Hace años que ya se intuía el potencial de la tecnología en el sector turístico. En 2017, un estudio de la consultora McKinsey Institute dejaba entrever que la inteligencia artificial (IA) brindaba al sector del turismo un 128 % de valor añadido frente a otros sectores.
Desde esa fecha, la IA, así como otras soluciones tecnológicas, se han ido implantando en el turismo, que tiene a la vuelta de la esquina una oportunidad de oro para digitalizarse gracias al desembolso de los fondos europeos Next Generation.
Este sector puede encontrar en la inteligencia artificial y en el big data unos grandes aliados. En función de los resultados que arroje la aplicación de estas dos técnicas, las empresas turísticas pueden tomar decisiones basadas en tendencias con absoluta inmediatez, ayudando a corregir estrategias sobre la marcha. Por ejemplo, se pueden detectar modificaciones en tendencias de elección de destinos, hecho que permite ajustar a la demanda transporte o recursos hoteleros.
Por otra parte, tanto la IA como el big data permiten acompañar al viajero durante toda la experiencia de su viaje. Desde una fase germinal, en la que el viajero empieza a plantearse qué tipo de viaje quiere y estudia varios escenarios, hasta el momento de reserva, de viaje, de estancia y también al regreso, donde hace su valoración. De esta manera, se puede ir facilitando la información necesaria en el momento idóneo, para que la información sea oportuna, accesible y útil.
En este ámbito tienen mucho que decir los chatbots y asistentes virtuales de voz. Estos últimos se encargan de recabar información sobre hábitos y preferencias de los consumidores para mejorar futuras experiencias a través del Machine Learning.
Por ejemplo, la app de viajes tripAbrood, especializada en turismo familiar, se vale de IA, machine learning y motores de recomendación para ofrecer a las familias las opciones que mejor encajan con sus necesidades particulares. Su valor radica en que ofrece menos opciones, pero de mayor relevancia para la familia en concreto.
Según los creadores de la app, muchas familias están acostumbradas a reservar sus vacaciones online, pero se frustran por la abrumadora cantidad de opciones que se les ofrecen. La app soluciona este problema asumiendo las preferencias de la familia y presentando resultados en función de estos criterios.