¡Qué sabios son los abuelos! Siempre tienen una respuesta que ofrecer cuando estamos desorientados. Una explicación simple cuando nos complicamos demasiado. Nuestros mayores son lecciones de vida andantes. Conviene prestarles atención y tomar nota. De hecho, incluso pueden tener la receta para salvar el planeta. No hay más que fijarse en cómo se hacían las cosas en su tiempo.
Cuando los recursos son escasos, valoramos mucho más lo que tenemos. Por eso, en tiempos de nuestros abuelos apenas se desperdiciaba nada. Los hogares empleaban los restos de comida para alimentar a los animales y abonar la tierra. Los electrodomésticos antiguos se fabricaban para durar muchos años y, cuando fallaban, muchos de sus componentes se reutilizaban. Los niños heredaban la ropa de sus hermanos mayores, que se actualizaba si era necesario.
Esta es, básicamente, la filosofía que hay detrás del concepto de economía circular. Se trata de un nuevo paradigma que espera ocupar el puesto del actual modelo lineal de consumo.
Este cambio puede ser determinante en la lucha contra el cambio climático. Si se pusiera en marcha la economía circular, se podría reducir entre el 80% y el 99% de los desechos industriales en algunos sectores económicos. Además, desaparecerían entre el 79% y el 99% de sus emisiones.