¡Cómo los hemos echado de menos durante el confinamiento! Los montes, la hierba, las flores, los paseos por el bosque o el olor del césped. El hecho de que España sea el país con el mayor porcentaje de población (66%) viviendo en pisos ha provocado que buena parte de sus habitantes perdieran el contacto con la naturaleza durante varias semanas. Y, por eso, muchos de ellos han salido corriendo a su encuentro en cuanto han podido.
Nuestra tendencia a habitar viviendas de alta intensidad provoca precisamente ese efecto: echamos de menos la naturaleza porque no está integrada en nuestro día a día. Las calles asfaltadas y los edificios de hormigón tienen sus ventajas, pero limitan nuestro contacto con el medio natural.
Ese es el motivo por el que arquitectos y urbanistas de todo el mundo tratan de acercar la naturaleza a los edificios. En este sentido, la biofilia es una fuente de inspiración para los profesionales que buscan conectarnos de nuevo con el medio natural. Se trata de que nuestros hogares nos proporcionen ese bienestar que nos aporta el contacto con la vegetación y que tanto hemos echado de menos durante el confinamiento.