¿Tienes una pequeña terraza, un balcón, un patio o una azotea en casa? Puedes aprovechar ese espacio al aire libre o de interior para cultivar verduras, hortalizas, frutas, legumbres, plantas aromáticas o hierbas medicinales, entre otras variedades. Es lo que se denomina huerto urbano.
Te dejamos algunas claves para que este verano disfrutes de tus propios productos agrícolas.
Localiza en tu vivienda un lugar protegido de las corrientes de aire y con luz natural y directa. Intenta que cuente con este tipo de luz el máximo de horas del día, con un mínimo de 5-6 horas diarias de luz. La orientación sur-suroeste es la más adecuada.
De todos modos, podrás adaptar lo que elijas cultivar a las horas de sol de tu huerto, ya que algunas verduras de hoja verde, aromáticas o frutas del bosque no precisan de mucha luz.
En esta clasificación aparecen aquellos cultivos que necesitan más sol o más sombra:
- Pleno sol: pepino, tomate, perejil, judía, fresa, calabacín y brócoli
- Sombra parcial: escarola, guisante, puerro, patata y berenjena
- Sombra: acelga, espinaca, apio, lechuga, col, puerro y coliflor
Para empezar con tu huerto urbano, hazte con utensilios básicos de jardinería:
- Guantes de jardinero, para proteger tus manos
- Azadón y rastrillo para mover la tierra y deshacerte de las malas hierbas
- Trasplantador para hacer agujeros o trasplantar
- Guías o tutores para ayudar a las plantas a crecer horizontales
- Tijeras
- Alambre
- Cuerda
- Tiestos o cestas
- Regadera
- Sustrato
- Fertilizante
- Semillas o plantones (si eres novato, te recomendamos que empieces por la última de las opciones)
Elige recipientes hondos y anchos para poder albergar el máximo de tierra. Adapta los maceteros al espacio de que dispones. Hay jardines verticales, mesas de cultivo, macetas que cuelgan o textiles que permiten mucha versatilidad para tu huerto. Puedes optar por reciclar envases que tengas por casa, siendo siempre una opción sostenible.
A la hora de elegir el sustrato, inclínate por los que sean ligeros y porosos. Deberás preparar la tierra para que quede blanda, fértil, profunda, bien drenada y que sea capaz de retener el agua. Escoge abonos orgánicos.
Las dimensiones y la orientación de tu huerto condicionarán las especies que puedes cultivar en este espacio. También deberás tener en cuenta la estacionalidad de cada una de las especies. Tus necesidades y tu gusto también pesan a la hora de escoger los cultivos. Por último, las especies requieren rotación en la siembra, en función de las variedades botánicas.
Te dejamos algunas propuestas dependiendo de la estación:
- Invierno: tomate, espinaca, puerro, coliflor e hinojo
- Primavera: berenjena, pimiento, pepino, sandía y melón
- Verano: rúcula, lechuga, brócoli, patata y alcachofa
- Otoño: apio, rábano, cebolla, zanahoria, judía y acelga
Las plantas aromáticas, como el romero, la albahaca o el tomillo, son especialmente fáciles de cultivar porque puedes plantar sus semillas en macetas. Sus aromas ayudan a ahuyentar a los insectos.
En función de aquello que cultives, tendrás que regar con mayor o menor frecuencia. Lo ideal es hacerlo entre 2 y 4 veces por semana. En verano se aconseja regar al menos una vez al día, primando las horas más tempranas para evitar el sol. No hay que regar las hojas ni los frutos, ya que pueden pudrirse, sino regar la tierra. Si tu huerto es extenso o no puedes regarlo con la frecuencia que precisa, puedes buscar métodos alternativos de riego, como por ejemplo el sistema por goteo.
Según la FAO, los huertos urbanos diversifican la oferta de alimentos y las cadenas de suministro, mejoran la alimentación de los habitantes de las ciudades y traen consigo múltiples beneficios para el desarrollo urbano sostenible a través de producción de alimentos y cadenas de suministro cortas.
Además, aportan beneficios, como un mayor rendimiento de la tierra, la reducción de desigualdad, la sostenibilidad o la generación de empleo. Si hay niños en la casa, los huertos urbanos ofrecen una oportunidad de conocer la naturaleza y la agricultura, además de incorporar los alimentos recolectados a la dieta familiar, con los beneficios que ello reporta a los menores. Y, por qué no, los huertos son también una oportunidad de compartir tiempo y afición con un adulto de la familia.