SOSTENIBILIDAD

Bonos sociales, un instrumento para invertir y generar impacto positivo

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Bonos sociales, un instrumento para invertir y generar impacto positivo
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CaixaBank

11 Enero, 2023


Las buenas ideas —las buenas de verdad— necesitan apoyo para convertirse en realidad. Esta es, a grandes rasgos, la filosofía que subyace en los bonos sociales, unos instrumentos financieros que buscan dos objetivos: producir una rentabilidad y ejercer un impacto positivo en la sociedad.

¿Cómo lo hacen? Muy sencillo: aportan financiación a proyectos socialmente responsables, que son los que ejercen en la práctica ese impacto positivo en la sociedad. Los bonos sociales son productos que cada vez son más populares entre los inversores.

¿Qué es un bono?

Antes de entrar en harina para hablar sobre bonos sociales, conviene tener claro qué es exactamente un bono. Y para explicar esto, hay que tener en cuenta dos puntos de vista: el del inversor y el de la empresa que recibe la financiación.

Los bonos de inversión son un tipo de título de deuda que emiten empresas o gobiernos para obtener financiación. Así, un bono es, por un lado, un instrumento de financiación que permite a las empresas acceder a los recursos que necesitan. Por el otro, es un producto de renta fija privada en el  que se pacta de antemano tanto el plazo como la cantidad que se recibirá a cambio de la inversión.

Es decir: en el momento de suscribirlos, el inversor conoce cuándo recuperará el capital invertido más los intereses pactados.

Hay bonos de muchos tipos: con mayor o menor riesgo, convertibles en acciones, de un solo pago o de varios… También se puede invertir en ellos de manera más o menos diversificada. E incluso existen bonos que buscan beneficios más allá de los monetarios, como sería el caso de los bonos verdes y los bonos sociales.

¿De dónde vienen los bonos sociales?

Los bonos sociales forman parte de la conocida como inversión socialmente responsable o sostenible. Este enfoque de inversión, vinculado estrechamente a la sostenibilidad, es el que se guía por criterios ESG —medioambientales, sociales y de buen gobierno—. En lugar de enfocarse únicamente en obtener ganancias financieras, la inversión socialmente responsable también tiene en cuenta esos factores ESG al elegir en qué empresas y proyectos invertir.

En la inversión socialmente responsable, no basta con realizar un análisis financiero de un proyecto para decidir si se invierte en él o no: para recibir los fondos, ese proyecto deberá además cumplir con unos determinados estándares ESG.

En este contexto surgieron los bonos sociales, instrumentos financieros que se enmarcan dentro de esa inversión socialmente responsable. Sus fondos se destinan en exclusiva a financiar o refinanciar proyectos que tengan claros beneficios para la sociedad.

Estos bonos también tienen sus propios estándares que cumplir para que se puedan considerar sociales: los Social Bond Principles (SBP) publicados por la asociación ICMA como marco de referencia para este tipo de instrumentos. Se trata de parámetros que abarcan el destino de la financiación, el proceso de selección de proyectos, la gestión de la financiación y el reporting sobre su destino.

¿Para qué sirven los bonos sociales?

Recordemos que lo que buscan en última instancia estos productos es producir un impacto social positivo.

Para ver esto podemos tomar el ejemplo de CaixaBank, que fue la primera entidad bancaria española en emitir un bono social en apoyo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en 2019.

Desde entonces ha emitido otros tres bonos sociales, el último de ellos en 2022 y destinado a financiar préstamos a familias, autónomos y pymes en España. En total, la entidad ha alcanzado los 4.000 millones de euros en el nominal colocado en el mercado en formato social.

Si nos fijamos en los dos últimos bonos sociales emitidos por CaixaBank —en 2021 y 2022—, podemos ver que se han centrado en la financiación de actividades y proyectos que contribuyen a luchar contra la pobreza, impulsar la educación y el bienestar, así como a fomentar el desarrollo económico y social en las zonas más desfavorecidas de España.

A efectos prácticos, la emisión de estos bonos facilita el acceso a servicios financieros de colectivos vulnerables, con la concesión de microcréditos y la financiación de áreas rurales.

También contribuye a financiar infraestructuras tan esenciales como centros sanitarios y centros educativos, o a promocionar el crecimiento de las microempresas y las pymes en las regiones más desfavorecidas de España.

En total, la entidad ha formalizado cerca de 300.000 préstamos concedidos a más 275.000 prestatarios en la construcción de su cartera social, de la cual forman parte los bonos sociales emitidos.

Gracias a los préstamos identificados dentro de esa cartera, se han creado o mantenido más de 82.100 puestos de trabajo y unas 4.000 compañías nuevas. Además, se calcula que más de 1,2 millones de personas se verán impactadas positivamente a través de los ocho préstamos concedidos a centros sanitarios, mientras que los préstamos concedidos a centros educativos han beneficiado a cerca de 15.000 estudiantes, entre otros impactos.

Es posible invertir y ejercer un impacto positivo sobre la sociedad.

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