La reciente entrada en vigor de las nuevas tarifas eléctricas en España ha puesto de manifiesto no solo la complejidad de los agentes que intervienen en la fijación de los precios, sino también la de la propia factura.
Según la OCU, el 11 % de los consumidores desconoce cómo interpretar la factura de la luz. Con los recientes cambios en la facturación, su lectura se ha complicado algo más.
Si quieres saber todo lo que te cuenta tu factura, lo primero que debes tener claro es si estás adscrito al mercado libre o al regulado.
– En el mercado libre, el precio se fija entre la empresa comercializadora y el cliente. Es decir, la comercializadora ofrece a sus consumidores una serie de tarifas con diferentes maneras de facturar el consumo y con precios fijados por contrato. Un ejemplo son las tarifas planas: el precio del kWh es igual a cualquier hora del día. También hay tarifas que ofrecen tramos con diferente precio. Además, existen otras modalidades de contrato en el mercado libre, como la discriminación horaria o el precio indexado.
Los clientes, libremente, eligen entre las tarifas que ofrecen las distintas compañías comercializadoras. Esta modalidad tiene la ventaja de que el consumidor siempre va a conocer de antemano el precio de facturación de su consumo, que está sujeto a la tarifa de su contrato.
– Mercado regulado: la tarifa más habitual es la denominada precio voluntario al pequeño consumidor, o PVPC. En esta modalidad, el precio de la electricidad varía cada hora del día y cada día del año. Se establece diariamente en el mercado mayorista de electricidad, el pool eléctrico, en función de la oferta y la demanda. Solo las comercializadoras de referencia pueden ofrecer a sus clientes la facturación a través del mercado regulado.