En muchos casos comenzaron como soluciones de urgencia, pero muchas de ellas han pasado a formar parte ya de nuestro día a día. Son esas herramientas colaborativas que nos permiten hablar a distancia con nuestros compañeros de trabajo, organizar los proyectos comunes a distancia o incluso a realizar videollamadas con nuestros familiares durante el confinamiento. Las instalamos en nuestros smartphones cuando estábamos metidos en casa, pero la mayoría se han quedado ahí porque hemos descubierto lo útiles que son.
Aunque ya había muchas empresas que utilizaban estas herramientas anteriormente, no cabe duda de que la pandemia de la COVID-19 ha acabado por extender su uso. De hecho, una encuesta realizada por el Banco de España a una muestra de empresas desvela que cuatro de cada cinco habían aumentado el teletrabajo para evitar que su actividad se resintiera por esta crisis.
Como consecuencia de esta apuesta por el teletrabajo, el número de usuarios de herramientas que lo hacen posible se ha disparado. Es el caso de una de ellas, Microsoft Teams, que prácticamente ha duplicado los usuarios diarios que tenía antes de la pandemia hasta situarse en los 75 millones en todo el mundo.
Las comunicaciones a distancia, la organización del trabajo en remoto o, incluso, el almacenaje de archivos ya no volverán a ser lo mismo para muchos trabajadores en España. Todo ello, gracias a unas herramientas colaborativas que han pasado de ser un parche durante una situación complicada a grandes aliadas en su día a día.