Adentrarse en el mundo de la inversión exige familiarizarse con ciertos términos. Qué son el dividendo y el payout, por ejemplo, es una de las primeras cuestiones que debemos despejar si queremos invertir en acciones de una compañía. Esto es así porque ambos términos están directamente relacionados con el dinero que recibiremos a cambio de nuestra inversión.
Payout, dividendo y otros términos que todo accionista debe conocer
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CaixaBank
28 Marzo, 2023
Qué es el dividendo y cómo se valora
En el caso del dividendo, se trata de la parte del beneficio que se reparte entre los accionistas de una compañía. Es decir, el dividendo constituye la remuneración que reciben esos accionistas por su condición de propietarios de la sociedad.
Ante esta perspectiva, valorar el dividendo de una sociedad es una información importante para los accionistas. Hay algunos indicadores interesantes que se deben tener en cuenta a la hora de obtener esta información clave para invertir, ya que permiten estimar cuánto dinero recibirá un accionista por los títulos que posee. También ayudan a conocer mejor la política de remuneración concreta de una sociedad a sus accionistas.
Indicadores para valorar un dividendo: rentabilidad y "payout"
Dentro de los indicadores que ayudan a valorar los dividendos de una sociedad —y, por tanto, fundamentar correctamente las decisiones de inversión—, destacan la rentabilidad por dividendo y el payout.
Rentabilidad por dividendo
Este es un indicador que facilita mucho la comparación entre opciones de inversión. Concretamente, la rentabilidad por dividendo relaciona el dividendo que distribuye una sociedad durante un año con el precio de cotización de sus acciones.
En este caso, el resultado puede variar en función del criterio que sigamos a la hora de seleccionar el importe del dividendo distribuido, así como el precio de cotización.
Veámoslo con un ejemplo: si tenemos una sociedad que reparte en un año cuatro dividendos de dos céntimos de euro cada uno y el precio de sus acciones es de dos euros, su rentabilidad por dividendo será del 4 %. Es el resultado de dividir los ocho céntimos repartidos a lo largo del año entre el precio por acción (2 euros) y multiplicar el resultado por 100 para obtener el porcentaje.
Eso sí, hay que tener en cuenta que, si el precio de las acciones baja, la rentabilidad por dividendo aumentará. Así pues, si el precio del ejemplo bajara a un euro, la rentabilidad por acción sería del 8 %.
Payout
Por su parte, el payout indica el porcentaje del beneficio obtenido que se distribuye entre los accionistas. En este caso, es la Junta General de Accionistas de la sociedad la que determina qué parte de los beneficios esperados se repartirá entre los accionistas en forma de dividendo y qué parte se reinvierte en el negocio.
Un ejemplo: si una sociedad gana 1.000 euros y distribuye 500, su payout será del 50 %, ya que reparte la mitad de sus beneficios entre sus accionistas.
¿Para qué sirven estos indicadores?
Muy sencillo: si conocemos la política de remuneración que sigue una entidad, nos resultará más fácil estimar el importe que repartirá entre sus accionistas.
Para realizar esa estimación, hay que tener en cuenta las previsiones de beneficios que publican los analistas financieros —previsiones que, desde luego, pueden variar—. Al dividir esa cifra entre el número de acciones que hay en circulación, obtendremos el dividendo por acción esperado, que nos dará una estimación del importe que cobraremos en función de las acciones que tengamos en nuestro poder.
Pongamos otro ejemplo más: si una compañía tiene un beneficio estimado de 2.000 euros, 100.000 acciones en circulación y un payout del 50 %, el dividendo esperado por acción será de un céntimo de euro. Es el resultado de dividir el beneficio estimado entre las acciones y multiplicar el resultado por 0,5 —el porcentaje del payout expresado en decimal—.
Tres formas de pagar dividendos
Ya hemos visto cómo valorar los dividendos de una sociedad, pero ¿cómo llegan al accionista?
Dividendo en efectivo
Este es el dividendo más habitual. En esta modalidad, el accionista recibe un ingreso con su remuneración en efectivo. Puede ser a cuenta —cuando se paga anticipando el beneficio del ejercicio en curso—, complementario —se paga con el ejercicio ya cerrado y las cuentas aprobadas— o extraordinario —como consecuencia de un resultado extraordinario—.
Dividendo en scrip
Se trata de aquel en el que una sociedad remunera a sus accionistas mediante una ampliación de capital, que se realiza con cargo a reservas. Es decir: el accionista recibe nuevas acciones sin tener que aportar dinero.
Concretamente, el accionista recibe derechos de suscripción preferente y, con ellos, puede elegir entre varias opciones que pueden complementarse entre sí, por ejemplo: suscribir nuevas acciones acudiendo a la ampliación de capital liberada, o bien vender esos derechos, ya sea a la propia entidad o al mercado.
Hay que tener en cuenta que, si el accionista elige vender esos derechos y recibir efectivo, verá reducido su porcentaje de participación en el capital de la empresa y, por lo tanto, su participación en el beneficio futuro.
Recompra de acciones
En esta modalidad, la sociedad compra sus propias acciones para amortizarlas. En otras palabras, las acciones que recompra se eliminan y dejan de existir. Eso sí, cuantas menos acciones hay en circulación, más proporción de los futuros dividendos recibirá cada accionista.
Existen algunos casos en los que los dividendos que paga una compañía a sus accionistas repercuten positivamente en la sociedad. El de CaixaBank es uno de ellos: sus principales accionistas son la Fundación ”la Caixa” y el FROB, junto a otros 600.000 accionistas que confían en la entidad.