Desde que la usabilidad se incorporó a nuestras vidas, todo resulta más sencillo. De hecho, se trata de un término que hemos adoptado del inglés usability y que se refiere al grado en que un objeto puede ser usado. Esto quiere decir que sirve para medir la facilidad con la que las personas pueden utilizar una herramienta determinada. Se trata de un principio que pone a los usuarios en el centro del diseño de distintos productos y soluciones que utilizamos en nuestro día a día, desde una página web a una plataforma de pagos sin contacto.
El concepto de usabilidad ha alcanzado tal relevancia que cuenta incluso con su propio día mundial, que celebramos cada 10 de noviembre. Es el que está detrás de esas aplicaciones que nos facilitan lo que buscamos simplemente con un par de toques de nuestro dedo. Esto es posible gracias a la incorporación del factor humano al diseño de estas herramientas. Gracias a ello, las nuevas tecnologías son cada vez más intuitivas y fáciles de usar.
Una de las consecuencias más felices para todos del avance que ha experimentado la usabilidad en los últimos años tiene que ver con la pandemia de la COVID-19. Resulta que este principio se ha convertido en un gran aliado para sobrellevar mejor los profundos cambios que la enfermedad ha causado en nuestra vida diaria.