¿Sabías que el 99,84% del tejido empresarial de este país está compuesto por pymes, microempresas y autónomos? ¿Y que estos generan algo más del 65% de los puestos de trabajo? La ferretería de la esquina, la gestoría que te ayuda con el papeleo y la clínica dental de tu barrio son esenciales para la economía, el bienestar y el futuro del país. Esto es algo que tenemos en común con muchos otros territorios, por eso la Asamblea General de la ONU ha declarado el 27 de junio el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas.
De hecho, este tipo de negocios con menos de 250 trabajadores contribuyen de manera decisiva al desarrollo sostenible de la sociedad y el planeta, tal y como reconoce la propia ONU, que les asigna alrededor del 50% del producto interior bruto (PIB) a escala mundial. Una contribución que se ha visto especialmente amenazada debido a la pandemia de la COVID-19. Tal y como advierte el organismo, las pequeñas empresas están siendo las más afectadas por las consecuencias económicas de la pandemia.
Esto se debe a que las medidas de bloqueo y los confinamientos que se decretaron para contener la propagación del coronavirus han provocado interrupciones de la cadena de suministro y un desplome en la demanda de la mayor parte de los sectores económicos. Esta situación ha puesto a prueba la supervivencia de los negocios de menor tamaño, que necesitan más que nunca apoyo para acceder a la financiación que les permita salir adelante. Un acceso que Administración y entidades financieras han buscado favorecer con medidas especiales.