ECONOMÍA

Educación financiera, la base de las buenas decisiones

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Educación financiera, la base de las buenas decisiones
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CaixaBank

05 Octubre, 2020


Todos encontramos natural que un niño aprenda el abecedario o a sumar. Son los fundamentos de su educación, las llaves que le abrirán las puertas a conocimientos más complejos que, a su vez, le permitirán tomar decisiones acertadas a lo largo de su vida. Gracias a ellos, conocerá cómo funciona la sociedad en la que vive o entenderá por qué un objeto cae al suelo si lo suelta. Sin embargo, nos suele resultar más extraño que a ese mismo niño se le hable de finanzas, cuando en realidad serán una cuestión fundamental en su futuro.

La cuestión es que la educación financiera de niños y adolescentes es una de las grandes asignaturas pendientes en España. Así lo demuestra el informe PISA de la OCDE, que en su última edición midió el rendimiento en competencia financiera de alumnos de 4º de la ESO.

La evaluación de la OCDE incluía el conocimiento y comprensión de conceptos y riesgos financieros, así como la habilidad y confianza para aplicarlos, con el fin de tomar decisiones eficaces, mejorar el bienestar financiero de los individuos y la sociedad, así como permitir la participación en la vida económica. En el caso de los alumnos españoles examinados, ese rendimiento es significativamente inferior (492 puntos) al del promedio de los países de la OCDE (504 puntos).

El problema que plantea este bajo rendimiento es que la educación financiera resulta fundamental en la vida de los ciudadanos. De hecho, se encuentra estrechamente vinculada al Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 4 (Educación de calidad) fijado por la ONU como una de las claves para asegurar la prosperidad de todos.

Así, si los ciudadanos son capaces de evaluar correctamente su situación financiera y tomar decisiones eficaces, tanto su economía personal como la del entorno en el que viven funcionarán mejor. Y, cuanto antes comiencen, mejor.

Una habilidad esencial

La propia OCDE califica la educación financiera como esencial a la hora de participar en la sociedad actual, que plantea a los niños un mundo cada vez más complejo. Así, insiste en que los niños comiencen a recibirla tan pronto como sea posible. Incluirla en los currículos educativos desde una edad temprana les permitirá adquirir las habilidades necesarias para desarrollar una conducta responsable en este ámbito a lo largo de sus vidas.

Precisamente esa conducta financieramente responsable es la que les ayudará a salir adelante en momentos económicamente delicados, como el que atravesamos en la actualidad debido a la pandemia de la COVID-19. De hecho, conceptos como el ahorro o la planificación de gastos resultan especialmente útiles cuando los ingresos disminuyen.

En el cometido de introducir a los pequeños en los conceptos financieros, la familia es fundamental. De hecho, es la principal fuente de información con la que cuentan. Tanto en España como en el promedio de la OCDE, alrededor del 94% de los estudiantes evaluados por PISA declara haber obtenido información relacionada con las finanzas de sus padres o tutores.

Hablar de dinero en familia

Hablar de dinero con los hijos como un tema de conversación habitual en familia puede ayudarles a asimilar conceptos que les resultarán muy provechosos en el futuro. Desde los más básicos, como el hecho de que conseguir un objeto requiere un esfuerzo, a otros más avanzados, como la planificación del gasto de la paga semanal; se trata de adaptar el mensaje a la madurez del niño.

Ni siquiera es necesario emplear términos complicados o incluso hablar de números. Basta con buscar los ejemplos que resulten cercanos a los niños y animarlos a llevar lo aprendido a la práctica. Contar con materiales adicionales como cuentos también es una excelente idea, así como predicar con el ejemplo: si pretendemos enseñarles a ser previsores, nuestro esfuerzo será en vano si perciben falta de responsabilidad y planificación en su entorno más cercano.

Normalizar este tipo de conversaciones también resulta beneficioso en otros ámbitos distintos al familiar. Es el caso de parejas que se van a vivir juntas e incluso otros convivientes sin vínculos de parentesco como pueden ser compañeros de piso. En estos casos, llegar a acuerdos desde un principio, fijar objetivos e incluso monitorizar su cumplimiento puede ahorrar quebraderos de cabeza más adelante.

Nunca es tarde

Aunque lo ideal es comenzar con la educación financiera a una edad temprana, lo cierto es que muchos adultos no han tenido la oportunidad de hacerlo. Sin embargo, no por ello deben tirar la toalla. Al contrario: nunca es tarde para aprender a administrar nuestro dinero de manera eficiente.

De hecho, la competencia financiera forma parte de la independencia y la seguridad en la vida adulta, tanto al independizarse como al formar una familia o al jubilarse. En este sentido, CaixaBank cuenta con su propio Plan de Cultura Financiera para impulsar este concepto en toda la sociedad, que incluye materiales para ayudar a los ciudadanos a comprender distintos conceptos relacionados con las finanzas personales.

A través de su propia página web de Cultura Financiera ofrece contenidos que explican, por ejemplo, cómo llevar un presupuesto, qué supone ser avalista en un crédito o cómo utilizar correctamente las tarjetas bancarias. También dispone de un canal en YouTube con una lista específica de cultura financiera, entre otras herramientas, como su programa Aula de formación financiera online para accionistas.

La educación financiera es capital para la salud económica de todos. También lo es para reducir la desigualdad y evitar la exclusión. Gracias a ella, los ciudadanos mejoran su comprensión sobre los distintos productos a su alcance, sobre los riesgos financieros e incluso las oportunidades que les ofrece el mercado, un conocimiento que les ayuda a tomar decisiones con una información adecuada. De su acierto dependerá, en última instancia, la buena marcha de la economía.

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