de interés.
5. Selecciona a un responsable en sostenibilidad para que realice un seguimiento de la estrategia puesta en marcha. Este profesional será el encargado de velar por su cumplimiento. Entre sus principales funciones está impulsar la transversalidad y mediar para que los grupos de interés se incorporen a la toma de decisiones, entre otras.
A pesar de que la sostenibilidad no se entiende únicamente como un resultado, es inevitable dar a conocer los logros alcanzados. A la hora de hacerlo, no caigas en el error de parecer que quieres convencer a quien lea el informe final. Todo lo contrario. Para ello, lo mejor es redactarlo pensando en tu público objetivo.
Te ayudará a conocer los estándares de publicación de los resultados ESG existentes en la actualidad. Entre estos se incluyen los propuestos por World Economic Forum (WEF) y Naciones Unidas, con ODS.
Elijas el que elijas, no olvides la importancia de facilitar tanto los datos cuantitativos como los cualitativos. La suma de ambos dibujará mejor la situación de tu compañía en todos los sentidos. Además, facilitará la realización de una comparativa con otras entidades pertenecientes al mismo sector económico.
La transparencia es otro punto de valor a la hora de hacer públicos los resultados. Lo mismo sucede con la elección del canal para su difusión, que se adaptará a las preferencias del destinatario final.
En resumen, estos tres pasos representan el mejor modo de establecer una estrategia social, ambiental y de gobierno corporativo. La gestión de tu empresa experimentará un cambio en el que la sostenibilidad se convertirá en la prioridad.