> consumo responsable – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 Este verano, pon en práctica la eficiencia energética https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-de-eficiencia-energetica-para-el-verano/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-de-eficiencia-energetica-para-el-verano/#respond Mon, 18 Jul 2022 08:40:34 +0000 u0182631@lacaixa.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=58346

Llega el verano, las vacaciones y el calor. No permitas que estas variables te distraigan de un objetivo que te hará ahorrar y ser sostenible a la vez: hablamos de la eficiencia energética. Con estas claves, conseguirás un verano sin derrochar energía.

Si te vas de casa, no dejes nada conectado

Mantener tus aparatos e instalación eléctrica en buen estado y fuera de riesgos es un paso para que funcione todo correctamente y no se derroche energía de manera accidental. Si vas a pasar muchos días fuera, puedes plantearte apagar tu frigorífico, pues es uno de los electrodomésticos que más consumen de tu hogar, según indica el Instituto para la Diversificación de la Energía (IDAE). Su uso es continuo (casi nunca se desconecta). Aunque su potencia no sea destacable (200W frente a los 2.000W de un secador de pelo), supone un gasto considerable. Si te decides por desconectarlo, no olvides vaciarlo y limpiarlo.

Otro aspecto que debes tener en cuenta si te ausentas es el consumo en stand by, también llamado consumo fantasma, que, según el informe Consumos del Sector Residencial en España del IDAE, supone un 2,3 % del consumo en los hogares españoles. Deja bajados los diferenciales que necesites. Si tu cuadro eléctrico no va por fases, puedes optar por bajar el general o dejar todos los aparatos y regletas desconectados. No olvides desprogramar todos los aparatos que hayas programado, ya que pueden activarse de manera automática en tu ausencia y seguir consumiendo energía.

Selecciona la opción más eficiente para refrescarte

¿Ventilador o aire acondicionado? Cada sistema tiene sus ventajas e inconvenientes, pero centrémonos en la eficiencia energética: el consumo de los ventiladores es menor que el de un aire acondicionado. Pongamos algunos ejemplos:

Un ventilador de techo en un dormitorio: hemos instalado un ventilador de techo con una potencia de 36W en el dormitorio y lo utilizamos 6 horas. Diariamente, implicaría un consumo de 0,21 kWh.

Si en junio de 2022 el precio medio del kWh en España fue de 0,21 euros (datos de la OCU), nuestra factura se incrementará en 1,3 € al mes.

Un split para un dormitorio de 12 metros cuadrados: el aparato de aire acondicionado que necesitamos tendría como mínimo 1.500 frigorías, con una potencia de 1,7 kW. Si programamos el aire para 6 horas a máxima potencia, obtendríamos un consumo de 10,2 kWh diarios.

Tomemos el precio del kWh de junio de este año: el gasto de este aire acondicionado alcanza los 64,26€.

Elige la opción más adecuada para tu caso y haz un uso sensato de la misma: encontrarás la mejor manera de pasar un verano confortable sin dejar de lado la eficiencia energética.

Apuesta por el transporte público

De junio de 2021 a junio de 2022, el precio de la gasolina se ha incrementado en un 54,86 %, apunta El País. Por ello, haz cálculos del combustible que necesitarás en tus desplazamientos vacacionales y compara con las opciones que te presente el transporte público. Te ayudará a tomar la decisión de cómo moverte este verano y el ahorro que puedes llegar a conseguir utilizando el tren, autobús o bici en tus desplazamientos.

También tienes la opción de utilizar servicios de vehículo compartido. Ten en cuenta que, evitando tus desplazamientos en coche, además, beneficias al medioambiente reduciendo tu huella de carbono.

Sigue estos consejos, optimiza tu consumo de energía y notarás también cómo se reducen tus gastos este verano.

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Llega el verano, las vacaciones y el calor. No permitas que estas variables te distraigan de un objetivo que te hará ahorrar y ser sostenible a la vez: hablamos de la eficiencia energética. Con estas claves, conseguirás un verano sin derrochar energía.

Si te vas de casa, no dejes nada conectado

Mantener tus aparatos e instalación eléctrica en buen estado y fuera de riesgos es un paso para que funcione todo correctamente y no se derroche energía de manera accidental. Si vas a pasar muchos días fuera, puedes plantearte apagar tu frigorífico, pues es uno de los electrodomésticos que más consumen de tu hogar, según indica el Instituto para la Diversificación de la Energía (IDAE). Su uso es continuo (casi nunca se desconecta). Aunque su potencia no sea destacable (200W frente a los 2.000W de un secador de pelo), supone un gasto considerable. Si te decides por desconectarlo, no olvides vaciarlo y limpiarlo.

Otro aspecto que debes tener en cuenta si te ausentas es el consumo en stand by, también llamado consumo fantasma, que, según el informe Consumos del Sector Residencial en España del IDAE, supone un 2,3 % del consumo en los hogares españoles. Deja bajados los diferenciales que necesites. Si tu cuadro eléctrico no va por fases, puedes optar por bajar el general o dejar todos los aparatos y regletas desconectados. No olvides desprogramar todos los aparatos que hayas programado, ya que pueden activarse de manera automática en tu ausencia y seguir consumiendo energía.

Selecciona la opción más eficiente para refrescarte

¿Ventilador o aire acondicionado? Cada sistema tiene sus ventajas e inconvenientes, pero centrémonos en la eficiencia energética: el consumo de los ventiladores es menor que el de un aire acondicionado. Pongamos algunos ejemplos:

Un ventilador de techo en un dormitorio: hemos instalado un ventilador de techo con una potencia de 36W en el dormitorio y lo utilizamos 6 horas. Diariamente, implicaría un consumo de 0,21 kWh.

Si en junio de 2022 el precio medio del kWh en España fue de 0,21 euros (datos de la OCU), nuestra factura se incrementará en 1,3 € al mes.

Un split para un dormitorio de 12 metros cuadrados: el aparato de aire acondicionado que necesitamos tendría como mínimo 1.500 frigorías, con una potencia de 1,7 kW. Si programamos el aire para 6 horas a máxima potencia, obtendríamos un consumo de 10,2 kWh diarios.

Tomemos el precio del kWh de junio de este año: el gasto de este aire acondicionado alcanza los 64,26€.

Elige la opción más adecuada para tu caso y haz un uso sensato de la misma: encontrarás la mejor manera de pasar un verano confortable sin dejar de lado la eficiencia energética.

Apuesta por el transporte público

De junio de 2021 a junio de 2022, el precio de la gasolina se ha incrementado en un 54,86 %, apunta El País. Por ello, haz cálculos del combustible que necesitarás en tus desplazamientos vacacionales y compara con las opciones que te presente el transporte público. Te ayudará a tomar la decisión de cómo moverte este verano y el ahorro que puedes llegar a conseguir utilizando el tren, autobús o bici en tus desplazamientos.

También tienes la opción de utilizar servicios de vehículo compartido. Ten en cuenta que, evitando tus desplazamientos en coche, además, beneficias al medioambiente reduciendo tu huella de carbono.

Sigue estos consejos, optimiza tu consumo de energía y notarás también cómo se reducen tus gastos este verano.

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¿Quieres llevar una vida más sostenible? Estas apps te ayudarán https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/quieres-llevar-una-vida-mas-sostenible-estas-apps-te-ayudaran/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/quieres-llevar-una-vida-mas-sostenible-estas-apps-te-ayudaran/#respond Sun, 17 Apr 2022 14:40:25 +0000 u0182631@lacaixa.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=56862

Hace ya tiempo que buscamos la sostenibilidad en todos los aspectos de la vida. Se trata de instaurar un cambio de hábitos en nuestro día a día. Pero ¿por dónde podemos empezar? No hay nada más fácil que echar mano de nuestro smartphone y utilizar algunas apps que nos ayudarán a convertir en sostenible nuestra rutina diaria.

Una app para calcular tu huella de carbono

Antes de actuar, conviene que hagas un análisis de tu situación. Debes saber qué impacto tienen sobre el medioambiente acciones tan cotidianas como tus desplazamientos o tu alimentación. Esto te servirá para comprobar si las medidas que adoptes para reducir tu huella de carbono están funcionando.

Para esto existen apps como Carbon Footprint, que es capaz de medir la huella de carbono tanto de tus desplazamientos como de los alimentos que consumes. No solo eso: también te ayuda a establecer un objetivo mensual basado en una reducción del 7,6 %, que es la cantidad anual de emisiones que todos deberíamos disminuir para mantener el calentamiento global dentro del objetivo de 1,5 ºC.

Trucos para una vida más ecológica

Una vez calculada la huella de carbono, es la hora de pasar a la acción. Existen múltiples aspectos que puedes mejorar en tu día a día para cuidar del medioambiente.

Descubrirlos es muy fácil gracias a aplicaciones como The Planet App, que te propone hábitos de vida sostenible con los que comprometerse de manera semanal. Además, cada día ofrece trucos y consejos que ayudan a cumplir esos hábitos, así como otra información útil, por ejemplo, sobre productos de temporada. La aplicación también permite hacer un seguimiento de los logros diarios y de cuántas emisiones de carbono has ahorrado a la atmósfera gracias a tus acciones.

Si lo que necesitas es un extra de motivación, otras apps como GoGreenChallenge te proponen retos sencillos, como recoger basura del suelo y depositarla en un lugar adecuado o no tirar un solo alimento en toda la semana.

Apps para llevar una vida más sostenible

Apps que frenan el desperdicio de comida

Reducir la cantidad de recursos que consumimos forma parte del abecé para lograr un planeta más sostenible y cuidar del medioambiente. Una de las mejores maneras de lograrlo consiste en rebajar el desperdicio de comida a su mínima expresión. Cada día se tiran más de 900 millones de toneladas de alimentos en el planeta, según la ONU.

Ante este desperdicio masivo de alimentos han surgido iniciativas como la app Too Good to Go, que pone en contacto a ciudadanos y negocios como panaderías, restaurantes y hoteles para dar salida a la comida que no han vendido cada día. Para ello, ofrece packs con excedentes de comida a precios reducidos.

Si lo que te interesa es cocinar en casa, también puedes reducir tus desperdicios aprovechando los alimentos que tengas por la nevera. La app Ekilu te permite introducir los ingredientes que tengas a mano y te sugiere recetas que podrás preparar con ellos.

Cada residuo en su lugar

Cuando los objetos que utilizamos llegan al final de su vida útil, es importante desecharlos en el lugar adecuado. Separar correctamente los residuos es vital para un correcto reciclaje. Sin embargo, no siempre tenemos claro en qué contenedor debemos depositarlos o dónde encontrar un punto limpio.

Ecoembes ha desarrollado un Asistente Inteligente de Reciclaje, disponible para smartphone y asistentes de voz, que permite preguntar directamente a un chatbot dónde hay que depositar un residuo determinado. Ya sea un tarro de cristal o una tabla de surf, siempre ofrece una respuesta adecuada.

A la hora de localizar los lugares donde debemos deshacernos de los residuos, otras apps como CleanSpot ayudan a encontrar los puntos limpios más cercanos.

Domótica para optimizar el consumo de energía

¿Quieres ir un paso más allá en el cuidado del entorno? Existen aplicaciones que te ayudarán a reducir el consumo energético de tu hogar incluso cuando no estás en él, gracias a la domótica. Esto no solo adelgazará tu huella de carbono, sino también la factura energética.

Un ejemplo de ello es Houseinhand KNX, una app que te permitirá apagar luces que se han quedado encendidas, subir o bajar las persianas y controlar la climatización para optimizar la temperatura de tu casa.

Cuidar el medioambiente es un gran objetivo en el que cada acción, por pequeña que sea, suma. Tu teléfono móvil puede convertirse en tu gran aliado para conseguirlo.

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Hace ya tiempo que buscamos la sostenibilidad en todos los aspectos de la vida. Se trata de instaurar un cambio de hábitos en nuestro día a día. Pero ¿por dónde podemos empezar? No hay nada más fácil que echar mano de nuestro smartphone y utilizar algunas apps que nos ayudarán a convertir en sostenible nuestra rutina diaria.

Una app para calcular tu huella de carbono

Antes de actuar, conviene que hagas un análisis de tu situación. Debes saber qué impacto tienen sobre el medioambiente acciones tan cotidianas como tus desplazamientos o tu alimentación. Esto te servirá para comprobar si las medidas que adoptes para reducir tu huella de carbono están funcionando.

Para esto existen apps como Carbon Footprint, que es capaz de medir la huella de carbono tanto de tus desplazamientos como de los alimentos que consumes. No solo eso: también te ayuda a establecer un objetivo mensual basado en una reducción del 7,6 %, que es la cantidad anual de emisiones que todos deberíamos disminuir para mantener el calentamiento global dentro del objetivo de 1,5 ºC.

Trucos para una vida más ecológica

Una vez calculada la huella de carbono, es la hora de pasar a la acción. Existen múltiples aspectos que puedes mejorar en tu día a día para cuidar del medioambiente.

Descubrirlos es muy fácil gracias a aplicaciones como The Planet App, que te propone hábitos de vida sostenible con los que comprometerse de manera semanal. Además, cada día ofrece trucos y consejos que ayudan a cumplir esos hábitos, así como otra información útil, por ejemplo, sobre productos de temporada. La aplicación también permite hacer un seguimiento de los logros diarios y de cuántas emisiones de carbono has ahorrado a la atmósfera gracias a tus acciones.

Si lo que necesitas es un extra de motivación, otras apps como GoGreenChallenge te proponen retos sencillos, como recoger basura del suelo y depositarla en un lugar adecuado o no tirar un solo alimento en toda la semana.

Apps para llevar una vida más sostenible

Apps que frenan el desperdicio de comida

Reducir la cantidad de recursos que consumimos forma parte del abecé para lograr un planeta más sostenible y cuidar del medioambiente. Una de las mejores maneras de lograrlo consiste en rebajar el desperdicio de comida a su mínima expresión. Cada día se tiran más de 900 millones de toneladas de alimentos en el planeta, según la ONU.

Ante este desperdicio masivo de alimentos han surgido iniciativas como la app Too Good to Go, que pone en contacto a ciudadanos y negocios como panaderías, restaurantes y hoteles para dar salida a la comida que no han vendido cada día. Para ello, ofrece packs con excedentes de comida a precios reducidos.

Si lo que te interesa es cocinar en casa, también puedes reducir tus desperdicios aprovechando los alimentos que tengas por la nevera. La app Ekilu te permite introducir los ingredientes que tengas a mano y te sugiere recetas que podrás preparar con ellos.

Cada residuo en su lugar

Cuando los objetos que utilizamos llegan al final de su vida útil, es importante desecharlos en el lugar adecuado. Separar correctamente los residuos es vital para un correcto reciclaje. Sin embargo, no siempre tenemos claro en qué contenedor debemos depositarlos o dónde encontrar un punto limpio.

Ecoembes ha desarrollado un Asistente Inteligente de Reciclaje, disponible para smartphone y asistentes de voz, que permite preguntar directamente a un chatbot dónde hay que depositar un residuo determinado. Ya sea un tarro de cristal o una tabla de surf, siempre ofrece una respuesta adecuada.

A la hora de localizar los lugares donde debemos deshacernos de los residuos, otras apps como CleanSpot ayudan a encontrar los puntos limpios más cercanos.

Domótica para optimizar el consumo de energía

¿Quieres ir un paso más allá en el cuidado del entorno? Existen aplicaciones que te ayudarán a reducir el consumo energético de tu hogar incluso cuando no estás en él, gracias a la domótica. Esto no solo adelgazará tu huella de carbono, sino también la factura energética.

Un ejemplo de ello es Houseinhand KNX, una app que te permitirá apagar luces que se han quedado encendidas, subir o bajar las persianas y controlar la climatización para optimizar la temperatura de tu casa.

Cuidar el medioambiente es un gran objetivo en el que cada acción, por pequeña que sea, suma. Tu teléfono móvil puede convertirse en tu gran aliado para conseguirlo.

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Consejos para ahorrar agua en casa https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-ahorrar-agua-en-casa/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-ahorrar-agua-en-casa/#respond Mon, 21 Mar 2022 07:30:25 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40236

El agua es un recurso limitado con una enorme influencia en todos los aspectos relacionados con la vida. Desde el equilibrio medioambiental que mantiene nuestro planeta como un lugar habitable, hasta la producción de alimentos o la indispensable hidratación de los seres vivos, su presencia es necesaria en todas partes.

Ahorrar agua es una de las maneras que tenemos a nuestro alcance para preservar este recurso tan valioso. Lo cierto es que podemos hacerlo desde nuestra propia casa, ya que, si lo vemos en cifras, una simple ducha de diez minutos supone el consumo de unos 200 litros de agua y poner el lavavajillas, hasta unos 50 litros. Y eso son muchas botellas de agua en gestos cotidianos.

Reducir el consumo agua en nuestro hogar es tan fácil como seguir algunos consejos de ahorro que, poco a poco, se irán convirtiendo en hábitos. Aunque al principio nos exijan pararnos a pensar un poco antes de abrir un grifo o de activar un electrodoméstico, la práctica nos llevará a realizarlos de manera natural.

En la cocina

  • Utiliza el lavavajillas (y llénalo)

Aunque parezca lo contrario, el lavavajillas es más eficiente que nosotros al lavar los platos, algo que solemos hacer con el grifo abierto. Utiliza mucha menos agua, lo que supone un ahorro medio de más de 30 litros al día. Esto será así siempre que lo llenemos: accionar dos lavavajillas a media carga puede consumir más agua y energía que uno completo, algo similar a lo que ocurre con la lavadora. También conviene seleccionar programas ecológicos que, aunque invierten más tiempo en completar el lavado, son capaces de ahorrar más agua y energía.

  • Aprovecha el agua para regar

Si dejas correr el agua antes de llenar una jarra o una botella para beber, no tienes por qué desperdiciarla. Tampoco la que sale mientras esperas a que salga la caliente. Recógela en un recipiente, como por ejemplo un cubo, y utilízala después para regar las plantas. Si tienes peces, también la puedes destinar a renovar el agua de la pecera.

En el cuarto de baño

  • No utilices el inodoro como papelera

Si cada vez que utilizas un bastoncillo o un algodón lo desechas en el inodoro y accionas la cisterna, estarás desperdiciando entre 7 y 26 litros de agua, en función del modelo. Colocar una papelera en el baño te ayudará a ahorrar agua y dinero.

  • Dúchate en lugar de bañarte (pero no te pases)

Este es un consejo básico que ya deberíamos ejercer todos desde hace años. Sin embargo, hay que hacerlo con cautela: una ducha que se prolongue durante más de 15 minutos consumirá más agua que llenar la bañera.

  • Cierra el grifo

Al lavarte los dientes, al afeitarte, al asearte o al ducharte. No dejes correr el agua mientras te enjabonas y utiliza un vaso para enjuagarte. Son dos gestos muy sencillos que pueden ahorrar muchos litros de agua todos los días. Asegúrate también de que el grifo queda correctamente cerrado, tanto si lo utilizas en casa como en un aseo público.

En el jardín

  • Aprovecha el agua de lluvia

Regar no significa siempre recurrir al agua de la red. Colocar bidones o instalar un depósito te ayudará a recoger el agua de lluvia y después podrás utilizarla para mantener el jardín en perfectas condiciones sin necesidad de abrir un grifo. La clásica regadera es una manera magnífica de hidratar algunas zonas de tu jardín y aprovechar el agua almacenada.

  • Emplea riego por goteo

Los sistemas de riego por goteo son más eficientes en el ahorro de agua que los de aspersión, según un estudio de la Universidad de Colorado. En concreto, su eficiencia supera el 90 %, frente al 50 %-70 % de los aspersores. Se trata de dispositivos que distribuyen un flujo de agua limitado y a baja presión a las raíces de las plantas. Es decir, allí donde se necesita.

  • Riega de manera inteligente

Existen sistemas inteligentes que emplean sensores para regar solo cuando es estrictamente necesario. En verano, regar en aquellos momentos en los que el sol no caliente demasiado, como a primera hora del día o por la noche, ayudará a evitar una rápida evaporación del agua.

Si sigues estos consejos, te resultará muy sencillo ahorrar una importante cantidad de agua. Para hacerte una idea más aproximada de la cantidad real, puedes calcular fácilmente la huella hídrica de tu hogar.

Existen algunas herramientas online que te facilitan la labor, como esta calculadora de Fundación Aquae. Con solo introducir algunos datos, te permitirá saber el consumo anual de agua en tu hogar y compararlo con la media mundial.

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El agua es un recurso limitado con una enorme influencia en todos los aspectos relacionados con la vida. Desde el equilibrio medioambiental que mantiene nuestro planeta como un lugar habitable, hasta la producción de alimentos o la indispensable hidratación de los seres vivos, su presencia es necesaria en todas partes.

Ahorrar agua es una de las maneras que tenemos a nuestro alcance para preservar este recurso tan valioso. Lo cierto es que podemos hacerlo desde nuestra propia casa, ya que, si lo vemos en cifras, una simple ducha de diez minutos supone el consumo de unos 200 litros de agua y poner el lavavajillas, hasta unos 50 litros. Y eso son muchas botellas de agua en gestos cotidianos.

Reducir el consumo agua en nuestro hogar es tan fácil como seguir algunos consejos de ahorro que, poco a poco, se irán convirtiendo en hábitos. Aunque al principio nos exijan pararnos a pensar un poco antes de abrir un grifo o de activar un electrodoméstico, la práctica nos llevará a realizarlos de manera natural.

En la cocina

  • Utiliza el lavavajillas (y llénalo)

Aunque parezca lo contrario, el lavavajillas es más eficiente que nosotros al lavar los platos, algo que solemos hacer con el grifo abierto. Utiliza mucha menos agua, lo que supone un ahorro medio de más de 30 litros al día. Esto será así siempre que lo llenemos: accionar dos lavavajillas a media carga puede consumir más agua y energía que uno completo, algo similar a lo que ocurre con la lavadora. También conviene seleccionar programas ecológicos que, aunque invierten más tiempo en completar el lavado, son capaces de ahorrar más agua y energía.

  • Aprovecha el agua para regar

Si dejas correr el agua antes de llenar una jarra o una botella para beber, no tienes por qué desperdiciarla. Tampoco la que sale mientras esperas a que salga la caliente. Recógela en un recipiente, como por ejemplo un cubo, y utilízala después para regar las plantas. Si tienes peces, también la puedes destinar a renovar el agua de la pecera.

En el cuarto de baño

  • No utilices el inodoro como papelera

Si cada vez que utilizas un bastoncillo o un algodón lo desechas en el inodoro y accionas la cisterna, estarás desperdiciando entre 7 y 26 litros de agua, en función del modelo. Colocar una papelera en el baño te ayudará a ahorrar agua y dinero.

  • Dúchate en lugar de bañarte (pero no te pases)

Este es un consejo básico que ya deberíamos ejercer todos desde hace años. Sin embargo, hay que hacerlo con cautela: una ducha que se prolongue durante más de 15 minutos consumirá más agua que llenar la bañera.

  • Cierra el grifo

Al lavarte los dientes, al afeitarte, al asearte o al ducharte. No dejes correr el agua mientras te enjabonas y utiliza un vaso para enjuagarte. Son dos gestos muy sencillos que pueden ahorrar muchos litros de agua todos los días. Asegúrate también de que el grifo queda correctamente cerrado, tanto si lo utilizas en casa como en un aseo público.

En el jardín

  • Aprovecha el agua de lluvia

Regar no significa siempre recurrir al agua de la red. Colocar bidones o instalar un depósito te ayudará a recoger el agua de lluvia y después podrás utilizarla para mantener el jardín en perfectas condiciones sin necesidad de abrir un grifo. La clásica regadera es una manera magnífica de hidratar algunas zonas de tu jardín y aprovechar el agua almacenada.

  • Emplea riego por goteo

Los sistemas de riego por goteo son más eficientes en el ahorro de agua que los de aspersión, según un estudio de la Universidad de Colorado. En concreto, su eficiencia supera el 90 %, frente al 50 %-70 % de los aspersores. Se trata de dispositivos que distribuyen un flujo de agua limitado y a baja presión a las raíces de las plantas. Es decir, allí donde se necesita.

  • Riega de manera inteligente

Existen sistemas inteligentes que emplean sensores para regar solo cuando es estrictamente necesario. En verano, regar en aquellos momentos en los que el sol no caliente demasiado, como a primera hora del día o por la noche, ayudará a evitar una rápida evaporación del agua.

Si sigues estos consejos, te resultará muy sencillo ahorrar una importante cantidad de agua. Para hacerte una idea más aproximada de la cantidad real, puedes calcular fácilmente la huella hídrica de tu hogar.

Existen algunas herramientas online que te facilitan la labor, como esta calculadora de Fundación Aquae. Con solo introducir algunos datos, te permitirá saber el consumo anual de agua en tu hogar y compararlo con la media mundial.

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¿Vas a reformar tu vivienda? Aprovecha para mejorar su eficiencia energética https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/vas-reformar-tu-vivienda-aprovecha-las-obras-para-mejorar-su-eficiencia-energetica/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/vas-reformar-tu-vivienda-aprovecha-las-obras-para-mejorar-su-eficiencia-energetica/#respond Wed, 02 Mar 2022 07:21:03 +0000 u0182631@lacaixa.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=54846

Si estás pensando en reformar tu vivienda, has de saber que esas obras pueden ayudarte a reducir el consumo de energía y tu huella ambiental si planteas los trabajos desde un punto de vista del ahorro energético en el hogar.

Te presentamos algunos factores que debes tener en cuenta antes de iniciar la reforma y te explicamos de qué manera pueden ayudarte a ahorrar energía en el día a día.

Aislamiento, la piel de la vivienda

Hay factores de la vivienda que no pueden ser modificados, como su ubicación u orientación, pero que influyen muchísimo en el consumo de energía por climatización, que es uno de los más elevados. Según la OCU y el IDAE, la calefacción y el aire acondicionado rondan el 52 % del consumo del hogar y pueden llegar al 71 % en zonas frías.

Sin embargo, un factor de la ecuación que sí se puede modificar es el aislamiento de la vivienda, que reducirá las pérdidas de calor y frío. ¿Cómo?

Cambiar las ventanas por unas que aíslen bien el interior del exterior suele ser la solución más socorrida por su facilidad. Eso sí, su coste puede ser elevado. Si se cuenta con poco capital, conviene cambiar las ventanas de aquellas estancias que más tiempo de ocupación tienen.

Aislar los muros exteriores es algo más costoso y no siempre posible por falta de cámara interior o impedimentos de ordenanzas urbanas. Lo que sí es viable es aislar las estancias por dentro mediante paneles, aunque esto resta de unos 3 a 5 cm de habitación por pared aislada.

Instalar un toldo es esencial para aislar el muro exterior de la irradiancia solar. Ahorra mucha energía eléctrica, especialmente en verano, que es cuando más uso hacemos del aire acondicionado.

Sectorización de la vivienda: consumir donde se necesita

De poco sirve calentar toda la vivienda cuando no se está presente en la mayoría de las estancias. Climatizar el dormitorio o la cocina suele carecer de sentido, bien porque no vaya a usarse durante el día o porque abriremos las ventanas al cocinar. Es por esta razón que merece la pena sectorizar la vivienda:

– Instalar llaves de paso en radiadores o suelo radiante, rejillas con cierre en conductos de ventilación o un split por habitación suele ayudar mucho a sectorizar. Es decir, calentar o enfriar allí donde se está o se va a estar. El ahorro puede ser considerable.

Colocar puertas allí donde no había, especialmente cuando la estancia da a un tiro de escalera. Los espacios diáfanos y abiertos son lo contrario de la eficiencia. Incluso una corredera ya supondrá un ahorro frente a ninguna puerta. Además de poner puertas, es importante habituarse a cerrarlas. Los hábitos son muy importantes en el ahorro.

Aislar suelos y techos puede ayudar a todo tipo de vivienda, con foco en unifamiliares, bajos y áticos. Si hay suficiente altura, incluso puede merecer la pena rebajar los techos e incluir una cámara de aire de pocos centímetros que sirva como amortiguador térmico.

Instalación de dispositivos inteligentes

Existen muchas soluciones tecnológicas que exigen reformas para su implantación, pero que pueden suponer un ahorro notable en la factura de la luz y del gas:

– Instalar paneles solares, tanto fotovoltaicos como térmicos, en tejado y fachada, puede reducir tanto la factura eléctrica como los gastos asociados al agua caliente o calefacción, respectivamente. Su instalación es sencilla y dura unas horas, aunque el esfuerzo económico que supone puede resultar elevado.

– Cambiar la caldera de gas por una de aerotermia aire-agua apenas suele requerir obra más allá de adaptar la salida de agua a los radiadores existentes. Además, permite eliminar el coste fijo del gas, que con frecuencia apenas se usa durante la mayor parte del año.

– Contar con un climatizador inteligente y conectado (que rarísima vez exigirá obra, o como mucho una cala por donde pasar cables) ayudará a climatizar la vivienda de forma inteligente. Se puede programar en función de la temperatura exterior y desconectar a distancia.

Cambiar el uso de las estancias, una obra de calado

Como norma general, las viviendas disponen de un uso coherente del espacio a nivel térmico, aunque es posible que esto no ocurra y, por tanto, sería recomendable hacer una obra en la que cambiar los usos:

– Ubicar al norte las estancias que requieren poca o nula calefacción, tengan una ocupación baja (baño, cocina, dormitorio) o dispongan de su propia fuente de calor (gimnasio) es conveniente en países del hemisferio norte. Lo más complicado es organizar las bajantes y las tomas de agua.

– Ubicar al sur las estancias donde se desarrolla la vida, como salón, comedor, sala de estar, estudio u oficina. ¿Las razones? Hacerlo así favorece tanto la presencia de luz natural como la sensación de confort térmico y el ahorro energético en calefacción.

Es cierto que esta forma de organizar la vivienda reduce los kWh de calefacción, pero aumenta los que requiere de aire acondicionado. Sin embargo, el cómputo global es de un ahorro importante en el consumo energético, en parte por la eficiencia de las bombas de calor y por haber menos meses de calor que de frío.

También porque la diferencia entre la temperatura de confort y el frío exterior en invierno es menor que la que hay entre confort y calor exterior en verano.

Todas estas reformas son ideas que deben adaptarse a cada vivienda, pero que conviene acompañar también de un consumo de energía más consciente por parte de sus habitantes. La eficiencia energética y la descarbonización del país son objetivos en los que todos debemos colaborar. El propio hogar es el mejor punto de partida para hacerlo.

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Si estás pensando en reformar tu vivienda, has de saber que esas obras pueden ayudarte a reducir el consumo de energía y tu huella ambiental si planteas los trabajos desde un punto de vista del ahorro energético en el hogar.

Te presentamos algunos factores que debes tener en cuenta antes de iniciar la reforma y te explicamos de qué manera pueden ayudarte a ahorrar energía en el día a día.

Aislamiento, la piel de la vivienda

Hay factores de la vivienda que no pueden ser modificados, como su ubicación u orientación, pero que influyen muchísimo en el consumo de energía por climatización, que es uno de los más elevados. Según la OCU y el IDAE, la calefacción y el aire acondicionado rondan el 52 % del consumo del hogar y pueden llegar al 71 % en zonas frías.

Sin embargo, un factor de la ecuación que sí se puede modificar es el aislamiento de la vivienda, que reducirá las pérdidas de calor y frío. ¿Cómo?

Cambiar las ventanas por unas que aíslen bien el interior del exterior suele ser la solución más socorrida por su facilidad. Eso sí, su coste puede ser elevado. Si se cuenta con poco capital, conviene cambiar las ventanas de aquellas estancias que más tiempo de ocupación tienen.

Aislar los muros exteriores es algo más costoso y no siempre posible por falta de cámara interior o impedimentos de ordenanzas urbanas. Lo que sí es viable es aislar las estancias por dentro mediante paneles, aunque esto resta de unos 3 a 5 cm de habitación por pared aislada.

Instalar un toldo es esencial para aislar el muro exterior de la irradiancia solar. Ahorra mucha energía eléctrica, especialmente en verano, que es cuando más uso hacemos del aire acondicionado.

Sectorización de la vivienda: consumir donde se necesita

De poco sirve calentar toda la vivienda cuando no se está presente en la mayoría de las estancias. Climatizar el dormitorio o la cocina suele carecer de sentido, bien porque no vaya a usarse durante el día o porque abriremos las ventanas al cocinar. Es por esta razón que merece la pena sectorizar la vivienda:

– Instalar llaves de paso en radiadores o suelo radiante, rejillas con cierre en conductos de ventilación o un split por habitación suele ayudar mucho a sectorizar. Es decir, calentar o enfriar allí donde se está o se va a estar. El ahorro puede ser considerable.

Colocar puertas allí donde no había, especialmente cuando la estancia da a un tiro de escalera. Los espacios diáfanos y abiertos son lo contrario de la eficiencia. Incluso una corredera ya supondrá un ahorro frente a ninguna puerta. Además de poner puertas, es importante habituarse a cerrarlas. Los hábitos son muy importantes en el ahorro.

Aislar suelos y techos puede ayudar a todo tipo de vivienda, con foco en unifamiliares, bajos y áticos. Si hay suficiente altura, incluso puede merecer la pena rebajar los techos e incluir una cámara de aire de pocos centímetros que sirva como amortiguador térmico.

Instalación de dispositivos inteligentes

Existen muchas soluciones tecnológicas que exigen reformas para su implantación, pero que pueden suponer un ahorro notable en la factura de la luz y del gas:

– Instalar paneles solares, tanto fotovoltaicos como térmicos, en tejado y fachada, puede reducir tanto la factura eléctrica como los gastos asociados al agua caliente o calefacción, respectivamente. Su instalación es sencilla y dura unas horas, aunque el esfuerzo económico que supone puede resultar elevado.

– Cambiar la caldera de gas por una de aerotermia aire-agua apenas suele requerir obra más allá de adaptar la salida de agua a los radiadores existentes. Además, permite eliminar el coste fijo del gas, que con frecuencia apenas se usa durante la mayor parte del año.

– Contar con un climatizador inteligente y conectado (que rarísima vez exigirá obra, o como mucho una cala por donde pasar cables) ayudará a climatizar la vivienda de forma inteligente. Se puede programar en función de la temperatura exterior y desconectar a distancia.

Cambiar el uso de las estancias, una obra de calado

Como norma general, las viviendas disponen de un uso coherente del espacio a nivel térmico, aunque es posible que esto no ocurra y, por tanto, sería recomendable hacer una obra en la que cambiar los usos:

– Ubicar al norte las estancias que requieren poca o nula calefacción, tengan una ocupación baja (baño, cocina, dormitorio) o dispongan de su propia fuente de calor (gimnasio) es conveniente en países del hemisferio norte. Lo más complicado es organizar las bajantes y las tomas de agua.

– Ubicar al sur las estancias donde se desarrolla la vida, como salón, comedor, sala de estar, estudio u oficina. ¿Las razones? Hacerlo así favorece tanto la presencia de luz natural como la sensación de confort térmico y el ahorro energético en calefacción.

Es cierto que esta forma de organizar la vivienda reduce los kWh de calefacción, pero aumenta los que requiere de aire acondicionado. Sin embargo, el cómputo global es de un ahorro importante en el consumo energético, en parte por la eficiencia de las bombas de calor y por haber menos meses de calor que de frío.

También porque la diferencia entre la temperatura de confort y el frío exterior en invierno es menor que la que hay entre confort y calor exterior en verano.

Todas estas reformas son ideas que deben adaptarse a cada vivienda, pero que conviene acompañar también de un consumo de energía más consciente por parte de sus habitantes. La eficiencia energética y la descarbonización del país son objetivos en los que todos debemos colaborar. El propio hogar es el mejor punto de partida para hacerlo.

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Ropa de usar… y usar: cómo llevar la moda responsable a tu armario https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/ropa-de-usar-y-usar-como-llevar-la-moda-responsable-tu-armario/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/ropa-de-usar-y-usar-como-llevar-la-moda-responsable-tu-armario/#respond Mon, 27 Dec 2021 07:25:44 +0000 u0182631@act.glc.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=53022

Sucede a menudo. Pasar por delante de un escaparate, sufrir un flechazo, entrar y salir con unos zapatos que tal vez ni lleguemos a estrenar. O comprar una prenda diseñada según la última tendencia que solo nos pondremos una temporada. Es un concepto de la moda que le cuesta mucho cada año al planeta. Por eso conviene sustituirlo por otro, la moda responsable, que apuesta por una relación más sostenible con aquello que vestimos.

Por qué necesitamos una moda más responsable

De hecho, cambiar la manera en la que nos relacionamos con nuestra ropa puede tener efectos muy positivos sobre el medio ambiente. Según apunta la ONU, solamente con duplicar el tiempo que usamos cada prenda de vestir podríamos reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la industria de la moda. Y no son pocas: la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos.

Hay otros datos que dan cuenta del problema que supone un modelo de producción masiva, deslocalizada y con múltiples colecciones a lo largo de un solo año. La cantidad de agua anual que se dedica a producir prendas alcanza los 93.000 millones de metros cúbicos. Es decir, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.

¿Cómo se puede dar la vuelta a esta situación? Hay que comenzar por el armario que cada uno de nosotros tiene en casa. En este caso, hay principios de la economía circular, como por ejemplo la reutilización, que son de lo más útiles. Al fin y al cabo, se trata de sustituir un modelo de usar y tirar por otro más sostenible. Es decir, por una moda responsable.

A continuación, te damos 7 claves para llevar la moda responsable hasta tu armario.

Fíjate en las etiquetas

Aprender a leer las etiquetas de una prenda de ropa es esencial para asegurarte de que estás haciendo una compra responsable. Más allá del precio, conviene priorizar prendas elaboradas con materiales reciclados y orgánicos.

Este es el caso del algodón orgánico, un material resistente y transpirable en cuyo cultivo se utilizan pesticidas y depredadores naturales. Además, ese cultivo se realiza de manera rotativa, evitando el uso intensivo del suelo y, con él, su desgaste. El mejor estándar para saber si un material es realmente orgánico es su certificación según las normas GOTS, que tienen en cuenta criterios tanto ecológicos como sociales.

Compra local

Una de las razones por las que el nivel de emisiones de carbono de la industria de la moda es tan elevado tiene que ver con su transporte. Traer prendas desde la otra punta del globo a la tienda de la esquina tiene un coste ambiental considerable.

Aplicar al consumo de moda los principios del consumo responsable ayudará a mitigarlo. Y uno de ellos consiste en comprar prendas de proximidad, es decir, producidas cerca del lugar donde las vamos a comprar. En España existen empresas textiles que, además de fabricar en cercanía, incorporan el espíritu de la economía circular a su ADN.

Elige prendas atemporales y de calidad

Comprar ropa que puedas utilizar mucho tiempo te servirá en bandeja una de las R de la economía circular: reutilizar. De hecho, este criterio es la mejor manera de crear un fondo de armario.

Más que fijarte en la última tendencia, conviene que lo hagas en tu propio estilo personal. También que te plantees la compra como una inversión a medio y largo plazo. Para ello, lo indispensable es que las prendas nos sienten bien y sean cómodas y fácilmente combinables con otros elementos que ya tengamos en el guardarropa.

Apóyate en los accesorios

Es otras de las claves de la reutilización de ropa. Y es más sencillo de lo que parece, sobre todo si contamos ya con un buen fondo de armario. No hay más que abrir Instagram para encontrar inspiración que ayude a dar varias vidas a una misma prenda a base de combinarla con distintos accesorios o incluso de utilizar un mismo accesorio para cambiar el aspecto de varias prendas. Hay incluso influencers especializados en moda lenta, que muestran distintas posibilidades de ropa con diseño atemporal combinada con distintos elementos.

Considera la segunda mano: recommerce

La compra-venta de prendas de segunda mano ha pasado de considerarse una actividad con cierto aire marginal a toda una tendencia. Se trata de dar el máximo número de vidas posible a un mismo producto y evitar así el consumo de recursos asociado a la producción de otros productos nuevos. También ayuda a reducir la cantidad de residuos asociados a esta industria. Según la ONU, cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, el equivalente a tres millones de barriles de petróleo.

La oferta de recommerce de moda es muy amplia: va desde plataformas online especializadas hasta puntos de venta promovidos por organizaciones sociales.

Cuida tu ropa y repárala

También la ONU anima a cuidar más la ropa, un factor que puede ayudar a reducir el impacto de la industria de la moda sobre el medio ambiente. Limpiarla o lavarla según las instrucciones del fabricante, así como no abusar de la plancha o la secadora, son algunas prácticas que pueden ayudarte a cuidar tus prendas.

En cualquier caso, si una prenda se ha deteriorado, conviene que te plantees repararla, otra de las R de la economía circular. Aguja, hilo y parches son básicos que pueden alargar considerablemente la vida de una prenda. También lo es recuperar costumbres como una visita al zapatero o la limpieza y el cuidado semanal del calzado.

Recicla cuando llegue el final

Tras la máxima reutilización posible de una prenda, incluida su transformación en otros objetos, esta debe reciclarse. Esto es fundamental para reducir su impacto ambiental. Utilizar los distintos programas de reciclaje que promueven desde las propias firmas de ropa hasta organismos públicos como los ayuntamientos es la manera más sencilla de hacerlo.

Gracias a estas iniciativas, la ropa que ya no sirve se puede convertir en nuevas prendas, o en artículos tan dispares como bayetas de limpieza y materiales aislantes.

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Sucede a menudo. Pasar por delante de un escaparate, sufrir un flechazo, entrar y salir con unos zapatos que tal vez ni lleguemos a estrenar. O comprar una prenda diseñada según la última tendencia que solo nos pondremos una temporada. Es un concepto de la moda que le cuesta mucho cada año al planeta. Por eso conviene sustituirlo por otro, la moda responsable, que apuesta por una relación más sostenible con aquello que vestimos.

Por qué necesitamos una moda más responsable

De hecho, cambiar la manera en la que nos relacionamos con nuestra ropa puede tener efectos muy positivos sobre el medio ambiente. Según apunta la ONU, solamente con duplicar el tiempo que usamos cada prenda de vestir podríamos reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la industria de la moda. Y no son pocas: la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos.

Hay otros datos que dan cuenta del problema que supone un modelo de producción masiva, deslocalizada y con múltiples colecciones a lo largo de un solo año. La cantidad de agua anual que se dedica a producir prendas alcanza los 93.000 millones de metros cúbicos. Es decir, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.

¿Cómo se puede dar la vuelta a esta situación? Hay que comenzar por el armario que cada uno de nosotros tiene en casa. En este caso, hay principios de la economía circular, como por ejemplo la reutilización, que son de lo más útiles. Al fin y al cabo, se trata de sustituir un modelo de usar y tirar por otro más sostenible. Es decir, por una moda responsable.

A continuación, te damos 7 claves para llevar la moda responsable hasta tu armario.

Fíjate en las etiquetas

Aprender a leer las etiquetas de una prenda de ropa es esencial para asegurarte de que estás haciendo una compra responsable. Más allá del precio, conviene priorizar prendas elaboradas con materiales reciclados y orgánicos.

Este es el caso del algodón orgánico, un material resistente y transpirable en cuyo cultivo se utilizan pesticidas y depredadores naturales. Además, ese cultivo se realiza de manera rotativa, evitando el uso intensivo del suelo y, con él, su desgaste. El mejor estándar para saber si un material es realmente orgánico es su certificación según las normas GOTS, que tienen en cuenta criterios tanto ecológicos como sociales.

Compra local

Una de las razones por las que el nivel de emisiones de carbono de la industria de la moda es tan elevado tiene que ver con su transporte. Traer prendas desde la otra punta del globo a la tienda de la esquina tiene un coste ambiental considerable.

Aplicar al consumo de moda los principios del consumo responsable ayudará a mitigarlo. Y uno de ellos consiste en comprar prendas de proximidad, es decir, producidas cerca del lugar donde las vamos a comprar. En España existen empresas textiles que, además de fabricar en cercanía, incorporan el espíritu de la economía circular a su ADN.

Elige prendas atemporales y de calidad

Comprar ropa que puedas utilizar mucho tiempo te servirá en bandeja una de las R de la economía circular: reutilizar. De hecho, este criterio es la mejor manera de crear un fondo de armario.

Más que fijarte en la última tendencia, conviene que lo hagas en tu propio estilo personal. También que te plantees la compra como una inversión a medio y largo plazo. Para ello, lo indispensable es que las prendas nos sienten bien y sean cómodas y fácilmente combinables con otros elementos que ya tengamos en el guardarropa.

Apóyate en los accesorios

Es otras de las claves de la reutilización de ropa. Y es más sencillo de lo que parece, sobre todo si contamos ya con un buen fondo de armario. No hay más que abrir Instagram para encontrar inspiración que ayude a dar varias vidas a una misma prenda a base de combinarla con distintos accesorios o incluso de utilizar un mismo accesorio para cambiar el aspecto de varias prendas. Hay incluso influencers especializados en moda lenta, que muestran distintas posibilidades de ropa con diseño atemporal combinada con distintos elementos.

Considera la segunda mano: recommerce

La compra-venta de prendas de segunda mano ha pasado de considerarse una actividad con cierto aire marginal a toda una tendencia. Se trata de dar el máximo número de vidas posible a un mismo producto y evitar así el consumo de recursos asociado a la producción de otros productos nuevos. También ayuda a reducir la cantidad de residuos asociados a esta industria. Según la ONU, cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, el equivalente a tres millones de barriles de petróleo.

La oferta de recommerce de moda es muy amplia: va desde plataformas online especializadas hasta puntos de venta promovidos por organizaciones sociales.

Cuida tu ropa y repárala

También la ONU anima a cuidar más la ropa, un factor que puede ayudar a reducir el impacto de la industria de la moda sobre el medio ambiente. Limpiarla o lavarla según las instrucciones del fabricante, así como no abusar de la plancha o la secadora, son algunas prácticas que pueden ayudarte a cuidar tus prendas.

En cualquier caso, si una prenda se ha deteriorado, conviene que te plantees repararla, otra de las R de la economía circular. Aguja, hilo y parches son básicos que pueden alargar considerablemente la vida de una prenda. También lo es recuperar costumbres como una visita al zapatero o la limpieza y el cuidado semanal del calzado.

Recicla cuando llegue el final

Tras la máxima reutilización posible de una prenda, incluida su transformación en otros objetos, esta debe reciclarse. Esto es fundamental para reducir su impacto ambiental. Utilizar los distintos programas de reciclaje que promueven desde las propias firmas de ropa hasta organismos públicos como los ayuntamientos es la manera más sencilla de hacerlo.

Gracias a estas iniciativas, la ropa que ya no sirve se puede convertir en nuevas prendas, o en artículos tan dispares como bayetas de limpieza y materiales aislantes.

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Siete consejos para reducir la contaminación digital https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/siete-consejos-para-reducir-la-contaminacion-digital-titulo-seo-siete-consejos-para-reducir-la-contaminacion/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/siete-consejos-para-reducir-la-contaminacion-digital-titulo-seo-siete-consejos-para-reducir-la-contaminacion/#respond Mon, 25 Oct 2021 06:31:57 +0000 u0182631@act.glc.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=53304

En las últimas décadas, la concienciación respecto a los residuos que producimos ha ido en aumento. Cada día, más empresas se suman a este compromiso y adoptan medidas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y satisfacer las demandas de un consumidor que se preocupa por elegir regalos sostenibles, prescindir de plásticos, reciclar y consumir de manera responsable. Pero, ¿es este consumidor consciente de la contaminación digital que produce?

¿Qué es la contaminación digital?

La polución digital o contaminación digital se refiere a la emisión de CO2 resultante de los procesos necesarios para crear y mantener el mundo digitalizado en el que vivimos. Para que te hagas una idea, un email de 1 MB emite unos 19 gramos de CO2, según un estudio de la Agencia Francesa del Medio Ambiente. Para visualizarlo mejor, podemos decir que enviar 20 emails al día durante un año contamina tanto como conducir 1.000 kilómetros en coche.

Existen dos tipos de polución digital:

– La relacionada con centros de datos e infraestructuras de red.

– La relacionada con los equipos de consumo.

Consejos para combatir la contaminación digital

Si quieres reducir la huella que generas con el uso de tus dispositivos móviles y las diferentes apps, aplicar estos consejos puede ser útil:

Elimina suscripciones, boletines, fuentes de spam y cadenas que ya no sean de tu interés.

Limpia los dispositivos (fijos y móviles). Las fotos, mensajes antiguos, videos, memes y stickers ocupan una gran cantidad de espacio digital.

Limpia periódicamente la bandeja de entrada. Hay mucha información que conviene almacenar durante algún tiempo, pero otra puede ir directamente a la papelera.

Envía archivos adjuntos mediante enlace de descarga: sumas un par de clics, pero ahorras CO2.

Utiliza plataformas de mensajería directa. Muchos de los emails que recibimos son preguntas y respuestas que se resolverían rápidamente en una conversación de cinco minutos. Si esta charla es imposible o si se quiere dejar constancia por escrito, existen otras soluciones de mensajería directa que consumen menos energía y que contaminan menos que el correo electrónico.

Elimina la reproducción automática. La reproducción automática en redes sociales o plataformas como YouTube genera una enorme cantidad de residuos. Se calcula que evitando la reproducción automática de YouTube se ahorrarían más de 323.000 toneladas de CO2.

Prolonga la vida de tus dispositivos. Es importante que seamos conscientes del uso que le damos a nuestros dispositivos y de qué necesidades reales vamos a satisfacer con él. Así podremos elegir un producto apropiado y prolongar su vida útil hasta que se rompa o hasta que realmente necesitemos otras funcionalidades. Optar por la compra de dispositivos reacondicionados también es una buena solución para reducir la producción de residuos.

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En las últimas décadas, la concienciación respecto a los residuos que producimos ha ido en aumento. Cada día, más empresas se suman a este compromiso y adoptan medidas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y satisfacer las demandas de un consumidor que se preocupa por elegir regalos sostenibles, prescindir de plásticos, reciclar y consumir de manera responsable. Pero, ¿es este consumidor consciente de la contaminación digital que produce?

¿Qué es la contaminación digital?

La polución digital o contaminación digital se refiere a la emisión de CO2 resultante de los procesos necesarios para crear y mantener el mundo digitalizado en el que vivimos. Para que te hagas una idea, un email de 1 MB emite unos 19 gramos de CO2, según un estudio de la Agencia Francesa del Medio Ambiente. Para visualizarlo mejor, podemos decir que enviar 20 emails al día durante un año contamina tanto como conducir 1.000 kilómetros en coche.

Existen dos tipos de polución digital:

– La relacionada con centros de datos e infraestructuras de red.

– La relacionada con los equipos de consumo.

Consejos para combatir la contaminación digital

Si quieres reducir la huella que generas con el uso de tus dispositivos móviles y las diferentes apps, aplicar estos consejos puede ser útil:

Elimina suscripciones, boletines, fuentes de spam y cadenas que ya no sean de tu interés.

Limpia los dispositivos (fijos y móviles). Las fotos, mensajes antiguos, videos, memes y stickers ocupan una gran cantidad de espacio digital.

Limpia periódicamente la bandeja de entrada. Hay mucha información que conviene almacenar durante algún tiempo, pero otra puede ir directamente a la papelera.

Envía archivos adjuntos mediante enlace de descarga: sumas un par de clics, pero ahorras CO2.

Utiliza plataformas de mensajería directa. Muchos de los emails que recibimos son preguntas y respuestas que se resolverían rápidamente en una conversación de cinco minutos. Si esta charla es imposible o si se quiere dejar constancia por escrito, existen otras soluciones de mensajería directa que consumen menos energía y que contaminan menos que el correo electrónico.

Elimina la reproducción automática. La reproducción automática en redes sociales o plataformas como YouTube genera una enorme cantidad de residuos. Se calcula que evitando la reproducción automática de YouTube se ahorrarían más de 323.000 toneladas de CO2.

Prolonga la vida de tus dispositivos. Es importante que seamos conscientes del uso que le damos a nuestros dispositivos y de qué necesidades reales vamos a satisfacer con él. Así podremos elegir un producto apropiado y prolongar su vida útil hasta que se rompa o hasta que realmente necesitemos otras funcionalidades. Optar por la compra de dispositivos reacondicionados también es una buena solución para reducir la producción de residuos.

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Recommerce: el inesperado aliado de la economía circular https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/recommerce-el-inesperado-aliado-de-la-economia-circular/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/recommerce-el-inesperado-aliado-de-la-economia-circular/#respond Tue, 08 Jun 2021 06:25:11 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40640

Es una práctica que se solía limitar a rastrillos y a algunas tiendas especializadas. Sin embargo, Internet ha supuesto un importante espaldarazo a su popularización. El recommerce o la venta de productos de segunda mano en Internet se presenta como una tendencia pujante dentro del comercio online. Y esto supone una gran noticia para la sostenibilidad.

Esta tendencia, que ha ganado protagonismo durante la pandemia, contribuye a extender la economía circular. Sus perspectivas no pueden ser más prometedoras: se estima que el recommerce crezca entre el 15 % y el 20 % anuales hasta 2026.

Reducir, reutilizar y reciclar

El recommerce sigue la lógica de la economía circular y se centra especialmente en tres de las nueve erres (9 R) que la sustentan: reducir, reutilizar y reciclar. Se trata de alargar al máximo la vida útil de los objetos y materiales antes de reemplazarlos por otros. El objetivo último consiste en preservar los recursos limitados que nos ofrece el planeta.

La compraventa online de productos usados permite reducir, al mismo tiempo, el empleo de esos recursos y el volumen de residuos que generamos. También reutilizar productos que, de otro modo, quedarían olvidados en un cajón o acabarían en un vertedero.

En definitiva, es cuestión de cerrar el ciclo del consumo y sustituir el modelo lineal, basado en la máxima de “usar y tirar”. En este sentido, la popularización del recommerce aparece como un importante revulsivo para implantar el nuevo modelo de economía circular.

Los consumidores pasan a la acción

El uso de plataformas electrónicas de compraventa de productos de segunda mano como Wallapop, eBay, Vibbo, Chicfy o Milanuncios ha rescatado la compraventa de productos usados de una cierta marginalidad. No solo eso. Además, han contribuido a popularizarla hasta límites insospechados.

Se trata de un cambio de paradigma que se observa incluso en sectores tan sorprendentes como el del lujo: el 35 % de las ventas de artículos, como relojes de alta gama o joyas, ya se realiza online, fuera de las casas de subastas y de tiendas físicas especializadas. De hecho, según un informe de The Boston Consulting Group, la preocupación por la sostenibilidad de los bienes de lujo crece cada vez más entre los consumidores, sobre todo los más jóvenes.

Esta preferencia por un consumo más responsable ha animado incluso a firmas de alta costura a promover sus propios canales de venta de prendas de segunda mano. Sin embargo, no es exclusiva del sector del lujo. Es una tendencia que también se observa a la hora de llenar nuestra cesta de la compra, así como a la de adquirir ropa o equipamiento deportivo, pantalones tejanos o teléfonos móviles, entre otros muchos productos. La sostenibilidad se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones a la hora de consumir y el recommerce es una práctica que nos puede ayudar a ponerla en el centro.

Consejos para un recommerce seguro

Existe una serie de buenas prácticas que vendrán bien tanto a los usuarios de aplicaciones de recommerce más avanzados como a aquellos que se plantean sumarse a esta tendencia.

– Quedar físicamente: este es un consejo que aplica tanto a compradores como a vendedores. Si no se va a utilizar algún método que asegure la transacción online, conviene quedar físicamente con la otra parte. Así se podrá comprobar el estado real del producto y asegurar el pago. La reunión para efectuar la transacción debe producirse en un lugar transitado y público. A poder ser, conviene acudir acompañado.

– Evitar transacciones o transferencias inmediatas: lo mejor es tomarse el tiempo necesario para valorar si el producto reúne las condiciones adecuadas, si responde a nuestras necesidades y si realmente lo necesitamos. Algunas plataformas especializadas retienen el importe hasta que el comprador recibe el producto y verifica su buen estado.

– Revisar las valoraciones: algunas plataformas cuentan con herramientas de valoración que permiten comprobar la experiencia de otros compradores o vendedores con un usuario en concreto. Se trata de comentarios útiles para establecer el perfil de la persona con la que estamos tratando y asegurarnos de que se trata de un perfil verdadero. Si no hay comentarios, siempre se puede establecer una conversación online y aplicar el siguiente consejo.

– Sentido común: si se perciben señales sospechosas, como mensajes farragosos, precios demasiado bajos, direcciones de correo extrañas o reticencias a facilitar más imágenes o datos acerca del producto, es mejor ser prudentes y descartar la transacción. Es importante no dejar que el deseo de adquirir un producto se imponga al sentido común que aplicamos normalmente a cualquier compra.

El recommerce es una alternativa de consumo responsable que nos ayudará a asegurar un futuro sostenible para todos. Una meta que se ha condensado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU y a la que los ciudadanos debemos contribuir. Apostar por alargar la vida útil de los objetos es una de las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo.

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Es una práctica que se solía limitar a rastrillos y a algunas tiendas especializadas. Sin embargo, Internet ha supuesto un importante espaldarazo a su popularización. El recommerce o la venta de productos de segunda mano en Internet se presenta como una tendencia pujante dentro del comercio online. Y esto supone una gran noticia para la sostenibilidad.

Esta tendencia, que ha ganado protagonismo durante la pandemia, contribuye a extender la economía circular. Sus perspectivas no pueden ser más prometedoras: se estima que el recommerce crezca entre el 15 % y el 20 % anuales hasta 2026.

Reducir, reutilizar y reciclar

El recommerce sigue la lógica de la economía circular y se centra especialmente en tres de las nueve erres (9 R) que la sustentan: reducir, reutilizar y reciclar. Se trata de alargar al máximo la vida útil de los objetos y materiales antes de reemplazarlos por otros. El objetivo último consiste en preservar los recursos limitados que nos ofrece el planeta.

La compraventa online de productos usados permite reducir, al mismo tiempo, el empleo de esos recursos y el volumen de residuos que generamos. También reutilizar productos que, de otro modo, quedarían olvidados en un cajón o acabarían en un vertedero.

En definitiva, es cuestión de cerrar el ciclo del consumo y sustituir el modelo lineal, basado en la máxima de “usar y tirar”. En este sentido, la popularización del recommerce aparece como un importante revulsivo para implantar el nuevo modelo de economía circular.

Los consumidores pasan a la acción

El uso de plataformas electrónicas de compraventa de productos de segunda mano como Wallapop, eBay, Vibbo, Chicfy o Milanuncios ha rescatado la compraventa de productos usados de una cierta marginalidad. No solo eso. Además, han contribuido a popularizarla hasta límites insospechados.

Se trata de un cambio de paradigma que se observa incluso en sectores tan sorprendentes como el del lujo: el 35 % de las ventas de artículos, como relojes de alta gama o joyas, ya se realiza online, fuera de las casas de subastas y de tiendas físicas especializadas. De hecho, según un informe de The Boston Consulting Group, la preocupación por la sostenibilidad de los bienes de lujo crece cada vez más entre los consumidores, sobre todo los más jóvenes.

Esta preferencia por un consumo más responsable ha animado incluso a firmas de alta costura a promover sus propios canales de venta de prendas de segunda mano. Sin embargo, no es exclusiva del sector del lujo. Es una tendencia que también se observa a la hora de llenar nuestra cesta de la compra, así como a la de adquirir ropa o equipamiento deportivo, pantalones tejanos o teléfonos móviles, entre otros muchos productos. La sostenibilidad se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones a la hora de consumir y el recommerce es una práctica que nos puede ayudar a ponerla en el centro.

Consejos para un recommerce seguro

Existe una serie de buenas prácticas que vendrán bien tanto a los usuarios de aplicaciones de recommerce más avanzados como a aquellos que se plantean sumarse a esta tendencia.

– Quedar físicamente: este es un consejo que aplica tanto a compradores como a vendedores. Si no se va a utilizar algún método que asegure la transacción online, conviene quedar físicamente con la otra parte. Así se podrá comprobar el estado real del producto y asegurar el pago. La reunión para efectuar la transacción debe producirse en un lugar transitado y público. A poder ser, conviene acudir acompañado.

– Evitar transacciones o transferencias inmediatas: lo mejor es tomarse el tiempo necesario para valorar si el producto reúne las condiciones adecuadas, si responde a nuestras necesidades y si realmente lo necesitamos. Algunas plataformas especializadas retienen el importe hasta que el comprador recibe el producto y verifica su buen estado.

– Revisar las valoraciones: algunas plataformas cuentan con herramientas de valoración que permiten comprobar la experiencia de otros compradores o vendedores con un usuario en concreto. Se trata de comentarios útiles para establecer el perfil de la persona con la que estamos tratando y asegurarnos de que se trata de un perfil verdadero. Si no hay comentarios, siempre se puede establecer una conversación online y aplicar el siguiente consejo.

– Sentido común: si se perciben señales sospechosas, como mensajes farragosos, precios demasiado bajos, direcciones de correo extrañas o reticencias a facilitar más imágenes o datos acerca del producto, es mejor ser prudentes y descartar la transacción. Es importante no dejar que el deseo de adquirir un producto se imponga al sentido común que aplicamos normalmente a cualquier compra.

El recommerce es una alternativa de consumo responsable que nos ayudará a asegurar un futuro sostenible para todos. Una meta que se ha condensado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU y a la que los ciudadanos debemos contribuir. Apostar por alargar la vida útil de los objetos es una de las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo.

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9 R: la fórmula de la economía circular https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/9-r-la-formula-de-la-economia-circular/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/9-r-la-formula-de-la-economia-circular/#respond Thu, 11 Feb 2021 18:33:46 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40040

Reutilizar, reparar, reciclar. Son las conocidas como “tres erres” (3 R), que resumen la economía circular. Son palabras con las que llevamos tiempo familiarizados, especialmente desde que la Unión Europea (UE) decidió que este paradigma será el pilar sobre el que construiremos nuestro futuro. En 2015, la UE estableció un plan de acción con más de cincuenta medidas que nos permitirán “cerrar el círculo”, es decir, pasar de un modelo de consumo de usar y tirar a otro que preserve al máximo el ciclo de vida de los productos.

El principio de la economía circular es sencillo: si algo es valioso, ese valor debe preservarse el máximo tiempo posible para evitar que el sistema de usar y tirar nos empobrezca a todos. Este principio supone, entre otras cuestiones, redescubrir y valorizar de nuevo el potencial de un producto usado que, en otro sistema, se desecharía a las primeras de cambio. Ahí es precisamente donde entran en juego todas esas palabras que empiezan por erre y que cada vez integramos más tanto en nuestros actos de consumo como en la producción de nuevos bienes.

Realizar este cambio de un modelo de consumo y descarte a otro circular no es una tarea sencilla. Requiere importantes esfuerzos en innovación e inversión que permitan a un producto seguir ofreciendo valor incluso cuando su primer ciclo de vida haya finalizado. Para que esos esfuerzos no sean en vano, es muy importante establecer unos cimientos sobre los que puedan prosperar. Es decir, necesitamos descifrar la fórmula que hay detrás de la economía circular.

Nueve estrategias circulares

La Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE ha publicado recientemente un informe que trata, precisamente, de la revolución que supone la economía circular en nuestro sistema económico. En él aparece la fórmula de este nuevo modelo de producción y consumo, que se sustenta sobre “nueve erres” (9 R), una serie de estrategias formuladas por el Grupo de Expertos en Financiación de la Economía Circular de la Comisión Europea.

Esas 9 R constituyen la auténtica fórmula de la economía circular y, por tanto, una guía clara sobre la que Administración, empresas e incluso ciudadanos pueden orientar sus esfuerzos.

1.- Rechazar: esta erre consiste, básicamente, en renunciar a ciertos productos o partes de ellos que no sean ya necesarios, o bien redefinirlos de tal manera que ya no haya que producirlos. Un ejemplo sencillo es la factura electrónica, que hace innecesario utilizar papel para su consulta o archivo.

2.- Repensar: esta estrategia potencia que las empresas transfieran servicios a los consumidores en lugar de la propiedad sobre un producto. Se trata de una actitud fundamental en la economía colaborativa o sharing economy.

El informe de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE cita un ejemplo muy ilustrativo del Foro Económico Mundial: las lavadoras de alta gama. Resulta que, si reemplazamos durante veinte años la compra de cinco lavadoras de 2.000 ciclos por el alquiler de una de 10.000, nos ahorraríamos 180 kg de acero y 2,5 toneladas de dióxido de carbono.

3.- Reducir: en este caso, se trata de disminuir en lo posible el consumo de recursos tanto en la fabricación como en el uso de un producto. Esto es algo que solo se logra a través de la eficiencia, que debe estar presente desde el momento del diseño y hasta su utilización.

En el caso de la eficiencia energética, esto no solo es responsabilidad del fabricante del producto, que debe apostar por ella tanto en su proceso de fabricación como a la hora de definir su uso. También los consumidores deben tenerla en mente tanto al elegir productos energéticamente eficientes como al emplearlos. Por ejemplo, no basta con elegir el hervidor de agua más eficiente de la tienda y que mejor se adecúa a nuestra cocina, sino que, además, cada vez que lo utilicemos debemos hervir solo el agua que realmente necesitamos.

4.- Reutilizar: si un producto se encuentra en buenas condiciones y cumple su función original, debe seguir utilizándose.

Este es uno de los principios más potentes de la economía circular, que subyace en los tradicionales mercadillos de segunda mano, que ahora cuentan incluso con versiones que caben en nuestro smartphone. También en iniciativas como Loop, un proyecto piloto en Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos que fabrica envases reutilizables para empresas de gran consumo, los recoge en casa del usuario una vez consumido su contenido, los limpia y los rellena de nuevo, tal y como explica el informe de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE.

5.- Reparar: arreglar un producto defectuoso para seguir dándole su uso original es otra de las grandes claves de la economía circular.

En este sentido, el informe destaca que una mayor estandarización de las piezas y componentes en sectores como la electrónica, baterías y automoción ayudaría a hacer realidad el derecho a reparar de los ciudadanos europeos. Si hay una mayor disponibilidad de piezas, no resultará necesario, por ejemplo, descartar todo un electrodoméstico simplemente porque se ha averiado un componente y no hay recambios disponibles.

6.- Restaurar: la diferencia entre esta estrategia y la anterior consiste en que la reparación se destina a productos que están dentro de su primer ciclo de vida. Por su parte, la restauración consiste en poner al día un producto que ya ha cruzado ese umbral.

En este contexto, el informe cita el caso de una empresa francesa que recoge materiales sanitarios dañados, como camas de hospitales o sillas de ruedas, los evalúa y decide si son aptos para restaurar o si conviene desmantelarlos para reciclar sus componentes en otros productos. Una vez restaurados o reciclados, se ponen de nuevo a la venta al 30% o al 50% del precio del producto original, con una garantía de un año.

7.- Refabricar: se trata de recoger un producto, analizar su estado, desmontarlo, reacondicionar y reemplazar componentes, volver a ensamblarlo, comprobar su nivel de calidad y revenderlo con una etiqueta de cercano a nuevo.

8.- Redefinir: esta es una de las estrategias que dan una nueva vida a los productos cuando están desgastados o cumplen una función que ya ha quedado obsoleta. Existe un ejemplo muy claro e intuitivo de redefinición, que se dio al principio de la pandemia de la COVID-19: el ingenio que llevó a muchos ciudadanos a utilizar ropa vieja o trapos de cocina como mascarillas ante la escasez de estos productos durante la primera oleada.

9.- Reciclar: básicamente, consiste en recuperar material de residuos que pueda procesarse de nuevo en la fabricación de nuevos productos, materiales o sustancias. Aunque esta es una de las erres más conocidas, no es tan sostenible ni rentable como las anteriores, tal y como subraya el informe, así que debe considerarse, en términos generales, como la última opción.

De la teoría a la práctica

Cada vez hay más empresas que aplican ideas de la economía circular para transformarse y aprovechar las ventajas que aporta este nuevo modelo. Sin embargo, llegar a este punto requiere identificar los productos, servicios y procesos sobre los que se pueden aplicar alguna de las 9 R, así como los actores que intervendrán en las acciones que se deseen implementar.

En un webinar organizado por la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE, dos empresas comparten su experiencia en la implantación de políticas de economía circular. Una de ellas —Mercadona— lo hace como ejemplo de una gran compañía consolidada que se adapta a este nuevo modelo. La otra —Twin&Chic—, como pequeña empresa textil que nace con el paradigma circular en su ADN.

Tal y como explica en su intervención Alina Puig, responsable de Relaciones Externas y RSE en Mercadona, la cadena identifica cinco actores en su Modelo responsable: cliente, trabajador, proveedor, sociedad y capital. También fija un objetivo: lograr una cadena agroalimentaria sostenible.

En el caso de Mercadona, la compañía ha implantado estrategias de economía circular en varios frentes. Uno de ellos es la logística sostenible: “Contamos con un pool de envases reutilizables, apilables y fáciles de transportar para llevar los productos a la tienda”, destaca Alina Puig. Además, los productos no aptos para la venta se destinan a su uso para animales y todos los embalajes de la cadena reciben una segunda vida. “Los transformamos en envases o bolsas de plástico”, indica la experta.

La transformación del modelo de tienda de Mercadona también aporta un ahorro energético del 40%, según Puig. Asimismo, se ha implantado la conocida como estrategia 6.25 para reducir el uso de plástico, que comprende acciones como eliminar el uso de bolsas de plástico de un solo uso en todas las secciones, reducir el plástico empleado en sus envases e incluso informar a los clientes sobre cómo favorecer el reciclaje desde casa, entre otras acciones. “Se trata de reducir el uso de plástico, no de eliminarlo”, señala Puig. “Es un material muy valioso precisamente porque ayuda a alargar la vida útil de muchos productos alimentarios”.

El papel esencial de las pymes

Las pequeñas y medianas empresas son fundamentales en la transformación de la economía hacia un modelo circular. Así lo entiende Erika Gómez, fundadora de la firma de ropa infantil Twin&Chic, que basa este razonamiento en dos características de las pymes: “su capilaridad y su contribución a la generación de puestos de trabajo”.

Sin embargo, Gómez considera que este tipo de negocios tienen más complicado llevar a cabo sus propios procesos de transformación. “En nuestro caso, ha resultado más sencillo porque nacimos con la economía circular en el ADN”, destaca.

En este sentido, Twin&Chic implanta estrategias de economía circular desde el propio diseño del producto, una fase en la que, según Gómez, “se puede eliminar hasta el 80% del impacto negativo de una prenda. Nosotros la creamos pensando ya en el fin de su vida útil y en que sea versátil para que se pueda utilizar más”. Fabricación en cercanía, utilización de packaging reutilizable, restauración de prendas antiguas o favorecimiento del reciclaje evitando el uso de fibras mezcladas son algunas de las acciones de economía circular que Twin&Chic ha implantado desde sus inicios hace ahora tres años.

Esta empresa no solo adopta procesos internos de economía circular, sino que también implica a la sociedad para favorecer la transición. “Donamos retales a centros educativos para que los escolares puedan darles una segunda vida. También implicamos a nuestros clientes: nosotros no hacemos un Black Friday, sino un Repair Friday, una campaña durante la cual nos envían prendas para que las reparemos”, explica Erika Gómez.

La importancia de la cultura circular

Involucrar a las personas es indispensable para que todos estos esfuerzos sean realmente efectivos a la hora de llevar a cabo la transición hacia una economía circular. “Es necesario buscar la complicidad entre los actores y unir esfuerzos con los que contribuyen a la cadena de suministro”, destacaba durante el webinar Joan Fontrodona, profesor titular de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE.

En este sentido, resulta especialmente valioso crear una cultura de la economía circular. Sin embargo, ¿cómo hacerlo en una empresa con miles de empleados como Mercadona? “Con tantos trabajadores, resulta difícil implicarlos por igual”, reconoce Alina Puig. “Es necesario ofrecerles formación desde el principio. No obstante, en muchas ocasiones la implantación de estrategias de economía circular era algo que ya buscaban muchos de nuestros empleados. Por ejemplo, al proponer donaciones de excedentes”.

Si esa cultura se expande al consumidor, los efectos de la implantación de la economía circular en la empresa se multiplicarán. “Nosotros realizamos una labor evangelizadora entre nuestros clientes. Tratamos de concienciarles del poder que tienen sus actos de compra sobre el tipo de planeta que quieren dejar a sus hijos”, destaca Erika Gómez. Una apuesta por la implicación del consumidor que comparte Mercadona: “Desde la información, tratamos de ponérselo fácil para que pueda hacer su parte en esta transición”, indica Alina Puig.

La economía circular es una tarea de todos. Del diseño de productos y procesos a la transformación de los consumidores en usuarios responsables, gobiernos, empresas y ciudadanos deben conocer sus estrategias y ponerlas en práctica. Se trata de plantearnos qué podemos hacer cada uno de nosotros para contribuir al proceso y pasar a la acción. Por ejemplo, si tienes una empresa, puedes anticiparte al cambio optando por eliminar el uso de papel en lo posible o plantearte utilizar materiales sostenibles en sus distintas actividades. Y si eres un consumidor, puedes pararte a pensar si realmente necesitas adquirir un nuevo producto para sustituir otro que todavía cumple su función. Así es como lograremos entre todos desarrollar un sistema económico realmente sostenible.

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Reutilizar, reparar, reciclar. Son las conocidas como “tres erres” (3 R), que resumen la economía circular. Son palabras con las que llevamos tiempo familiarizados, especialmente desde que la Unión Europea (UE) decidió que este paradigma será el pilar sobre el que construiremos nuestro futuro. En 2015, la UE estableció un plan de acción con más de cincuenta medidas que nos permitirán “cerrar el círculo”, es decir, pasar de un modelo de consumo de usar y tirar a otro que preserve al máximo el ciclo de vida de los productos.

El principio de la economía circular es sencillo: si algo es valioso, ese valor debe preservarse el máximo tiempo posible para evitar que el sistema de usar y tirar nos empobrezca a todos. Este principio supone, entre otras cuestiones, redescubrir y valorizar de nuevo el potencial de un producto usado que, en otro sistema, se desecharía a las primeras de cambio. Ahí es precisamente donde entran en juego todas esas palabras que empiezan por erre y que cada vez integramos más tanto en nuestros actos de consumo como en la producción de nuevos bienes.

Realizar este cambio de un modelo de consumo y descarte a otro circular no es una tarea sencilla. Requiere importantes esfuerzos en innovación e inversión que permitan a un producto seguir ofreciendo valor incluso cuando su primer ciclo de vida haya finalizado. Para que esos esfuerzos no sean en vano, es muy importante establecer unos cimientos sobre los que puedan prosperar. Es decir, necesitamos descifrar la fórmula que hay detrás de la economía circular.

Nueve estrategias circulares

La Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE ha publicado recientemente un informe que trata, precisamente, de la revolución que supone la economía circular en nuestro sistema económico. En él aparece la fórmula de este nuevo modelo de producción y consumo, que se sustenta sobre “nueve erres” (9 R), una serie de estrategias formuladas por el Grupo de Expertos en Financiación de la Economía Circular de la Comisión Europea.

Esas 9 R constituyen la auténtica fórmula de la economía circular y, por tanto, una guía clara sobre la que Administración, empresas e incluso ciudadanos pueden orientar sus esfuerzos.

1.- Rechazar: esta erre consiste, básicamente, en renunciar a ciertos productos o partes de ellos que no sean ya necesarios, o bien redefinirlos de tal manera que ya no haya que producirlos. Un ejemplo sencillo es la factura electrónica, que hace innecesario utilizar papel para su consulta o archivo.

2.- Repensar: esta estrategia potencia que las empresas transfieran servicios a los consumidores en lugar de la propiedad sobre un producto. Se trata de una actitud fundamental en la economía colaborativa o sharing economy.

El informe de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE cita un ejemplo muy ilustrativo del Foro Económico Mundial: las lavadoras de alta gama. Resulta que, si reemplazamos durante veinte años la compra de cinco lavadoras de 2.000 ciclos por el alquiler de una de 10.000, nos ahorraríamos 180 kg de acero y 2,5 toneladas de dióxido de carbono.

3.- Reducir: en este caso, se trata de disminuir en lo posible el consumo de recursos tanto en la fabricación como en el uso de un producto. Esto es algo que solo se logra a través de la eficiencia, que debe estar presente desde el momento del diseño y hasta su utilización.

En el caso de la eficiencia energética, esto no solo es responsabilidad del fabricante del producto, que debe apostar por ella tanto en su proceso de fabricación como a la hora de definir su uso. También los consumidores deben tenerla en mente tanto al elegir productos energéticamente eficientes como al emplearlos. Por ejemplo, no basta con elegir el hervidor de agua más eficiente de la tienda y que mejor se adecúa a nuestra cocina, sino que, además, cada vez que lo utilicemos debemos hervir solo el agua que realmente necesitamos.

4.- Reutilizar: si un producto se encuentra en buenas condiciones y cumple su función original, debe seguir utilizándose.

Este es uno de los principios más potentes de la economía circular, que subyace en los tradicionales mercadillos de segunda mano, que ahora cuentan incluso con versiones que caben en nuestro smartphone. También en iniciativas como Loop, un proyecto piloto en Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos que fabrica envases reutilizables para empresas de gran consumo, los recoge en casa del usuario una vez consumido su contenido, los limpia y los rellena de nuevo, tal y como explica el informe de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE.

5.- Reparar: arreglar un producto defectuoso para seguir dándole su uso original es otra de las grandes claves de la economía circular.

En este sentido, el informe destaca que una mayor estandarización de las piezas y componentes en sectores como la electrónica, baterías y automoción ayudaría a hacer realidad el derecho a reparar de los ciudadanos europeos. Si hay una mayor disponibilidad de piezas, no resultará necesario, por ejemplo, descartar todo un electrodoméstico simplemente porque se ha averiado un componente y no hay recambios disponibles.

6.- Restaurar: la diferencia entre esta estrategia y la anterior consiste en que la reparación se destina a productos que están dentro de su primer ciclo de vida. Por su parte, la restauración consiste en poner al día un producto que ya ha cruzado ese umbral.

En este contexto, el informe cita el caso de una empresa francesa que recoge materiales sanitarios dañados, como camas de hospitales o sillas de ruedas, los evalúa y decide si son aptos para restaurar o si conviene desmantelarlos para reciclar sus componentes en otros productos. Una vez restaurados o reciclados, se ponen de nuevo a la venta al 30% o al 50% del precio del producto original, con una garantía de un año.

7.- Refabricar: se trata de recoger un producto, analizar su estado, desmontarlo, reacondicionar y reemplazar componentes, volver a ensamblarlo, comprobar su nivel de calidad y revenderlo con una etiqueta de cercano a nuevo.

8.- Redefinir: esta es una de las estrategias que dan una nueva vida a los productos cuando están desgastados o cumplen una función que ya ha quedado obsoleta. Existe un ejemplo muy claro e intuitivo de redefinición, que se dio al principio de la pandemia de la COVID-19: el ingenio que llevó a muchos ciudadanos a utilizar ropa vieja o trapos de cocina como mascarillas ante la escasez de estos productos durante la primera oleada.

9.- Reciclar: básicamente, consiste en recuperar material de residuos que pueda procesarse de nuevo en la fabricación de nuevos productos, materiales o sustancias. Aunque esta es una de las erres más conocidas, no es tan sostenible ni rentable como las anteriores, tal y como subraya el informe, así que debe considerarse, en términos generales, como la última opción.

De la teoría a la práctica

Cada vez hay más empresas que aplican ideas de la economía circular para transformarse y aprovechar las ventajas que aporta este nuevo modelo. Sin embargo, llegar a este punto requiere identificar los productos, servicios y procesos sobre los que se pueden aplicar alguna de las 9 R, así como los actores que intervendrán en las acciones que se deseen implementar.

En un webinar organizado por la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE, dos empresas comparten su experiencia en la implantación de políticas de economía circular. Una de ellas —Mercadona— lo hace como ejemplo de una gran compañía consolidada que se adapta a este nuevo modelo. La otra —Twin&Chic—, como pequeña empresa textil que nace con el paradigma circular en su ADN.

Tal y como explica en su intervención Alina Puig, responsable de Relaciones Externas y RSE en Mercadona, la cadena identifica cinco actores en su Modelo responsable: cliente, trabajador, proveedor, sociedad y capital. También fija un objetivo: lograr una cadena agroalimentaria sostenible.

En el caso de Mercadona, la compañía ha implantado estrategias de economía circular en varios frentes. Uno de ellos es la logística sostenible: “Contamos con un pool de envases reutilizables, apilables y fáciles de transportar para llevar los productos a la tienda”, destaca Alina Puig. Además, los productos no aptos para la venta se destinan a su uso para animales y todos los embalajes de la cadena reciben una segunda vida. “Los transformamos en envases o bolsas de plástico”, indica la experta.

La transformación del modelo de tienda de Mercadona también aporta un ahorro energético del 40%, según Puig. Asimismo, se ha implantado la conocida como estrategia 6.25 para reducir el uso de plástico, que comprende acciones como eliminar el uso de bolsas de plástico de un solo uso en todas las secciones, reducir el plástico empleado en sus envases e incluso informar a los clientes sobre cómo favorecer el reciclaje desde casa, entre otras acciones. “Se trata de reducir el uso de plástico, no de eliminarlo”, señala Puig. “Es un material muy valioso precisamente porque ayuda a alargar la vida útil de muchos productos alimentarios”.

El papel esencial de las pymes

Las pequeñas y medianas empresas son fundamentales en la transformación de la economía hacia un modelo circular. Así lo entiende Erika Gómez, fundadora de la firma de ropa infantil Twin&Chic, que basa este razonamiento en dos características de las pymes: “su capilaridad y su contribución a la generación de puestos de trabajo”.

Sin embargo, Gómez considera que este tipo de negocios tienen más complicado llevar a cabo sus propios procesos de transformación. “En nuestro caso, ha resultado más sencillo porque nacimos con la economía circular en el ADN”, destaca.

En este sentido, Twin&Chic implanta estrategias de economía circular desde el propio diseño del producto, una fase en la que, según Gómez, “se puede eliminar hasta el 80% del impacto negativo de una prenda. Nosotros la creamos pensando ya en el fin de su vida útil y en que sea versátil para que se pueda utilizar más”. Fabricación en cercanía, utilización de packaging reutilizable, restauración de prendas antiguas o favorecimiento del reciclaje evitando el uso de fibras mezcladas son algunas de las acciones de economía circular que Twin&Chic ha implantado desde sus inicios hace ahora tres años.

Esta empresa no solo adopta procesos internos de economía circular, sino que también implica a la sociedad para favorecer la transición. “Donamos retales a centros educativos para que los escolares puedan darles una segunda vida. También implicamos a nuestros clientes: nosotros no hacemos un Black Friday, sino un Repair Friday, una campaña durante la cual nos envían prendas para que las reparemos”, explica Erika Gómez.

La importancia de la cultura circular

Involucrar a las personas es indispensable para que todos estos esfuerzos sean realmente efectivos a la hora de llevar a cabo la transición hacia una economía circular. “Es necesario buscar la complicidad entre los actores y unir esfuerzos con los que contribuyen a la cadena de suministro”, destacaba durante el webinar Joan Fontrodona, profesor titular de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE.

En este sentido, resulta especialmente valioso crear una cultura de la economía circular. Sin embargo, ¿cómo hacerlo en una empresa con miles de empleados como Mercadona? “Con tantos trabajadores, resulta difícil implicarlos por igual”, reconoce Alina Puig. “Es necesario ofrecerles formación desde el principio. No obstante, en muchas ocasiones la implantación de estrategias de economía circular era algo que ya buscaban muchos de nuestros empleados. Por ejemplo, al proponer donaciones de excedentes”.

Si esa cultura se expande al consumidor, los efectos de la implantación de la economía circular en la empresa se multiplicarán. “Nosotros realizamos una labor evangelizadora entre nuestros clientes. Tratamos de concienciarles del poder que tienen sus actos de compra sobre el tipo de planeta que quieren dejar a sus hijos”, destaca Erika Gómez. Una apuesta por la implicación del consumidor que comparte Mercadona: “Desde la información, tratamos de ponérselo fácil para que pueda hacer su parte en esta transición”, indica Alina Puig.

La economía circular es una tarea de todos. Del diseño de productos y procesos a la transformación de los consumidores en usuarios responsables, gobiernos, empresas y ciudadanos deben conocer sus estrategias y ponerlas en práctica. Se trata de plantearnos qué podemos hacer cada uno de nosotros para contribuir al proceso y pasar a la acción. Por ejemplo, si tienes una empresa, puedes anticiparte al cambio optando por eliminar el uso de papel en lo posible o plantearte utilizar materiales sostenibles en sus distintas actividades. Y si eres un consumidor, puedes pararte a pensar si realmente necesitas adquirir un nuevo producto para sustituir otro que todavía cumple su función. Así es como lograremos entre todos desarrollar un sistema económico realmente sostenible.

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Regalos responsables y sostenibles para estas Navidades https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/regalos-responsables-y-sostenibles-para-estas-navidades/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/regalos-responsables-y-sostenibles-para-estas-navidades/#respond Thu, 31 Dec 2020 07:13:04 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39794

La Navidad es una época que nos anima a sacar lo mejor de nosotros mismos, incluso en años tan retadores como 2020. Este año, las fiestas serán diferentes debido a la pandemia, pero seguiremos disfrutando de la ilusión que despiertan Papá Noel o los Reyes Magos. Tanto al escribir una carta con nuestras peticiones como si nos toca ponernos al frente de trineo y camellos, podemos compatibilizar esa sostenibilidad y responsabilidad que tanto necesitamos con nuestras elecciones.

Se trata de cambiar el chip y no dejarnos llevar por lo primero que se nos venga a la cabeza. ¿Y si la ropa que ha pedido nuestro hermano apostara por la economía circular?, ¿y si los juguetes que elijamos nos ayudan a criar a nuestros hijos libres de estereotipos de género?

Si lo que deseamos es añadir responsabilidad y sostenibilidad a nuestros regalos de Navidad, siempre podemos buscar opciones que nos ayuden a conseguirlo. Estas son algunas ideas de regalos sostenibles para todos los públicos, desde los más pequeños de la casa hasta los mayores.

Juegos para romper estereotipos

El juego es una etapa fundamental en la formación de niños y niñas, y esa es la razón por la que deberíamos elegir con cuidado los juguetes que les regalamos. Aunque la publicidad condiciona en gran medida sus peticiones, conviene tener en cuenta la influencia que sobre su futuro pueden tener sus juegos de hoy.

Un estudio elaborado por el Instituto de la Mujer indica que la publicidad de juguetes refuerza la segregación profesional por sexos. En concreto, el 34 % de los anuncios relacionados con profesiones y dirigidos a niñas se asocian con el sector de peluquería y estética. En cuanto a los que van dirigidos a niños, el 50 % lo hace con la actividad de piloto, policía o militar/policía.

El informe también ha encontrado que los anuncios de juguetes con más funciones electrónicas y mecánicas incluyen niños en una proporción mucho más elevada que niñas, fomentando así la exclusión de estas del ámbito científico-tecnológico.

Ayudarles a orientar sus juegos sin que la publicidad influya en sus elecciones es cuestión de fomentar el juego libre. No se trata, según advierten los expertos, de forzarles a jugar con juguetes unisex, sino más bien de que tengan acceso a distintos tipos de juguetes para que puedan desarrollar su curiosidad libremente, independientemente de su género. Tan importante es que cultiven habilidades visuales y espaciales -con un puzle- como las comunicativas y sociales -con una muñeca.

En este sentido, existen opciones responsables que se pueden añadir a la carta a los Reyes y que ayudan a romper estereotipos, como cuentos sobre niñas piratas y niños que juegan con muñecas, patinetes y bicicletas sin colores estereotipados o juegos de mesa y de construcción.

Regalos con una segunda vida

A la hora de plantearnos qué regalar a un adolescente o un joven sin dejar la responsabilidad a un lado, una buena idea consiste en añadir el concepto de economía circular a la lista de peticiones. Se trata, básicamente, de dotar de una segunda vida a objetos que ya han sido utilizados, pero continúan siendo aptos para su uso. De esta manera, no solo reduciremos la producción de residuos y evitaremos el uso de recursos limitados, sino que también introduciremos a los jóvenes en la cultura de la reutilización.

Tal vez uno de los ejemplos más claros en este sentido sean las prendas de ropa que se pueden adquirir en cualquier tienda o plataforma de segunda mano. Son tan reutilizables, que incluso pueden servir como envoltorio para otros regalos y evitar, así, el desperdicio de papel. Libros o dispositivos electrónicos de segunda mano también son regalos sostenibles que ayudan a las personas que los reciben a comprender mejor el valor de los objetos usados.

Cestas de Navidad sostenibles

Cuando las ideas escasean o la carta a los Reyes es demasiado parca, normalmente hablamos de adultos y mayores. En estas situaciones, conviene echar mano de la imaginación y buscar opciones que nos permitan acertar con toda seguridad. Las cestas de Navidad son muy socorridas en estos casos y la buena noticia es que sí, existen también opciones sostenibles y responsables.

Hay diversas organizaciones que ofrecen cestas de Navidad con productos comestibles de comercio justo personalizables a las preferencias del destinatario: productos sin gluten, veganos, dulces o exóticos, hay opciones para todos los gustos.

Incluso es posible regalar cestas de cosmética con productos que fomentan la sostenibilidad y que cuentan con sellos que acreditan tanto el uso de componentes mínimamente procesados como que sus procesos de elaboración son eficientes energéticamente.

Un regalo sin envoltorio

Más allá de los regalos materiales, existen otras opciones que son perfectas para añadir a la lista y contribuir a la sostenibilidad del planeta. Una de ellas es la adopción virtual de animales, sobre todo si se tiene en cuenta que alrededor de un tercio de los animales que se regalan en Navidades son devueltos.

En este sentido, organizaciones como WWF facilitan adopciones simbólicas de especies animales en peligro de extinción. Para simbolizar esa adopción, la ONG envía un peluche y un desplegable con datos sobre la vida de la especie adoptada. Junto a la ayuda que supone la donación realizada, este regalo ayuda a concienciar a personas de todas las edades sobre la situación que atraviesa la biodiversidad en el planeta y la necesidad de cuidarla.

La sostenibilidad es una meta que nos hemos marcado entre todos. Administración, empresas y sociedad civil hemos decidido unir esfuerzos para lograr este objetivo y cada gesto cuenta. Los regalos de Navidad son uno de esos elementos que pueden marcar la diferencia a la hora de ayudar tanto al planeta como a sus habitantes.

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La Navidad es una época que nos anima a sacar lo mejor de nosotros mismos, incluso en años tan retadores como 2020. Este año, las fiestas serán diferentes debido a la pandemia, pero seguiremos disfrutando de la ilusión que despiertan Papá Noel o los Reyes Magos. Tanto al escribir una carta con nuestras peticiones como si nos toca ponernos al frente de trineo y camellos, podemos compatibilizar esa sostenibilidad y responsabilidad que tanto necesitamos con nuestras elecciones.

Se trata de cambiar el chip y no dejarnos llevar por lo primero que se nos venga a la cabeza. ¿Y si la ropa que ha pedido nuestro hermano apostara por la economía circular?, ¿y si los juguetes que elijamos nos ayudan a criar a nuestros hijos libres de estereotipos de género?

Si lo que deseamos es añadir responsabilidad y sostenibilidad a nuestros regalos de Navidad, siempre podemos buscar opciones que nos ayuden a conseguirlo. Estas son algunas ideas de regalos sostenibles para todos los públicos, desde los más pequeños de la casa hasta los mayores.

Juegos para romper estereotipos

El juego es una etapa fundamental en la formación de niños y niñas, y esa es la razón por la que deberíamos elegir con cuidado los juguetes que les regalamos. Aunque la publicidad condiciona en gran medida sus peticiones, conviene tener en cuenta la influencia que sobre su futuro pueden tener sus juegos de hoy.

Un estudio elaborado por el Instituto de la Mujer indica que la publicidad de juguetes refuerza la segregación profesional por sexos. En concreto, el 34 % de los anuncios relacionados con profesiones y dirigidos a niñas se asocian con el sector de peluquería y estética. En cuanto a los que van dirigidos a niños, el 50 % lo hace con la actividad de piloto, policía o militar/policía.

El informe también ha encontrado que los anuncios de juguetes con más funciones electrónicas y mecánicas incluyen niños en una proporción mucho más elevada que niñas, fomentando así la exclusión de estas del ámbito científico-tecnológico.

Ayudarles a orientar sus juegos sin que la publicidad influya en sus elecciones es cuestión de fomentar el juego libre. No se trata, según advierten los expertos, de forzarles a jugar con juguetes unisex, sino más bien de que tengan acceso a distintos tipos de juguetes para que puedan desarrollar su curiosidad libremente, independientemente de su género. Tan importante es que cultiven habilidades visuales y espaciales -con un puzle- como las comunicativas y sociales -con una muñeca.

En este sentido, existen opciones responsables que se pueden añadir a la carta a los Reyes y que ayudan a romper estereotipos, como cuentos sobre niñas piratas y niños que juegan con muñecas, patinetes y bicicletas sin colores estereotipados o juegos de mesa y de construcción.

Regalos con una segunda vida

A la hora de plantearnos qué regalar a un adolescente o un joven sin dejar la responsabilidad a un lado, una buena idea consiste en añadir el concepto de economía circular a la lista de peticiones. Se trata, básicamente, de dotar de una segunda vida a objetos que ya han sido utilizados, pero continúan siendo aptos para su uso. De esta manera, no solo reduciremos la producción de residuos y evitaremos el uso de recursos limitados, sino que también introduciremos a los jóvenes en la cultura de la reutilización.

Tal vez uno de los ejemplos más claros en este sentido sean las prendas de ropa que se pueden adquirir en cualquier tienda o plataforma de segunda mano. Son tan reutilizables, que incluso pueden servir como envoltorio para otros regalos y evitar, así, el desperdicio de papel. Libros o dispositivos electrónicos de segunda mano también son regalos sostenibles que ayudan a las personas que los reciben a comprender mejor el valor de los objetos usados.

Cestas de Navidad sostenibles

Cuando las ideas escasean o la carta a los Reyes es demasiado parca, normalmente hablamos de adultos y mayores. En estas situaciones, conviene echar mano de la imaginación y buscar opciones que nos permitan acertar con toda seguridad. Las cestas de Navidad son muy socorridas en estos casos y la buena noticia es que sí, existen también opciones sostenibles y responsables.

Hay diversas organizaciones que ofrecen cestas de Navidad con productos comestibles de comercio justo personalizables a las preferencias del destinatario: productos sin gluten, veganos, dulces o exóticos, hay opciones para todos los gustos.

Incluso es posible regalar cestas de cosmética con productos que fomentan la sostenibilidad y que cuentan con sellos que acreditan tanto el uso de componentes mínimamente procesados como que sus procesos de elaboración son eficientes energéticamente.

Un regalo sin envoltorio

Más allá de los regalos materiales, existen otras opciones que son perfectas para añadir a la lista y contribuir a la sostenibilidad del planeta. Una de ellas es la adopción virtual de animales, sobre todo si se tiene en cuenta que alrededor de un tercio de los animales que se regalan en Navidades son devueltos.

En este sentido, organizaciones como WWF facilitan adopciones simbólicas de especies animales en peligro de extinción. Para simbolizar esa adopción, la ONG envía un peluche y un desplegable con datos sobre la vida de la especie adoptada. Junto a la ayuda que supone la donación realizada, este regalo ayuda a concienciar a personas de todas las edades sobre la situación que atraviesa la biodiversidad en el planeta y la necesidad de cuidarla.

La sostenibilidad es una meta que nos hemos marcado entre todos. Administración, empresas y sociedad civil hemos decidido unir esfuerzos para lograr este objetivo y cada gesto cuenta. Los regalos de Navidad son uno de esos elementos que pueden marcar la diferencia a la hora de ayudar tanto al planeta como a sus habitantes.

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Consejos para un Black Friday atípico https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-un-black-friday-atipico/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consejos-para-un-black-friday-atipico/#respond Fri, 27 Nov 2020 07:20:56 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39496

El Black Friday está de nuevo con nosotros y ya son miles los consumidores que esperan a comprar su productos favoritos con un buen descuento. Esta fecha que importamos en su día de los Estados Unidos se ha instalado ya en nuestro calendario gracias a las importantes rebajas que las tiendas aplican a muchos de sus artículos.

Lo que ocurre este año es que el Black Friday —como tantas otras fechas señaladas— será distinto al de años anteriores. La pandemia de la COVID-19 ha transformado por completo experiencias tan cotidianas como el entrar en una tienda y comprar algo.

También ha afectado a muchas economías familiares, que más que nunca necesitarán aplicar los principios del consumo responsable. Esto se debe al hecho que, como puede ocurrir con cualquier otro período de rebajas, resulta más sencillo perder el control sobre las compras que realizamos porque los descuentos aplicados las hacen más atractivas.

Convertir este Black Friday en una verdadera oportunidad para comprar lo que realmente necesitamos a buen precio pasa por desarrollar algunos buenos hábitos, que también nos resultarán útiles durante el resto del año. En esta ocasión, es especialmente importante comprar de manera inteligente y reducir al mínimo el riesgo de contagio.

No te concentres solo en el día del Black Friday

Este año, evitar aglomeraciones es esencial para frenar la expansión de la pandemia. Por esta razón, muchas firmas mantienen durante semanas algunas ofertas, que conviene seguir.

Asimismo, cada vez más comercios apuestan por las ventas online para que sus clientes no necesiten desplazarse. No solo las grandes empresas: también los negocios de proximidad se apuntan a estas tendencias, algo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar las compras.

Si tienes más de 65 años y quieres acudir a un establecimiento físico, es importante que consultes si existe algún horario que dé prioridad a los mayores o a grupos de riesgo por la pandemia.

Haz una lista con lo que realmente quieres comprar (y que sea sostenible)

Comprar solo los productos que realmente demandamos es uno de los principios del consumo responsable, al que cada vez se apuntan más ciudadanos. Se trata de evitar la compra por impulso que tanto perjudica a nuestros bolsillos. Y no solo eso: el consumo irracional incluso puede llegar a poner en peligro la sostenibilidad del planeta, ya que se generan más residuos y se consumen recursos innecesarios. Para no caer en la tentación, es imprescindible que seamos conscientes de lo que queremos comprar.

Por supuesto, es importante tener en cuenta las cosas que necesitamos y que mejor se ajustan a nuestro presupuesto, pero no por ello debemos dejar de lado otras cualidades como la sostenibilidad de los productos. El Black Friday no puede ser una excusa para que dejemos de lado una manera más responsable de consumir.

Conocer qué materiales se han empleado en la elaboración de un producto, el impacto medioambiental de sus procesos de producción o las condiciones de los empleados que participan en su producción y venta es parte de la información que deberíamos recabar para asegurarnos de que apostamos por productos sostenibles.

También es una buena idea recurrir al comercio de proximidad, en un momento en el que miles de pymes necesitan reactivar sus ventas para salir adelante. La presencia del pequeño comercio en las calles es un dinamizador importante del tejido social en barrios y pueblos. Este es un buen momento para apostar por él.

Haz un presupuesto y cíñete a él

Otro de los posibles efectos secundarios de un periodo de descuentos es acabar gastando más de lo necesario. Una senda especialmente peligrosa en un momento económico tan delicado como el que atraviesa el mundo en la actualidad.

En este sentido, es muy importante fijar un presupuesto y ser estrictos con su cumplimiento. Ese presupuesto deberá ser realista y nunca deberá resultar perjudicial para la economía familiar.

Pero tampoco se trata de decantarse únicamente por las opciones más baratas para tener una mayor capacidad de compra y cumplir así con el presupuesto. Recuerda que existen otros aspectos, como la sostenibilidad del producto o si realmente resulta imprescindible su compra, que también deberías tener en cuenta.

Investiga si esa ganga realmente lo es

A veces, la simple aplicación de un descuento puede llevarnos a comprar un producto sin saber si, efectivamente, nos compensa su adquisición. Por eso conviene realizar una pequeña investigación acerca de la evolución del precio del producto e intentar compararlo con el PVP que suele tener en temporada para saber hasta qué punto ha bajado realmente. También se debe realizar una comparación entre establecimientos y no quedarnos con la primera oferta que veamos.

Ten en cuenta también que este año se espera que las rebajas del Black Friday sean inferiores a las ofrecidas en años anteriores en algunos establecimientos. De hecho, ya en 2019 se vieron descuentos menores que en otras ediciones.

Asegura tus compras online

Este año, en el que el comercio electrónico reinará especialmente durante el Black Friday, no está de más tener en cuenta algunos consejos que ayudarán a que las compras online sean más seguras y satisfactorias. En este sentido, recurrir a establecimientos legítimos y utilizar conexiones seguras son dos básicos de la seguridad en las compras a través de Internet.

Otro de los aspectos que se deben tener en cuenta es la seguridad de los medios que utilicemos para pagar en los establecimientos. En la actualidad, la mayoría de las compras en comercio electrónico que se realizan con medios de pago de CaixaBank exigen que el usuario valide su identidad a través de la app CaixaBankNow desde un dispositivo móvil de confianza para aumentar la seguridad de las transacciones y evitar así suplantaciones.

Otro aspecto que no se debe olvidar al comprar durante este Black Friday son las condiciones de la venta. Hay que tener en cuenta diferentes aspectos como políticas y plazos de devolución —que pueden experimentar algún cambio— o los gastos de envío.

Aunque este año sea diferente, es posible disfrutar de un Black Friday seguro, responsable y satisfactorio. Solo es cuestión de tomar consciencia de qué compramos y de cómo lo hacemos.

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El Black Friday está de nuevo con nosotros y ya son miles los consumidores que esperan a comprar su productos favoritos con un buen descuento. Esta fecha que importamos en su día de los Estados Unidos se ha instalado ya en nuestro calendario gracias a las importantes rebajas que las tiendas aplican a muchos de sus artículos.

Lo que ocurre este año es que el Black Friday —como tantas otras fechas señaladas— será distinto al de años anteriores. La pandemia de la COVID-19 ha transformado por completo experiencias tan cotidianas como el entrar en una tienda y comprar algo.

También ha afectado a muchas economías familiares, que más que nunca necesitarán aplicar los principios del consumo responsable. Esto se debe al hecho que, como puede ocurrir con cualquier otro período de rebajas, resulta más sencillo perder el control sobre las compras que realizamos porque los descuentos aplicados las hacen más atractivas.

Convertir este Black Friday en una verdadera oportunidad para comprar lo que realmente necesitamos a buen precio pasa por desarrollar algunos buenos hábitos, que también nos resultarán útiles durante el resto del año. En esta ocasión, es especialmente importante comprar de manera inteligente y reducir al mínimo el riesgo de contagio.

No te concentres solo en el día del Black Friday

Este año, evitar aglomeraciones es esencial para frenar la expansión de la pandemia. Por esta razón, muchas firmas mantienen durante semanas algunas ofertas, que conviene seguir.

Asimismo, cada vez más comercios apuestan por las ventas online para que sus clientes no necesiten desplazarse. No solo las grandes empresas: también los negocios de proximidad se apuntan a estas tendencias, algo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar las compras.

Si tienes más de 65 años y quieres acudir a un establecimiento físico, es importante que consultes si existe algún horario que dé prioridad a los mayores o a grupos de riesgo por la pandemia.

Haz una lista con lo que realmente quieres comprar (y que sea sostenible)

Comprar solo los productos que realmente demandamos es uno de los principios del consumo responsable, al que cada vez se apuntan más ciudadanos. Se trata de evitar la compra por impulso que tanto perjudica a nuestros bolsillos. Y no solo eso: el consumo irracional incluso puede llegar a poner en peligro la sostenibilidad del planeta, ya que se generan más residuos y se consumen recursos innecesarios. Para no caer en la tentación, es imprescindible que seamos conscientes de lo que queremos comprar.

Por supuesto, es importante tener en cuenta las cosas que necesitamos y que mejor se ajustan a nuestro presupuesto, pero no por ello debemos dejar de lado otras cualidades como la sostenibilidad de los productos. El Black Friday no puede ser una excusa para que dejemos de lado una manera más responsable de consumir.

Conocer qué materiales se han empleado en la elaboración de un producto, el impacto medioambiental de sus procesos de producción o las condiciones de los empleados que participan en su producción y venta es parte de la información que deberíamos recabar para asegurarnos de que apostamos por productos sostenibles.

También es una buena idea recurrir al comercio de proximidad, en un momento en el que miles de pymes necesitan reactivar sus ventas para salir adelante. La presencia del pequeño comercio en las calles es un dinamizador importante del tejido social en barrios y pueblos. Este es un buen momento para apostar por él.

Haz un presupuesto y cíñete a él

Otro de los posibles efectos secundarios de un periodo de descuentos es acabar gastando más de lo necesario. Una senda especialmente peligrosa en un momento económico tan delicado como el que atraviesa el mundo en la actualidad.

En este sentido, es muy importante fijar un presupuesto y ser estrictos con su cumplimiento. Ese presupuesto deberá ser realista y nunca deberá resultar perjudicial para la economía familiar.

Pero tampoco se trata de decantarse únicamente por las opciones más baratas para tener una mayor capacidad de compra y cumplir así con el presupuesto. Recuerda que existen otros aspectos, como la sostenibilidad del producto o si realmente resulta imprescindible su compra, que también deberías tener en cuenta.

Investiga si esa ganga realmente lo es

A veces, la simple aplicación de un descuento puede llevarnos a comprar un producto sin saber si, efectivamente, nos compensa su adquisición. Por eso conviene realizar una pequeña investigación acerca de la evolución del precio del producto e intentar compararlo con el PVP que suele tener en temporada para saber hasta qué punto ha bajado realmente. También se debe realizar una comparación entre establecimientos y no quedarnos con la primera oferta que veamos.

Ten en cuenta también que este año se espera que las rebajas del Black Friday sean inferiores a las ofrecidas en años anteriores en algunos establecimientos. De hecho, ya en 2019 se vieron descuentos menores que en otras ediciones.

Asegura tus compras online

Este año, en el que el comercio electrónico reinará especialmente durante el Black Friday, no está de más tener en cuenta algunos consejos que ayudarán a que las compras online sean más seguras y satisfactorias. En este sentido, recurrir a establecimientos legítimos y utilizar conexiones seguras son dos básicos de la seguridad en las compras a través de Internet.

Otro de los aspectos que se deben tener en cuenta es la seguridad de los medios que utilicemos para pagar en los establecimientos. En la actualidad, la mayoría de las compras en comercio electrónico que se realizan con medios de pago de CaixaBank exigen que el usuario valide su identidad a través de la app CaixaBankNow desde un dispositivo móvil de confianza para aumentar la seguridad de las transacciones y evitar así suplantaciones.

Otro aspecto que no se debe olvidar al comprar durante este Black Friday son las condiciones de la venta. Hay que tener en cuenta diferentes aspectos como políticas y plazos de devolución —que pueden experimentar algún cambio— o los gastos de envío.

Aunque este año sea diferente, es posible disfrutar de un Black Friday seguro, responsable y satisfactorio. Solo es cuestión de tomar consciencia de qué compramos y de cómo lo hacemos.

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