¿Cuántas veces habremos oído —y ejercitado— la palabra «responsabilidad» en los últimos meses? La hemos llevado a todos los ámbitos: con nuestros familiares y vecinos, con nuestro propio trabajo, cada vez que íbamos a hacer la compra o incluso al viajar. Las circunstancias excepcionales que nos ha impuesto la pandemia de la COVID-19 así lo han exigido.
Más allá de medidas como el uso de la mascarilla, extremar la higiene o la distancia de seguridad, nos hemos concienciado de la enorme responsabilidad que hay detrás de todas nuestras acciones. En un momento delicado para la salud y la economía del país, cada gesto cuenta. Por eso, no hemos dudado en practicar este verano un turismo responsable, viajando de manera consciente.
En el Día Mundial del Turismo, merece la pena revisar precisamente ese concepto. El turismo responsable es el que, en plena pandemia, nos permite conocer lugares increíbles cerca de casa y, al mismo tiempo, impulsar las economías locales. Todo un bálsamo en tiempos difíciles para un sector, el turismo, que se ha convertido en el principal motor económico del país.