ECONOMÍA

Cuatro consejos para reducir riesgos financieros

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Cuatro consejos para reducir riesgos financieros
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¿Has decidido invertir en algún activo? ¿Te has planteado pedir financiación para llevar a cabo algún proyecto? ¿Vas a contratar algún producto financiero como un depósito o una hipoteca? Si es así, estás a punto de dar un paso muy importante.

Reducir riesgos financieros es un hábito de lo más saludable si te encuentras en cualquiera de estas situaciones. ¿Cómo se hace eso? Muy sencillo: estos cuatro consejos te ayudarán a tomar tu decisión con las máximas garantías. Solo tienes que seguirlos.

Información previa

Contratar préstamos o invertir son operaciones financieras para las que es importante informarse bien. Conocer las características de los productos y saber cómo son las entidades que los proporcionan te ayudará a tomar la decisión con mayor seguridad.

Productos financieros

Una buena protección en estos casos consiste en informarse previamente sobre las características del producto financiero y de los riesgos que conlleva y actuar con prudencia a la hora de elegirlo.

Hay distintas fuentes fiables de las que se puede obtener la información necesaria. Existen recursos gratuitos elaborados por organismos públicos sobre cada producto y su normativa asociada, como el Portal del Cliente Bancario del BdE o el Portal del Inversor de la CNMV.

En estos portales se informa sobre diversas cuestiones de interés, desde la documentación que debe recibir el usuario antes de firmar un contrato hasta el plazo de desistimiento después de la firma, si es que lo hay. También hay servicios de consultas a disposición de los ciudadanos como el del Banco de España.

Además, la normativa vigente obliga a las entidades a entregar gratis información previa a la contratación para facilitar la comparación de ofertas en modelos de fichas normalizados.

En este sentido, conviene leer con atención esa información precontractual y también los contratos asociados a cualquier producto u operación financiera. No hay que olvidar que cualquier operación lleva asociado un contrato, desde la apertura de una cuenta corriente a la contratación de una tarjeta bancaria o una hipoteca.

Antes de firmar es cuando hay que aclarar cualquier duda con la entidad financiera o con un profesional independiente.

Entidades financieras

Además de recopilar la información necesaria sobre el producto financiero, conviene comprobar que la entidad que lo comercializa o que facilita una operación determinada está registrada en el Banco de España o en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Es la mejor manera de evitar entidades no reguladas, que podrían aplicar condiciones abusivas o incluso fraudulentas, tal y como advierte el Banco de España.

Para ello hay tres recursos valiosos que se pueden consultar: el registro de entidades del BdE, el registro de la CNMV y el del Fondo de Garantía de Depósitos, al que no pertenecen todas las entidades incluidas en los dos primeros y que conviene visitar también.

Valorar la propia situación financiera

Una vez reunida toda la información sobre entidades y productos, es la hora de hacer lo mismo con nuestra propia situación financiera. Conviene repasar los ingresos y gastos habituales, los ahorros disponibles y las deudas pendientes.

Este es un hábito saludable que permitirá valorar tanto la situación financiera actual como la futura. A continuación, veremos tres ejercicios que se pueden realizar en función del tipo de operación financiera que se desee efectuar.

Préstamos

Antes de pedir un préstamo hay que asegurarse de que las cuotas mensuales que se pagarán a cambio no suponen un porcentaje demasiado elevado de los ingresos. Si el préstamo tiene un interés variable, hay que preguntarse si se podrá seguir pagando incluso si aumentaran las cuotas el 10 %, el 20 % o el 30 %.

Inversiones

«¿Aceptaría perder dinero?». Esta es la pregunta que debemos responder siempre antes de realizar cualquier inversión. En este caso hay que tener en cuenta que, generalmente, a mayor rentabilidad aumentará también el riesgo de la operación.

Ahorro

En caso de querer guardar el dinero en una cuenta bancaria o en un depósito es importante consultar si la entidad elegida está adherida al Fondo de Garantía de Depósitos. Se trata de una herramienta que garantiza los depósitos en dinero incluso si la entidad bancaria atravesara problemas y no pudiera devolverlos.

Fondo de emergencia

Nadie está a salvo de tener que afrontar un gasto imprevisto, por eso es tan importante contar con un colchón de dinero al que se pueda recurrir de manera inmediata.

Si los riesgos se materializan, es más que recomendable tener disponible ese colchón. Pensemos, por ejemplo, en una subida de los tipos de interés y, con ella, de la cuota que se paga por un préstamo: ese dinero ahorrado podría ayudar a pagar unas cuotas más elevadas o incluso a realizar una amortización de capital para aliviarlas.

Es conveniente tener ese dinero en una cuenta corriente o en productos financieros con un riesgo de crédito y de mercado reducido, como una cuenta de ahorro o letras del Tesoro.

En este sentido, no conviene perder de vista la inflación, que resta valor sobre todo a los ahorros no remunerados, como los que se mantienen en efectivo.

Diversificación de las inversiones

A la hora de realizar una inversión, la opción de diversificar es una excelente manera de reducir el riesgo asociado. La diversificación consiste en invertir en distintos activos, sectores o áreas geográficas.

Un ejemplo: a la hora de adquirir títulos emitidos por empresas, se pueden considerar varias compañías de diversos sectores en vez de comprar únicamente los que emite una sola. ¿Por qué? Porque es poco probable que todos los agentes de distintos mercados tengan problemas al mismo tiempo.

Siempre existe el riesgo de que algún agente económico no pueda hacer frente a sus deudas o que el precio de sus activos se desplome. Al repartir entre varios el dinero que se desea invertir, es más fácil reducir el impacto de ese riesgo si se llegara a producir.

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