ECONOMÍA

Rentas pasivas: una alternativa para generar ingresos sin darte cuenta

Tiempo de Lectura: 4 minutos

Rentas pasivas: una alternativa para generar ingresos sin darte cuenta
Avatar
CaixaBank


Normalmente asociamos los ingresos con el dinero que recibimos a cambio de nuestro trabajo. Sin embargo, las rentas pasivas son una alternativa que permite generarlos sin necesidad de dedicar nuestro tiempo a una actividad concreta. ¿Cómo hacerlo?

Qué son las rentas pasivas

Cualquier acción que hayamos realizado en el pasado y que nos permita seguir recibiendo ingresos por ella es susceptible de aportarnos rentas pasivas. Aunque exigen un esfuerzo inicial —en inversión de tiempo, capital o recursos—, tienen la capacidad de generar ingresos incluso sin dedicarnos continuamente a ellas.

Así, las rentas pasivas serían los ingresos que recibimos por actividades como alquileres de inmuebles, explotación de derechos de autor, monetización de contenidos o inversiones de capital, por poner algunos ejemplos.

Sus diferencias con los ingresos activos, que son los que recibimos por nuestro trabajo, son muy variadas y van desde el esfuerzo que hay que dedicarles, como hemos mencionado, hasta el riesgo o el control que se puede ejercer sobre los ingresos que se reciben.

Sin embargo, hay una diferencia fundamental: las rentas pasivas suelen tener un mayor potencial de crecimiento. Mientras los ingresos activos dependen de nuestro tiempo, que es limitado, para escalar las rentas pasivas no siempre hace falta un esfuerzo adicional.

Ejemplos de rentas pasivas

Ahora que ya hemos visto en qué consisten las rentas pasivas y en qué se diferencian de los ingresos activos, vamos a repasar algunos ejemplos que permiten generarlas.

Alquileres

Los ingresos procedentes del alquiler de inmuebles son uno de los ejemplos más habituales de rentas pasivas. Ya se trate de una plaza de garaje, de un trastero o de una vivienda que adquirimos en su día, su arrendamiento aporta ingresos independientemente de si se mantiene o no una hipoteca sobre ellos.

Es una modalidad que suele requerir una fuerte inversión inicial, además de un estudio detallado del mercado. Tampoco está exenta por completo de esfuerzos adicionales, ya que en muchos casos es necesario mantener las propiedades en buen estado para poder alquilarlas y ofrecer soporte a los inquilinos frente a ciertas incidencias.

Además del alquiler de inmuebles, es posible recibir rentas pasivas de otro tipo de arrendamientos. Por ejemplo, de herramientas, equipos informáticos, fotográficos o vehículos.

Inversiones financieras

Otro método muy popular para generar rentas pasivas son las inversiones financieras. De los depósitos bancarios que nos ofrecen cierta rentabilidad por mantener nuestro dinero a los fondos de inversión, la compra de acciones o la deuda pública, las posibilidades son muy diversas en esta modalidad. Intereses, dividendos y ganancias de capital por una futura venta se encargan de aportar los ingresos pasivos.

Se trata de una actividad que requiere cierto esfuerzo además de la propia inversión de capital, pues no solo es importante elegir vehículos adaptados a nuestro perfil de riesgo y objetivos financieros, sino también realizar un seguimiento de su evolución.

También conviene tener en cuenta técnicas, como el interés compuesto, que permiten aumentar las rentas pasivas recibidas por una inversión. Consiste en acumular los intereses que se van recibiendo al capital inicial, de manera que los ingresos vayan aumentando con el paso del tiempo.

Monetización de contenidos

Desde tutoriales en vídeo que reciben millones de visitas a un curso de formación que colgamos en una plataforma, la creación de contenidos se ha convertido en un ejemplo de rentas pasivas muy popular. Esto es así especialmente desde que internet multiplicó las posibilidades de monetización de este tipo de activos.

Las visualizaciones de vídeos en plataformas como YouTube o TikTok, así como la venta de cursos pregrabados de formación, pueden llegar a generar ingresos pasivos de manera continuada.

Derechos de autor

Relacionados con el anterior apartado se encuentran los ingresos que generan los derechos sobre obras, desde libros a ilustraciones o musicales. En este caso, el artista realiza un esfuerzo inicial al crear la obra para obtener después rentas cada vez que se descargue, se compre o se utilice temporalmente.

Las tecnologías digitales también han favorecido el acceso a este tipo de rentas pasivas. Un buen ejemplo es el de los NFT: se han vendido piezas por cantidades astronómicas, aunque también se puede utilizar esta tecnología para obtener regalías de obras de arte si se establece el cobro de un porcentaje de cada transacción subsiguiente.

También plataformas como Amazon han facilitado la autoedición de libros y su puesta en el mercado para que el autor obtenga ingresos continuos por sus publicaciones.

Todas las actividades que hemos visto ejemplifican cómo generar rentas pasivas a partir de esfuerzos iniciales, ya sean periódicos o puntuales.

Son opciones que merece la pena considerar si se dispone de los medios para llevarlas adelante, tanto si se trata de capital como de talento: incluso hobbies como la escritura o la fotografía pueden llegar a generar rentas pasivas si se sabe cómo hacerlo.

Acepto las condiciones de uso.