ECONOMÍA

Historia de las libretas de ahorro, el primer documento bancario de muchas generaciones

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Historia de las libretas de ahorro, el primer documento bancario de muchas generaciones
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CaixaBank

15 Febrero, 2023


Las libretas de ahorro, también conocidas como cartillas, han sido para muchas generaciones de clientes bancarios su primer punto de contacto con el mundo del ahorro y la contabilidad.

En un momento histórico de digitalización en el que muchos bancos las están retirando —CaixaBank mantendrá sus casi cinco millones de libretas de forma gratuita—, ponemos el foco en este servicio físico aún bastante utilizado en España, especialmente por parte de las personas mayores.

¿Qué son las libretas de ahorro?

La libreta de ahorro es un pequeño documento físico en forma de cartilla o cuadernillo, con varias decenas de hojas, que muestra el balance contable de una cuenta junto a sus movimientos. Ejerce como soporte físico de una cuenta de ahorro.

Estos documentos se actualizan gracias a la digitalización de los movimientos bancarios, que se imprimen sobre la libreta cuando esta se introduce en un cajero o en una máquina adaptada.

En algunas zonas se conoce a la libreta de ahorro como la «cartilla» y para muchas personas fue su primer documento bancario. Durante un tiempo fue muy frecuente abrir cuentas de ahorro a los hijos y darles este registro de movimientos.

En la actualidad seguimos utilizando exactamente la misma estructura de la cartilla, aunque muchas veces lo hacemos en otro formato, el online, cuando accedemos a los servicios virtuales de nuestra entidad bancaria.

¿Qué información contienen?

Cuando abrimos una libreta de ahorro, lo primero que llama la atención es su uso apaisado. Las filas impresas en este cuaderno siguen la dirección del lomo desde hace siglos, algo que ayudó mucho a operar con ellas en los cajeros. Eso sí, en su origen coexistieron varios formatos de libreta —incluidas hojas sueltas y rollos—.

Actualmente, en las libretas de ahorro se dedica una fila por cada operación realizada. En ellas se registran las siguientes anotaciones:

  • Fecha de la operación en que fue realizado el movimiento. Esto muestra una libreta en orden cronológico
  • Concepto de la operación que dio lugar al mismo. En algunos casos son conceptos vagos y en otros más detallados. Depende de la forma en que el sitio de compra o adquisición del bien catalogue sus propias operaciones.
  • Cantidad abonada (si es un ingreso) o restada (si es un gasto). En un principio, estas anotaciones se hacían en dos columnas diferentes para facilitar las operaciones, aunque en la actualidad es frecuente verlas en la misma, con diferente signo.
  • Saldo total una vez realizada esa operación. A esta cifra se la conoce como «balance» y ayuda a saber cuánto dinero había en la cuenta tras todas y cada una de las operaciones.
    Esta lista de transacciones en la que se muestra el importe de cada operación, así como el balance total una vez ejecutada cada línea, es el equivalente actual a la opción «Movimientos» de la banca online.

De «libreta de cuentas» a «libreta de ahorro»

Las libretas de ahorro que conocemos en la actualidad no siempre fueron operadas por máquinas. Es más, hubo un tiempo en que las cuentas eran anotadas a mano y los cuadernillos recibían el nombre de «libretas de cuentas» porque facilitaban sumas y restas: eran al mismo tiempo un balance contable y un lugar donde efectuar esas cuentas.

Ni estaban pensadas para ahorrar, ni se asociaban a una cuenta bancaria. Durante el siglo XVIII las libretas eran simplemente una forma de mantener la contabilidad. En Estados Unidos aún es frecuente que haya quien use uno de estos sistemas manuales para reflejar gastos en viajes o eventos.

Algunas de las primeras versiones de una libreta asociada a una cuenta bancaria circulaban por Inglaterra ya en el siglo XIX. Entonces, el Post Office Savings Bank and National Savings ya había empezado a emitir este documento, cuyas operaciones eran selladas una a una para registrarlas.

En España, las libretas de ahorro se comenzaron a extender a principios del siglo XX. Con todo, vivieron una época dorada hacia finales de siglo, cuando aparecieron los primeros cajeros que permitían actualizarlas de manera autónoma y sin supervisión del personal. La gente podía acudir al cajero y actualizar la cartilla.

Libretas de ahorro: qué son y cuál es su historia

Imprescindibles para los séniores

En los últimos años, algunas entidades bancarias han eliminado de forma gradual el servicio de libretas de ahorro, retirando primero la posibilidad de usar la cartilla en el cajero automático y, finalmente, su expedición o mantenimiento.

Esta deriva impacta sobre usuarios ya vulnerables, como es el caso de los clientes sénior, quienes a menudo se ven en riesgo de exclusión financiera. Con demasiada frecuencia, la digitalización ha avanzado en detrimento de la autonomía de este segmento, que suele tener mayores dificultades para operar con dispositivos electrónicos como los smartphones.

Por esta razón, CaixaBank mantendrá el servicio de libretas de ahorro, operando en la totalidad de su red de cajeros, dando soporte completamente gratuito a todos los clientes mayores de 24 años que soliciten la libreta y garantizando la accesibilidad de las personas de más edad.

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