ECONOMÍA

Financiación, pymes y microempresas: la clave para salir adelante

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Financiación, pymes y microempresas: la clave para salir adelante
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CaixaBank

26 Junio, 2020


¿Sabías que el 99,84% del tejido empresarial de este país está compuesto por pymes, microempresas y autónomos? ¿Y que estos generan algo más del 65% de los puestos de trabajo? La ferretería de la esquina, la gestoría que te ayuda con el papeleo y la clínica dental de tu barrio son esenciales para la economía, el bienestar y el futuro del país. Esto es algo que tenemos en común con muchos otros territorios, por eso la Asamblea General de la ONU ha declarado el 27 de junio el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas.

De hecho, este tipo de negocios con menos de 250 trabajadores contribuyen de manera decisiva al desarrollo sostenible de la sociedad y el planeta, tal y como reconoce la propia ONU, que les asigna alrededor del 50% del producto interior bruto (PIB) a escala mundial. Una contribución que se ha visto especialmente amenazada debido a la pandemia de la COVID-19. Tal y como advierte el organismo, las pequeñas empresas están siendo las más afectadas por las consecuencias económicas de la pandemia.

Esto se debe a que las medidas de bloqueo y los confinamientos que se decretaron para contener la propagación del coronavirus han provocado interrupciones de la cadena de suministro y un desplome en la demanda de la mayor parte de los sectores económicos. Esta situación ha puesto a prueba la supervivencia de los negocios de menor tamaño, que necesitan más que nunca apoyo para acceder a la financiación que les permita salir adelante. Un acceso que Administración y entidades financieras han buscado favorecer con medidas especiales.

Financiación esencial

En el caso de las pymes y las microempresas, la financiación puede resultar vital para su funcionamiento. Es la palanca que les permite obtener recursos para desarrollar el negocio e incluso hacer frente a las tensiones de tesorería que, en un momento dado, pueden poner en peligro la propia supervivencia de la empresa.

La cuestión es que todo esto entra en contradicción con el hecho de que este tipo de empresas, por su propio tamaño, suelen tener más difícil el acceso a la financiación. De esta manera, la ventaja que les permite ser más flexibles en momentos de crisis y adaptarse a situaciones tan cambiantes como la que ha provocado la pandemia de la COVID-19 se convierte en una dificultad a la hora de conseguir los recursos necesarios para salir adelante.

Lo que ocurre es que ni la sociedad ni la economía se pueden permitir que estas empresas se paren, porque su contribución a ambas es esencial. Esta es la razón por la que hoy pymes y microempresas tienen a su disposición más fuentes de financiación que nunca. Desde los business angels, que financian y asesoran a las start-ups en momentos críticos, al confirming, que permite anticipar cobros de facturas gracias a la cesión de su gestión, este horizonte se ha ampliado considerablemente desde el tradicional préstamo bancario para favorecer el acceso al crédito.

Un esfuerzo sin precedentes

Los pequeños negocios no solo tienen una mayor variedad de fuentes de financiación a las que acudir, sino que, además, la crisis del coronavirus, que ha desatado fuertes turbulencias en la economía, ha provocado un esfuerzo sin precedentes para que estos negocios puedan obtener lo que necesitan para salir adelante. En este sentido, se han puesto en marcha distintas medidas, que abarcan desde avales para pymes a la concesión de créditos en condiciones ventajosas.

Entre las medidas aprobadas se encuentra la línea de avales aprobada por el Gobierno para respaldar a pymes y autónomos en su acceso a financiación. Dotada con un máximo de 100.000 millones de euros, el objetivo de esta línea consiste en facilitar que los pequeños negocios puedan garantizar su liquidez en un momento complicado.

Se trata de una línea de avales que gestiona el Instituto de Crédito Oficial (ICO) a través de las entidades financieras que, como CaixaBank, ofrecen financiación a empresas y autónomos para paliar los efectos económicos de la COVID-19. El objetivo de esta medida consiste, básicamente, en mantener la actividad productiva y el empleo. Este tipo de respaldo a pymes y microempresas también ha encontrado eco en distintas comunidades autónomas, que han aprobado líneas complementarias para mejorar su solvencia.

Las entidades también arriman el hombro

Junto al apoyo de las distintas administraciones, las propias entidades bancarias han puesto en marcha medidas para estar junto a las pymes y microempresas cuando más lo necesitan. En este sentido, al principio de la crisis pusieron a disposición de pymes y autónomos líneas de financiación por más de 60.000 millones de euros. Se trataba de una ayuda que llegaba en un momento crítico para facilitar la liquidez necesaria y garantizar la continuidad de su actividad.

En el caso de CaixaBank, la entidad abrió ya en el mes de marzo una línea de 25.000 millones en préstamos preconcedidos para autónomos y pymes, que se podían formalizar por un plazo de hasta 24 meses.

Además, la entidad puso en marcha un plan de apoyo al pequeño comercio que incluía financiación específica, bonificación de comisiones y facilidades para acceder al comercio electrónico y continuar con su actividad. De hecho, la entidad decidió mantener el acceso a financiación del circulante a comercios y autónomos pese a la caída en su facturación. Una condición que, en circunstancias normales, implicaría reducciones en la línea de financiación.

Junto a estas medidas extraordinarias, MicroBank facilita el acceso de microempresas y autónomos a una línea específica de préstamos de 310 millones de euros, garantizada por COSME y el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE), que tiene como objetivo cubrir sus necesidades de liquidez derivadas de la crisis del coronavirus. Entre otras características, estos préstamos cuentan con una carencia del capital de hasta 12 meses.

Todas estas medidas son las que han permitido a un buen número de pymes y microempresas afrontar el pago de los salarios de sus trabajadores, pagar el alquiler de oficinas, locales e instalaciones, hacer frente al pago de suministros como la luz o el gas o cumplir los compromisos con sus proveedores, entre otras cuestiones. También establecer las medidas extraordinarias de higiene y seguridad que se les exige en muchos casos para poder continuar con su actividad, o incluso acelerar su transformación digital para poder implantar el teletrabajo.

De esta manera, el acceso a financiación se ha convertido en un apoyo decisivo para que todos esos pequeños negocios que se encargan de mantener el país en marcha puedan superar este momento crítico.

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