Alimentar a una creciente población planetaria es una labor compleja, si bien es cierto que cada década disponemos de nuevas herramientas tecnológicas a nuestra disposición. Innovaciones como la tecnología CRISPR/Cas9 de edición genética o la robotización de los cultivos son algunas de ellas, junto al cultivo vertical por aeroponía, un tipo de agricultura con un consumo de suelo prácticamente nulo.
Aeroponía: el cultivo vertical que no consume suelo
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CaixaBank
27 Mayo, 2021
Poner fin al hambre, un complejo reto global
El primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) perseguía “erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Si bien es cierto que se logró la meta primera de este objetivo —reducir a la mitad la proporción de personas con ingresos inferiores a un dólar por día— cinco años antes de lo previsto, acabar con el hambre sigue siendo un propósito complejo.
Según los informes de la ONU respecto al que ahora se ha convertido en segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (“hambre cero”), de 2015 a 2019 se han logrado metas nada desdeñables, como una reducción mundial de la malnutrición infantil, que ha pasado del 23,1 % al 21,3 %. Esto supone un récord en velocidad: en cinco años se ha avanzado en países en desarrollo lo que a los desarrollados les costó muchas décadas.
Sin embargo, según la FAO, el aumento del número de tierras de cultivo está impactando negativamente en la calidad de los suelos, y el hecho de que el cambio climático lleve décadas haciendo los cultivos menos productivos implica que se necesitan nuevas herramientas para garantizar el hambre cero. El uso de la aeroponía junto a los lugares de consumo surge como una herramienta muy interesante en este sentido.
¿Qué es la aeroponía y por qué resulta interesante?
Desde hace siglos, culturas de varias regiones del mundo, como los romanos del siglo I a.C. o los aztecas (chinampas) del XVI, se dieron cuenta de que podían cultivar diluyendo nutrientes en el terreno. Técnicas más modernas de este método de cultivo, hoy llamado hidroponía, consisten en hacer crecer las plantas en soluciones acuosas de alta concentración de nutrientes sin utilizar suelo.
La aeroponía recoge estos principios de cultivo sin suelo pero va un paso más allá: en lugar de diluir nutrientes en el agua, y sumergir en ella las raíces, en la aeroponía las raíces de las plantas se encuentran al descubierto y sobre ellas se vaporizan los nutrientes, reduciendo los insumos de forma considerable.
Los nutrientes, nebulizados, penetran mucho mejor en las raíces que si estas estuvieran dentro de la tierra o el medio acuoso, al contar con más oxígeno. Significa que la planta necesita menos recursos para crecer al reducir su coste metabólico. Se estima que estos cultivos emplean una décima parte del agua respecto a los cultivos tradicionales sobre suelo, especialmente en interior.
Ventajas de la aeroponía de interior
Tanto los cultivos tradicionales como los intensivos, los ecológicos o los basados en organismos modificados genéticamente cultivados en el campo hacen uso de suelo. Esto significa que necesitan una cantidad de espacio importante que, si no se gestiona adecuadamente, puede desplazar o destruir ecosistemas completos. Es muy conocido el avance de los campos de cultivo de soja que están devastando la selva amazónica.
La aeroponía de interior, llamada también cultivo bajo techo o cultivo vertical, presenta ciertas ventajas que pueden ayudar a mitigar este problema:
– No hace uso de pesticidas, ni naturales ni artificiales, al no poder entrar los patógenos o animales en estas condiciones de laboratorio.
– La energía usada es mínima comparada con la de otros cultivos. Destaca el cultivo de lechugas y otras herbáceas.
– No se ven afectados por el clima, ni son susceptibles a heladas, tornados, riadas ni ninguna otra adversidad.
– El ahorro de agua y nutrientes es considerable respecto a otras técnicas.
– Evita el desplazamiento de especies de muchos entornos, al aprovechar la construcción en altura.
– Facilita el cultivo cerca de los lugares de consumo, lo que implica menos emisiones de carbono en su traslado.
Cultivo vertical, un ahorro de emisiones considerable
Junto a la estabilidad de ser independientes del clima o de las plagas, permitir el cultivo junto a los lugares de consumo como las ciudades es una de las mayores ventajas de la aeroponía. En 2019 apenas el 16,2 % de la población española vivía en el campo y casi toda ella lo hacía en entornos urbanizados. Algunos pronósticos de la ONU estiman que, en 2035, un tercio de los españoles vivirá en grandes ciudades. Una tendencia que puede influir sobre la extensión de las técnicas de cultivo vertical.
Esto se debe a que alimentar a las ciudades exclusivamente con los sistemas agrícolas actuales apenas es sostenible. Los alimentos llegan a recorrer miles de kilómetros del cultivo al plato —los cereales cerca de 3.000 km, y las legumbres y frutas, 6.500 km. Sin embargo, la agricultura vertical aeropónica favorece el necesario cultivo de proximidad.
La “comida de kilómetro 0”, cultivada en un radio cercano de pocos cientos de kilómetros del lugar de consumo, se está popularizando cada vez más. Gracias a la aeroponía, las ciudades del futuro podrían contar con el apoyo de una fuente más de suministro sostenible de alimentos de calidad.