ECONOMÍA

El marco, la lira, la peseta y otras monedas que se despidieron con el euro

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El marco, la lira, la peseta y otras monedas que se despidieron con el euro
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Uno de los grandes hitos en la historia económica de Europa tuvo lugar el 1 de enero de 2002.

Fue entonces cuando millones de europeos llevaron por primera vez una nueva moneda común en sus bolsillos. No fueron pocos los que acudieron a un cajero automático nada más tomar las uvas para tocar por primera vez los nuevos billetes de euros.

Aunque ya llevaba tres años como moneda oficial no circulante, el euro comenzó entonces a reemplazar a las monedas y billetes de doce países, que desaparecerían totalmente de la circulación en pocos meses.

¿Te acuerdas de la peseta, el marco o la lira? Aunque hoy son ya 20 los países que utilizan el euro, las doce primeras monedas europeas en jubilarse para dejarle paso fueron las que encontrarás a continuación.

La peseta española

Más de 130 años habitó la peseta en los bolsillos y las carteras de los españoles. Escritores, reyes, músicos, conquistadores y exploradores son algunos de los personajes relevantes que pasaron por sus monedas y billetes.

Dejó paso al euro con una tasa de cambio de 166,386 pesetas que obligó a hacer cálculos a muchos españoles mientras se acostumbraban a valorar los bienes y servicios en euros.

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El marco alemán

Una de las monedas que desaparecieron con el euro que mejor habían encarnado los valores de estabilidad y fortaleza fue el marco alemán.

Esta fue una divisa que vivió su propio proceso de unificación: se introdujo en 1948 en la República Federal Alemana para extender en 1990 su uso a toda Alemania con la caída del muro de Berlín. Su tasa de cambio se estableció en 1,95583 marcos por euro.

La lira italiana

La lira italiana, con más de 150 años de historia, también surgió en un proceso de reunificación, en su caso, el de Italia, que tuvo lugar en 1861.

Es una divisa recordada por las devaluaciones que experimentó en las últimas décadas del siglo XX a causa de la inflación. Esto explica que su tasa de cambio frente al euro fuera de 1.936,27 liras, la más elevada de todas.

El franco francés

Fue en el siglo XIV cuando el primer franco comenzó a utilizarse como moneda en Francia —se acuñó entonces para pagar el rescate del rey Juan II—, aunque fue sustituido por otras como el écu o el luis con el paso de los años.

Ya en 1795, en plena Revolución Francesa, se convirtió en moneda de la República y lo siguió siendo hasta que fue sustituido por el euro. Su tasa de cambio se estableció en 6,55957 francos por euro.

El florín neerlandés

Otra de las monedas más antiguas que desaparecieron con el euro fue el florín neerlandés, que surgió en 1378 como una versión del florín italiano.

Conocido como gulden, fue una influyente divisa en el mercado europeo durante buena parte de los siglos XVII y XVIII. Su tasa de cambio por el euro se estableció en 2,20371 florines.

El marco finlandés

El marco finlandés surgió a mediados del siglo XIX como un instrumento de pago improvisado por negocios de la zona, que se encontraron sin monedas de rublo para dar el cambio a sus clientes.

En 1860 se acuñó por primera vez el marco como unidad de moneda en Finlandia. Con la entrada del euro, su tasa de cambio se estableció en 5,94573 marcos finlandeses frente a la divisa europea.

El chelín austriaco

La historia del chelín austriaco estuvo marcada por las dos grandes guerras del siglo XX en Europa.

 En 1925 Austria estrenaba el chelín para sustituir a la antigua corona austriaca, devaluada a causa de la I Guerra Mundial. La nueva moneda se utilizó hasta 1938 y se retomó en 1945, una vez finalizada la II Guerra Mundial. En 2002 fue reemplazado por el euro a una tasa de 13,7603 chelines por euro.

El escudo portugués

La proclamación de la República Portuguesa en 1910 trajo consigo la creación de una nueva moneda para sustituir al real.

El escudo portugués nació en 1911 con un valor de 1.000 reales, algo que ahorró mucha tinta a la hora de transcribir cuantías en papel. Con todo, el escudo no se libró de diversas devaluaciones en el siglo XX. Finalmente dejó paso al euro a una tasa de 200,482 escudos por euro.

La dracma griega

Una moneda tan antigua que su valor inicial era «un puñado de flechas». De hecho, fue la primera moneda que se acuñó en la península ibérica: colonos griegos se encargaron de ello.

La dracma griega tuvo sus orígenes hace más de 2.600 años, aunque fue en 1830 cuando comenzó su etapa moderna. Fue reemplazada por el euro a una tasa de cambio de 340,750 dracmas por euro.

El franco belga y el franco luxemburgués

El franco belga y el franco luxemburgués son dos monedas que desaparecieron con el euro y que mantuvieron una relación muy estrecha durante el siglo XX. La primera vez que se habló del franco luxemburgués fue en un decreto granducal de 1918.

Tres años más tarde, en virtud de la unión económica acordada con Bélgica, el franco belga se convirtió en moneda oficial de ambos países, aunque convivió con un franco luxemburgués limitado en su emisión. La tasa de cambio de ambas se estableció en 40,3399 francos por euro.

La libra irlandesa

La moneda oficial de Irlanda antes del euro era la libra irlandesa o libra Saorstát, que comenzó a circular en 1927 después de la proclamación del Estado Libre de Irlanda.

Al principio, su valor estaba ligado al de la vecina libra esterlina, aunque esto cambió a partir de 1979, cuando la divisa irlandesa entró en el Sistema Monetario Europeo y se desvinculó de la moneda inglesa. Su tasa de conversión al euro se estableció en 0,787564 libras irlandesas.

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