El 23 de noviembre vuelve a ser Black Friday, que cada año se celebra el día siguiente al cuarto jueves de noviembre. O dicho de otra forma, el día después del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos. ¿Pero cuál es el origen de esta celebración comercial que ha tomado gran fuerza en todo el mundo en los últimos años?
Aunque se ha llamado viernes negro a varios acontecimientos históricos, entre otros a la crisis financiera que se inició un viernes de septiembre de 1869, parece ser que el origen más inmediato del actual Black Friday tan solo se remonta a la década de los años cincuenta del siglo XX, cuando la policía de Filadelfia usaba el término para describir el gran embotellamiento de personas y vehículos que se producía en las calles el día siguiente a Acción de Gracias. La expresión se popularizó a partir de 1966, cuando apareció publicada en un anuncio, y con el tiempo se iría aplicando, más que al día en sí, a los descuentos que realizan los comercios durante ese día.
Considerado desde la década de los 2000 como el inicio no oficial de la campaña de ventas de Navidad, su importancia no ha hecho más que crecer con el tiempo, especialmente en las compras online. La experiencia se ha ampliado también al lunes siguiente, el Cyber Monday, dedicado a descuentos en productos tecnológicos, y últimamente el ciberlunes ha llegado incluso a superar las ventas del Black Friday. El año pasado, por ejemplo, el volumen de ventas en Estados Unidos durante el periodo fue de 6.590 millones de dólares en el Cyber Monday, 5.030 millones en el Black Friday y 2.870 millones en el Día de Acción de Gracias. Sumados, más de 14.000 millones de dólares.