> seguridad – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 Viaja con tus tarjetas de forma segura https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/7-consejos-para-viajar-con-tus-tarjetas-con-total-tranquilidad/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/7-consejos-para-viajar-con-tus-tarjetas-con-total-tranquilidad/#respond Wed, 06 Jul 2022 04:37:04 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=25075

Llegan las vacaciones, esa época en la que se hacen realidad todos esos viajes que llevamos meses planeando. Las maletas, los mapas, las reservas de alojamiento… ¡y el dinero!

Para no tener que movernos con efectivo y hacerlo todo mucho más fácil y seguro, lo más recomendable es utilizar las tarjetas de débito y crédito. Ahora bien, antes de viajar, debes tener en cuenta los siguientes consejos:

  1. Asegúrate de que tus tarjetas estén activadas para que puedas utilizarlas sin problemas.
  2. Comprueba el límite y la disponibilidad de tu saldo. Puedes modificarlo en tu oficina si prevés que vas a necesitar más dinero para tus vacaciones.
  3. Viaja con una tarjeta de crédito y otra de débito. Recuerda que en cualquier oficina de CaixaBank puedes llevarte una tarjeta MyCard al momento (entrega inmediata) sin tener que esperar a los 3-5 días. Es preferible viajar con una tarjeta de crédito para asegurarte que puedas operar en todos los sectores incluidos los alquileres de coche (rentings) y aerolíneas…
  4. Confirma que tus tarjetas funcionen correctamente. Dirígete a cualquier cajero de CaixaBank y realiza una operación bancaria, como por ejemplo sacar dinero.
  5. Nunca lleves apuntado en ningún sitio el PIN de tus tarjetas; simplemente, recuérdalo. Si lo prefieres, puedes elegir un nuevo código que te resulte más sencillo de recordar en cualquiera de nuestros cajeros. Para tu seguridad, te recomendamos que no utilices datos fácilmente deducibles, como podría ser tu fecha de nacimiento.
  6. Sé precavido. Cuando marques el PIN en cajeros y establecimientos, procura que no sea visto por otras personas.

Además, si eres cliente de CaixaBank, ten presente que con CaixaBank Now podrás satisfacer muchas necesidades aunque estés lejos de tu casa, como por ejemplo consultar el límite de crédito de tus tarjetas y el saldo de tus cuentas, o bien bloquear tus tarjetas de forma temporal o definitiva.

Es frecuente que en vacaciones aparezcan dudas. Si tienes alguna consulta, puedes llamar a nuestros teléfonos de asistencia las 24 horas del día: 900 40 40 90 o +34 938 87 25 25 (desde el extranjero).

Pagar con el móvil, aún más fácil

Los smartphones nos permiten acceder a una infinidad de nuevos servicios, como pagar con el móvil. Si prefieres disponer de tus tarjetas en el móvil para pagar en comercios contactless puedes hacerlo a través de CaixaBank Now.

¿Y si pierdo la tarjeta?

En caso de pérdida o robo, si eres cliente de CaixaBank, dispones del servicio gratuito CaixaBankProtect, que te protege ante cualquier operación no realizada por ti.

No olvides que tienes varios mecanismos para garantizar la seguridad de tu tarjeta, como el sistema de alertas SMS gratuitas, que te avisan de las operaciones más relevantes realizadas con tu tarjeta. Así, siempre estarás informado de lo que está sucediendo con tus tarjetas.

En caso de que te quedes sin tarjetas mientras estás en el extranjero por pérdida, robo o incluso deterioro, recuerda que CaixaBank pone a tu disposición el servicio de CaixaBankProtect Emergency, que ofrece dinero en efectivo en cualquier parte del mundo en menos de tres horas.

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Llegan las vacaciones, esa época en la que se hacen realidad todos esos viajes que llevamos meses planeando. Las maletas, los mapas, las reservas de alojamiento… ¡y el dinero!

Para no tener que movernos con efectivo y hacerlo todo mucho más fácil y seguro, lo más recomendable es utilizar las tarjetas de débito y crédito. Ahora bien, antes de viajar, debes tener en cuenta los siguientes consejos:

  1. Asegúrate de que tus tarjetas estén activadas para que puedas utilizarlas sin problemas.
  2. Comprueba el límite y la disponibilidad de tu saldo. Puedes modificarlo en tu oficina si prevés que vas a necesitar más dinero para tus vacaciones.
  3. Viaja con una tarjeta de crédito y otra de débito. Recuerda que en cualquier oficina de CaixaBank puedes llevarte una tarjeta MyCard al momento (entrega inmediata) sin tener que esperar a los 3-5 días. Es preferible viajar con una tarjeta de crédito para asegurarte que puedas operar en todos los sectores incluidos los alquileres de coche (rentings) y aerolíneas…
  4. Confirma que tus tarjetas funcionen correctamente. Dirígete a cualquier cajero de CaixaBank y realiza una operación bancaria, como por ejemplo sacar dinero.
  5. Nunca lleves apuntado en ningún sitio el PIN de tus tarjetas; simplemente, recuérdalo. Si lo prefieres, puedes elegir un nuevo código que te resulte más sencillo de recordar en cualquiera de nuestros cajeros. Para tu seguridad, te recomendamos que no utilices datos fácilmente deducibles, como podría ser tu fecha de nacimiento.
  6. Sé precavido. Cuando marques el PIN en cajeros y establecimientos, procura que no sea visto por otras personas.

Además, si eres cliente de CaixaBank, ten presente que con CaixaBank Now podrás satisfacer muchas necesidades aunque estés lejos de tu casa, como por ejemplo consultar el límite de crédito de tus tarjetas y el saldo de tus cuentas, o bien bloquear tus tarjetas de forma temporal o definitiva.

Es frecuente que en vacaciones aparezcan dudas. Si tienes alguna consulta, puedes llamar a nuestros teléfonos de asistencia las 24 horas del día: 900 40 40 90 o +34 938 87 25 25 (desde el extranjero).

Pagar con el móvil, aún más fácil

Los smartphones nos permiten acceder a una infinidad de nuevos servicios, como pagar con el móvil. Si prefieres disponer de tus tarjetas en el móvil para pagar en comercios contactless puedes hacerlo a través de CaixaBank Now.

¿Y si pierdo la tarjeta?

En caso de pérdida o robo, si eres cliente de CaixaBank, dispones del servicio gratuito CaixaBankProtect, que te protege ante cualquier operación no realizada por ti.

No olvides que tienes varios mecanismos para garantizar la seguridad de tu tarjeta, como el sistema de alertas SMS gratuitas, que te avisan de las operaciones más relevantes realizadas con tu tarjeta. Así, siempre estarás informado de lo que está sucediendo con tus tarjetas.

En caso de que te quedes sin tarjetas mientras estás en el extranjero por pérdida, robo o incluso deterioro, recuerda que CaixaBank pone a tu disposición el servicio de CaixaBankProtect Emergency, que ofrece dinero en efectivo en cualquier parte del mundo en menos de tres horas.

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Seguridad de la información: consejos para preservar tus datos https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/seguridad-de-la-informacion-consejos-para-preservar-tus-datos/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/seguridad-de-la-informacion-consejos-para-preservar-tus-datos/#respond Mon, 30 Nov 2020 07:41:07 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39522

Es una cuestión muy importante que nos preocupa a todos, aunque a nuestros abuelos ni se les hubiera pasado por la cabeza perder un minuto pensando en ella. La verdad es que el concepto de seguridad ha cambiado mucho con la introducción de internet en nuestras vidas. Lo que antes se limitaba a evitar que algún enemigo de lo ajeno entrara en el hogar o a mantener a los animales domésticos lejos de depredadores, hoy también se extiende a una de nuestras posesiones más preciadas: nuestros datos.

La sociedad de la información demanda, lógicamente, medidas de seguridad a la altura de las nuevas amenazas que han surgido en torno a ella. Webs maliciosas, ataques por correo electrónico o incluso conexiones wifi comprometidas están constantemente al acecho para hacerse con nuestros datos o incluso pedirnos un rescate.

El Día Internacional de la Seguridad de la Información es un buen momento para dedicar unos minutos a aprender buenas prácticas que nos ayudarán a mantener nuestros datos a salvo de los nuevos depredadores. Especialmente este año, cuando una pandemia mundial nos ha llevado a intensificar nuestra actividad on-line en todo tipo de ámbitos.

Así lo indican los datos: el comercio electrónico se ha disparado este año, hasta el punto de que tres de cada cinco españoles ya compran por internet, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares del INE. El estudio también indica que, de media, gastamos unos nueve euros más que el año pasado, entre otras razones porque compramos mucho más a menudo. Además, el 81% de los españoles de entre 16 y 74 años utilizan internet varias veces al día, lo que supone 6,1 puntos más que el año pasado.

El estudio también desvela que la seguridad on-line nos preocupa: tres de cada cuatro usuarios de internet en los últimos tres meses mostraron su inquietud respecto a que sus actividades on-line estuvieran siendo monitorizadas, mientras que dos de cada cinco declaran confiar poco o nada en internet.

Claves para mantener la seguridad de nuestra información

¿Qué podemos hacer para que nuestra experiencia on-line sea más segura y eliminar temores? Es tan sencillo como seguir algunos consejos que nos ayudarán a mantener la seguridad de nuestras operaciones:

– Mantén actualizados el sistema operativo y las aplicaciones: esta es una de las principales garantías para evitar que los ciberdelincuentes puedan aprovecharse de alguna puerta abierta en tu equipo. Actualizar no es la tarea más gratificante del mundo, ya que lleva su tiempo y puede requerir un reinicio del equipo. Sin embargo, es fundamental para evitar vulnerabilidades del software.

– Cuidado con los correos electrónicos: en tiempos de pandemia, debes tener especial cuidado con los correos que recibas relacionados con el coronavirus, sobre todo los que pueden despertar tu curiosidad, como los que prometen una cura, ya que pueden ser ataques de phishing que buscan quedarse con tus datos. Por supuesto, evita descargarte archivos cuyo origen desconozcas y que puedan infectar tu equipo.

Analiza también con cuidado el remitente de los mensajes que recibes. Aunque te parezca que es alguien conocido, debes poner siempre atención a su dirección de correo y no fiarte únicamente del nombre que se muestra. Esta precaución se debe a que cualquier servicio legítimo o entidad bancaria o incluso una persona conocida puede ser suplantada para engañarte. Si tienes la más mínima duda, contacta con el remitente por otro canal para verificar la legitimidad de su mensaje.

– Utiliza la firma digital para confirmar tus operaciones bancarias: la entrada en vigor de la normativa PSD2 (Directiva Europea de Servicios de Pago) obliga a los proveedores de servicios de pago a aplicar determinados procedimientos con el fin de mejorar los derechos y la seguridad del consumidor. Entre los procedimientos que cumplen con ella se encuentra la firma digital, que sustituye a la tradicional tarjeta de coordenadas para autorizar operaciones de manera más segura.

La app CaixaBank Sign es un ejemplo de ello. Permite a los usuarios firmar sus operaciones con un solo clic desde el móvil, de manera totalmente segura.

– Mantén la seguridad en todas tus operaciones con el banco: además de emplear la firma digital, puedes tomar algunas precauciones extra para asegurar tus operaciones bancarias. Por ejemplo, leer detenidamente la descripción de la operación antes de firmarla y verificar que los datos son correctos. También conviene que protejas tu móvil con una contraseña para desbloquearlo y analices cualquier notificación que te llegue, antes de clicar en ningún enlace.

– Ojo con las wifi públicas: si vas a utilizar alguna, debes extremar las precauciones. Lo mejor es que utilices una red privada virtual o VPN que cuente con un antivirus actualizado. Ante una wifi pública, evita navegar por páginas web que necesiten entrada de datos personales, como contraseñas o usuarios.

– Cuida la información que subes a internet: todas las imágenes e información sobre nosotros que compartimos en internet dejan un rastro que conforma nuestra identidad digital. Por eso solo debemos compartir aquella información personal que consideremos cien por cien pública.

Mantener nuestra información a salvo es cuestión de no bajar la guardia e incorporar una serie de hábitos de seguridad. Así mantendremos nuestros datos lejos del alcance de quienes quieran utilizarlos sin permiso.

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Es una cuestión muy importante que nos preocupa a todos, aunque a nuestros abuelos ni se les hubiera pasado por la cabeza perder un minuto pensando en ella. La verdad es que el concepto de seguridad ha cambiado mucho con la introducción de internet en nuestras vidas. Lo que antes se limitaba a evitar que algún enemigo de lo ajeno entrara en el hogar o a mantener a los animales domésticos lejos de depredadores, hoy también se extiende a una de nuestras posesiones más preciadas: nuestros datos.

La sociedad de la información demanda, lógicamente, medidas de seguridad a la altura de las nuevas amenazas que han surgido en torno a ella. Webs maliciosas, ataques por correo electrónico o incluso conexiones wifi comprometidas están constantemente al acecho para hacerse con nuestros datos o incluso pedirnos un rescate.

El Día Internacional de la Seguridad de la Información es un buen momento para dedicar unos minutos a aprender buenas prácticas que nos ayudarán a mantener nuestros datos a salvo de los nuevos depredadores. Especialmente este año, cuando una pandemia mundial nos ha llevado a intensificar nuestra actividad on-line en todo tipo de ámbitos.

Así lo indican los datos: el comercio electrónico se ha disparado este año, hasta el punto de que tres de cada cinco españoles ya compran por internet, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares del INE. El estudio también indica que, de media, gastamos unos nueve euros más que el año pasado, entre otras razones porque compramos mucho más a menudo. Además, el 81% de los españoles de entre 16 y 74 años utilizan internet varias veces al día, lo que supone 6,1 puntos más que el año pasado.

El estudio también desvela que la seguridad on-line nos preocupa: tres de cada cuatro usuarios de internet en los últimos tres meses mostraron su inquietud respecto a que sus actividades on-line estuvieran siendo monitorizadas, mientras que dos de cada cinco declaran confiar poco o nada en internet.

Claves para mantener la seguridad de nuestra información

¿Qué podemos hacer para que nuestra experiencia on-line sea más segura y eliminar temores? Es tan sencillo como seguir algunos consejos que nos ayudarán a mantener la seguridad de nuestras operaciones:

– Mantén actualizados el sistema operativo y las aplicaciones: esta es una de las principales garantías para evitar que los ciberdelincuentes puedan aprovecharse de alguna puerta abierta en tu equipo. Actualizar no es la tarea más gratificante del mundo, ya que lleva su tiempo y puede requerir un reinicio del equipo. Sin embargo, es fundamental para evitar vulnerabilidades del software.

– Cuidado con los correos electrónicos: en tiempos de pandemia, debes tener especial cuidado con los correos que recibas relacionados con el coronavirus, sobre todo los que pueden despertar tu curiosidad, como los que prometen una cura, ya que pueden ser ataques de phishing que buscan quedarse con tus datos. Por supuesto, evita descargarte archivos cuyo origen desconozcas y que puedan infectar tu equipo.

Analiza también con cuidado el remitente de los mensajes que recibes. Aunque te parezca que es alguien conocido, debes poner siempre atención a su dirección de correo y no fiarte únicamente del nombre que se muestra. Esta precaución se debe a que cualquier servicio legítimo o entidad bancaria o incluso una persona conocida puede ser suplantada para engañarte. Si tienes la más mínima duda, contacta con el remitente por otro canal para verificar la legitimidad de su mensaje.

– Utiliza la firma digital para confirmar tus operaciones bancarias: la entrada en vigor de la normativa PSD2 (Directiva Europea de Servicios de Pago) obliga a los proveedores de servicios de pago a aplicar determinados procedimientos con el fin de mejorar los derechos y la seguridad del consumidor. Entre los procedimientos que cumplen con ella se encuentra la firma digital, que sustituye a la tradicional tarjeta de coordenadas para autorizar operaciones de manera más segura.

La app CaixaBank Sign es un ejemplo de ello. Permite a los usuarios firmar sus operaciones con un solo clic desde el móvil, de manera totalmente segura.

– Mantén la seguridad en todas tus operaciones con el banco: además de emplear la firma digital, puedes tomar algunas precauciones extra para asegurar tus operaciones bancarias. Por ejemplo, leer detenidamente la descripción de la operación antes de firmarla y verificar que los datos son correctos. También conviene que protejas tu móvil con una contraseña para desbloquearlo y analices cualquier notificación que te llegue, antes de clicar en ningún enlace.

– Ojo con las wifi públicas: si vas a utilizar alguna, debes extremar las precauciones. Lo mejor es que utilices una red privada virtual o VPN que cuente con un antivirus actualizado. Ante una wifi pública, evita navegar por páginas web que necesiten entrada de datos personales, como contraseñas o usuarios.

– Cuida la información que subes a internet: todas las imágenes e información sobre nosotros que compartimos en internet dejan un rastro que conforma nuestra identidad digital. Por eso solo debemos compartir aquella información personal que consideremos cien por cien pública.

Mantener nuestra información a salvo es cuestión de no bajar la guardia e incorporar una serie de hábitos de seguridad. Así mantendremos nuestros datos lejos del alcance de quienes quieran utilizarlos sin permiso.

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Consejos para un Black Friday atípico https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-un-black-friday-atipico/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-un-black-friday-atipico/#respond Fri, 27 Nov 2020 07:20:56 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39496

El Black Friday está de nuevo con nosotros y ya son miles los consumidores que esperan a comprar su productos favoritos con un buen descuento. Esta fecha que importamos en su día de los Estados Unidos se ha instalado ya en nuestro calendario gracias a las importantes rebajas que las tiendas aplican a muchos de sus artículos.

Lo que ocurre este año es que el Black Friday —como tantas otras fechas señaladas— será distinto al de años anteriores. La pandemia de la COVID-19 ha transformado por completo experiencias tan cotidianas como el entrar en una tienda y comprar algo.

También ha afectado a muchas economías familiares, que más que nunca necesitarán aplicar los principios del consumo responsable. Esto se debe al hecho que, como puede ocurrir con cualquier otro período de rebajas, resulta más sencillo perder el control sobre las compras que realizamos porque los descuentos aplicados las hacen más atractivas.

Convertir este Black Friday en una verdadera oportunidad para comprar lo que realmente necesitamos a buen precio pasa por desarrollar algunos buenos hábitos, que también nos resultarán útiles durante el resto del año. En esta ocasión, es especialmente importante comprar de manera inteligente y reducir al mínimo el riesgo de contagio.

No te concentres solo en el día del Black Friday

Este año, evitar aglomeraciones es esencial para frenar la expansión de la pandemia. Por esta razón, muchas firmas mantienen durante semanas algunas ofertas, que conviene seguir.

Asimismo, cada vez más comercios apuestan por las ventas online para que sus clientes no necesiten desplazarse. No solo las grandes empresas: también los negocios de proximidad se apuntan a estas tendencias, algo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar las compras.

Si tienes más de 65 años y quieres acudir a un establecimiento físico, es importante que consultes si existe algún horario que dé prioridad a los mayores o a grupos de riesgo por la pandemia.

Haz una lista con lo que realmente quieres comprar (y que sea sostenible)

Comprar solo los productos que realmente demandamos es uno de los principios del consumo responsable, al que cada vez se apuntan más ciudadanos. Se trata de evitar la compra por impulso que tanto perjudica a nuestros bolsillos. Y no solo eso: el consumo irracional incluso puede llegar a poner en peligro la sostenibilidad del planeta, ya que se generan más residuos y se consumen recursos innecesarios. Para no caer en la tentación, es imprescindible que seamos conscientes de lo que queremos comprar.

Por supuesto, es importante tener en cuenta las cosas que necesitamos y que mejor se ajustan a nuestro presupuesto, pero no por ello debemos dejar de lado otras cualidades como la sostenibilidad de los productos. El Black Friday no puede ser una excusa para que dejemos de lado una manera más responsable de consumir.

Conocer qué materiales se han empleado en la elaboración de un producto, el impacto medioambiental de sus procesos de producción o las condiciones de los empleados que participan en su producción y venta es parte de la información que deberíamos recabar para asegurarnos de que apostamos por productos sostenibles.

También es una buena idea recurrir al comercio de proximidad, en un momento en el que miles de pymes necesitan reactivar sus ventas para salir adelante. La presencia del pequeño comercio en las calles es un dinamizador importante del tejido social en barrios y pueblos. Este es un buen momento para apostar por él.

Haz un presupuesto y cíñete a él

Otro de los posibles efectos secundarios de un periodo de descuentos es acabar gastando más de lo necesario. Una senda especialmente peligrosa en un momento económico tan delicado como el que atraviesa el mundo en la actualidad.

En este sentido, es muy importante fijar un presupuesto y ser estrictos con su cumplimiento. Ese presupuesto deberá ser realista y nunca deberá resultar perjudicial para la economía familiar.

Pero tampoco se trata de decantarse únicamente por las opciones más baratas para tener una mayor capacidad de compra y cumplir así con el presupuesto. Recuerda que existen otros aspectos, como la sostenibilidad del producto o si realmente resulta imprescindible su compra, que también deberías tener en cuenta.

Investiga si esa ganga realmente lo es

A veces, la simple aplicación de un descuento puede llevarnos a comprar un producto sin saber si, efectivamente, nos compensa su adquisición. Por eso conviene realizar una pequeña investigación acerca de la evolución del precio del producto e intentar compararlo con el PVP que suele tener en temporada para saber hasta qué punto ha bajado realmente. También se debe realizar una comparación entre establecimientos y no quedarnos con la primera oferta que veamos.

Ten en cuenta también que este año se espera que las rebajas del Black Friday sean inferiores a las ofrecidas en años anteriores en algunos establecimientos. De hecho, ya en 2019 se vieron descuentos menores que en otras ediciones.

Asegura tus compras online

Este año, en el que el comercio electrónico reinará especialmente durante el Black Friday, no está de más tener en cuenta algunos consejos que ayudarán a que las compras online sean más seguras y satisfactorias. En este sentido, recurrir a establecimientos legítimos y utilizar conexiones seguras son dos básicos de la seguridad en las compras a través de Internet.

Otro de los aspectos que se deben tener en cuenta es la seguridad de los medios que utilicemos para pagar en los establecimientos. En la actualidad, la mayoría de las compras en comercio electrónico que se realizan con medios de pago de CaixaBank exigen que el usuario valide su identidad a través de la app CaixaBankNow desde un dispositivo móvil de confianza para aumentar la seguridad de las transacciones y evitar así suplantaciones.

Otro aspecto que no se debe olvidar al comprar durante este Black Friday son las condiciones de la venta. Hay que tener en cuenta diferentes aspectos como políticas y plazos de devolución —que pueden experimentar algún cambio— o los gastos de envío.

Aunque este año sea diferente, es posible disfrutar de un Black Friday seguro, responsable y satisfactorio. Solo es cuestión de tomar consciencia de qué compramos y de cómo lo hacemos.

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El Black Friday está de nuevo con nosotros y ya son miles los consumidores que esperan a comprar su productos favoritos con un buen descuento. Esta fecha que importamos en su día de los Estados Unidos se ha instalado ya en nuestro calendario gracias a las importantes rebajas que las tiendas aplican a muchos de sus artículos.

Lo que ocurre este año es que el Black Friday —como tantas otras fechas señaladas— será distinto al de años anteriores. La pandemia de la COVID-19 ha transformado por completo experiencias tan cotidianas como el entrar en una tienda y comprar algo.

También ha afectado a muchas economías familiares, que más que nunca necesitarán aplicar los principios del consumo responsable. Esto se debe al hecho que, como puede ocurrir con cualquier otro período de rebajas, resulta más sencillo perder el control sobre las compras que realizamos porque los descuentos aplicados las hacen más atractivas.

Convertir este Black Friday en una verdadera oportunidad para comprar lo que realmente necesitamos a buen precio pasa por desarrollar algunos buenos hábitos, que también nos resultarán útiles durante el resto del año. En esta ocasión, es especialmente importante comprar de manera inteligente y reducir al mínimo el riesgo de contagio.

No te concentres solo en el día del Black Friday

Este año, evitar aglomeraciones es esencial para frenar la expansión de la pandemia. Por esta razón, muchas firmas mantienen durante semanas algunas ofertas, que conviene seguir.

Asimismo, cada vez más comercios apuestan por las ventas online para que sus clientes no necesiten desplazarse. No solo las grandes empresas: también los negocios de proximidad se apuntan a estas tendencias, algo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar las compras.

Si tienes más de 65 años y quieres acudir a un establecimiento físico, es importante que consultes si existe algún horario que dé prioridad a los mayores o a grupos de riesgo por la pandemia.

Haz una lista con lo que realmente quieres comprar (y que sea sostenible)

Comprar solo los productos que realmente demandamos es uno de los principios del consumo responsable, al que cada vez se apuntan más ciudadanos. Se trata de evitar la compra por impulso que tanto perjudica a nuestros bolsillos. Y no solo eso: el consumo irracional incluso puede llegar a poner en peligro la sostenibilidad del planeta, ya que se generan más residuos y se consumen recursos innecesarios. Para no caer en la tentación, es imprescindible que seamos conscientes de lo que queremos comprar.

Por supuesto, es importante tener en cuenta las cosas que necesitamos y que mejor se ajustan a nuestro presupuesto, pero no por ello debemos dejar de lado otras cualidades como la sostenibilidad de los productos. El Black Friday no puede ser una excusa para que dejemos de lado una manera más responsable de consumir.

Conocer qué materiales se han empleado en la elaboración de un producto, el impacto medioambiental de sus procesos de producción o las condiciones de los empleados que participan en su producción y venta es parte de la información que deberíamos recabar para asegurarnos de que apostamos por productos sostenibles.

También es una buena idea recurrir al comercio de proximidad, en un momento en el que miles de pymes necesitan reactivar sus ventas para salir adelante. La presencia del pequeño comercio en las calles es un dinamizador importante del tejido social en barrios y pueblos. Este es un buen momento para apostar por él.

Haz un presupuesto y cíñete a él

Otro de los posibles efectos secundarios de un periodo de descuentos es acabar gastando más de lo necesario. Una senda especialmente peligrosa en un momento económico tan delicado como el que atraviesa el mundo en la actualidad.

En este sentido, es muy importante fijar un presupuesto y ser estrictos con su cumplimiento. Ese presupuesto deberá ser realista y nunca deberá resultar perjudicial para la economía familiar.

Pero tampoco se trata de decantarse únicamente por las opciones más baratas para tener una mayor capacidad de compra y cumplir así con el presupuesto. Recuerda que existen otros aspectos, como la sostenibilidad del producto o si realmente resulta imprescindible su compra, que también deberías tener en cuenta.

Investiga si esa ganga realmente lo es

A veces, la simple aplicación de un descuento puede llevarnos a comprar un producto sin saber si, efectivamente, nos compensa su adquisición. Por eso conviene realizar una pequeña investigación acerca de la evolución del precio del producto e intentar compararlo con el PVP que suele tener en temporada para saber hasta qué punto ha bajado realmente. También se debe realizar una comparación entre establecimientos y no quedarnos con la primera oferta que veamos.

Ten en cuenta también que este año se espera que las rebajas del Black Friday sean inferiores a las ofrecidas en años anteriores en algunos establecimientos. De hecho, ya en 2019 se vieron descuentos menores que en otras ediciones.

Asegura tus compras online

Este año, en el que el comercio electrónico reinará especialmente durante el Black Friday, no está de más tener en cuenta algunos consejos que ayudarán a que las compras online sean más seguras y satisfactorias. En este sentido, recurrir a establecimientos legítimos y utilizar conexiones seguras son dos básicos de la seguridad en las compras a través de Internet.

Otro de los aspectos que se deben tener en cuenta es la seguridad de los medios que utilicemos para pagar en los establecimientos. En la actualidad, la mayoría de las compras en comercio electrónico que se realizan con medios de pago de CaixaBank exigen que el usuario valide su identidad a través de la app CaixaBankNow desde un dispositivo móvil de confianza para aumentar la seguridad de las transacciones y evitar así suplantaciones.

Otro aspecto que no se debe olvidar al comprar durante este Black Friday son las condiciones de la venta. Hay que tener en cuenta diferentes aspectos como políticas y plazos de devolución —que pueden experimentar algún cambio— o los gastos de envío.

Aunque este año sea diferente, es posible disfrutar de un Black Friday seguro, responsable y satisfactorio. Solo es cuestión de tomar consciencia de qué compramos y de cómo lo hacemos.

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Consejos para evitar fraudes a tu empresa https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-evitar-fraudes-tu-empresa/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-evitar-fraudes-tu-empresa/#respond Thu, 17 Sep 2020 06:26:21 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=38832

Gestionar un negocio es una tarea apasionante y, al mismo tiempo, ardua. Son muchos los factores que influyen a la hora de alcanzar o no el éxito y, si se logra, mantenerse en él. Por esa razón es tan importante protegerlo de amenazas como los fraudes a empresas, un problema que sufren todo tipo de compañías, desde las más pequeñas hasta las de mayor tamaño.

Efectivamente, los fraudes a empresas son un quebradero de cabeza para cada vez más negocios. Así lo apunta la Encuesta Global sobre Fraude y Delitos Económicos 2020, elaborada por la consultora PWC: casi la mitad de las empresas, el 47%, habían sido víctimas de este tipo de engaños en los últimos dos años. De ellas, el 13% había perdido más de 50 millones de dólares por esta causa.

La buena noticia es que los ataques de los estafadores se pueden prevenir. Para ello, conviene conocer las técnicas de fraude más habituales y tomar algunas precauciones para evitar que lleguen a afectar a la empresa.

En este sentido, los expertos Jordi Sánchez y Javier Jiménez, del Departamento de Seguridad de CaixaBank, ofrecieron algunas claves durante la jornada “Fraude al cliente bancario en el contexto de la empresa”, organizada por la entidad para sus clientes empresa. Durante su exposición, explicaron las graves pérdidas que provocan los fraudes y ofrecieron algunos consejos útiles para cualquier negocio, de los más tradicionales a los más tecnológicos, que quiera protegerse contra ellos.

Evita las prisas

Tal y como explicaron los expertos, los delincuentes tratan de provocar prisas en sus víctimas para que actúen como ellos desean sin tiempo para pensar bien lo que están haciendo. Se trata de uno de los rasgos más habituales en los fraudes, que en muchas ocasiones proponen plazos cortos para realizar una acción determinada.

De hecho, las prisas son una de las claves del conocido como fraude del CEO. En él, los ciberdelincuentes atacan el correo electrónico de la empresa o de algún directivo para suplantar su identidad o utilizan una dirección muy similar a la suya. Entonces, envían un correo para solicitar a algún subordinado que realice cierta acción, como por ejemplo un envío de dinero. Estos mensajes suelen incluir una llamada a la rapidez para que el receptor del correo electrónico no tenga tiempo de comprobar si la orden recibida es legítima.

Tal y como destacaron los expertos, la prisa es un factor que también es muy común en otros tipos de fraudes. Un ejemplo de ello es el phishing, por el cual los delincuentes tratan de obtener información personal y bancaria de los usuarios suplantando una entidad legítima, como un banco, una red social o una empresa. Otro sería el fraude del técnico de empresa informática, que alerta sobre un incidente grave en un ordenador y pide realizar comprobaciones en remoto, para acabar accediendo a una cuenta bancaria.

Los delincuentes suelen urgir a su víctima a realizar una acción, como puede ser una operación financiera, y también suelen pedir confidencialidad para evitar que compruebe la validez de la orden recibida. Por ese motivo, lo aconsejable es comprobar siempre la autenticidad de la petición antes de realizar acciones de este tipo.

Examina las comunicaciones que recibes

Precisamente para detectar a tiempo si estamos siendo víctimas de un fraude, conviene prestar mucha atención a las comunicaciones que recibimos. De esta manera, podremos apreciar algunas de esas características que nos pueden poner en alerta, como las comentadas anteriormente de las prisas o la petición de confidencialidad. También es habitual que los delincuentes pidan contactar con terceros y realizar pagos mediante varias transferencias de dinero en lugar de una sola, con el objetivo de evitar que la entidad destinataria lo retenga.

También si observamos con detenimiento las comunicaciones recibidas será más sencillo detectar si proceden de alguna dirección web falsificada. En el ejemplo del fraude del CEO, los delincuentes en muchas ocasiones cambian solamente una letra de la dirección de correo electrónico del remitente al que tratan de suplantar. Como resultado, el destinatario no llega a percibir la suplantación.

Verifica, conciencia y protege

Por todo lo expuesto, es importante sospechar ante cualquier petición poco habitual, incluso si procede de alguna persona conocida. A continuación, hay que verificar si, efectivamente, ha sido esa persona quien la ha formulado. Una verificación que se debe realizar a través de un canal distinto al que se ha utilizado para recibir la petición. También conviene concienciar al personal de la empresa para que permanezca alerta ante este tipo de ataques.

Asimismo, no conviene facilitar datos a la ligera que los delincuentes puedan utilizar. En este sentido, es importante restringir al máximo la información pública de la empresa, como el organigrama que suele aparecer en la página web o la información accesible a través de los perfiles de las redes sociales.

Tampoco se debe facilitar la identidad de los clientes de la empresa, que se suele utilizar en el conocido como fraude de las facturas. En este engaño, los delincuentes se hacen pasar por nuestra empresa para reclamar en nuestro nombre el pago de alguna factura con un número de cuenta modificado.

¿Qué hacer si sufres un fraude?

Tanto si detectamos que alguien intenta defraudar a nuestra empresa como si hemos sido víctimas de uno de estos engaños, debemos ponernos en contacto con nuestra entidad bancaria cuanto antes. En este sentido, el tiempo de reacción es muy importante para tratar de minimizar los daños. Además, contribuiremos a evitar que les ocurra a otras empresas.

También es importante presentar una denuncia policial, que permitirá a la entidad bancaria reclamar, por ejemplo, una transferencia en destino para intentar retrocederla. Por último, es vital guardar toda la documentación que se tenga relacionada con el fraude, ya que puede ayudar a las fuerzas de seguridad a realizar sus propias investigaciones.

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Gestionar un negocio es una tarea apasionante y, al mismo tiempo, ardua. Son muchos los factores que influyen a la hora de alcanzar o no el éxito y, si se logra, mantenerse en él. Por esa razón es tan importante protegerlo de amenazas como los fraudes a empresas, un problema que sufren todo tipo de compañías, desde las más pequeñas hasta las de mayor tamaño.

Efectivamente, los fraudes a empresas son un quebradero de cabeza para cada vez más negocios. Así lo apunta la Encuesta Global sobre Fraude y Delitos Económicos 2020, elaborada por la consultora PWC: casi la mitad de las empresas, el 47%, habían sido víctimas de este tipo de engaños en los últimos dos años. De ellas, el 13% había perdido más de 50 millones de dólares por esta causa.

La buena noticia es que los ataques de los estafadores se pueden prevenir. Para ello, conviene conocer las técnicas de fraude más habituales y tomar algunas precauciones para evitar que lleguen a afectar a la empresa.

En este sentido, los expertos Jordi Sánchez y Javier Jiménez, del Departamento de Seguridad de CaixaBank, ofrecieron algunas claves durante la jornada “Fraude al cliente bancario en el contexto de la empresa”, organizada por la entidad para sus clientes empresa. Durante su exposición, explicaron las graves pérdidas que provocan los fraudes y ofrecieron algunos consejos útiles para cualquier negocio, de los más tradicionales a los más tecnológicos, que quiera protegerse contra ellos.

Evita las prisas

Tal y como explicaron los expertos, los delincuentes tratan de provocar prisas en sus víctimas para que actúen como ellos desean sin tiempo para pensar bien lo que están haciendo. Se trata de uno de los rasgos más habituales en los fraudes, que en muchas ocasiones proponen plazos cortos para realizar una acción determinada.

De hecho, las prisas son una de las claves del conocido como fraude del CEO. En él, los ciberdelincuentes atacan el correo electrónico de la empresa o de algún directivo para suplantar su identidad o utilizan una dirección muy similar a la suya. Entonces, envían un correo para solicitar a algún subordinado que realice cierta acción, como por ejemplo un envío de dinero. Estos mensajes suelen incluir una llamada a la rapidez para que el receptor del correo electrónico no tenga tiempo de comprobar si la orden recibida es legítima.

Tal y como destacaron los expertos, la prisa es un factor que también es muy común en otros tipos de fraudes. Un ejemplo de ello es el phishing, por el cual los delincuentes tratan de obtener información personal y bancaria de los usuarios suplantando una entidad legítima, como un banco, una red social o una empresa. Otro sería el fraude del técnico de empresa informática, que alerta sobre un incidente grave en un ordenador y pide realizar comprobaciones en remoto, para acabar accediendo a una cuenta bancaria.

Los delincuentes suelen urgir a su víctima a realizar una acción, como puede ser una operación financiera, y también suelen pedir confidencialidad para evitar que compruebe la validez de la orden recibida. Por ese motivo, lo aconsejable es comprobar siempre la autenticidad de la petición antes de realizar acciones de este tipo.

Examina las comunicaciones que recibes

Precisamente para detectar a tiempo si estamos siendo víctimas de un fraude, conviene prestar mucha atención a las comunicaciones que recibimos. De esta manera, podremos apreciar algunas de esas características que nos pueden poner en alerta, como las comentadas anteriormente de las prisas o la petición de confidencialidad. También es habitual que los delincuentes pidan contactar con terceros y realizar pagos mediante varias transferencias de dinero en lugar de una sola, con el objetivo de evitar que la entidad destinataria lo retenga.

También si observamos con detenimiento las comunicaciones recibidas será más sencillo detectar si proceden de alguna dirección web falsificada. En el ejemplo del fraude del CEO, los delincuentes en muchas ocasiones cambian solamente una letra de la dirección de correo electrónico del remitente al que tratan de suplantar. Como resultado, el destinatario no llega a percibir la suplantación.

Verifica, conciencia y protege

Por todo lo expuesto, es importante sospechar ante cualquier petición poco habitual, incluso si procede de alguna persona conocida. A continuación, hay que verificar si, efectivamente, ha sido esa persona quien la ha formulado. Una verificación que se debe realizar a través de un canal distinto al que se ha utilizado para recibir la petición. También conviene concienciar al personal de la empresa para que permanezca alerta ante este tipo de ataques.

Asimismo, no conviene facilitar datos a la ligera que los delincuentes puedan utilizar. En este sentido, es importante restringir al máximo la información pública de la empresa, como el organigrama que suele aparecer en la página web o la información accesible a través de los perfiles de las redes sociales.

Tampoco se debe facilitar la identidad de los clientes de la empresa, que se suele utilizar en el conocido como fraude de las facturas. En este engaño, los delincuentes se hacen pasar por nuestra empresa para reclamar en nuestro nombre el pago de alguna factura con un número de cuenta modificado.

¿Qué hacer si sufres un fraude?

Tanto si detectamos que alguien intenta defraudar a nuestra empresa como si hemos sido víctimas de uno de estos engaños, debemos ponernos en contacto con nuestra entidad bancaria cuanto antes. En este sentido, el tiempo de reacción es muy importante para tratar de minimizar los daños. Además, contribuiremos a evitar que les ocurra a otras empresas.

También es importante presentar una denuncia policial, que permitirá a la entidad bancaria reclamar, por ejemplo, una transferencia en destino para intentar retrocederla. Por último, es vital guardar toda la documentación que se tenga relacionada con el fraude, ya que puede ayudar a las fuerzas de seguridad a realizar sus propias investigaciones.

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Low Touch Economy, ¿el inicio de una nueva era? https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/low-touch-economy-el-inicio-de-una-nueva-era/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/low-touch-economy-el-inicio-de-una-nueva-era/#respond Thu, 10 Sep 2020 16:27:38 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=38872

Tal vez este año no hayamos bailado la canción del verano, pero sí ha habido una frase que se ha repetido por todas partes: “¡Qué verano más raro!”. Y es cierto que estos meses han sido muy distintos a lo habitual. La pandemia de la COVID-19, que lo inunda todo, tiene mucho que ver.

Una de sus consecuencias más cotidianas tiene que ver con la falta de contacto físico: nuestra manera de comprar un helado o pedir la carta en un restaurante ha cambiado, y tampoco asistimos a conciertos o espectáculos como antes. Incluso hemos visto playas con semáforo para regular el aforo con un objetivo claro: reducir el contacto entre personas para evitar contagios.

En realidad, la pandemia no ha hecho más que acelerar una transformación que ya tenía una fuerte influencia en nuestra manera de relacionarnos y que afectaba también distintos sectores económicos. La Low Touch Economy o economía de bajo contacto era ya una realidad que se materializaba en gestos tan cotidianos como la compra a distancia, el pago a través del teléfono móvil o incluso la oferta de formación en lína.

Entonces se trataba de eliminar barreras físicas y facilitar la experiencia de los consumidores. Ahora, además, hay que reducir a la mínima expresión el contacto de superficies comunes para evitar contagios. Para lograrlo, ha surgido una serie de productos y servicios que conforman esa Low Touch Economy, un concepto que parece haber llegado para quedarse.

Una economía de bajo contacto

Lo cierto es que la falta de contacto en ciertas circunstancias es una enorme ventaja. Hay una infinidad de procesos que se pueden beneficiar de las tecnologías y servicios sin contacto. El pago de productos y servicios es tal vez el más evidente: hemos pasado de contar monedas en la caja del súper a hacer un simple gesto para abonar nuestra compra. Sin embargo, no es el único.

De hecho, el concepto Low Touch Economy alude a un contexto en que la economía ha tratado de adaptarse a un contexto que exige un menor contacto físico. Esto abarca desde las tarjetas y smartphones que evitan utilizar dinero en efectivo a las soluciones de firma digital. También los autocines, las visitas virtuales a museos o las plataformas de reuniones en línea. Muchos evitan la aglomeración de personas y tener que tocar superficies comunes, pero también eliminan barreras físicas al tiempo que generan negocio.

Se trata de productos y servicios que nos ayudan a evitar riesgos en tiempos de pandemia, pero, sobre todo, a hacer nuestra vida diaria mucho más sencilla. Esa será, precisamente, la clave por la que se quedarán con nosotros incluso cuando el virus solo sea un mal recuerdo. Bienvenidos a la era de la Low Touch Economy.

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Tal vez este año no hayamos bailado la canción del verano, pero sí ha habido una frase que se ha repetido por todas partes: “¡Qué verano más raro!”. Y es cierto que estos meses han sido muy distintos a lo habitual. La pandemia de la COVID-19, que lo inunda todo, tiene mucho que ver.

Una de sus consecuencias más cotidianas tiene que ver con la falta de contacto físico: nuestra manera de comprar un helado o pedir la carta en un restaurante ha cambiado, y tampoco asistimos a conciertos o espectáculos como antes. Incluso hemos visto playas con semáforo para regular el aforo con un objetivo claro: reducir el contacto entre personas para evitar contagios.

En realidad, la pandemia no ha hecho más que acelerar una transformación que ya tenía una fuerte influencia en nuestra manera de relacionarnos y que afectaba también distintos sectores económicos. La Low Touch Economy o economía de bajo contacto era ya una realidad que se materializaba en gestos tan cotidianos como la compra a distancia, el pago a través del teléfono móvil o incluso la oferta de formación en lína.

Entonces se trataba de eliminar barreras físicas y facilitar la experiencia de los consumidores. Ahora, además, hay que reducir a la mínima expresión el contacto de superficies comunes para evitar contagios. Para lograrlo, ha surgido una serie de productos y servicios que conforman esa Low Touch Economy, un concepto que parece haber llegado para quedarse.

Una economía de bajo contacto

Lo cierto es que la falta de contacto en ciertas circunstancias es una enorme ventaja. Hay una infinidad de procesos que se pueden beneficiar de las tecnologías y servicios sin contacto. El pago de productos y servicios es tal vez el más evidente: hemos pasado de contar monedas en la caja del súper a hacer un simple gesto para abonar nuestra compra. Sin embargo, no es el único.

De hecho, el concepto Low Touch Economy alude a un contexto en que la economía ha tratado de adaptarse a un contexto que exige un menor contacto físico. Esto abarca desde las tarjetas y smartphones que evitan utilizar dinero en efectivo a las soluciones de firma digital. También los autocines, las visitas virtuales a museos o las plataformas de reuniones en línea. Muchos evitan la aglomeración de personas y tener que tocar superficies comunes, pero también eliminan barreras físicas al tiempo que generan negocio.

Se trata de productos y servicios que nos ayudan a evitar riesgos en tiempos de pandemia, pero, sobre todo, a hacer nuestra vida diaria mucho más sencilla. Esa será, precisamente, la clave por la que se quedarán con nosotros incluso cuando el virus solo sea un mal recuerdo. Bienvenidos a la era de la Low Touch Economy.

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Números ocultos: ¿quién me llama? https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/numeros-ocultos-quien-llama/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/numeros-ocultos-quien-llama/#respond Mon, 08 Jun 2020 06:34:19 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=37542

Responder o no responder. He aquí la cuestión que nos planteamos cada vez que vemos un número desconocido en la pantalla de nuestro teléfono. Ojalá resolverla fuera tan sencillo como descolgar y preguntar quién nos llama, tal y como hacíamos hace décadas. Claro que entonces no se había inventado la identificación de llamadas. Tampoco el spam ni los fraudes telefónicos eran un problema generalizado.

Hoy, los números ocultos y los desconocidos son para nosotros señales de alerta, porque suelen ser sinónimo de llamadas comerciales que no queremos atender, o incluso de intento de estafa. Sin embargo, también pueden serlo de oportunidades laborales, avisos importantes o incluso de un familiar que se ha cambiado de teléfono. En cualquier caso, saber quién está detrás del número que llama es importante para saber si debemos responder una llamada o bien devolverla después.

¿Por qué nos llaman desde números desconocidos?

Las razones por las que recibimos llamadas desde números que no conocemos pueden ser muy variadas. Simplemente puede tratarse de alguien conocido que no tenemos agregado a nuestra lista de contactos. En el otro extremo, podemos encontrarnos con empresas que nos llaman repetidamente para ofrecernos algún producto o servicio sin que se lo hayamos solicitado, así como intentos de obtener nuestros datos personales mediante engaños, entre otros fraudes.

Hasta hace algunos años, también era frecuente recibir llamadas desde números ocultos o privados. Sin embargo, esta modalidad ha caído en desuso por dos razones principales. Una de ellas es que muchas personas han dejado de responder estas llamadas porque las identifican con spam comercial. La otra tiene que ver con un cambio en la legislación, que obliga a que las ofertas comerciales no deseadas se realicen desde un número de teléfono identificable.

Ese es el motivo por el cual la mayor parte de las llamadas que no identificamos suelen aparecer en la pantalla de nuestro teléfono asociadas a un número concreto.

¿Qué dice la ley sobre estas llamadas?

Ante la evolución de las llamadas no deseadas, la ley se ha ido endureciendo para proteger al consumidor. Las normas que afectan a esta práctica son muy diversas. Entre ellas, nos encontramos con la Ley de Competencia Desleal, la Ley Orgánica de Protección de Datos, el RGPD, la Ley General de Telecomunicaciones y la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios.

Entre otras medidas, estas normas establecen, además de la obligatoriedad de utilizar números identificables para realizar llamadas comerciales o promocionales, que este tipo de llamadas no se podrán realizar entre las nueve de la noche y las nueve de la mañana, ni tampoco en fines de semana y festivos. También se obliga a las empresas y profesionales a facilitar al consumidor que deje constancia, si lo desea, de su oposición a seguir recibiendo propuestas por su parte.

¿Y qué ocurre con las empresas con las que el usuario mantiene algún tipo de relación contractual? Pues que podrán contactar con él, pero solo para realizar ofertas vinculadas estrictamente con el producto o servicio que tenga contratado.

La legislación vigente también regula la recopilación y el tratamiento de datos personales, así como los derechos que sobre sus datos poseen los consumidores. Por ejemplo, la posibilidad de restringir la publicidad no deseada mediante la inscripción de esos datos en un listado de exclusión publicitaria o Lista Robinson.

Cómo identificar un número que no conocemos

Pese a que la legislación protege ampliamente a los consumidores ante el spam telefónico o los intentos de fraude, siempre hay alguien dispuesto a saltarse las normas. Esa es la razón por la que se debe extremar la precaución ante las llamadas que se reciben de un número desconocido. Averiguar quién es el emisor antes de responderlas o devolverlas es una de las medidas básicas que se deben tomar para evitar molestias y problemas.

Como normalmente las llamadas de spam telefónico no suelen ser individuales, sino que se realizan a un gran número de personas, es muy probable que alguien ya las haya reportado antes de que tengamos que enfrentarnos a ellas. Ese carácter masivo del spam es precisamente la clave que nos ayudará a protegernos.

Existen varias apps gratuitas que pueden ayudar a identificar un número desconocido si se instalan en el smartphone. Una de las más populares es Truecaller, una aplicación que alimenta su base de datos de números de teléfono con las aportaciones que realizan usuarios de todo el mundo. No es infalible, ya que no tiene registrados todos los números de teléfono existentes, pero en muchos casos puede ayudar a saber quién llama para decidir si contestar o incluso bloquear a quien intenta contactar con nosotros.

También existe la posibilidad de consultar bases de datos online, como Listaspam, en la que miles de usuarios explican sus experiencias con distintos números de teléfono desde los que han recibido llamadas molestas o sospechosas. Este servicio permite realizar búsquedas inversas por número para saber quién llama y qué intenciones tiene.

Cómo protegernos del spam y el fraude telefónicos

Junto con la identificación previa del número de teléfono, existe otra serie de medidas que nos ayudarán a reducir considerablemente el spam telefónico que recibimos. En este sentido, la Agencia Española de Protección de Datos nos anima, simplemente, a ejercer nuestros derechos. Por ejemplo, mediante la inscripción en una Lista Robinson o usando los sistemas que las empresas ponen a nuestro alcance para rechazar el uso de nuestros datos con fines publicitarios.

Si la empresa que nos llama no cumple con las normas, se puede denunciar ante la Agencia Española de Protección de Datos y la autoridad de Consumo correspondiente para que tomen las medidas pertinentes.

En el caso de los fraudes telefónicos, nunca se deben facilitar datos confidenciales, tales como códigos o contraseñas, que se hayan solicitado bajo el pretexto de realizar comprobaciones, por ejemplo, en cuentas bancarias o dispositivos electrónicos. Si se sospecha de que se trata de un fraude o se han facilitado dichos datos, hay que informar rápidamente al banco e interponer una denuncia, aportando toda la información que se haya podido recopilar. Tampoco se deben devolver llamadas perdidas a números con prefijos sospechosos, ya que pueden suponer cargos adicionales en la factura telefónica.

Todas estas medidas nos pueden evitar muchas molestias e incluso sustos en nuestra cuenta bancaria. Por eso no está de más tenerlas en cuenta.

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Responder o no responder. He aquí la cuestión que nos planteamos cada vez que vemos un número desconocido en la pantalla de nuestro teléfono. Ojalá resolverla fuera tan sencillo como descolgar y preguntar quién nos llama, tal y como hacíamos hace décadas. Claro que entonces no se había inventado la identificación de llamadas. Tampoco el spam ni los fraudes telefónicos eran un problema generalizado.

Hoy, los números ocultos y los desconocidos son para nosotros señales de alerta, porque suelen ser sinónimo de llamadas comerciales que no queremos atender, o incluso de intento de estafa. Sin embargo, también pueden serlo de oportunidades laborales, avisos importantes o incluso de un familiar que se ha cambiado de teléfono. En cualquier caso, saber quién está detrás del número que llama es importante para saber si debemos responder una llamada o bien devolverla después.

¿Por qué nos llaman desde números desconocidos?

Las razones por las que recibimos llamadas desde números que no conocemos pueden ser muy variadas. Simplemente puede tratarse de alguien conocido que no tenemos agregado a nuestra lista de contactos. En el otro extremo, podemos encontrarnos con empresas que nos llaman repetidamente para ofrecernos algún producto o servicio sin que se lo hayamos solicitado, así como intentos de obtener nuestros datos personales mediante engaños, entre otros fraudes.

Hasta hace algunos años, también era frecuente recibir llamadas desde números ocultos o privados. Sin embargo, esta modalidad ha caído en desuso por dos razones principales. Una de ellas es que muchas personas han dejado de responder estas llamadas porque las identifican con spam comercial. La otra tiene que ver con un cambio en la legislación, que obliga a que las ofertas comerciales no deseadas se realicen desde un número de teléfono identificable.

Ese es el motivo por el cual la mayor parte de las llamadas que no identificamos suelen aparecer en la pantalla de nuestro teléfono asociadas a un número concreto.

¿Qué dice la ley sobre estas llamadas?

Ante la evolución de las llamadas no deseadas, la ley se ha ido endureciendo para proteger al consumidor. Las normas que afectan a esta práctica son muy diversas. Entre ellas, nos encontramos con la Ley de Competencia Desleal, la Ley Orgánica de Protección de Datos, el RGPD, la Ley General de Telecomunicaciones y la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios.

Entre otras medidas, estas normas establecen, además de la obligatoriedad de utilizar números identificables para realizar llamadas comerciales o promocionales, que este tipo de llamadas no se podrán realizar entre las nueve de la noche y las nueve de la mañana, ni tampoco en fines de semana y festivos. También se obliga a las empresas y profesionales a facilitar al consumidor que deje constancia, si lo desea, de su oposición a seguir recibiendo propuestas por su parte.

¿Y qué ocurre con las empresas con las que el usuario mantiene algún tipo de relación contractual? Pues que podrán contactar con él, pero solo para realizar ofertas vinculadas estrictamente con el producto o servicio que tenga contratado.

La legislación vigente también regula la recopilación y el tratamiento de datos personales, así como los derechos que sobre sus datos poseen los consumidores. Por ejemplo, la posibilidad de restringir la publicidad no deseada mediante la inscripción de esos datos en un listado de exclusión publicitaria o Lista Robinson.

Cómo identificar un número que no conocemos

Pese a que la legislación protege ampliamente a los consumidores ante el spam telefónico o los intentos de fraude, siempre hay alguien dispuesto a saltarse las normas. Esa es la razón por la que se debe extremar la precaución ante las llamadas que se reciben de un número desconocido. Averiguar quién es el emisor antes de responderlas o devolverlas es una de las medidas básicas que se deben tomar para evitar molestias y problemas.

Como normalmente las llamadas de spam telefónico no suelen ser individuales, sino que se realizan a un gran número de personas, es muy probable que alguien ya las haya reportado antes de que tengamos que enfrentarnos a ellas. Ese carácter masivo del spam es precisamente la clave que nos ayudará a protegernos.

Existen varias apps gratuitas que pueden ayudar a identificar un número desconocido si se instalan en el smartphone. Una de las más populares es Truecaller, una aplicación que alimenta su base de datos de números de teléfono con las aportaciones que realizan usuarios de todo el mundo. No es infalible, ya que no tiene registrados todos los números de teléfono existentes, pero en muchos casos puede ayudar a saber quién llama para decidir si contestar o incluso bloquear a quien intenta contactar con nosotros.

También existe la posibilidad de consultar bases de datos online, como Listaspam, en la que miles de usuarios explican sus experiencias con distintos números de teléfono desde los que han recibido llamadas molestas o sospechosas. Este servicio permite realizar búsquedas inversas por número para saber quién llama y qué intenciones tiene.

Cómo protegernos del spam y el fraude telefónicos

Junto con la identificación previa del número de teléfono, existe otra serie de medidas que nos ayudarán a reducir considerablemente el spam telefónico que recibimos. En este sentido, la Agencia Española de Protección de Datos nos anima, simplemente, a ejercer nuestros derechos. Por ejemplo, mediante la inscripción en una Lista Robinson o usando los sistemas que las empresas ponen a nuestro alcance para rechazar el uso de nuestros datos con fines publicitarios.

Si la empresa que nos llama no cumple con las normas, se puede denunciar ante la Agencia Española de Protección de Datos y la autoridad de Consumo correspondiente para que tomen las medidas pertinentes.

En el caso de los fraudes telefónicos, nunca se deben facilitar datos confidenciales, tales como códigos o contraseñas, que se hayan solicitado bajo el pretexto de realizar comprobaciones, por ejemplo, en cuentas bancarias o dispositivos electrónicos. Si se sospecha de que se trata de un fraude o se han facilitado dichos datos, hay que informar rápidamente al banco e interponer una denuncia, aportando toda la información que se haya podido recopilar. Tampoco se deben devolver llamadas perdidas a números con prefijos sospechosos, ya que pueden suponer cargos adicionales en la factura telefónica.

Todas estas medidas nos pueden evitar muchas molestias e incluso sustos en nuestra cuenta bancaria. Por eso no está de más tenerlas en cuenta.

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Smart contracts: llegan los contratos que se ejecutan solos https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/smart-contracts-llegan-los-contratos-que-se-ejecutan-solos/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/smart-contracts-llegan-los-contratos-que-se-ejecutan-solos/#respond Tue, 26 May 2020 06:50:11 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=37432

Firmamos contratos para casi todo y llevamos siglos haciéndolo: para contratar una hipoteca, para comprar muebles, para mantener nuestros datos a salvo… Las posibilidades son infinitas. Se trata de documentos que, en esencia, establecen un acuerdo entre dos partes que se comprometen a cumplir una serie de condiciones. Es una manera de establecer la confianza necesaria para que lo acordado llegue a buen fin.

Pensemos, por ejemplo, en una tienda de ropa que compra su mercancía a un fabricante o dos personas que se ponen de acuerdo para la compraventa de un coche. En ambos casos, lo aconsejable es firmar un contrato por el que cada parte se comprometa a cumplir las condiciones acordadas. Aun así, siempre puede quedar cierto margen para la duda. Si pagamos antes de recibir el bien o, por el contrario, si enviamos el bien antes de recibir el pago completo, ¿qué ocurre si la otra parte no cumple con lo acordado? Por mucho que esa posibilidad esté contemplada y podamos acudir a algún mediador en caso de incumplimiento, siempre existe cierto riesgo.

Para acabar con este dilema ha llegado una de las tecnologías más punteras de la actualidad, la blockchain, y lo ha hecho con una nueva generación de contratos bajo el brazo. Son los llamados smart contracts, que prometen acabar con ese vértigo que sentimos en el momento de desprendernos de nuestro dinero para adquirir un bien o servicio. Por algo son inteligentes.

Qué son los smart contracts

Imagínate que existiera un contrato blindado que se pudiera verificar y hacer cumplir de manera automática. Y que garantizara, sin resquicio de duda, que sus condiciones se ejecutan. Por ejemplo, que una tienda va a pagar por una mercancía que va a recibir. En el caso de que alguna de las partes no cumpla, no será necesario acudir a un juez: si esa mercancía no llega a la tienda, no habrá pago, y si no hay pago, la mercancía no pasará a manos de la tienda.

Esos contratos ya existen y se llaman smart contracts. Se basan en tecnología blockchain y no son otra cosa que códigos informáticos que contienen las condiciones de un contrato y que permiten comprobar su cumplimiento para ejecutar las cláusulas en tiempo real y sin necesidad de intermediarios. En ellos, las partes programan diferentes resultados para una diversidad de posibilidades. La lógica que emplean es condicional; es decir, algo como: «si ocurre A, haz B; pero si sucede C, entonces ejecuta D».

Las principales ventajas de los smart contracts son su seguridad, transparencia y autonomía, ya que las partes no dependen de terceros para validarlos. Al basarse en tecnología blockchain, permiten a todas las partes verificar que las condiciones del contrato se cumplen. Además, estas pueden conocer en todo momento la trazabilidad del contrato, accediendo al histórico de registros con las transacciones y documentos. Al emplear técnicas de cifrado, la propia tecnología blockchain impide que un ciberdelincuente pueda intervenir en ellos. Y tampoco permite alterar los registros ni las condiciones del contrato si no hay un acuerdo entre las partes.

Ejemplos de smart contracts

Tomemos como ejemplo un contrato de compraventa. En él, el comprador deposita el dinero destinado a pagar la mercancía en una cuenta asignada al smart contract. El propio contrato inteligente comprobará a través de los programas de mensajería que se ha transferido la mercancía. Para finalizar, ejecutará el pago de los fondos que hay en la cuenta depósito al vendedor.

Esta es solo una de las múltiples posibilidades que ofrecen los smart contracts. También pueden llegar a ser muy útiles en ámbitos tan diversos como el de las herencias y donaciones o el de los seguros.

En el primer caso, el propio software podría comprobar con el Registro Civil el fallecimiento de una persona y transferir automáticamente su legado a los herederos. También verificar que una persona ha cumplido la mayoría de edad para abonarle los fondos de un fideicomiso. Mientras que en el caso de los seguros, se podrían agilizar considerablemente los trámites para recibir indemnizaciones ante un siniestro.

Todo esto se debe a que los smart contracts son especialmente útiles cuando se necesita regular las condiciones de pago de un contrato. De hecho, existen ciertos smart contracts que se dedican a ejecutar pagos y que se conocen como smart payments.

Utilizar blockchain con euros

Hasta ahora, las transacciones de los smart contracts se realizan básicamente mediante criptomonedas. El empleo de redes blockchain para smart contracts basados en monedas de curso legal como el euro resulta algo más complicado. Esto es así porque hace falta garantizar la seguridad, eficiencia e integridad de los pagos que circulen a través de las redes blockchain, así como el estricto cumplimiento de la normativa vigente en materia de pagos.

En cualquier caso, el uso de tecnología blockchain en la economía es ya imparable. Por esa razón, resulta necesario facilitar la ejecución de pagos en euros y desde cuentas corrientes bancarias en este tipo de redes, sin necesidad de recurrir a criptodivisas.

Con este objetivo, CaixaBank participa, junto a otras entidades bancarias, en un proyecto piloto promovido por Iberpay, la compañía que gestiona el sistema nacional de pagos (SNCE). Se trata de una prueba pionera que utiliza smart contracts y smart payments en una plataforma interbancaria para programar pagos inmediatos cuando se cumplen ciertas condiciones establecidas. Al participar tanto el sistema nacional de pagos como el sistema financiero español, la integridad y legalidad de las transacciones quedan respaldadas.

Esta prueba de concepto permitiría, por ejemplo, ejecutar contratos de compraventa sobre las propias cuentas corrientes de las partes. El sistema bloquearía automáticamente fondos en la cuenta del comprador a la salida de la mercancía y realizaría el pago en la cuenta del vendedor a su llegada a aduanas, además de confirmar su realización a todas las partes intervinientes en el contrato. Todo ello, con la validación de las entidades conectadas a la red y el uso del sistema nacional de pagos para realizar transferencias inmediatas.

Asimismo, recientemente, CaixaBank ha incorporado la plataforma de comercio digital we.trade a su catálogo de servicios para empresas. De esta forma, la entidad se convierte en uno de los primeros bancos europeos en facilitar a sus clientes el acceso a la tecnología blockchain orientada a la internacionalización de negocios.

La tecnología blockchain está llamada a transformar el sistema financiero, así como la manera que tenemos de entender los contratos. Las ventajas son muy numerosas, por eso la economía se prepara ya para sacar partido a los smart contracts y sus infinitas posibilidades.

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Firmamos contratos para casi todo y llevamos siglos haciéndolo: para contratar una hipoteca, para comprar muebles, para mantener nuestros datos a salvo… Las posibilidades son infinitas. Se trata de documentos que, en esencia, establecen un acuerdo entre dos partes que se comprometen a cumplir una serie de condiciones. Es una manera de establecer la confianza necesaria para que lo acordado llegue a buen fin.

Pensemos, por ejemplo, en una tienda de ropa que compra su mercancía a un fabricante o dos personas que se ponen de acuerdo para la compraventa de un coche. En ambos casos, lo aconsejable es firmar un contrato por el que cada parte se comprometa a cumplir las condiciones acordadas. Aun así, siempre puede quedar cierto margen para la duda. Si pagamos antes de recibir el bien o, por el contrario, si enviamos el bien antes de recibir el pago completo, ¿qué ocurre si la otra parte no cumple con lo acordado? Por mucho que esa posibilidad esté contemplada y podamos acudir a algún mediador en caso de incumplimiento, siempre existe cierto riesgo.

Para acabar con este dilema ha llegado una de las tecnologías más punteras de la actualidad, la blockchain, y lo ha hecho con una nueva generación de contratos bajo el brazo. Son los llamados smart contracts, que prometen acabar con ese vértigo que sentimos en el momento de desprendernos de nuestro dinero para adquirir un bien o servicio. Por algo son inteligentes.

Qué son los smart contracts

Imagínate que existiera un contrato blindado que se pudiera verificar y hacer cumplir de manera automática. Y que garantizara, sin resquicio de duda, que sus condiciones se ejecutan. Por ejemplo, que una tienda va a pagar por una mercancía que va a recibir. En el caso de que alguna de las partes no cumpla, no será necesario acudir a un juez: si esa mercancía no llega a la tienda, no habrá pago, y si no hay pago, la mercancía no pasará a manos de la tienda.

Esos contratos ya existen y se llaman smart contracts. Se basan en tecnología blockchain y no son otra cosa que códigos informáticos que contienen las condiciones de un contrato y que permiten comprobar su cumplimiento para ejecutar las cláusulas en tiempo real y sin necesidad de intermediarios. En ellos, las partes programan diferentes resultados para una diversidad de posibilidades. La lógica que emplean es condicional; es decir, algo como: «si ocurre A, haz B; pero si sucede C, entonces ejecuta D».

Las principales ventajas de los smart contracts son su seguridad, transparencia y autonomía, ya que las partes no dependen de terceros para validarlos. Al basarse en tecnología blockchain, permiten a todas las partes verificar que las condiciones del contrato se cumplen. Además, estas pueden conocer en todo momento la trazabilidad del contrato, accediendo al histórico de registros con las transacciones y documentos. Al emplear técnicas de cifrado, la propia tecnología blockchain impide que un ciberdelincuente pueda intervenir en ellos. Y tampoco permite alterar los registros ni las condiciones del contrato si no hay un acuerdo entre las partes.

Ejemplos de smart contracts

Tomemos como ejemplo un contrato de compraventa. En él, el comprador deposita el dinero destinado a pagar la mercancía en una cuenta asignada al smart contract. El propio contrato inteligente comprobará a través de los programas de mensajería que se ha transferido la mercancía. Para finalizar, ejecutará el pago de los fondos que hay en la cuenta depósito al vendedor.

Esta es solo una de las múltiples posibilidades que ofrecen los smart contracts. También pueden llegar a ser muy útiles en ámbitos tan diversos como el de las herencias y donaciones o el de los seguros.

En el primer caso, el propio software podría comprobar con el Registro Civil el fallecimiento de una persona y transferir automáticamente su legado a los herederos. También verificar que una persona ha cumplido la mayoría de edad para abonarle los fondos de un fideicomiso. Mientras que en el caso de los seguros, se podrían agilizar considerablemente los trámites para recibir indemnizaciones ante un siniestro.

Todo esto se debe a que los smart contracts son especialmente útiles cuando se necesita regular las condiciones de pago de un contrato. De hecho, existen ciertos smart contracts que se dedican a ejecutar pagos y que se conocen como smart payments.

Utilizar blockchain con euros

Hasta ahora, las transacciones de los smart contracts se realizan básicamente mediante criptomonedas. El empleo de redes blockchain para smart contracts basados en monedas de curso legal como el euro resulta algo más complicado. Esto es así porque hace falta garantizar la seguridad, eficiencia e integridad de los pagos que circulen a través de las redes blockchain, así como el estricto cumplimiento de la normativa vigente en materia de pagos.

En cualquier caso, el uso de tecnología blockchain en la economía es ya imparable. Por esa razón, resulta necesario facilitar la ejecución de pagos en euros y desde cuentas corrientes bancarias en este tipo de redes, sin necesidad de recurrir a criptodivisas.

Con este objetivo, CaixaBank participa, junto a otras entidades bancarias, en un proyecto piloto promovido por Iberpay, la compañía que gestiona el sistema nacional de pagos (SNCE). Se trata de una prueba pionera que utiliza smart contracts y smart payments en una plataforma interbancaria para programar pagos inmediatos cuando se cumplen ciertas condiciones establecidas. Al participar tanto el sistema nacional de pagos como el sistema financiero español, la integridad y legalidad de las transacciones quedan respaldadas.

Esta prueba de concepto permitiría, por ejemplo, ejecutar contratos de compraventa sobre las propias cuentas corrientes de las partes. El sistema bloquearía automáticamente fondos en la cuenta del comprador a la salida de la mercancía y realizaría el pago en la cuenta del vendedor a su llegada a aduanas, además de confirmar su realización a todas las partes intervinientes en el contrato. Todo ello, con la validación de las entidades conectadas a la red y el uso del sistema nacional de pagos para realizar transferencias inmediatas.

Asimismo, recientemente, CaixaBank ha incorporado la plataforma de comercio digital we.trade a su catálogo de servicios para empresas. De esta forma, la entidad se convierte en uno de los primeros bancos europeos en facilitar a sus clientes el acceso a la tecnología blockchain orientada a la internacionalización de negocios.

La tecnología blockchain está llamada a transformar el sistema financiero, así como la manera que tenemos de entender los contratos. Las ventajas son muy numerosas, por eso la economía se prepara ya para sacar partido a los smart contracts y sus infinitas posibilidades.

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Cómo saber si nos están robando wifi https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-saber-si-nos-estan-robando-wifi/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-saber-si-nos-estan-robando-wifi/#respond Tue, 19 May 2020 06:39:11 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=37328

Nueve de cada diez hogares españoles tiene acceso a internet, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) referidos al año 2019. De ellos, la práctica totalidad (91,2%) disfruta además de banda ancha. Esta cobertura cobra especial importancia en una situación de confinamiento como la que atravesamos a causa de la pandemia de coronavirus. Para sacarle partido, la opción más cómoda que tenemos es utilizar una red wifi. El problema es que también lo es para quien decida robar nuestra conexión.

Desde que comenzó el estado de alarma, las redes wifi de nuestros hogares funcionan a pleno rendimiento. Las usamos para trabajar, buscar información, comunicarnos con nuestros seres queridos e, incluso, para llevar a cabo actividades de voluntariado online. Las solemos emplear independientemente del tipo de dispositivo que queramos utilizar, porque evitan el cableado. Solo requieren vincular el smartphone, ordenador, televisor o cualquier otro periférico, como una impresora, al router y ya podemos empezar a hacer uso de internet.

Frente a los beneficios y ventajas del empleo de tecnologías inalámbricas, existe el peligro de que otros usuarios hagan uso de ellas sin nuestro consentimiento. Un riesgo al que estamos especialmente expuestos durante el confinamiento, cuando muchos usuarios se ven obligados a permanecer en casa. Y no todos ellos están dispuestos a pagar por acceder a internet. De hecho, la consulta «robar wifi» experimentó un claro aumento en las búsquedas de Google el día 14 de marzo, justo cuando se decretó el estado de alarma.

La señal más clara de que algún miembro del vecindario ha decidido aprovecharse de nuestra conexión wifi es que se producen problemas en la conexión y que esta suele ir más lenta. No son pocos los casos en los que un intruso se cuela en la red doméstica de su vecino, con las consecuencias para la seguridad y la privacidad de nuestros datos que esto conlleva.

Cómo saber si tenemos un intruso en nuestra wifi

Existen algunas pistas que ayudan a detectar si eso está ocurriendo. Como ya adelantábamos, una posible señal de que algo no funciona del modo en que debiera es que la conexión a internet va a una velocidad más lenta de la habitual. Cuando esto ocurre, puede que las páginas web tarden en cargar. También es probable que los pódcast y música que se escucha vía online experimenten interrupciones constantes. Los que disfruten de plataformas de contenidos audiovisuales, como Netflix o HBO, y no consigan ver un capítulo entero de una serie sin complicaciones, deberían plantearse si hay alguien más enganchado a su red.

Una de las formas de saber si nos han pirateado la wifi es comprobar qué dispositivos están accediendo a ella. El router puede ejercer de chivato. Solo hay que desconectar todos nuestros equipos de la red y comprobar si sigue habiendo actividad. Para detectarlo, hay que fijarse en el indicador luminoso que aparece junto a «WLAN». Si a pesar de tener todos los aparatos desconectados continúa parpadeando, es señal de que hay alguien ajeno conectado a nuestra red.

Para ser más precisos, lo mejor es acceder al router desde el navegador introduciendo la dirección IP que, por lo general, es 192.168.1.1. Hay que tener cuidado al teclearla, ya que los ciberdelincuentes se aprovechan de los errores más comunes —como sustituir los dos últimos unos (1) por una letra i mayúscula (I)— para redirigir a los usuarios a webs fraudulentas. Una vez introducida la IP, se abre una pantalla donde hay que indicar la clave de acceso wifi.

En la nueva pantalla, aparecen los datos del router y sus posibilidades de configuración. Dependiendo del modelo, podremos ver una pestaña nombrada como «Dispositivos enlazados», «Lista de dispositivos» o «LAN usuarios». Al seleccionarla, se pueden comprobar todas las direcciones MAC de los aparatos conectados a nuestra red wifi. Si hay alguno desconocido, es probable que sea de un vecino que está usando la conexión sin permiso.

Cómo echar al hacker de nuestra wifi

Antes de continuar, es importante recordar que la dirección MAC es una combinación de números y letras con la que se identifica un dispositivo y no puede haber dos iguales. Algo así como un DNI que suele tener la siguiente estructura: XX:XX:XX:XX:XX:XX. Saber cuál es la de cada uno de nuestros aparatos facilita mucho el trabajo de purgado en el caso de que hayan jaqueado la red wifi. La forma de averiguar la dirección MAC varía de un dispositivo a otro. Una vez recopiladas todas, solo queda identificar las que no figuran en la lista y bloquearlas.

A pesar de haber expulsado a los dispositivos ajenos, es recomendable cambiar la contraseña de nuestro router para prevenir futuras intromisiones o, al menos, ponérselo más difícil a quien ya ha conseguido conectarse a nuestra red sin que le diéramos permiso. Antes de efectuar dicha modificación, lo mejor es desconectarse de la wifi y realizar la conexión al router mediante cable para asegurarnos de que solo nosotros tenemos acceso al mismo en ese momento.

El siguiente paso consiste en entrar de nuevo en la configuración del router de la misma forma que se indicaba en el apartado anterior. Además de realizar el cambio de contraseña, podemos plantearnos añadir medidas de seguridad extra, tales como ocultar o cifrar las unidades de disco o archivos más sensibles. Esto último es especialmente útil si quien entra en nuestra red no solo quiere beneficiarse de la conexión sin pagar un euro, sino que además pretende robar nuestra información personal.

Es más que recomendable realizar periódicamente una revisión de los dispositivos que se conectan a nuestra wifi y cambiar la contraseña del router. Es la mejor manera de asegurarnos de que no existe ningún intruso usando nuestra red doméstica, preservaremos nuestra privacidad y mantendremos nuestros datos a salvo.

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Nueve de cada diez hogares españoles tiene acceso a internet, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) referidos al año 2019. De ellos, la práctica totalidad (91,2%) disfruta además de banda ancha. Esta cobertura cobra especial importancia en una situación de confinamiento como la que atravesamos a causa de la pandemia de coronavirus. Para sacarle partido, la opción más cómoda que tenemos es utilizar una red wifi. El problema es que también lo es para quien decida robar nuestra conexión.

Desde que comenzó el estado de alarma, las redes wifi de nuestros hogares funcionan a pleno rendimiento. Las usamos para trabajar, buscar información, comunicarnos con nuestros seres queridos e, incluso, para llevar a cabo actividades de voluntariado online. Las solemos emplear independientemente del tipo de dispositivo que queramos utilizar, porque evitan el cableado. Solo requieren vincular el smartphone, ordenador, televisor o cualquier otro periférico, como una impresora, al router y ya podemos empezar a hacer uso de internet.

Frente a los beneficios y ventajas del empleo de tecnologías inalámbricas, existe el peligro de que otros usuarios hagan uso de ellas sin nuestro consentimiento. Un riesgo al que estamos especialmente expuestos durante el confinamiento, cuando muchos usuarios se ven obligados a permanecer en casa. Y no todos ellos están dispuestos a pagar por acceder a internet. De hecho, la consulta «robar wifi» experimentó un claro aumento en las búsquedas de Google el día 14 de marzo, justo cuando se decretó el estado de alarma.

La señal más clara de que algún miembro del vecindario ha decidido aprovecharse de nuestra conexión wifi es que se producen problemas en la conexión y que esta suele ir más lenta. No son pocos los casos en los que un intruso se cuela en la red doméstica de su vecino, con las consecuencias para la seguridad y la privacidad de nuestros datos que esto conlleva.

Cómo saber si tenemos un intruso en nuestra wifi

Existen algunas pistas que ayudan a detectar si eso está ocurriendo. Como ya adelantábamos, una posible señal de que algo no funciona del modo en que debiera es que la conexión a internet va a una velocidad más lenta de la habitual. Cuando esto ocurre, puede que las páginas web tarden en cargar. También es probable que los pódcast y música que se escucha vía online experimenten interrupciones constantes. Los que disfruten de plataformas de contenidos audiovisuales, como Netflix o HBO, y no consigan ver un capítulo entero de una serie sin complicaciones, deberían plantearse si hay alguien más enganchado a su red.

Una de las formas de saber si nos han pirateado la wifi es comprobar qué dispositivos están accediendo a ella. El router puede ejercer de chivato. Solo hay que desconectar todos nuestros equipos de la red y comprobar si sigue habiendo actividad. Para detectarlo, hay que fijarse en el indicador luminoso que aparece junto a «WLAN». Si a pesar de tener todos los aparatos desconectados continúa parpadeando, es señal de que hay alguien ajeno conectado a nuestra red.

Para ser más precisos, lo mejor es acceder al router desde el navegador introduciendo la dirección IP que, por lo general, es 192.168.1.1. Hay que tener cuidado al teclearla, ya que los ciberdelincuentes se aprovechan de los errores más comunes —como sustituir los dos últimos unos (1) por una letra i mayúscula (I)— para redirigir a los usuarios a webs fraudulentas. Una vez introducida la IP, se abre una pantalla donde hay que indicar la clave de acceso wifi.

En la nueva pantalla, aparecen los datos del router y sus posibilidades de configuración. Dependiendo del modelo, podremos ver una pestaña nombrada como «Dispositivos enlazados», «Lista de dispositivos» o «LAN usuarios». Al seleccionarla, se pueden comprobar todas las direcciones MAC de los aparatos conectados a nuestra red wifi. Si hay alguno desconocido, es probable que sea de un vecino que está usando la conexión sin permiso.

Cómo echar al hacker de nuestra wifi

Antes de continuar, es importante recordar que la dirección MAC es una combinación de números y letras con la que se identifica un dispositivo y no puede haber dos iguales. Algo así como un DNI que suele tener la siguiente estructura: XX:XX:XX:XX:XX:XX. Saber cuál es la de cada uno de nuestros aparatos facilita mucho el trabajo de purgado en el caso de que hayan jaqueado la red wifi. La forma de averiguar la dirección MAC varía de un dispositivo a otro. Una vez recopiladas todas, solo queda identificar las que no figuran en la lista y bloquearlas.

A pesar de haber expulsado a los dispositivos ajenos, es recomendable cambiar la contraseña de nuestro router para prevenir futuras intromisiones o, al menos, ponérselo más difícil a quien ya ha conseguido conectarse a nuestra red sin que le diéramos permiso. Antes de efectuar dicha modificación, lo mejor es desconectarse de la wifi y realizar la conexión al router mediante cable para asegurarnos de que solo nosotros tenemos acceso al mismo en ese momento.

El siguiente paso consiste en entrar de nuevo en la configuración del router de la misma forma que se indicaba en el apartado anterior. Además de realizar el cambio de contraseña, podemos plantearnos añadir medidas de seguridad extra, tales como ocultar o cifrar las unidades de disco o archivos más sensibles. Esto último es especialmente útil si quien entra en nuestra red no solo quiere beneficiarse de la conexión sin pagar un euro, sino que además pretende robar nuestra información personal.

Es más que recomendable realizar periódicamente una revisión de los dispositivos que se conectan a nuestra wifi y cambiar la contraseña del router. Es la mejor manera de asegurarnos de que no existe ningún intruso usando nuestra red doméstica, preservaremos nuestra privacidad y mantendremos nuestros datos a salvo.

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Privacidad on-line, consejos para mantener tus datos a salvo https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/privacidad-online-consejos-para-mantener-tus-datos-salvo/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/privacidad-online-consejos-para-mantener-tus-datos-salvo/#respond Thu, 07 May 2020 06:49:56 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=37184

Los ciberataques están a la orden del día y son muchos los ciudadanos que ya han sufrido sus consecuencias a estas alturas. Entre ellas se encuentran las relacionadas con la suplantación de identidad, una fechoría que suele tener siempre el mismo origen: el robo de información personal. Es decir, un ataque a la privacidad on-line en toda regla.

La cuestión es que, con la crisis del coronavirus, esa privacidad on-line se encuentra especialmente expuesta. La principal razón hay que buscarla en el importante flujo de información digital que circula estos días, especialmente la relativa a la propia pandemia.

Vídeos, enlaces, memes… todo tipo de archivos saltan de correo en correo y de mensaje en mensaje. También todo tipo de información sobre nuestra situación actual en la que nos encontramos y que publicamos en redes sociales. Nuestros teléfonos móviles y nuestros ordenadores echan humo con la gran cantidad de datos que compartimos. Hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado la situación actual de “infodemia”, refiriéndose a la sobreabundancia de información que circula.

Los ciberdelincuentes saben cómo aprovechar este flujo, así como nuestro deseo de recibir la máxima información posible. Por eso han encontrado la ocasión perfecta para tratar de hacerse con nuestros datos. Es el primer paso hacia una posible suplantación de identidad que puede crear más quebraderos de cabeza de los que parecen.

Suplantación de identidad, una amenaza real (y para todos)

Puede parecer que la suplantación de identidad es un problema que solo afrontan los famosos de vez en cuando. Esto se debe a que sus casos suelen ser los más sonados. Cada dos por tres oímos hablar de alguna personalidad a la que han hackeado su perfil en una red social para publicar cualquier cosa en su nombre. Sin embargo, cualquiera puede ser víctima de este tipo de actividad fraudulenta.

Tal y como recuerda la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), cualquier persona que tenga en internet información personal como nombre y apellidos, edad, lugar de nacimiento o fotografías y no tenga controlado quién puede acceder a dichos datos puede ser víctima de suplantación de identidad. Incluso si esa información no está publicada en internet, siempre existe un cierto riesgo.

En cuanto a los lugares donde se desarrollan las suplantaciones de identidad, suelen darse en redes sociales, ya que en ellas resulta sencillo recopilar información sobre una persona e incluso crear un perfil falso para hacerse pasar por ella. De hecho, es habitual el uso de bots que se hacen pasar por gente real para promocionar productos y servicios o sembrar discordia.

Existen también ataques de phishing que utilizan malware para infectar nuestros equipos y hacerse con nuestra información personal. En estos ataques, los ciberdelicuentes suelen utilizar técnicas de ingeniería social para suplantar la identidad de entidades o personas conocidas con el fin de engañar a sus víctimas y obtener sus datos. Con ellos en su poder, tratarán de acceder en su nombre a distintos servicios.

Los ataques de phishing suelen seguir este esquema: abrimos un correo electrónico o mensaje que parece enviar una persona o entidad de confianza; el mensaje solicita acceder a una web para facilitar información personal; la web parece legítima, por lo que facilitamos todos los datos solicitados, incluidos nombre de usuario, contraseña o número de identificación fiscal. A partir de ahí, los ciberdelincuentes tendrán a su disposición los datos necesarios para intentar suplantarnos, por ejemplo, en nuestras interacciones con el banco. También son habituales en este tipo de ataques los mensajes que nos anuncian que hemos ganado un premio y que debemos proporcionar una serie de información personal para poder acceder a él.

En plena pandemia de covid-19, este tipo de ataques se ha sofisticado y utiliza este tema como gancho para hacerse con datos de usuarios. Desde archivos con supuestos consejos en vídeo para mantenerse a salvo de la enfermedad que ocultan software malicioso hasta cibercriminales que se hacen pasar por la Organización Mundial de la Salud, todo vale para romper la privacidad on-line de los internautas.

Cómo preservar nuestra privacidad on-line

Las especiales circunstancias que vivimos en la actualidad exigen que seamos más cuidadosos que nunca con nuestra información personal. Los ataques de suplantación de identidad no solo afectan a la víctima de la estafa, sino también a las personas u organismos por los que se hacen pasar los ciberdelincuentes, que se pueden ver envueltos en un problema de manera totalmente inadvertida.

Existen algunas medidas que podemos tomar para mantener nuestros datos a salvo y evitar que terceros puedan contactar con otros en nuestro nombre o acceder a distintos servicios on-line haciéndose pasar por nosotros.

– Utilizar siempre contraseñas robustas: tanto para acceder al perfil de la red social como a nuestras aplicaciones bancarias, la OSI explica que elegir una buena contraseña es fundamental. También lo es gestionar estas credenciales de manera adecuada, sin compartirlas con nadie, sin utilizar la misma para varios servicios y haciendo uso de gestores para recordarlas cuando las necesitemos.

En este sentido, CaixaBank ha sido el primer banco del mundo en utilizar la identificación biométrica en las aplicaciones propias y el reconocimiento facial en cajeros, que evita tener que introducir el PIN para realizar reintegros. Además, la entidad cuenta con sistemas robustos para proteger los datos de sus clientes frente a los ataques de los hackers.

– Evitar el phishing: lo mejor para no sufrir las consecuencias de un ataque de phishing que termine con el robo de nuestra información es evitarlo. Para ello, conviene fijarse en los mensajes y correos que se reciben y estar alerta ante contactos inesperados o respuestas que no se han solicitado.

También es preciso analizar con detalle los correos, sobre todo los que nos piden introducir credenciales en una web externa con cualquier excusa, y recordar que un banco nunca nos pedirá nuestros datos por correo electrónico, mensaje de texto o teléfono porque ya los tiene.

Conviene examinar la dirección de correo del remitente, no fiarse de peticiones urgentes que impongan plazos para modificar claves de acceso y comprobar que los enlaces incluidos sean legítimos. Con solo pasar el puntero del ratón por encima del texto del enlace, podremos ver la dirección web a la que dirige y comprobar si coincide o no con la que apunta el contenido del mensaje. Que su redacción sea incorrecta también debe alertarnos.

– Aumentar el grado de privacidad de nuestros perfiles: en redes sociales, conviene configurar los perfiles de la manera más privada posible, con el fin de evitar que usuarios desconocidos accedan a nuestra información personal. La OSI también aconseja asegurarse de la identidad de cualquier usuario que nos quiera agregar como amigo para evitar que cualquiera tenga acceso a nuestra información personal, fotos o vídeos.

– Revisar la política de privacidad: la OSI recuerda que, si nos fijamos en las condiciones de servicio de las redes sociales, sabremos el uso que hacen de nuestros datos, su tratamiento y almacenaje y si se comparten con terceros.

Seguir estos consejos nos ayudará a preservar nuestra privacidad en internet. Una precaución que, en estos momentos, es más importante que nunca.

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Los ciberataques están a la orden del día y son muchos los ciudadanos que ya han sufrido sus consecuencias a estas alturas. Entre ellas se encuentran las relacionadas con la suplantación de identidad, una fechoría que suele tener siempre el mismo origen: el robo de información personal. Es decir, un ataque a la privacidad on-line en toda regla.

La cuestión es que, con la crisis del coronavirus, esa privacidad on-line se encuentra especialmente expuesta. La principal razón hay que buscarla en el importante flujo de información digital que circula estos días, especialmente la relativa a la propia pandemia.

Vídeos, enlaces, memes… todo tipo de archivos saltan de correo en correo y de mensaje en mensaje. También todo tipo de información sobre nuestra situación actual en la que nos encontramos y que publicamos en redes sociales. Nuestros teléfonos móviles y nuestros ordenadores echan humo con la gran cantidad de datos que compartimos. Hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado la situación actual de “infodemia”, refiriéndose a la sobreabundancia de información que circula.

Los ciberdelincuentes saben cómo aprovechar este flujo, así como nuestro deseo de recibir la máxima información posible. Por eso han encontrado la ocasión perfecta para tratar de hacerse con nuestros datos. Es el primer paso hacia una posible suplantación de identidad que puede crear más quebraderos de cabeza de los que parecen.

Suplantación de identidad, una amenaza real (y para todos)

Puede parecer que la suplantación de identidad es un problema que solo afrontan los famosos de vez en cuando. Esto se debe a que sus casos suelen ser los más sonados. Cada dos por tres oímos hablar de alguna personalidad a la que han hackeado su perfil en una red social para publicar cualquier cosa en su nombre. Sin embargo, cualquiera puede ser víctima de este tipo de actividad fraudulenta.

Tal y como recuerda la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), cualquier persona que tenga en internet información personal como nombre y apellidos, edad, lugar de nacimiento o fotografías y no tenga controlado quién puede acceder a dichos datos puede ser víctima de suplantación de identidad. Incluso si esa información no está publicada en internet, siempre existe un cierto riesgo.

En cuanto a los lugares donde se desarrollan las suplantaciones de identidad, suelen darse en redes sociales, ya que en ellas resulta sencillo recopilar información sobre una persona e incluso crear un perfil falso para hacerse pasar por ella. De hecho, es habitual el uso de bots que se hacen pasar por gente real para promocionar productos y servicios o sembrar discordia.

Existen también ataques de phishing que utilizan malware para infectar nuestros equipos y hacerse con nuestra información personal. En estos ataques, los ciberdelicuentes suelen utilizar técnicas de ingeniería social para suplantar la identidad de entidades o personas conocidas con el fin de engañar a sus víctimas y obtener sus datos. Con ellos en su poder, tratarán de acceder en su nombre a distintos servicios.

Los ataques de phishing suelen seguir este esquema: abrimos un correo electrónico o mensaje que parece enviar una persona o entidad de confianza; el mensaje solicita acceder a una web para facilitar información personal; la web parece legítima, por lo que facilitamos todos los datos solicitados, incluidos nombre de usuario, contraseña o número de identificación fiscal. A partir de ahí, los ciberdelincuentes tendrán a su disposición los datos necesarios para intentar suplantarnos, por ejemplo, en nuestras interacciones con el banco. También son habituales en este tipo de ataques los mensajes que nos anuncian que hemos ganado un premio y que debemos proporcionar una serie de información personal para poder acceder a él.

En plena pandemia de covid-19, este tipo de ataques se ha sofisticado y utiliza este tema como gancho para hacerse con datos de usuarios. Desde archivos con supuestos consejos en vídeo para mantenerse a salvo de la enfermedad que ocultan software malicioso hasta cibercriminales que se hacen pasar por la Organización Mundial de la Salud, todo vale para romper la privacidad on-line de los internautas.

Cómo preservar nuestra privacidad on-line

Las especiales circunstancias que vivimos en la actualidad exigen que seamos más cuidadosos que nunca con nuestra información personal. Los ataques de suplantación de identidad no solo afectan a la víctima de la estafa, sino también a las personas u organismos por los que se hacen pasar los ciberdelincuentes, que se pueden ver envueltos en un problema de manera totalmente inadvertida.

Existen algunas medidas que podemos tomar para mantener nuestros datos a salvo y evitar que terceros puedan contactar con otros en nuestro nombre o acceder a distintos servicios on-line haciéndose pasar por nosotros.

– Utilizar siempre contraseñas robustas: tanto para acceder al perfil de la red social como a nuestras aplicaciones bancarias, la OSI explica que elegir una buena contraseña es fundamental. También lo es gestionar estas credenciales de manera adecuada, sin compartirlas con nadie, sin utilizar la misma para varios servicios y haciendo uso de gestores para recordarlas cuando las necesitemos.

En este sentido, CaixaBank ha sido el primer banco del mundo en utilizar la identificación biométrica en las aplicaciones propias y el reconocimiento facial en cajeros, que evita tener que introducir el PIN para realizar reintegros. Además, la entidad cuenta con sistemas robustos para proteger los datos de sus clientes frente a los ataques de los hackers.

– Evitar el phishing: lo mejor para no sufrir las consecuencias de un ataque de phishing que termine con el robo de nuestra información es evitarlo. Para ello, conviene fijarse en los mensajes y correos que se reciben y estar alerta ante contactos inesperados o respuestas que no se han solicitado.

También es preciso analizar con detalle los correos, sobre todo los que nos piden introducir credenciales en una web externa con cualquier excusa, y recordar que un banco nunca nos pedirá nuestros datos por correo electrónico, mensaje de texto o teléfono porque ya los tiene.

Conviene examinar la dirección de correo del remitente, no fiarse de peticiones urgentes que impongan plazos para modificar claves de acceso y comprobar que los enlaces incluidos sean legítimos. Con solo pasar el puntero del ratón por encima del texto del enlace, podremos ver la dirección web a la que dirige y comprobar si coincide o no con la que apunta el contenido del mensaje. Que su redacción sea incorrecta también debe alertarnos.

– Aumentar el grado de privacidad de nuestros perfiles: en redes sociales, conviene configurar los perfiles de la manera más privada posible, con el fin de evitar que usuarios desconocidos accedan a nuestra información personal. La OSI también aconseja asegurarse de la identidad de cualquier usuario que nos quiera agregar como amigo para evitar que cualquiera tenga acceso a nuestra información personal, fotos o vídeos.

– Revisar la política de privacidad: la OSI recuerda que, si nos fijamos en las condiciones de servicio de las redes sociales, sabremos el uso que hacen de nuestros datos, su tratamiento y almacenaje y si se comparten con terceros.

Seguir estos consejos nos ayudará a preservar nuestra privacidad en internet. Una precaución que, en estos momentos, es más importante que nunca.

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Trucos para utilizar tu móvil de manera saludable https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/trucos-para-utilizar-tu-movil-de-manera-saludable/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/trucos-para-utilizar-tu-movil-de-manera-saludable/#respond Tue, 28 Apr 2020 07:13:34 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=37142

En pleno confinamiento por la pandemia de coronavirus, los smartphones se han convertido prácticamente en extensiones de nuestros cuerpos. Algo natural, si tenemos en cuenta lo tremendamente útiles que nos resultan. Cuánta información nos han facilitado en estos tiempos extraños. Cuántas conversaciones con nuestros seres queridos y reuniones virtuales con nuestros amigos nos han permitido mantener.

Los números dejan bien clara la importancia que han llegado a cobrar estos aparatos en España. Según datos del Instituto Nacional de Estadística recogidos en su informe España en Cifras 2019, el 98% de los hogares tiene al menos un teléfono móvil. Han desplazado en popularidad a los teléfonos fijos, que ya solo están presentes en tres de cada cuatro (75,8%). Además, el principal tipo de conexión de banda ancha se realiza a través de un smartphone.

Los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta imprescindible para millones de ciudadanos confinados en sus casas. Son la ventana que nos facilita nuestras relaciones sociales, nuestro ocio o incluso nuestro trabajo. Nos permiten estar permanentemente conectados con nuestros compañeros, familiares y amigos. Una situación que aporta grandes ventajas, pero que puede convertirse también en un inconveniente. Para evitarlo, debemos aprender a gestionarla.

¿Cómo nos afecta el uso del smartphone?

El uso de smartphones y sus efectos sobre nuestra salud mental es motivo de controversia. Cada vez surgen más estudios que apuntan a ciertos efectos negativos relacionados con el empleo de smartphones. Por ejemplo, se han encontrado correlaciones entre el uso de estos dispositivos y la depresión, los cambios en la memoria y los sentimientos de soledad, aislamiento y ansiedad. Otro estudio realizado sobre encuestas a españoles adultos estima que alrededor del 15,4% de ellos se encontraba en riesgo de desarrollar una adicción al teléfono móvil y el 5,1% se correspondía con usuarios que ya realizaban un uso problemático del mismo.

Incluso se ha estudiado la relación entre el phubbing —la práctica que nos lleva a atender nuestro smartphone e ignorar a la persona que tenemos delante—, la erosión de las relaciones sociales y cierta pérdida de nuestra necesidad básica de pertenencia a un grupo, clave en nuestra propia evolución como especie.

Con todo, algunos expertos advierten que todavía estamos en una etapa muy inicial en el estudio de los efectos que tienen los teléfonos móviles sobre nuestra salud y bienestar. También que el uso que hacemos del móvil es tan diverso que puede afectar de manera distinta a personas diferentes o incluso a la misma persona en distintos momentos de su vida.

En cualquier caso, los usuarios cada vez se muestran más preocupados por la manera en la que esta tecnología puede afectar a su día a día, sus relaciones y su propio bienestar. Especialmente en un momento como el estado de alerta por coronavirus, en el que es habitual utilizarlo a todas horas. Las noticias sobre tecnólogos de Silicon Valley que prohíben a sus hijos utilizar smartphones contribuyen, sin duda, a esta preocupación, aunque no todos ellos apuesten por medidas tan restrictivas. De hecho, muchos optan por establecer ciertas normas y enseñar a los pequeños a relacionarse de manera sana con los dispositivos. Una lección de la que también los adultos deberíamos tomar nota.

Cómo relacionarse con el smartphone de manera sana

¿Significa todo esto que deberíamos tomarnos unas vacaciones del móvil? ¿Que tendríamos que guardarlo en un cajón y olvidarnos de él durante una buena temporada, como si de una dieta detox se tratara?

Todo esto no parece muy realista, especialmente en un momento como este, en el que debemos quedarnos en casa. Es más, lo cierto es que no hay pruebas de que este tipo de estrategias sean efectivas. De hecho, las retiradas del uso del móvil pueden incluso aumentar los niveles de cortisol, la conocida como hormona del estrés.

Esta es la razón por la que cada vez más expertos recomiendan aprender a relacionarse de manera sana con el smartphone en lugar de evitar todo contacto con él. Sería el equivalente a apostar por mejorar nuestros conocimientos en nutrición tecnológica y aplicarlos en lugar de someternos a dietas digitales estrictas surgidas de la nada.

Entre los consejos, destaca el uso de aplicaciones que nos ayuden a conocer mejor el tiempo que pasamos ante la pantalla de nuestro smartphone, como Screen Time de Apple o Action Dash. Esta información nos permitirá establecer después los pasos que debemos seguir para realizar un uso más saludable del teléfono móvil.

Tomar consciencia sobre cómo utilizamos el smartphone y cuántas veces lo consultamos por simple aburrimiento nos ayudará a construir una relación mucho más racional con él. Esto es especialmente importante durante el tiempo en que permaneceremos confinados. En este sentido, la iniciativa Levanta la Cabeza ha desarrollado una herramienta en colaboración con la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción que permite comprobar en cinco minutos si realizamos un uso responsable de la tecnología.

Silenciar o apagar durante ciertos momentos las apps que nos distraen más es una buena idea para retomar el control sobre cuándo consultamos el teléfono móvil. También lo es desactivar notificaciones: de esta manera, elegiremos nosotros el momento en el que leeremos los mensajes que recibamos. En este sentido, Google ha desarrollado un nuevo modo para móviles Android, llamado Focus Mode, que permite pausar ciertas apps durante un periodo de tiempo determinado. Sin duda, una utilidad especialmente positiva en un momento en el que muchos ciudadanos han tenido que recurrir al teletrabajo.

Los expertos también recomiendan realizar una limpieza digital para borrarnos de listas de correo e incluso dejar de seguir cuentas en redes sociales que no nos interesen. Mantener el smartphone alejado de nuestro lugar de descanso y no utilizarlo antes de dormir también es un hábito saludable para nuestro sueño.

Todos estos son ejemplos de hábitos que nos ayudarán a reducir nuestros contactos con el smartphone y, lo que es más importante, a tomar el control sobre este.

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En pleno confinamiento por la pandemia de coronavirus, los smartphones se han convertido prácticamente en extensiones de nuestros cuerpos. Algo natural, si tenemos en cuenta lo tremendamente útiles que nos resultan. Cuánta información nos han facilitado en estos tiempos extraños. Cuántas conversaciones con nuestros seres queridos y reuniones virtuales con nuestros amigos nos han permitido mantener.

Los números dejan bien clara la importancia que han llegado a cobrar estos aparatos en España. Según datos del Instituto Nacional de Estadística recogidos en su informe España en Cifras 2019, el 98% de los hogares tiene al menos un teléfono móvil. Han desplazado en popularidad a los teléfonos fijos, que ya solo están presentes en tres de cada cuatro (75,8%). Además, el principal tipo de conexión de banda ancha se realiza a través de un smartphone.

Los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta imprescindible para millones de ciudadanos confinados en sus casas. Son la ventana que nos facilita nuestras relaciones sociales, nuestro ocio o incluso nuestro trabajo. Nos permiten estar permanentemente conectados con nuestros compañeros, familiares y amigos. Una situación que aporta grandes ventajas, pero que puede convertirse también en un inconveniente. Para evitarlo, debemos aprender a gestionarla.

¿Cómo nos afecta el uso del smartphone?

El uso de smartphones y sus efectos sobre nuestra salud mental es motivo de controversia. Cada vez surgen más estudios que apuntan a ciertos efectos negativos relacionados con el empleo de smartphones. Por ejemplo, se han encontrado correlaciones entre el uso de estos dispositivos y la depresión, los cambios en la memoria y los sentimientos de soledad, aislamiento y ansiedad. Otro estudio realizado sobre encuestas a españoles adultos estima que alrededor del 15,4% de ellos se encontraba en riesgo de desarrollar una adicción al teléfono móvil y el 5,1% se correspondía con usuarios que ya realizaban un uso problemático del mismo.

Incluso se ha estudiado la relación entre el phubbing —la práctica que nos lleva a atender nuestro smartphone e ignorar a la persona que tenemos delante—, la erosión de las relaciones sociales y cierta pérdida de nuestra necesidad básica de pertenencia a un grupo, clave en nuestra propia evolución como especie.

Con todo, algunos expertos advierten que todavía estamos en una etapa muy inicial en el estudio de los efectos que tienen los teléfonos móviles sobre nuestra salud y bienestar. También que el uso que hacemos del móvil es tan diverso que puede afectar de manera distinta a personas diferentes o incluso a la misma persona en distintos momentos de su vida.

En cualquier caso, los usuarios cada vez se muestran más preocupados por la manera en la que esta tecnología puede afectar a su día a día, sus relaciones y su propio bienestar. Especialmente en un momento como el estado de alerta por coronavirus, en el que es habitual utilizarlo a todas horas. Las noticias sobre tecnólogos de Silicon Valley que prohíben a sus hijos utilizar smartphones contribuyen, sin duda, a esta preocupación, aunque no todos ellos apuesten por medidas tan restrictivas. De hecho, muchos optan por establecer ciertas normas y enseñar a los pequeños a relacionarse de manera sana con los dispositivos. Una lección de la que también los adultos deberíamos tomar nota.

Cómo relacionarse con el smartphone de manera sana

¿Significa todo esto que deberíamos tomarnos unas vacaciones del móvil? ¿Que tendríamos que guardarlo en un cajón y olvidarnos de él durante una buena temporada, como si de una dieta detox se tratara?

Todo esto no parece muy realista, especialmente en un momento como este, en el que debemos quedarnos en casa. Es más, lo cierto es que no hay pruebas de que este tipo de estrategias sean efectivas. De hecho, las retiradas del uso del móvil pueden incluso aumentar los niveles de cortisol, la conocida como hormona del estrés.

Esta es la razón por la que cada vez más expertos recomiendan aprender a relacionarse de manera sana con el smartphone en lugar de evitar todo contacto con él. Sería el equivalente a apostar por mejorar nuestros conocimientos en nutrición tecnológica y aplicarlos en lugar de someternos a dietas digitales estrictas surgidas de la nada.

Entre los consejos, destaca el uso de aplicaciones que nos ayuden a conocer mejor el tiempo que pasamos ante la pantalla de nuestro smartphone, como Screen Time de Apple o Action Dash. Esta información nos permitirá establecer después los pasos que debemos seguir para realizar un uso más saludable del teléfono móvil.

Tomar consciencia sobre cómo utilizamos el smartphone y cuántas veces lo consultamos por simple aburrimiento nos ayudará a construir una relación mucho más racional con él. Esto es especialmente importante durante el tiempo en que permaneceremos confinados. En este sentido, la iniciativa Levanta la Cabeza ha desarrollado una herramienta en colaboración con la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción que permite comprobar en cinco minutos si realizamos un uso responsable de la tecnología.

Silenciar o apagar durante ciertos momentos las apps que nos distraen más es una buena idea para retomar el control sobre cuándo consultamos el teléfono móvil. También lo es desactivar notificaciones: de esta manera, elegiremos nosotros el momento en el que leeremos los mensajes que recibamos. En este sentido, Google ha desarrollado un nuevo modo para móviles Android, llamado Focus Mode, que permite pausar ciertas apps durante un periodo de tiempo determinado. Sin duda, una utilidad especialmente positiva en un momento en el que muchos ciudadanos han tenido que recurrir al teletrabajo.

Los expertos también recomiendan realizar una limpieza digital para borrarnos de listas de correo e incluso dejar de seguir cuentas en redes sociales que no nos interesen. Mantener el smartphone alejado de nuestro lugar de descanso y no utilizarlo antes de dormir también es un hábito saludable para nuestro sueño.

Todos estos son ejemplos de hábitos que nos ayudarán a reducir nuestros contactos con el smartphone y, lo que es más importante, a tomar el control sobre este.

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