Cada verano asistimos impotentes a la misma escena. Masas de árboles ardiendo, animales heridos y vecinos que tratan desesperadamente de evitar que el fuego acabe con sus hogares. Bomberos arriesgando sus vidas, luchando contra unas llamas que parecen devorarlo todo. Los incendios forestales son una lacra que siempre regresa. Y sus consecuencias son mucho más serias de lo que parece.
Para comprender mejor la magnitud de este problema, podemos echar un vistazo a algunas cifras. Según la organización WWF, los incendios forestales afectan a unas 500.000 hectáreas de media cada año en Europa, de las cuales unas 375.000 se corresponden con países del arco norte del Mediterráneo, en el que se encuentra España. De hecho, nuestro país es el segundo de la región que registra más incendios forestales cada año –unos 12.000. De media, arden unas 100.000 hectáreas solo en territorio español. Además, entre 2017 y 2018 murieron por esta causa 225 personas en Portugal, Grecia y España.