> Social – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Wed, 14 Jul 2021 15:06:55 +0000 es-ES hourly 1 Planes para un verano solidario https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/planes-para-un-verano-solidario/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/planes-para-un-verano-solidario/#respond Wed, 14 Jul 2021 14:53:00 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=42244

¿Qué es lo que convierte unas vacaciones en un verano inolvidable? Más que la belleza o el exotismo del destino, son las experiencias que vivimos allí. En este sentido, el turismo solidario es una alternativa que puede convertir un simple viaje de verano en una vivencia transformadora.

Según ACNUR, este tipo de turismo tiene cuatro características fundamentales:
– Impacto ambiental mínimo: la conciencia ecológica y el buen trato de los recursos es uno de los principios del turismo solidario.
– Conservación y desarrollo social: lo que se recauda con las visitas se suele invertir en estos dos conceptos. Así se contribuye a solucionar problemas estructurales.
– Generar conciencia: las personas que practican el turismo solidario adquieren mayor conciencia de las necesidades de los habitantes de otros lugares.
– Nuevas experiencias: conocer situaciones que escapan a la vida cotidiana aporta una visión más amplia de la realidad. Incluso puede inspirar ideas que ayuden a influir positivamente en el propio entorno del turista cuando regresa a casa.

En definitiva, lo que propone el turismo solidario al viajero es implicarse en actividades beneficiosas para el entorno que visita y para sus habitantes. Para ello, lo mejor es dejarse guiar en el lugar de destino por algún organismo que conozca bien las necesidades de la zona y que organice proyectos que se ajusten a ellas, como por ejemplo oenegés e incluso agencias de viajes especializadas que proponen todo tipo de planes para cualquier perfil de viajero.

Turismo solidario familiar, más allá del ocio

Si viajas con niños y quieres apostar por el turismo solidario, lo mejor es buscar experiencias que les ayuden a concebir las vacaciones más allá del ocio.

Existen viajes diseñados especialmente para que mayores y niños tengan la oportunidad de compartir tiempo con familias que tienen modos de vida muy distintos. Por ejemplo, la asociación de turismo sostenible AETHNIC organiza viajes al norte de Marruecos con actividades en las que todos participan codo con codo con familias locales.

La federación de granjas orgánicas WWOOF, por ejemplo, facilita la estancia de familias en este tipo de localizaciones. Allí, niños y mayores podrán colaborar en el cuidado de los animales o en tareas agrícolas desde un punto de vista de total respeto hacia el entorno y sus habitantes.

Por su parte, el programa de voluntariado de CaixaBank ofrece a sus empleados, exempleados, clientes, familiares y amigos la posibilidad de participar en más de 200 actividades solidarias este verano. Durante la temporada, lo que más se necesita son acciones de acompañamiento a menores en situación de riesgo, personas hospitalizadas, con discapacidad o personas mayores. Además, este año se ha puesto en marcha la iniciativa R4 para la recogida de residuos en espacios naturales, que también se puede hacer en familia.

Estudiantes: turismo y voluntariado

El voluntariado internacional es una excelente manera de convertir unas vacaciones en una experiencia de turismo solidario. Existen oenegés, como Tumaini o Cooperatour, que conectan a personas voluntarias con proyectos de desarrollo en distintos continentes.

Para estudiantes, ofrecen la posibilidad de realizar prácticas profesionales o universitarias en los proyectos con los que trabajan. Sus viajes solidarios también pueden convalidar créditos universitarios de libre configuración. Incluso proponen viajes de fin de curso en contextos muy distintos a los habituales.

Los campos de voluntariado que organizan las distintas comunidades autónomas son otra manera de disfrutar de unas vacaciones solidarias. Se trata de viajes que permiten a jóvenes de distintas procedencias participar juntos en proyectos solidarios, desde apoyo en residencias de mayores a conservación del patrimonio cultural. Las posibilidades son muy variadas.

Adultos: experiencias transformadoras

Igualdad de género, iniciativas educativas o sanitarias, proyectos ecológicos… Las alternativas de turismo solidario para adultos son muy variadas y aptas para cualquier tipo de capacitación. Por ejemplo, realizar labores de intérprete en un campo de refugiados gracias al conocimiento de idiomas, ayudar a las crías de tortuga en Costa Rica a alcanzar el mar o apoyar a los escolares de la comunidad Castelao de Cabo Verde en cualquier época del año si se tiene disponibilidad de junio a octubre y un buen nivel de español.

Las experiencias de turismo solidario ayudan a potenciar valores positivos de solidaridad, sostenibilidad y responsabilidad en quien las ejerce. Ponerse en la piel de los demás es el primer paso para comprenderles y ampliar los propios horizontes.

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¿Qué es lo que convierte unas vacaciones en un verano inolvidable? Más que la belleza o el exotismo del destino, son las experiencias que vivimos allí. En este sentido, el turismo solidario es una alternativa que puede convertir un simple viaje de verano en una vivencia transformadora.

Según ACNUR, este tipo de turismo tiene cuatro características fundamentales:
– Impacto ambiental mínimo: la conciencia ecológica y el buen trato de los recursos es uno de los principios del turismo solidario.
– Conservación y desarrollo social: lo que se recauda con las visitas se suele invertir en estos dos conceptos. Así se contribuye a solucionar problemas estructurales.
– Generar conciencia: las personas que practican el turismo solidario adquieren mayor conciencia de las necesidades de los habitantes de otros lugares.
– Nuevas experiencias: conocer situaciones que escapan a la vida cotidiana aporta una visión más amplia de la realidad. Incluso puede inspirar ideas que ayuden a influir positivamente en el propio entorno del turista cuando regresa a casa.

En definitiva, lo que propone el turismo solidario al viajero es implicarse en actividades beneficiosas para el entorno que visita y para sus habitantes. Para ello, lo mejor es dejarse guiar en el lugar de destino por algún organismo que conozca bien las necesidades de la zona y que organice proyectos que se ajusten a ellas, como por ejemplo oenegés e incluso agencias de viajes especializadas que proponen todo tipo de planes para cualquier perfil de viajero.

Turismo solidario familiar, más allá del ocio

Si viajas con niños y quieres apostar por el turismo solidario, lo mejor es buscar experiencias que les ayuden a concebir las vacaciones más allá del ocio.

Existen viajes diseñados especialmente para que mayores y niños tengan la oportunidad de compartir tiempo con familias que tienen modos de vida muy distintos. Por ejemplo, la asociación de turismo sostenible AETHNIC organiza viajes al norte de Marruecos con actividades en las que todos participan codo con codo con familias locales.

La federación de granjas orgánicas WWOOF, por ejemplo, facilita la estancia de familias en este tipo de localizaciones. Allí, niños y mayores podrán colaborar en el cuidado de los animales o en tareas agrícolas desde un punto de vista de total respeto hacia el entorno y sus habitantes.

Por su parte, el programa de voluntariado de CaixaBank ofrece a sus empleados, exempleados, clientes, familiares y amigos la posibilidad de participar en más de 200 actividades solidarias este verano. Durante la temporada, lo que más se necesita son acciones de acompañamiento a menores en situación de riesgo, personas hospitalizadas, con discapacidad o personas mayores. Además, este año se ha puesto en marcha la iniciativa R4 para la recogida de residuos en espacios naturales, que también se puede hacer en familia.

Estudiantes: turismo y voluntariado

El voluntariado internacional es una excelente manera de convertir unas vacaciones en una experiencia de turismo solidario. Existen oenegés, como Tumaini o Cooperatour, que conectan a personas voluntarias con proyectos de desarrollo en distintos continentes.

Para estudiantes, ofrecen la posibilidad de realizar prácticas profesionales o universitarias en los proyectos con los que trabajan. Sus viajes solidarios también pueden convalidar créditos universitarios de libre configuración. Incluso proponen viajes de fin de curso en contextos muy distintos a los habituales.

Los campos de voluntariado que organizan las distintas comunidades autónomas son otra manera de disfrutar de unas vacaciones solidarias. Se trata de viajes que permiten a jóvenes de distintas procedencias participar juntos en proyectos solidarios, desde apoyo en residencias de mayores a conservación del patrimonio cultural. Las posibilidades son muy variadas.

Adultos: experiencias transformadoras

Igualdad de género, iniciativas educativas o sanitarias, proyectos ecológicos… Las alternativas de turismo solidario para adultos son muy variadas y aptas para cualquier tipo de capacitación. Por ejemplo, realizar labores de intérprete en un campo de refugiados gracias al conocimiento de idiomas, ayudar a las crías de tortuga en Costa Rica a alcanzar el mar o apoyar a los escolares de la comunidad Castelao de Cabo Verde en cualquier época del año si se tiene disponibilidad de junio a octubre y un buen nivel de español.

Las experiencias de turismo solidario ayudan a potenciar valores positivos de solidaridad, sostenibilidad y responsabilidad en quien las ejerce. Ponerse en la piel de los demás es el primer paso para comprenderles y ampliar los propios horizontes.

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“Gente que antes donaba alimentos, ahora necesita apoyo” https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/gente-que-antes-donaba-alimentos-ahora-necesita-apoyo/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/gente-que-antes-donaba-alimentos-ahora-necesita-apoyo/#respond Wed, 23 Jun 2021 14:51:29 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40970

José Ramón, militar de aviación; Carmelo, profesor de Diseño Gráfico; Antonio, militar en la reserva; Rosa, ama de casa; José, empleado de estructuras metálicas, y Julio, exempleado de banca, parecen no tener mucho en común.

Solo a simple vista, porque los seis comparten compromiso con FESBAL, la Federación Española de Bancos de Alimentos en España, un ‘equipo’ del que forman parte más de 3.000 voluntarios que ocupan el 96% de los puestos de responsabilidad de la entidad.

La jubilación les llegó a unos antes que a otros, pero lo que todos tuvieron claro era que no iban a ocupar su tiempo solamente en ocio. “Pasé a la reserva con 56 años y no me veía en casa sin hacer nada”, explica José Ramón, quien vio en la prensa un anuncio del trabajo que realizaban en el Banco de Alimentos de Las Palmas y no lo dudó.

Han pasado ya once años desde aquello y tras distintos cargos de responsabilidad, siempre como voluntario, José Ramón resalta la gran labor que realizan desde el Banco de Alimentos de Las Palmas: “en 2020 atendimos a 35.000 personas y repartimos más de 4,3 millones de kilos de alimentos”. Datos muy superiores a los del año anterior, ya que el riesgo de pobreza severa y exclusión se ha disparado en la isla como consecuencia de la crisis económica generada por la COVID-19.

Unas cifras que también se han incrementado a nivel nacional. Desde FESBAL señalan que el año pasado repartieron 158 millones de kilos de alimentos y atendieron a más de 1,5 millones de personas en situación de vulnerabilidad. “Gente que antes nos donaba alimentos, que tenían un pequeño comercio, ahora, como consecuencia de la COVID, han cerrado y son ellos los que nos piden apoyo”, señala el voluntario.

Gente que antes donaba alimentos, ahora necesita apoyo

María Soledad, voluntaria en la Asociación Vecinal y Solidaria de Arenales (AVESAR), comparte también esta experiencia. A través de la Fundación “la Caixa” colabora con la asociación ubicada en Las Palmas en la clasificación y entrega de alimentos a las personas que acuden al centro. “Antes del confinamiento las personas que acudían pertenecían, principalmente, a colectivos en riesgo de exclusión, como mujeres maltratadas o personas con adicciones”, comenta. “Ahora, acuden a la asociación personas que han tenido un nivel de vida medio y que, como consecuencia de la pandemia, se han visto obligadas a pedir ayuda, como parejas jóvenes, mujeres embarazadas o familias que han perdido el empleo”, explica.

Compromiso humano

Y es que la pandemia de la COVID-19 ha llevado a las filas de las entidades sociales a un perfil de personas que hasta entonces no se encontraban en situación de vulnerabilidad.

Personas como los alumnos de Carmelo García, voluntario del Banco de Alimentos de Alicante, que decidió unirse a la entidad tras conocer la realidad a la que se estaban enfrentando muchos de ellos.

El vínculo entre profesor y alumno no es solo pedagógico, es humano, y el instructor de Diseño Gráfico no podía mantenerse al margen y únicamente impartir la asignatura a sus alumnos de Formación Profesional. La COVID-19 llegó y arrasó, no solo con la salud de muchas personas, sino también con su empleo. “Me dolía ver que alumnos que eran buenos y tenían un futuro dejaban los estudios por buscar un trabajo en la agricultura o en servicios porque sus padres habían perdido el empleo”, relata el voluntario que, además de organizar tres días por semana los palés para ser distribuidos entre las asociaciones beneficiarias, ayuda con sus conocimientos web e incluso ha desarrollado un programa para identificar carga y volumen de los paquetes que entran.

El funcionamiento de los voluntarios en los bancos de alimentos es como una gran empresa. Cada uno tiene encomendada su labor y, de forma coordinada y como “una familia”, según relatan varios de los voluntarios, “repartimos las tareas”.

Gente que antes donaba alimentos, ahora necesita apoyo

Recepción de mercancías, operaciones de almacén, conducción de furgonetas, tareas administrativas, informáticas o tareas comerciales y de comunicación son solo algunas de las labores de las que se encargan los voluntarios.

José trabajó toda su vida con estructuras metálicas. Desde antes de jubilarse ya pensaba en colaborar con el Banco de Alimentos de Valladolid y fue una vez jubilado a los 65 años cuando empezó a gestionar los fondos europeos para personas desfavorecidas en el centro. “Aunque las entidades beneficiarias a las que donamos los alimentos más o menos se mantienen en número, la cantidad de beneficiarios, de personas que reciben la ayuda, se ha incrementado”, explica el voluntario.

Los productos básicos que se reparten son pasta, arroz, legumbres, leche, alimentos infantiles, sopas, fruta en conserva, tomate, aceite y harina. Además, empresas alimentarias entregan cientos, e incluso miles de sus productos, que son clasificados y se incluyen en el reparto siempre que se puede.

Estar al lado de los que más lo necesitan

Antonio sabe bien de la mercancía que entra y sale de los almacenes. Militar en reserva, lleva 13 años como voluntario en el Banco de Alimentos de Zaragoza. Es el “jefe de día” o responsable de la entrada y salida de los alimentos. Tiene la suerte de compartir su compromiso con Rosa, su mujer, quien dedicada al trabajo en casa toda su vida, sentía que le “faltaba algo cuando los hijos se independizaron”, explica.

Ambos señalan lo gratificante que es su voluntariado. “Me enganchó desde el principio y me llena de vida, es una experiencia desinteresada, que me hace muy feliz. Cuando me suena el despertador para venir, doy un respingo para prepararme”, señala Rosa, a lo que su marido apunta: “es muy reconfortante devolver a las personas, que desgraciadamente lo necesitan, algo de nuestra ayuda”.

Un sentimiento que comparte Julio, exempleado de CaixaBank y voluntario en el Banco de Acción Solidaria de Valencia. “Cuando uno siente que ha sido afortunado en la vida, solo te queda contribuir a revertir esa suerte y echar una mano en lo que buenamente se pueda”, explica Julio quien, además de colaborar con el banco de alimentos, imparte clases de español para inmigrantes. “Siempre me ha gustado la docencia”, apunta.

Un gran ejemplo el de José Ramón, Carmelo, Antonio, Rosa, José, María Soledad y Julio, que ponen de relieve el gran trabajo y compromiso de los voluntarios de los bancos de alimentos. “Aunque hemos pasado miedo por la pandemia, no queríamos dejar de estar al lado de quienes más lo necesitaban”, explica José Ramón desde Las Palmas.

Personas altruistas que, como Carmelo, llegan a casa cansadas “porque el trabajo es muy físico”, pero que, psicológicamente, les llena de fuerza. “Me siento útil y brindo ayuda a personas que no conozco”, afirma.

Para atender las necesidades más básicas, Fundación ”la Caixa” y CaixaBank han puesto en marcha, junto con FESBAL, la campaña #NingúnHogarSinAlimentos. Las donaciones se pueden hacer a través de la red de cajeros automáticos de CaixaBank; mediante CaixaBank NOW, tanto en la app como en la web, y por medio del portal Caixabank.es, para los que no son clientes de la entidad. Otra opción de colaboración es a través de Bizum, enviando el donativo al número 38014.

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José Ramón, militar de aviación; Carmelo, profesor de Diseño Gráfico; Antonio, militar en la reserva; Rosa, ama de casa; José, empleado de estructuras metálicas, y Julio, exempleado de banca, parecen no tener mucho en común.

Solo a simple vista, porque los seis comparten compromiso con FESBAL, la Federación Española de Bancos de Alimentos en España, un ‘equipo’ del que forman parte más de 3.000 voluntarios que ocupan el 96% de los puestos de responsabilidad de la entidad.

La jubilación les llegó a unos antes que a otros, pero lo que todos tuvieron claro era que no iban a ocupar su tiempo solamente en ocio. “Pasé a la reserva con 56 años y no me veía en casa sin hacer nada”, explica José Ramón, quien vio en la prensa un anuncio del trabajo que realizaban en el Banco de Alimentos de Las Palmas y no lo dudó.

Han pasado ya once años desde aquello y tras distintos cargos de responsabilidad, siempre como voluntario, José Ramón resalta la gran labor que realizan desde el Banco de Alimentos de Las Palmas: “en 2020 atendimos a 35.000 personas y repartimos más de 4,3 millones de kilos de alimentos”. Datos muy superiores a los del año anterior, ya que el riesgo de pobreza severa y exclusión se ha disparado en la isla como consecuencia de la crisis económica generada por la COVID-19.

Unas cifras que también se han incrementado a nivel nacional. Desde FESBAL señalan que el año pasado repartieron 158 millones de kilos de alimentos y atendieron a más de 1,5 millones de personas en situación de vulnerabilidad. “Gente que antes nos donaba alimentos, que tenían un pequeño comercio, ahora, como consecuencia de la COVID, han cerrado y son ellos los que nos piden apoyo”, señala el voluntario.

Gente que antes donaba alimentos, ahora necesita apoyo

María Soledad, voluntaria en la Asociación Vecinal y Solidaria de Arenales (AVESAR), comparte también esta experiencia. A través de la Fundación “la Caixa” colabora con la asociación ubicada en Las Palmas en la clasificación y entrega de alimentos a las personas que acuden al centro. “Antes del confinamiento las personas que acudían pertenecían, principalmente, a colectivos en riesgo de exclusión, como mujeres maltratadas o personas con adicciones”, comenta. “Ahora, acuden a la asociación personas que han tenido un nivel de vida medio y que, como consecuencia de la pandemia, se han visto obligadas a pedir ayuda, como parejas jóvenes, mujeres embarazadas o familias que han perdido el empleo”, explica.

Compromiso humano

Y es que la pandemia de la COVID-19 ha llevado a las filas de las entidades sociales a un perfil de personas que hasta entonces no se encontraban en situación de vulnerabilidad.

Personas como los alumnos de Carmelo García, voluntario del Banco de Alimentos de Alicante, que decidió unirse a la entidad tras conocer la realidad a la que se estaban enfrentando muchos de ellos.

El vínculo entre profesor y alumno no es solo pedagógico, es humano, y el instructor de Diseño Gráfico no podía mantenerse al margen y únicamente impartir la asignatura a sus alumnos de Formación Profesional. La COVID-19 llegó y arrasó, no solo con la salud de muchas personas, sino también con su empleo. “Me dolía ver que alumnos que eran buenos y tenían un futuro dejaban los estudios por buscar un trabajo en la agricultura o en servicios porque sus padres habían perdido el empleo”, relata el voluntario que, además de organizar tres días por semana los palés para ser distribuidos entre las asociaciones beneficiarias, ayuda con sus conocimientos web e incluso ha desarrollado un programa para identificar carga y volumen de los paquetes que entran.

El funcionamiento de los voluntarios en los bancos de alimentos es como una gran empresa. Cada uno tiene encomendada su labor y, de forma coordinada y como “una familia”, según relatan varios de los voluntarios, “repartimos las tareas”.

Gente que antes donaba alimentos, ahora necesita apoyo

Recepción de mercancías, operaciones de almacén, conducción de furgonetas, tareas administrativas, informáticas o tareas comerciales y de comunicación son solo algunas de las labores de las que se encargan los voluntarios.

José trabajó toda su vida con estructuras metálicas. Desde antes de jubilarse ya pensaba en colaborar con el Banco de Alimentos de Valladolid y fue una vez jubilado a los 65 años cuando empezó a gestionar los fondos europeos para personas desfavorecidas en el centro. “Aunque las entidades beneficiarias a las que donamos los alimentos más o menos se mantienen en número, la cantidad de beneficiarios, de personas que reciben la ayuda, se ha incrementado”, explica el voluntario.

Los productos básicos que se reparten son pasta, arroz, legumbres, leche, alimentos infantiles, sopas, fruta en conserva, tomate, aceite y harina. Además, empresas alimentarias entregan cientos, e incluso miles de sus productos, que son clasificados y se incluyen en el reparto siempre que se puede.

Estar al lado de los que más lo necesitan

Antonio sabe bien de la mercancía que entra y sale de los almacenes. Militar en reserva, lleva 13 años como voluntario en el Banco de Alimentos de Zaragoza. Es el “jefe de día” o responsable de la entrada y salida de los alimentos. Tiene la suerte de compartir su compromiso con Rosa, su mujer, quien dedicada al trabajo en casa toda su vida, sentía que le “faltaba algo cuando los hijos se independizaron”, explica.

Ambos señalan lo gratificante que es su voluntariado. “Me enganchó desde el principio y me llena de vida, es una experiencia desinteresada, que me hace muy feliz. Cuando me suena el despertador para venir, doy un respingo para prepararme”, señala Rosa, a lo que su marido apunta: “es muy reconfortante devolver a las personas, que desgraciadamente lo necesitan, algo de nuestra ayuda”.

Un sentimiento que comparte Julio, exempleado de CaixaBank y voluntario en el Banco de Acción Solidaria de Valencia. “Cuando uno siente que ha sido afortunado en la vida, solo te queda contribuir a revertir esa suerte y echar una mano en lo que buenamente se pueda”, explica Julio quien, además de colaborar con el banco de alimentos, imparte clases de español para inmigrantes. “Siempre me ha gustado la docencia”, apunta.

Un gran ejemplo el de José Ramón, Carmelo, Antonio, Rosa, José, María Soledad y Julio, que ponen de relieve el gran trabajo y compromiso de los voluntarios de los bancos de alimentos. “Aunque hemos pasado miedo por la pandemia, no queríamos dejar de estar al lado de quienes más lo necesitaban”, explica José Ramón desde Las Palmas.

Personas altruistas que, como Carmelo, llegan a casa cansadas “porque el trabajo es muy físico”, pero que, psicológicamente, les llena de fuerza. “Me siento útil y brindo ayuda a personas que no conozco”, afirma.

Para atender las necesidades más básicas, Fundación ”la Caixa” y CaixaBank han puesto en marcha, junto con FESBAL, la campaña #NingúnHogarSinAlimentos. Las donaciones se pueden hacer a través de la red de cajeros automáticos de CaixaBank; mediante CaixaBank NOW, tanto en la app como en la web, y por medio del portal Caixabank.es, para los que no son clientes de la entidad. Otra opción de colaboración es a través de Bizum, enviando el donativo al número 38014.

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¿Qué carrera estudiar? La vida después de la EVAU https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/que-carrera-estudiar-la-vida-despues-de-la-evau/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/que-carrera-estudiar-la-vida-despues-de-la-evau/#respond Thu, 17 Jun 2021 06:17:33 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40768

Llega junio y con él aparecen las terrazas, los pantalones cortos y la pesadilla de los estudiantes: los exámenes. Pero, de entre todos ellos, el más determinante para el futuro y el que suscita mayor inquietud es la EVAU o prueba de acceso a la universidad.

A los nervios que suscita este momento se une la situación histórica que atraviesa nuestro país a raíz de la pandemia. Con un mercado laboral sacudido por la crisis sanitaria y una estructura empresarial que ha tenido que cambiar a marchas forzadas, conocer las previsiones para las profesiones del futuro resulta fundamental a la hora de sopesar opciones.

El mundo laboral tras la pandemia

Dan Schawbel, especialista en RR. HH. y selección de personal, apunta que la crisis sanitaria ha desencadenado el cambio más disruptivo que se había visto en el mundo laboral. Y es que la pandemia no solo ha hecho estragos en algunos sectores, como el turismo o la restauración, sino que también ha obligado a muchos otros a reinventarse. Este cambio se ha traducido en:

– Una transformación digital acelerada en el ámbito empresarial.

– Flexibilidad de horario y de la ubicación laboral derivados del teletrabajo.

– Formación y actualización profesional: las empresas se han dado cuenta de que tener una plantilla capaz de amoldarse a las circunstancias externas es fundamental en el mundo tan cambiante en que vivimos. Además de las habilidades personales, por las que cada vez se preocupan más en los procesos de selección, la actualización y la formación permanente resultan determinantes para sobrevivir en la era de la fugacidad y el cortoplacismo. A esta necesidad se suma una oportunidad detectada desde el pasado año: la educación on-line.

– El bienestar de los trabajadores: el salario emocional y la salud mental llevan años siendo un foco de interés para las empresas, pues se ha comprobado que inciden directamente en la productividad. A raíz del confinamiento, se ha visto imprescindible asegurar unas condiciones de motivación y realización que permitan mantener un espacio sano de trabajo (aunque ese espacio sea el propio hogar) y hacer que la plantilla esté satisfecha con sus condiciones de trabajo.

Los perfiles del futuro

El análisis del Foro Económico Mundial The Future of Jobs Report 2020 pone de relieve la importancia de la digitalización, la automatización de procesos y la inversión en sostenibilidad y capital humano en el nuevo mercado laboral postpandemia. Teniendo en cuenta que estos son los factores clave para definir el escenario laboral que se avecina, señalamos una lista de los perfiles que serán más demandados por las empresas:

– Especialista en inteligencia artificial: sus funciones son muy amplias, pudiendo desarrollar productos y servicios basados en inteligencia artificial, desarrollar soluciones electrónicas o construir algoritmos. Este perfil se encarga de diseñar y crear objetos artificiales con el objetivo de solucionar problemas concretos. Aún no hay un grado específico para este perfil, pero ya hay varias universidades españolas que ofrecen un máster que te permitiría dedicarte a esto.

– Especialista en Customer Success: este es un ejemplo de sector tradicional que se transforma. Las actividades comerciales son tan antiguas como el ejercicio del derecho o la medicina y seguirán dinamizando el mercado laboral, aunque se busquen perfiles más específicos. Según LinkedIn, los especialistas en Customer Success (éxito del cliente) han aumentado un 70 % de 2018 a 2019, y el Foro Económico Mundial prevé que sea uno de los perfiles más solicitados por las empresas. Su misión es la de mantener el contacto con los clientes de una empresa y asegurar que la experiencia del cliente con el producto o servicio sea la mejor posible. Lo cierto es que tampoco existe aún un grado específico, pues las universidades necesitan tiempo para responder a las demandas que va realizando la sociedad, pero sí que hay cursos específicos y se trata de un perfil que requiere más de habilidades personales que de una titulación concreta. No obstante, se puede acceder a este puesto a través de carreras como ADE, Marketing o Comercio Internacional.

– Data Scientist: es el especialista en Big Data, cuya función es analizar, gestionar y explotar datos. Es un puesto muy demandado por las empresas, ya que permite optimizar recursos y alcanzar objetivos. Hay varias carreras que pueden dar acceso a esta especialidad, como son Matemáticas, Física o alguna ingeniería.

– Desarrollador de aplicaciones: es uno de los perfiles más valorados del mercado, ya que hoy en día es rara la empresa o administración que no cuenta con alguna aplicación, ya sea para relacionarse con sus clientes o para ejecutar procesos internos. Para dedicarte a esto, puedes estudiar Ingeniería Informática o Ingeniería en Telecomunicaciones, pero una opción cada vez más extendida en el Doble Grado en Informática y Matemáticas.

–  Piloto de drones: este puede ser uno de los perfiles que experimente un mayor auge, ya que los drones se utilizan cada vez en más ámbitos, desde la producción audiovisual al control de fronteras. Para ejercer esta profesión, lo ideal es estudiar Ingeniería Aeronáutica o Ingeniería Aeroespacial, pero si no, se puede acceder a través de un máster en RPAS (aeronaves pilotadas remotamente).

–  Ingeniero ambiental y en energías renovables: en una sociedad cada día más concienciada con el medioambiente y el cambio climático, estos perfiles son y serán muy solicitados. Su misión es encontrar soluciones técnicas que sean viables para la empresa y le permitan mejorar un producto o servicio, a la vez que se producen los menores daños posibles en el agua, el aire, el suelo y la atmósfera. Es un campo emergente en el que, de momento, es fácil introducirte desde otras ingenierías, pero si lo tienes claro, puedes optar por el Grado en Ingeniería Ambiental o el Grado en Energías Renovables.

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Llega junio y con él aparecen las terrazas, los pantalones cortos y la pesadilla de los estudiantes: los exámenes. Pero, de entre todos ellos, el más determinante para el futuro y el que suscita mayor inquietud es la EVAU o prueba de acceso a la universidad.

A los nervios que suscita este momento se une la situación histórica que atraviesa nuestro país a raíz de la pandemia. Con un mercado laboral sacudido por la crisis sanitaria y una estructura empresarial que ha tenido que cambiar a marchas forzadas, conocer las previsiones para las profesiones del futuro resulta fundamental a la hora de sopesar opciones.

El mundo laboral tras la pandemia

Dan Schawbel, especialista en RR. HH. y selección de personal, apunta que la crisis sanitaria ha desencadenado el cambio más disruptivo que se había visto en el mundo laboral. Y es que la pandemia no solo ha hecho estragos en algunos sectores, como el turismo o la restauración, sino que también ha obligado a muchos otros a reinventarse. Este cambio se ha traducido en:

– Una transformación digital acelerada en el ámbito empresarial.

– Flexibilidad de horario y de la ubicación laboral derivados del teletrabajo.

– Formación y actualización profesional: las empresas se han dado cuenta de que tener una plantilla capaz de amoldarse a las circunstancias externas es fundamental en el mundo tan cambiante en que vivimos. Además de las habilidades personales, por las que cada vez se preocupan más en los procesos de selección, la actualización y la formación permanente resultan determinantes para sobrevivir en la era de la fugacidad y el cortoplacismo. A esta necesidad se suma una oportunidad detectada desde el pasado año: la educación on-line.

– El bienestar de los trabajadores: el salario emocional y la salud mental llevan años siendo un foco de interés para las empresas, pues se ha comprobado que inciden directamente en la productividad. A raíz del confinamiento, se ha visto imprescindible asegurar unas condiciones de motivación y realización que permitan mantener un espacio sano de trabajo (aunque ese espacio sea el propio hogar) y hacer que la plantilla esté satisfecha con sus condiciones de trabajo.

Los perfiles del futuro

El análisis del Foro Económico Mundial The Future of Jobs Report 2020 pone de relieve la importancia de la digitalización, la automatización de procesos y la inversión en sostenibilidad y capital humano en el nuevo mercado laboral postpandemia. Teniendo en cuenta que estos son los factores clave para definir el escenario laboral que se avecina, señalamos una lista de los perfiles que serán más demandados por las empresas:

– Especialista en inteligencia artificial: sus funciones son muy amplias, pudiendo desarrollar productos y servicios basados en inteligencia artificial, desarrollar soluciones electrónicas o construir algoritmos. Este perfil se encarga de diseñar y crear objetos artificiales con el objetivo de solucionar problemas concretos. Aún no hay un grado específico para este perfil, pero ya hay varias universidades españolas que ofrecen un máster que te permitiría dedicarte a esto.

– Especialista en Customer Success: este es un ejemplo de sector tradicional que se transforma. Las actividades comerciales son tan antiguas como el ejercicio del derecho o la medicina y seguirán dinamizando el mercado laboral, aunque se busquen perfiles más específicos. Según LinkedIn, los especialistas en Customer Success (éxito del cliente) han aumentado un 70 % de 2018 a 2019, y el Foro Económico Mundial prevé que sea uno de los perfiles más solicitados por las empresas. Su misión es la de mantener el contacto con los clientes de una empresa y asegurar que la experiencia del cliente con el producto o servicio sea la mejor posible. Lo cierto es que tampoco existe aún un grado específico, pues las universidades necesitan tiempo para responder a las demandas que va realizando la sociedad, pero sí que hay cursos específicos y se trata de un perfil que requiere más de habilidades personales que de una titulación concreta. No obstante, se puede acceder a este puesto a través de carreras como ADE, Marketing o Comercio Internacional.

– Data Scientist: es el especialista en Big Data, cuya función es analizar, gestionar y explotar datos. Es un puesto muy demandado por las empresas, ya que permite optimizar recursos y alcanzar objetivos. Hay varias carreras que pueden dar acceso a esta especialidad, como son Matemáticas, Física o alguna ingeniería.

– Desarrollador de aplicaciones: es uno de los perfiles más valorados del mercado, ya que hoy en día es rara la empresa o administración que no cuenta con alguna aplicación, ya sea para relacionarse con sus clientes o para ejecutar procesos internos. Para dedicarte a esto, puedes estudiar Ingeniería Informática o Ingeniería en Telecomunicaciones, pero una opción cada vez más extendida en el Doble Grado en Informática y Matemáticas.

–  Piloto de drones: este puede ser uno de los perfiles que experimente un mayor auge, ya que los drones se utilizan cada vez en más ámbitos, desde la producción audiovisual al control de fronteras. Para ejercer esta profesión, lo ideal es estudiar Ingeniería Aeronáutica o Ingeniería Aeroespacial, pero si no, se puede acceder a través de un máster en RPAS (aeronaves pilotadas remotamente).

–  Ingeniero ambiental y en energías renovables: en una sociedad cada día más concienciada con el medioambiente y el cambio climático, estos perfiles son y serán muy solicitados. Su misión es encontrar soluciones técnicas que sean viables para la empresa y le permitan mejorar un producto o servicio, a la vez que se producen los menores daños posibles en el agua, el aire, el suelo y la atmósfera. Es un campo emergente en el que, de momento, es fácil introducirte desde otras ingenierías, pero si lo tienes claro, puedes optar por el Grado en Ingeniería Ambiental o el Grado en Energías Renovables.

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Recommerce: el inesperado aliado de la economía circular https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/recommerce-el-inesperado-aliado-de-la-economia-circular/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/recommerce-el-inesperado-aliado-de-la-economia-circular/#respond Tue, 08 Jun 2021 06:25:11 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40640

Es una práctica que se solía limitar a rastrillos y a algunas tiendas especializadas. Sin embargo, Internet ha supuesto un importante espaldarazo a su popularización. El recommerce o la venta de productos de segunda mano en Internet se presenta como una tendencia pujante dentro del comercio online. Y esto supone una gran noticia para la sostenibilidad.

Esta tendencia, que ha ganado protagonismo durante la pandemia, contribuye a extender la economía circular. Sus perspectivas no pueden ser más prometedoras: se estima que el recommerce crezca entre el 15 % y el 20 % anuales hasta 2026.

Reducir, reutilizar y reciclar

El recommerce sigue la lógica de la economía circular y se centra especialmente en tres de las nueve erres (9 R) que la sustentan: reducir, reutilizar y reciclar. Se trata de alargar al máximo la vida útil de los objetos y materiales antes de reemplazarlos por otros. El objetivo último consiste en preservar los recursos limitados que nos ofrece el planeta.

La compraventa online de productos usados permite reducir, al mismo tiempo, el empleo de esos recursos y el volumen de residuos que generamos. También reutilizar productos que, de otro modo, quedarían olvidados en un cajón o acabarían en un vertedero.

En definitiva, es cuestión de cerrar el ciclo del consumo y sustituir el modelo lineal, basado en la máxima de “usar y tirar”. En este sentido, la popularización del recommerce aparece como un importante revulsivo para implantar el nuevo modelo de economía circular.

Los consumidores pasan a la acción

El uso de plataformas electrónicas de compraventa de productos de segunda mano como Wallapop, eBay, Vibbo, Chicfy o Milanuncios ha rescatado la compraventa de productos usados de una cierta marginalidad. No solo eso. Además, han contribuido a popularizarla hasta límites insospechados.

Se trata de un cambio de paradigma que se observa incluso en sectores tan sorprendentes como el del lujo: el 35 % de las ventas de artículos, como relojes de alta gama o joyas, ya se realiza online, fuera de las casas de subastas y de tiendas físicas especializadas. De hecho, según un informe de The Boston Consulting Group, la preocupación por la sostenibilidad de los bienes de lujo crece cada vez más entre los consumidores, sobre todo los más jóvenes.

Esta preferencia por un consumo más responsable ha animado incluso a firmas de alta costura a promover sus propios canales de venta de prendas de segunda mano. Sin embargo, no es exclusiva del sector del lujo. Es una tendencia que también se observa a la hora de llenar nuestra cesta de la compra, así como a la de adquirir ropa o equipamiento deportivo, pantalones tejanos o teléfonos móviles, entre otros muchos productos. La sostenibilidad se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones a la hora de consumir y el recommerce es una práctica que nos puede ayudar a ponerla en el centro.

Consejos para un recommerce seguro

Existe una serie de buenas prácticas que vendrán bien tanto a los usuarios de aplicaciones de recommerce más avanzados como a aquellos que se plantean sumarse a esta tendencia.

– Quedar físicamente: este es un consejo que aplica tanto a compradores como a vendedores. Si no se va a utilizar algún método que asegure la transacción online, conviene quedar físicamente con la otra parte. Así se podrá comprobar el estado real del producto y asegurar el pago. La reunión para efectuar la transacción debe producirse en un lugar transitado y público. A poder ser, conviene acudir acompañado.

– Evitar transacciones o transferencias inmediatas: lo mejor es tomarse el tiempo necesario para valorar si el producto reúne las condiciones adecuadas, si responde a nuestras necesidades y si realmente lo necesitamos. Algunas plataformas especializadas retienen el importe hasta que el comprador recibe el producto y verifica su buen estado.

– Revisar las valoraciones: algunas plataformas cuentan con herramientas de valoración que permiten comprobar la experiencia de otros compradores o vendedores con un usuario en concreto. Se trata de comentarios útiles para establecer el perfil de la persona con la que estamos tratando y asegurarnos de que se trata de un perfil verdadero. Si no hay comentarios, siempre se puede establecer una conversación online y aplicar el siguiente consejo.

– Sentido común: si se perciben señales sospechosas, como mensajes farragosos, precios demasiado bajos, direcciones de correo extrañas o reticencias a facilitar más imágenes o datos acerca del producto, es mejor ser prudentes y descartar la transacción. Es importante no dejar que el deseo de adquirir un producto se imponga al sentido común que aplicamos normalmente a cualquier compra.

El recommerce es una alternativa de consumo responsable que nos ayudará a asegurar un futuro sostenible para todos. Una meta que se ha condensado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU y a la que los ciudadanos debemos contribuir. Apostar por alargar la vida útil de los objetos es una de las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo.

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Es una práctica que se solía limitar a rastrillos y a algunas tiendas especializadas. Sin embargo, Internet ha supuesto un importante espaldarazo a su popularización. El recommerce o la venta de productos de segunda mano en Internet se presenta como una tendencia pujante dentro del comercio online. Y esto supone una gran noticia para la sostenibilidad.

Esta tendencia, que ha ganado protagonismo durante la pandemia, contribuye a extender la economía circular. Sus perspectivas no pueden ser más prometedoras: se estima que el recommerce crezca entre el 15 % y el 20 % anuales hasta 2026.

Reducir, reutilizar y reciclar

El recommerce sigue la lógica de la economía circular y se centra especialmente en tres de las nueve erres (9 R) que la sustentan: reducir, reutilizar y reciclar. Se trata de alargar al máximo la vida útil de los objetos y materiales antes de reemplazarlos por otros. El objetivo último consiste en preservar los recursos limitados que nos ofrece el planeta.

La compraventa online de productos usados permite reducir, al mismo tiempo, el empleo de esos recursos y el volumen de residuos que generamos. También reutilizar productos que, de otro modo, quedarían olvidados en un cajón o acabarían en un vertedero.

En definitiva, es cuestión de cerrar el ciclo del consumo y sustituir el modelo lineal, basado en la máxima de “usar y tirar”. En este sentido, la popularización del recommerce aparece como un importante revulsivo para implantar el nuevo modelo de economía circular.

Los consumidores pasan a la acción

El uso de plataformas electrónicas de compraventa de productos de segunda mano como Wallapop, eBay, Vibbo, Chicfy o Milanuncios ha rescatado la compraventa de productos usados de una cierta marginalidad. No solo eso. Además, han contribuido a popularizarla hasta límites insospechados.

Se trata de un cambio de paradigma que se observa incluso en sectores tan sorprendentes como el del lujo: el 35 % de las ventas de artículos, como relojes de alta gama o joyas, ya se realiza online, fuera de las casas de subastas y de tiendas físicas especializadas. De hecho, según un informe de The Boston Consulting Group, la preocupación por la sostenibilidad de los bienes de lujo crece cada vez más entre los consumidores, sobre todo los más jóvenes.

Esta preferencia por un consumo más responsable ha animado incluso a firmas de alta costura a promover sus propios canales de venta de prendas de segunda mano. Sin embargo, no es exclusiva del sector del lujo. Es una tendencia que también se observa a la hora de llenar nuestra cesta de la compra, así como a la de adquirir ropa o equipamiento deportivo, pantalones tejanos o teléfonos móviles, entre otros muchos productos. La sostenibilidad se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones a la hora de consumir y el recommerce es una práctica que nos puede ayudar a ponerla en el centro.

Consejos para un recommerce seguro

Existe una serie de buenas prácticas que vendrán bien tanto a los usuarios de aplicaciones de recommerce más avanzados como a aquellos que se plantean sumarse a esta tendencia.

– Quedar físicamente: este es un consejo que aplica tanto a compradores como a vendedores. Si no se va a utilizar algún método que asegure la transacción online, conviene quedar físicamente con la otra parte. Así se podrá comprobar el estado real del producto y asegurar el pago. La reunión para efectuar la transacción debe producirse en un lugar transitado y público. A poder ser, conviene acudir acompañado.

– Evitar transacciones o transferencias inmediatas: lo mejor es tomarse el tiempo necesario para valorar si el producto reúne las condiciones adecuadas, si responde a nuestras necesidades y si realmente lo necesitamos. Algunas plataformas especializadas retienen el importe hasta que el comprador recibe el producto y verifica su buen estado.

– Revisar las valoraciones: algunas plataformas cuentan con herramientas de valoración que permiten comprobar la experiencia de otros compradores o vendedores con un usuario en concreto. Se trata de comentarios útiles para establecer el perfil de la persona con la que estamos tratando y asegurarnos de que se trata de un perfil verdadero. Si no hay comentarios, siempre se puede establecer una conversación online y aplicar el siguiente consejo.

– Sentido común: si se perciben señales sospechosas, como mensajes farragosos, precios demasiado bajos, direcciones de correo extrañas o reticencias a facilitar más imágenes o datos acerca del producto, es mejor ser prudentes y descartar la transacción. Es importante no dejar que el deseo de adquirir un producto se imponga al sentido común que aplicamos normalmente a cualquier compra.

El recommerce es una alternativa de consumo responsable que nos ayudará a asegurar un futuro sostenible para todos. Una meta que se ha condensado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU y a la que los ciudadanos debemos contribuir. Apostar por alargar la vida útil de los objetos es una de las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo.

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Sostenibilidad y emprendimiento: la receta secreta del éxito https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/sostenibilidad-y-emprendimiento-la-receta-secreta-del-exito/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/sostenibilidad-y-emprendimiento-la-receta-secreta-del-exito/#respond Fri, 04 Jun 2021 06:28:12 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40622

En 1972 tuvo lugar la primera cumbre mundial sobre medio ambiente, momento en que la ONU estableció el 5 de junio como la fecha conmemorativa del Día Mundial del Medio Ambiente. Han pasado ya casi 40 años desde aquella cumbre que pretendía aumentar la conciencia y la acción global en materia medioambiental y, a lo largo de estas décadas, tanto la población como las empresas e instituciones han mostrado un nivel creciente de compromiso con la misión de preservar nuestro planeta.
La generación actual es, sin duda, la más concienciada con la sostenibilidad y el medio ambiente. Pocas veces una misión había sido abordada por tantas personas, a escala global, y con un nivel de compromiso que se manifiesta, no solo en las pequeñas acciones individuales, sino también en las estrategias y políticas públicas y el emprendimiento empresarial. Una muestra de ello es que, este año 2021, el Día Mundial del Medio Ambiente marca el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

Reimagina, recrea, restaura

Bajo el lema «Reimagina, recrea, restaura», este año, el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en la restauración de ecosistemas e inicia un decenio que pretende revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques y tierras de cultivo hasta las profundidades del mar. La salubridad de los ecosistemas afecta directamente, no solo al cambio climático y la biodiversidad, sino también a nuestra propia vida, ya que la pérdida de ecosistemas produce las condiciones ideales para la propagación de patógenos como los coronavirus y aumenta el riesgo de pandemias.
La restauración de los ecosistemas es una tarea global titánica, que supone reparar superficies de tierra más grandes que China, pero sus beneficios son incalculables. O quizás sí que se puedan calcular. Naciones Unidas ha estimado que, por cada dólar invertido en restauración, se pueden esperar al menos entre 7 y 30 dólares en ganancias para la sociedad. Y es que las acciones para recuperar los ecosistemas no solo nos devolverán un aire más limpio y ríos libres de residuos, sino que además beneficiarán a nuestra salud y generarán empleos.

Invertir en ecosistemas es invertir en nuestro futuro. Esta es una realidad de la que empiezan a ser conscientes ya numerosos países, que se han decidido a invertir en la restauración, ya sea a raíz de la pandemia o por una visión ecologista. En cualquier caso, las políticas estatales están viendo su reflejo en la población, que cada día incorpora más acciones de preservación medioambiental a su rutina diaria (reciclaje, consumo responsable, eficiencia energética, reducción de emisiones), y en las empresas, que han decidido asumir su papel como referentes en sostenibilidad.

Comprometidas y rentables: así son las nuevas start-ups

El cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático se han convertido en valores de prestigio para las grandes compañías, que ya han emprendido procesos de transformación industrial y ofrecen nuevos productos y servicios a sus usuarios que ayuden a revertir los efectos que se venían produciendo en los ecosistemas. Es una misión común, global y compartida entre todos los agentes sociales que va más allá de una mera campaña de RSC; es un compromiso en el que cada acción cuenta. Pero resulta que, además, este compromiso puede ser una fuente de riqueza, un nuevo nicho plagado de oportunidades de negocio.

Existen ya quienes han vislumbrado estas posibilidades y, aunando el ingenio y la conciencia ecológica, han creado start-ups rentables, innovadoras y sostenibles.

– Auara: agua mineral natural embotellada social y sostenible. Auara es uno de los proyectos sociales más relevantes de España, que se centra en llevar agua potable a todas las regiones del mundo que lo necesiten, en envases reciclados y reciclables.

CO2 Revolution: una solución caída del cielo para la deforestación. CO2 Revolution está cambiando radicalmente el sistema de reforestación gracias a sus sistema de siembra con drones, que permite cubrir rápidamente grandes superficies afectadas por incendios o accidentes ambientales.

Heat Energía: sus paneles de energía solar, que producen energía renovable día y noche, han hecho de esta start-up española una pionera en aprovechamiento de la energía solar.

Heura: la carne, elaborada con ingredientes 100 % vegetales, que sabe a carne. Ganadora Estatal Agro Food en los Premios Emprendedor XXI de CaixaBank 2019, esta empresa tiene como objetivo hacer frente a los problemas del actual sistema alimentario, ofreciendo proteínas con un impacto positivo a través de alimentos sostenibles y nutritivos.

Métrica6: esta start-up radicada en Málaga ha cosechado ya numerosos premios nacionales e internacionales en sus pocos años de vida. Entre ellos, cabe destacar el de la Organización Mundial del Turismo de Naciones Unidas por los objetivos de desarrollo sostenible (ODS 11: ciudades y comunidades sostenibles). Métrica6 quiere hacer de la innovación algo accesible para todo el mundo, guiando y asesorando a empresas y administraciones a partir de la sostenibilidad, la economía y la funcionalidad.

– Mitto: liderada por Marcos Cuevas, es una de las start-ups con más proyección en el mercado nacional y europeo y la fintech sostenible por excelencia de Barcelona. Mitto ofrece una tarjeta virtual que permite conocer el coste de CO2 que produce cada una de tus compras y recuperar parte de la compra si optas por las marcas sostenibles de su plataforma.

– Nantek: ganadora Estatal Impact en los Premios Emprendedor XXI de CaixaBank 2019, esta empresa convierte el plástico en combustible mediante el uso de nanoelementos a través de un proceso termoquímico. Además de generar energía a partir de residuos plásticos, se basa en un sistema de economía circular de la producción de plástico que permite el reciclaje y la reutilización.

– Sepiia: si pensamos en una camiseta que no se arruga, que no se mancha y que es transpirable, probablemente nos la imaginaremos como una prenda futurista. Pero, ¿y si le añadimos la producción local y tejidos reciclados y reciclables? Esa es la apuesta de Sepiia, una start-up española que defiende la producción con bajo impacto y proporciona una segunda vida a sus prendas.

– TeamLabs: aprender desde el emprendimiento para cambiar el mundo. Esto es lo que se propone TeamLabs, una escuela de negocios perteneciente a la Universidad de Mondragón que ha decidido apostar por un sistema educativo diferente en el que, durante los cuatro años que dura su programa, los alumnos deberán desarrollar un proyecto empresarial que sea rentable y aporte un beneficio a la sociedad.

– The Goood Shop: la moda y la decoración también pueden ser sostenibles. Esta es la misión de Carmela Serantes, la fundadora de The Goood Shop, un marketplace que ofrece un cuidado catálogo que conjuga el buen gusto con el respeto al medioambiente.

Los ODS han llegado para quedarse y alcanzar los objetivos de erradicación de la pobreza, protección del planeta y prosperidad para la ciudadanía. Las grandes empresas ya los están incorporando a sus agendas y, para los emprendedores, ha supuesto una oportunidad para ocupar un espacio que hasta ahora estaba vacío y generar vínculos sólidos con sus stakeholders.

El futuro de nuestro planeta y el de nosotros mismos depende de las acciones que emprendamos a partir de ahora. Debemos tomar conciencia de la gravedad de la situación e incorporar a nuestra rutina pequeñas cosas que ayuden a detener el desastre climático, pero, además, podemos empezar a ver la rentabilidad de este compromiso. Cada vez está más constatado que la rentabilidad y la sostenibilidad pueden ir (y van) de la mano en lo que a innovación se refiere. Aquellos que sepan verlo y que se permitan imaginar nuevas soluciones serán los que creen las empresas del mañana. Unas empresas comprometidas, ecológicas, con conciencia social y que sean capaces de generar riqueza mientras cambian el mundo.

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En 1972 tuvo lugar la primera cumbre mundial sobre medio ambiente, momento en que la ONU estableció el 5 de junio como la fecha conmemorativa del Día Mundial del Medio Ambiente. Han pasado ya casi 40 años desde aquella cumbre que pretendía aumentar la conciencia y la acción global en materia medioambiental y, a lo largo de estas décadas, tanto la población como las empresas e instituciones han mostrado un nivel creciente de compromiso con la misión de preservar nuestro planeta.
La generación actual es, sin duda, la más concienciada con la sostenibilidad y el medio ambiente. Pocas veces una misión había sido abordada por tantas personas, a escala global, y con un nivel de compromiso que se manifiesta, no solo en las pequeñas acciones individuales, sino también en las estrategias y políticas públicas y el emprendimiento empresarial. Una muestra de ello es que, este año 2021, el Día Mundial del Medio Ambiente marca el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

Reimagina, recrea, restaura

Bajo el lema «Reimagina, recrea, restaura», este año, el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en la restauración de ecosistemas e inicia un decenio que pretende revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques y tierras de cultivo hasta las profundidades del mar. La salubridad de los ecosistemas afecta directamente, no solo al cambio climático y la biodiversidad, sino también a nuestra propia vida, ya que la pérdida de ecosistemas produce las condiciones ideales para la propagación de patógenos como los coronavirus y aumenta el riesgo de pandemias.
La restauración de los ecosistemas es una tarea global titánica, que supone reparar superficies de tierra más grandes que China, pero sus beneficios son incalculables. O quizás sí que se puedan calcular. Naciones Unidas ha estimado que, por cada dólar invertido en restauración, se pueden esperar al menos entre 7 y 30 dólares en ganancias para la sociedad. Y es que las acciones para recuperar los ecosistemas no solo nos devolverán un aire más limpio y ríos libres de residuos, sino que además beneficiarán a nuestra salud y generarán empleos.

Invertir en ecosistemas es invertir en nuestro futuro. Esta es una realidad de la que empiezan a ser conscientes ya numerosos países, que se han decidido a invertir en la restauración, ya sea a raíz de la pandemia o por una visión ecologista. En cualquier caso, las políticas estatales están viendo su reflejo en la población, que cada día incorpora más acciones de preservación medioambiental a su rutina diaria (reciclaje, consumo responsable, eficiencia energética, reducción de emisiones), y en las empresas, que han decidido asumir su papel como referentes en sostenibilidad.

Comprometidas y rentables: así son las nuevas start-ups

El cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático se han convertido en valores de prestigio para las grandes compañías, que ya han emprendido procesos de transformación industrial y ofrecen nuevos productos y servicios a sus usuarios que ayuden a revertir los efectos que se venían produciendo en los ecosistemas. Es una misión común, global y compartida entre todos los agentes sociales que va más allá de una mera campaña de RSC; es un compromiso en el que cada acción cuenta. Pero resulta que, además, este compromiso puede ser una fuente de riqueza, un nuevo nicho plagado de oportunidades de negocio.

Existen ya quienes han vislumbrado estas posibilidades y, aunando el ingenio y la conciencia ecológica, han creado start-ups rentables, innovadoras y sostenibles.

– Auara: agua mineral natural embotellada social y sostenible. Auara es uno de los proyectos sociales más relevantes de España, que se centra en llevar agua potable a todas las regiones del mundo que lo necesiten, en envases reciclados y reciclables.

CO2 Revolution: una solución caída del cielo para la deforestación. CO2 Revolution está cambiando radicalmente el sistema de reforestación gracias a sus sistema de siembra con drones, que permite cubrir rápidamente grandes superficies afectadas por incendios o accidentes ambientales.

Heat Energía: sus paneles de energía solar, que producen energía renovable día y noche, han hecho de esta start-up española una pionera en aprovechamiento de la energía solar.

Heura: la carne, elaborada con ingredientes 100 % vegetales, que sabe a carne. Ganadora Estatal Agro Food en los Premios Emprendedor XXI de CaixaBank 2019, esta empresa tiene como objetivo hacer frente a los problemas del actual sistema alimentario, ofreciendo proteínas con un impacto positivo a través de alimentos sostenibles y nutritivos.

Métrica6: esta start-up radicada en Málaga ha cosechado ya numerosos premios nacionales e internacionales en sus pocos años de vida. Entre ellos, cabe destacar el de la Organización Mundial del Turismo de Naciones Unidas por los objetivos de desarrollo sostenible (ODS 11: ciudades y comunidades sostenibles). Métrica6 quiere hacer de la innovación algo accesible para todo el mundo, guiando y asesorando a empresas y administraciones a partir de la sostenibilidad, la economía y la funcionalidad.

– Mitto: liderada por Marcos Cuevas, es una de las start-ups con más proyección en el mercado nacional y europeo y la fintech sostenible por excelencia de Barcelona. Mitto ofrece una tarjeta virtual que permite conocer el coste de CO2 que produce cada una de tus compras y recuperar parte de la compra si optas por las marcas sostenibles de su plataforma.

– Nantek: ganadora Estatal Impact en los Premios Emprendedor XXI de CaixaBank 2019, esta empresa convierte el plástico en combustible mediante el uso de nanoelementos a través de un proceso termoquímico. Además de generar energía a partir de residuos plásticos, se basa en un sistema de economía circular de la producción de plástico que permite el reciclaje y la reutilización.

– Sepiia: si pensamos en una camiseta que no se arruga, que no se mancha y que es transpirable, probablemente nos la imaginaremos como una prenda futurista. Pero, ¿y si le añadimos la producción local y tejidos reciclados y reciclables? Esa es la apuesta de Sepiia, una start-up española que defiende la producción con bajo impacto y proporciona una segunda vida a sus prendas.

– TeamLabs: aprender desde el emprendimiento para cambiar el mundo. Esto es lo que se propone TeamLabs, una escuela de negocios perteneciente a la Universidad de Mondragón que ha decidido apostar por un sistema educativo diferente en el que, durante los cuatro años que dura su programa, los alumnos deberán desarrollar un proyecto empresarial que sea rentable y aporte un beneficio a la sociedad.

– The Goood Shop: la moda y la decoración también pueden ser sostenibles. Esta es la misión de Carmela Serantes, la fundadora de The Goood Shop, un marketplace que ofrece un cuidado catálogo que conjuga el buen gusto con el respeto al medioambiente.

Los ODS han llegado para quedarse y alcanzar los objetivos de erradicación de la pobreza, protección del planeta y prosperidad para la ciudadanía. Las grandes empresas ya los están incorporando a sus agendas y, para los emprendedores, ha supuesto una oportunidad para ocupar un espacio que hasta ahora estaba vacío y generar vínculos sólidos con sus stakeholders.

El futuro de nuestro planeta y el de nosotros mismos depende de las acciones que emprendamos a partir de ahora. Debemos tomar conciencia de la gravedad de la situación e incorporar a nuestra rutina pequeñas cosas que ayuden a detener el desastre climático, pero, además, podemos empezar a ver la rentabilidad de este compromiso. Cada vez está más constatado que la rentabilidad y la sostenibilidad pueden ir (y van) de la mano en lo que a innovación se refiere. Aquellos que sepan verlo y que se permitan imaginar nuevas soluciones serán los que creen las empresas del mañana. Unas empresas comprometidas, ecológicas, con conciencia social y que sean capaces de generar riqueza mientras cambian el mundo.

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Aeroponía: el cultivo vertical que no consume suelo https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/aeroponia-el-cultivo-vertical-que-no-consume-suelo/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/aeroponia-el-cultivo-vertical-que-no-consume-suelo/#respond Thu, 27 May 2021 07:30:10 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40572

Alimentar a una creciente población planetaria es una labor compleja, si bien es cierto que cada década disponemos de nuevas herramientas tecnológicas a nuestra disposición. Innovaciones como la tecnología CRISPR/Cas9 de edición genética o la robotización de los cultivos son algunas de ellas, junto al cultivo vertical por aeroponía, un tipo de agricultura con un consumo de suelo prácticamente nulo.

Poner fin al hambre, un complejo reto global

El primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) perseguía “erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Si bien es cierto que se logró la meta primera de este objetivo —reducir a la mitad la proporción de personas con ingresos inferiores a un dólar por día— cinco años antes de lo previsto, acabar con el hambre sigue siendo un propósito complejo.

Según los informes de la ONU respecto al que ahora se ha convertido en segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (“hambre cero”), de 2015 a 2019 se han logrado metas nada desdeñables, como una reducción mundial de la malnutrición infantil, que ha pasado del 23,1 % al 21,3 %. Esto supone un récord en velocidad: en cinco años se ha avanzado en países en desarrollo lo que a los desarrollados les costó muchas décadas.

Sin embargo, según la FAO, el aumento del número de tierras de cultivo está impactando negativamente en la calidad de los suelos, y el hecho de que el cambio climático lleve décadas haciendo los cultivos menos productivos implica que se necesitan nuevas herramientas para garantizar el hambre cero. El uso de la aeroponía junto a los lugares de consumo surge como una herramienta muy interesante en este sentido.

¿Qué es la aeroponía y por qué resulta interesante?

Desde hace siglos, culturas de varias regiones del mundo, como los romanos del siglo I a.C. o los aztecas (chinampas) del XVI, se dieron cuenta de que podían cultivar diluyendo nutrientes en el terreno. Técnicas más modernas de este método de cultivo, hoy llamado hidroponía, consisten en hacer crecer las plantas en soluciones acuosas de alta concentración de nutrientes sin utilizar suelo.

La aeroponía recoge estos principios de cultivo sin suelo pero va un paso más allá: en lugar de diluir nutrientes en el agua, y sumergir en ella las raíces, en la aeroponía las raíces de las plantas se encuentran al descubierto y sobre ellas se vaporizan los nutrientes, reduciendo los insumos de forma considerable.

Los nutrientes, nebulizados, penetran mucho mejor en las raíces que si estas estuvieran dentro de la tierra o el medio acuoso, al contar con más oxígeno. Significa que la planta necesita menos recursos para crecer al reducir su coste metabólico. Se estima que estos cultivos emplean una décima parte del agua respecto a los cultivos tradicionales sobre suelo, especialmente en interior.

Ventajas de la aeroponía de interior

Tanto los cultivos tradicionales como los intensivos, los ecológicos o los basados en organismos modificados genéticamente cultivados en el campo hacen uso de suelo. Esto significa que necesitan una cantidad de espacio importante que, si no se gestiona adecuadamente, puede desplazar o destruir ecosistemas completos. Es muy conocido el avance de los campos de cultivo de soja que están devastando la selva amazónica.

La aeroponía de interior, llamada también cultivo bajo techo o cultivo vertical, presenta ciertas ventajas que pueden ayudar a mitigar este problema:

– No hace uso de pesticidas, ni naturales ni artificiales, al no poder entrar los patógenos o animales en estas condiciones de laboratorio.
– La energía usada es mínima comparada con la de otros cultivos. Destaca el cultivo de lechugas y otras herbáceas.
– No se ven afectados por el clima, ni son susceptibles a heladas, tornados, riadas ni ninguna otra adversidad.
– El ahorro de agua y nutrientes es considerable respecto a otras técnicas.
– Evita el desplazamiento de especies de muchos entornos, al aprovechar la construcción en altura.
– Facilita el cultivo cerca de los lugares de consumo, lo que implica menos emisiones de carbono en su traslado.

Cultivo vertical, un ahorro de emisiones considerable

Junto a la estabilidad de ser independientes del clima o de las plagas, permitir el cultivo junto a los lugares de consumo como las ciudades es una de las mayores ventajas de la aeroponía. En 2019 apenas el 16,2 % de la población española vivía en el campo y casi toda ella lo hacía en entornos urbanizados. Algunos pronósticos de la ONU estiman que, en 2035, un tercio de los españoles vivirá en grandes ciudades. Una tendencia que puede influir sobre la extensión de las técnicas de cultivo vertical.

Esto se debe a que alimentar a las ciudades exclusivamente con los sistemas agrícolas actuales apenas es sostenible. Los alimentos llegan a recorrer miles de kilómetros del cultivo al plato —los cereales cerca de 3.000 km, y las legumbres y frutas, 6.500 km. Sin embargo, la agricultura vertical aeropónica favorece el necesario cultivo de proximidad.

La “comida de kilómetro 0”, cultivada en un radio cercano de pocos cientos de kilómetros del lugar de consumo, se está popularizando cada vez más. Gracias a la aeroponía, las ciudades del futuro podrían contar con el apoyo de una fuente más de suministro sostenible de alimentos de calidad.

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Alimentar a una creciente población planetaria es una labor compleja, si bien es cierto que cada década disponemos de nuevas herramientas tecnológicas a nuestra disposición. Innovaciones como la tecnología CRISPR/Cas9 de edición genética o la robotización de los cultivos son algunas de ellas, junto al cultivo vertical por aeroponía, un tipo de agricultura con un consumo de suelo prácticamente nulo.

Poner fin al hambre, un complejo reto global

El primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) perseguía “erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Si bien es cierto que se logró la meta primera de este objetivo —reducir a la mitad la proporción de personas con ingresos inferiores a un dólar por día— cinco años antes de lo previsto, acabar con el hambre sigue siendo un propósito complejo.

Según los informes de la ONU respecto al que ahora se ha convertido en segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (“hambre cero”), de 2015 a 2019 se han logrado metas nada desdeñables, como una reducción mundial de la malnutrición infantil, que ha pasado del 23,1 % al 21,3 %. Esto supone un récord en velocidad: en cinco años se ha avanzado en países en desarrollo lo que a los desarrollados les costó muchas décadas.

Sin embargo, según la FAO, el aumento del número de tierras de cultivo está impactando negativamente en la calidad de los suelos, y el hecho de que el cambio climático lleve décadas haciendo los cultivos menos productivos implica que se necesitan nuevas herramientas para garantizar el hambre cero. El uso de la aeroponía junto a los lugares de consumo surge como una herramienta muy interesante en este sentido.

¿Qué es la aeroponía y por qué resulta interesante?

Desde hace siglos, culturas de varias regiones del mundo, como los romanos del siglo I a.C. o los aztecas (chinampas) del XVI, se dieron cuenta de que podían cultivar diluyendo nutrientes en el terreno. Técnicas más modernas de este método de cultivo, hoy llamado hidroponía, consisten en hacer crecer las plantas en soluciones acuosas de alta concentración de nutrientes sin utilizar suelo.

La aeroponía recoge estos principios de cultivo sin suelo pero va un paso más allá: en lugar de diluir nutrientes en el agua, y sumergir en ella las raíces, en la aeroponía las raíces de las plantas se encuentran al descubierto y sobre ellas se vaporizan los nutrientes, reduciendo los insumos de forma considerable.

Los nutrientes, nebulizados, penetran mucho mejor en las raíces que si estas estuvieran dentro de la tierra o el medio acuoso, al contar con más oxígeno. Significa que la planta necesita menos recursos para crecer al reducir su coste metabólico. Se estima que estos cultivos emplean una décima parte del agua respecto a los cultivos tradicionales sobre suelo, especialmente en interior.

Ventajas de la aeroponía de interior

Tanto los cultivos tradicionales como los intensivos, los ecológicos o los basados en organismos modificados genéticamente cultivados en el campo hacen uso de suelo. Esto significa que necesitan una cantidad de espacio importante que, si no se gestiona adecuadamente, puede desplazar o destruir ecosistemas completos. Es muy conocido el avance de los campos de cultivo de soja que están devastando la selva amazónica.

La aeroponía de interior, llamada también cultivo bajo techo o cultivo vertical, presenta ciertas ventajas que pueden ayudar a mitigar este problema:

– No hace uso de pesticidas, ni naturales ni artificiales, al no poder entrar los patógenos o animales en estas condiciones de laboratorio.
– La energía usada es mínima comparada con la de otros cultivos. Destaca el cultivo de lechugas y otras herbáceas.
– No se ven afectados por el clima, ni son susceptibles a heladas, tornados, riadas ni ninguna otra adversidad.
– El ahorro de agua y nutrientes es considerable respecto a otras técnicas.
– Evita el desplazamiento de especies de muchos entornos, al aprovechar la construcción en altura.
– Facilita el cultivo cerca de los lugares de consumo, lo que implica menos emisiones de carbono en su traslado.

Cultivo vertical, un ahorro de emisiones considerable

Junto a la estabilidad de ser independientes del clima o de las plagas, permitir el cultivo junto a los lugares de consumo como las ciudades es una de las mayores ventajas de la aeroponía. En 2019 apenas el 16,2 % de la población española vivía en el campo y casi toda ella lo hacía en entornos urbanizados. Algunos pronósticos de la ONU estiman que, en 2035, un tercio de los españoles vivirá en grandes ciudades. Una tendencia que puede influir sobre la extensión de las técnicas de cultivo vertical.

Esto se debe a que alimentar a las ciudades exclusivamente con los sistemas agrícolas actuales apenas es sostenible. Los alimentos llegan a recorrer miles de kilómetros del cultivo al plato —los cereales cerca de 3.000 km, y las legumbres y frutas, 6.500 km. Sin embargo, la agricultura vertical aeropónica favorece el necesario cultivo de proximidad.

La “comida de kilómetro 0”, cultivada en un radio cercano de pocos cientos de kilómetros del lugar de consumo, se está popularizando cada vez más. Gracias a la aeroponía, las ciudades del futuro podrían contar con el apoyo de una fuente más de suministro sostenible de alimentos de calidad.

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Cinco cosas sorprendentes hechas con material reciclado https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/cinco-cosas-sorprendentes-hechas-con-material-reciclado/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/cinco-cosas-sorprendentes-hechas-con-material-reciclado/#respond Mon, 17 May 2021 06:25:33 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40466

A la hora de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a los que se han comprometido países de todo el mundo para cuidar el futuro del planeta y de sus habitantes, resulta indispensable dar una segunda vida a los objetos y materiales. Reutilizarlos cuando sea posible para alargar su vida útil y, cuando sea imposible, reciclarlos de forma adecuada para que sus componentes puedan servir de base para futuras aplicaciones. En otras palabras, fomentar la economía circular.

En los últimos años se han visto todo tipo de innovaciones en esta línea: carreteras construidas usando neumáticos triturados como material para el asfalto, tecnología fabricada con componentes 100 % reciclados, tarjetas de crédito biodegradables o ropa de tenis fabricada con hilo procedente del reciclaje de cuerdas de raqueta. Así está cambiando la industria.

Ropa fabricada con cuerdas de raqueta

Hace unos años, nacía en Gerona Infinite Athletic de la mano de tres socios. No mucho antes, uno de ellos, al ir a comprar una raqueta, preguntó sobre la posibilidad de adquirir una con materiales reciclados y, al no encontrarla, «tiró del hilo». Ahora, esta compañía usa cordajes viejos para fabricar un polímero.

De este polímero se pueden trenzar hilos con los que fabricar nuevo tejido. ¿El resultado? Fabrican camisetas de poliéster orientadas al tenis completamente recicladas que pueden reciclarse de nuevo hasta catorce veces. Aunque esta historia no es única.

En 2021, El Corte Inglés anunciaba una línea de ropa de baño fabricada con poliéster reciclado; y el circulose, el material textil fabricado a partir de residuos textiles previos, tiene cada vez más presencia gracias a la empresa Re:newcell, precursora de la idea

Carreteras fabricadas con neumáticos, ¿y mascarillas?

Las vías asfaltadas, como las carreteras o autopistas, tienen, por sus componentes, extensión y uso, un impacto enorme en el medio ambiente. La extracción de materiales, el impacto de la obra y su mantenimiento, la segmentación de ecosistemas e incluso el hecho de que eleven la temperatura local al retener el calor de la irradiancia solar son problemas ambientales de calado.

Es por ello que el sector siempre está buscando alternativas a los materiales convencionales. Estos materiales alternativos, aunque de alto impacto, ya son bastante más sostenibles que los usados hace unas décadas. Una de las alternativas es construir usando como base del asfalto materiales reciclados, como residuos de la construcción, neumáticos e incluso mascarillas.

El uso de neumáticos en la fabricación de asfalto lleva décadas vigente, pero en los últimos años su porcentaje ha aumentado, dado que, además de un impacto ambiental menor, aportan propiedades interesantes al firme. Entre otros, pueden mejorar la adherencia, con lo que aumenta la seguridad; reducir el peligroso aquaplaning, o mejorar la fricción y, así, reducir las emisiones de carbono de los vehículos.

Tarjetas bancarias hechas con materiales sostenibles

A mediados de 2020 nacía en España la primera tarjeta 100 % reciclada de la mano de la Visa&Pay de CaixaBank. Estas tarjetas se habían fabricado con PVC reciclado. Lo que en su día había constituido material de obra, recubrimiento en electrónica o embellecedores en automóviles, ahora tenía una segunda vida.

Nacía una nueva tendencia circular, que en 2021 cobraba una nueva dirección: las tarjetas de material PLA, o ácido poliláctico, un polímero biodegradable derivado del almidón de maíz. A lo largo de 2021, CaixaBank espera fabricar el 85 % de sus tarjetas con material circular.

Fabricar tecnología con componentes de desecho

En marzo de 2021 se publicó en Kickstarter el proyecto Gomi Speaker, que pretende fabricar altavoces con materiales 100 % reciclados. Algunos de ellos, directamente reutilizados. La carcasa se fabricará de polímero reciclado de bolsas desechadas y las baterías provienen de bicicletas eléctricas dañadas. Este último punto es clave, ya que las baterías pueden resultar especialmente contaminantes.

Dos meses después, el proyecto alcanzaba el capital necesario para iniciar su andadura tras un apoyo elevado, ya que logró recaudar más de 37.000 libras esterlinas. Este tipo de proyectos son relativamente frecuentes en páginas de crowdfunding y tienen cada vez más éxito. Los que actualmente son proyectos piloto serán la base de una economía circular.

Piezas de coche con residuos de impresoras 3D

Las impresoras 3D ya han logrado acceder al mercado de la fabricación de la mano de HP y Ford. Ambas empresas han firmado un convenio para usar los residuos del material de impresión 3D con el fin de fabricar abrazaderas para conductos de combustible.

Estas piezas no se imprimirán en 3D, sino que se fabricarán mediante el conocido y clásico método de inyección y tendrán como destino camionetas de la marca. Además de recicladas, destaca que estas piezas son el 7 % más ligeras y el 10 % más asequibles en su producción.

Aunque algunos de estos proyectos no eliminan completamente el impacto de su actividad, sí trabajan activamente para reducirla año tras año. Es el primer paso hacia un futuro en el que podremos disfrutar de un buen número de sectores de actividad sin huella medioambiental.

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A la hora de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a los que se han comprometido países de todo el mundo para cuidar el futuro del planeta y de sus habitantes, resulta indispensable dar una segunda vida a los objetos y materiales. Reutilizarlos cuando sea posible para alargar su vida útil y, cuando sea imposible, reciclarlos de forma adecuada para que sus componentes puedan servir de base para futuras aplicaciones. En otras palabras, fomentar la economía circular.

En los últimos años se han visto todo tipo de innovaciones en esta línea: carreteras construidas usando neumáticos triturados como material para el asfalto, tecnología fabricada con componentes 100 % reciclados, tarjetas de crédito biodegradables o ropa de tenis fabricada con hilo procedente del reciclaje de cuerdas de raqueta. Así está cambiando la industria.

Ropa fabricada con cuerdas de raqueta

Hace unos años, nacía en Gerona Infinite Athletic de la mano de tres socios. No mucho antes, uno de ellos, al ir a comprar una raqueta, preguntó sobre la posibilidad de adquirir una con materiales reciclados y, al no encontrarla, «tiró del hilo». Ahora, esta compañía usa cordajes viejos para fabricar un polímero.

De este polímero se pueden trenzar hilos con los que fabricar nuevo tejido. ¿El resultado? Fabrican camisetas de poliéster orientadas al tenis completamente recicladas que pueden reciclarse de nuevo hasta catorce veces. Aunque esta historia no es única.

En 2021, El Corte Inglés anunciaba una línea de ropa de baño fabricada con poliéster reciclado; y el circulose, el material textil fabricado a partir de residuos textiles previos, tiene cada vez más presencia gracias a la empresa Re:newcell, precursora de la idea

Carreteras fabricadas con neumáticos, ¿y mascarillas?

Las vías asfaltadas, como las carreteras o autopistas, tienen, por sus componentes, extensión y uso, un impacto enorme en el medio ambiente. La extracción de materiales, el impacto de la obra y su mantenimiento, la segmentación de ecosistemas e incluso el hecho de que eleven la temperatura local al retener el calor de la irradiancia solar son problemas ambientales de calado.

Es por ello que el sector siempre está buscando alternativas a los materiales convencionales. Estos materiales alternativos, aunque de alto impacto, ya son bastante más sostenibles que los usados hace unas décadas. Una de las alternativas es construir usando como base del asfalto materiales reciclados, como residuos de la construcción, neumáticos e incluso mascarillas.

El uso de neumáticos en la fabricación de asfalto lleva décadas vigente, pero en los últimos años su porcentaje ha aumentado, dado que, además de un impacto ambiental menor, aportan propiedades interesantes al firme. Entre otros, pueden mejorar la adherencia, con lo que aumenta la seguridad; reducir el peligroso aquaplaning, o mejorar la fricción y, así, reducir las emisiones de carbono de los vehículos.

Tarjetas bancarias hechas con materiales sostenibles

A mediados de 2020 nacía en España la primera tarjeta 100 % reciclada de la mano de la Visa&Pay de CaixaBank. Estas tarjetas se habían fabricado con PVC reciclado. Lo que en su día había constituido material de obra, recubrimiento en electrónica o embellecedores en automóviles, ahora tenía una segunda vida.

Nacía una nueva tendencia circular, que en 2021 cobraba una nueva dirección: las tarjetas de material PLA, o ácido poliláctico, un polímero biodegradable derivado del almidón de maíz. A lo largo de 2021, CaixaBank espera fabricar el 85 % de sus tarjetas con material circular.

Fabricar tecnología con componentes de desecho

En marzo de 2021 se publicó en Kickstarter el proyecto Gomi Speaker, que pretende fabricar altavoces con materiales 100 % reciclados. Algunos de ellos, directamente reutilizados. La carcasa se fabricará de polímero reciclado de bolsas desechadas y las baterías provienen de bicicletas eléctricas dañadas. Este último punto es clave, ya que las baterías pueden resultar especialmente contaminantes.

Dos meses después, el proyecto alcanzaba el capital necesario para iniciar su andadura tras un apoyo elevado, ya que logró recaudar más de 37.000 libras esterlinas. Este tipo de proyectos son relativamente frecuentes en páginas de crowdfunding y tienen cada vez más éxito. Los que actualmente son proyectos piloto serán la base de una economía circular.

Piezas de coche con residuos de impresoras 3D

Las impresoras 3D ya han logrado acceder al mercado de la fabricación de la mano de HP y Ford. Ambas empresas han firmado un convenio para usar los residuos del material de impresión 3D con el fin de fabricar abrazaderas para conductos de combustible.

Estas piezas no se imprimirán en 3D, sino que se fabricarán mediante el conocido y clásico método de inyección y tendrán como destino camionetas de la marca. Además de recicladas, destaca que estas piezas son el 7 % más ligeras y el 10 % más asequibles en su producción.

Aunque algunos de estos proyectos no eliminan completamente el impacto de su actividad, sí trabajan activamente para reducirla año tras año. Es el primer paso hacia un futuro en el que podremos disfrutar de un buen número de sectores de actividad sin huella medioambiental.

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Cómo sacar partido al material que ya no usas en tu empresa https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-sacar-partido-al-material-que-ya-no-usas-en-tu-empresa/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-sacar-partido-al-material-que-ya-no-usas-en-tu-empresa/#respond Mon, 03 May 2021 07:23:12 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40374

La mayoría de las empresas, por su actividad, generan material en desuso que termina almacenado en algún lugar. Esta acumulación, además del coste de almacenamiento, supone un desperdicio de recursos, dado que otras empresas, sociedades o personas particulares podrían hacer uso de esos objetos.

Reducir, reutilizar y reciclar, en este orden de aplicación, son tres principios clave a la hora de minimizar el impacto ambiental de una empresa. De modo que, antes de eliminar los objetos sobrantes a través de los diferentes puntos limpios, conviene ponerlos a disposición de quien aún pueda utilizarlos.

Mesas, sillas y equipamiento de oficina en desuso

Debido a motivos tan variados como un traslado de oficinas, el auge del teletrabajo, un cambio de actividad o causas de esta índole, es frecuente que las empresas acumulen material de oficina, como mesas y sillas que dejaron de ser ergonómicas, pantallas para las que se buscó un sustituto de mayor tamaño o dispositivos informáticos que quedaron relegados al olvido al ser reemplazados.

Todo este equipamiento tiende a acumularse en algún cuarto vacío, lo que supone un coste económico. Impresoras, muebles, cables, tablets, carpetas… Todo esto también supone un coste ambiental nada desdeñable cuando el material finalmente se recicla años después. ¿Lo óptimo? Vender o donar este material para que otras personas puedan utilizarlo antes de su reciclado.

A través de su iniciativa ReUtilízame, CaixaBank impulsa la colaboración con entidades sociales que pueden dar salida a este material en desuso y, con ello, reducir el impacto ambiental al alargar la vida útil de los objetos. De esta manera, se evita la fabricación de un objeto equivalente en otro lugar y, además, se facilita a personas con pocos recursos su acceso al mismo.

¿Qué se puede hacer con los EPI que no puedan usarse?

En el mundo empresarial existen muchos tipos de equipos de protección individual (EPI), últimamente conocidos por los equipos médicos que tratan la COVID-19. Algunos, como las mascarillas, guantes o prendas desechables para protegerse de patógenos o químicos, no pueden ser reutilizados. Sin embargo, muchos otros sí pueden tener una segunda vida si los utilizan personas particulares.

Es el caso del calzado de seguridad, usado en todo tipo de sectores: del industrial en fábricas a los técnicos de telecomunicaciones que se suben a azoteas y torres. En España, el uso profesional de este calzado se regula mediante varios reales decretos. Uno de los aspectos que llaman la atención entre toda esta normativa es que las botas tienen una “fecha de caducidad”, a partir de la cual se consideran inseguras para actividades profesionales.

Además, por diversas circunstancias, este material queda con frecuencia sin uso, por ejemplo, si un empleado cambia de empresa. Sin embargo, desde el punto de vista del calzado, una bota “caducada” o que no lleve los cordones homologados puede no servir para su uso profesional, pero sigue siendo una prenda de vestir válida para un particular. Lo mismo se aplica a elementos como guantes de trabajo, chaquetas, gafas y otros utensilios que se pueden utilizar fuera del ámbito laboral, por ejemplo, para protegerse al realizar pequeños arreglos domésticos o tareas de jardinería en casa.

Se trata de equipos que todavía pueden tener una segunda vida, por ejemplo, a través de la donación. El beneficio es doble: por un lado, se eliminan los costes económicos y ambientales asociados a su almacenamiento y, por otro, se estrechan lazos con la comunidad con la que convive la empresa.

Las tiendas de segunda mano, ¿una salida económica?

Las tiendas de segunda mano, especialmente las que consisten en plataformas de venta online a través de apps, pueden ser muy interesantes para autónomos, microempresas o pymes en las que pequeñas cantidades económicas suponen una diferencia importante o existen tiempos de inactividad laboral dentro de la jornada. En el caso de las empresas medianas o grandes, conviene estudiar si el tiempo que requiere la venta de objetos uno a uno resulta rentable o no.

Esto sucede porque estas aplicaciones exigen cierta cantidad de tiempo para subir el objeto a la plataforma, negociar con posibles compradores o incluso quedar con ellos para realizar la venta. Esto hace que, en ciertas ocasiones, no resulte rentable vender un objeto por pocos euros. Eso sí, siempre existe la posibilidad de acudir a tiendas de segunda mano físicas con muchos objetos y solicitar una tasación. La cantidad económica recuperada no será tan elevada, pero a cambio el tiempo invertido será mucho menor.

Una alternativa a estos mecanismos de venta es la donación directa. Es tan sencillo como grabar un vídeo para subirlo a redes sociales de barrio o locales y habilitar un día de puertas abiertas para que quien necesite una silla, unas botas o una pantalla pueda acudir a por ellas sin coste. Esto puede ayudar a vaciar rápidamente una parte importante del material acumulado.

Respecto al material para el que no es viable una segunda vida o que cuesta colocar, merece la pena considerar, ahora sí, su reciclado. La mayoría de los ayuntamientos tienen puntos limpios donde entregar mobiliario o electrónica. Eliminar cada residuo en su fracción correspondiente también ayuda a conservar el medio ambiente.

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La mayoría de las empresas, por su actividad, generan material en desuso que termina almacenado en algún lugar. Esta acumulación, además del coste de almacenamiento, supone un desperdicio de recursos, dado que otras empresas, sociedades o personas particulares podrían hacer uso de esos objetos.

Reducir, reutilizar y reciclar, en este orden de aplicación, son tres principios clave a la hora de minimizar el impacto ambiental de una empresa. De modo que, antes de eliminar los objetos sobrantes a través de los diferentes puntos limpios, conviene ponerlos a disposición de quien aún pueda utilizarlos.

Mesas, sillas y equipamiento de oficina en desuso

Debido a motivos tan variados como un traslado de oficinas, el auge del teletrabajo, un cambio de actividad o causas de esta índole, es frecuente que las empresas acumulen material de oficina, como mesas y sillas que dejaron de ser ergonómicas, pantallas para las que se buscó un sustituto de mayor tamaño o dispositivos informáticos que quedaron relegados al olvido al ser reemplazados.

Todo este equipamiento tiende a acumularse en algún cuarto vacío, lo que supone un coste económico. Impresoras, muebles, cables, tablets, carpetas… Todo esto también supone un coste ambiental nada desdeñable cuando el material finalmente se recicla años después. ¿Lo óptimo? Vender o donar este material para que otras personas puedan utilizarlo antes de su reciclado.

A través de su iniciativa ReUtilízame, CaixaBank impulsa la colaboración con entidades sociales que pueden dar salida a este material en desuso y, con ello, reducir el impacto ambiental al alargar la vida útil de los objetos. De esta manera, se evita la fabricación de un objeto equivalente en otro lugar y, además, se facilita a personas con pocos recursos su acceso al mismo.

¿Qué se puede hacer con los EPI que no puedan usarse?

En el mundo empresarial existen muchos tipos de equipos de protección individual (EPI), últimamente conocidos por los equipos médicos que tratan la COVID-19. Algunos, como las mascarillas, guantes o prendas desechables para protegerse de patógenos o químicos, no pueden ser reutilizados. Sin embargo, muchos otros sí pueden tener una segunda vida si los utilizan personas particulares.

Es el caso del calzado de seguridad, usado en todo tipo de sectores: del industrial en fábricas a los técnicos de telecomunicaciones que se suben a azoteas y torres. En España, el uso profesional de este calzado se regula mediante varios reales decretos. Uno de los aspectos que llaman la atención entre toda esta normativa es que las botas tienen una “fecha de caducidad”, a partir de la cual se consideran inseguras para actividades profesionales.

Además, por diversas circunstancias, este material queda con frecuencia sin uso, por ejemplo, si un empleado cambia de empresa. Sin embargo, desde el punto de vista del calzado, una bota “caducada” o que no lleve los cordones homologados puede no servir para su uso profesional, pero sigue siendo una prenda de vestir válida para un particular. Lo mismo se aplica a elementos como guantes de trabajo, chaquetas, gafas y otros utensilios que se pueden utilizar fuera del ámbito laboral, por ejemplo, para protegerse al realizar pequeños arreglos domésticos o tareas de jardinería en casa.

Se trata de equipos que todavía pueden tener una segunda vida, por ejemplo, a través de la donación. El beneficio es doble: por un lado, se eliminan los costes económicos y ambientales asociados a su almacenamiento y, por otro, se estrechan lazos con la comunidad con la que convive la empresa.

Las tiendas de segunda mano, ¿una salida económica?

Las tiendas de segunda mano, especialmente las que consisten en plataformas de venta online a través de apps, pueden ser muy interesantes para autónomos, microempresas o pymes en las que pequeñas cantidades económicas suponen una diferencia importante o existen tiempos de inactividad laboral dentro de la jornada. En el caso de las empresas medianas o grandes, conviene estudiar si el tiempo que requiere la venta de objetos uno a uno resulta rentable o no.

Esto sucede porque estas aplicaciones exigen cierta cantidad de tiempo para subir el objeto a la plataforma, negociar con posibles compradores o incluso quedar con ellos para realizar la venta. Esto hace que, en ciertas ocasiones, no resulte rentable vender un objeto por pocos euros. Eso sí, siempre existe la posibilidad de acudir a tiendas de segunda mano físicas con muchos objetos y solicitar una tasación. La cantidad económica recuperada no será tan elevada, pero a cambio el tiempo invertido será mucho menor.

Una alternativa a estos mecanismos de venta es la donación directa. Es tan sencillo como grabar un vídeo para subirlo a redes sociales de barrio o locales y habilitar un día de puertas abiertas para que quien necesite una silla, unas botas o una pantalla pueda acudir a por ellas sin coste. Esto puede ayudar a vaciar rápidamente una parte importante del material acumulado.

Respecto al material para el que no es viable una segunda vida o que cuesta colocar, merece la pena considerar, ahora sí, su reciclado. La mayoría de los ayuntamientos tienen puntos limpios donde entregar mobiliario o electrónica. Eliminar cada residuo en su fracción correspondiente también ayuda a conservar el medio ambiente.

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Declaración de la renta en 2021: las fechas que debes conocer https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/declaracion-de-la-renta-en-2021-las-fechas-que-debes-conocer/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/declaracion-de-la-renta-en-2021-las-fechas-que-debes-conocer/#respond Wed, 28 Apr 2021 06:41:25 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40338

Llegó el momento. La Agencia Tributaria ha dado ya el pistoletazo de salida a la campaña de la renta 2020. Se trata de un trámite que afecta cada año a millones de contribuyentes y que, en esta ocasión, ha levantado cierta expectación por las peculiaridades que todos hemos vivido en el 2020 debido a la pandemia de la COVID-19.

De hecho, la situación laboral de muchos españoles se ha visto alterada durante el año 2020. Desde autónomos que pasaron de trabajar en una oficina externa a hacerlo en su casa hasta trabajadores con retribuciones en especie o propietarios de segundas viviendas que no han podido hacer uso de ellas, son muchas las dudas que surgen a la hora de hacer la declaración del IRPF estos días. En el podcast de formación financiera del programa Aula para accionistas de CaixaBank se ha publicado un nuevo capítulo, que trata de ofrecer solución a estas y otras cuestiones.

Más allá de las lógicas dudas relacionadas con la declaración de la renta en un año tan atípico, es importante tener en cuenta las fechas clave de la campaña, que afectarán a todos los contribuyentes que se dispongan a cumplir con este trámite.

Declaración de la renta en 2021: las fechas que debes conocer

7 de abril: arranca la campaña

Desde el pasado día 7 de abril se puede acceder al borrador de la declaración de la renta correspondiente al ejercicio 2020 a través de la herramienta Renta Web de la Agencia Tributaria. También se puede presentar la declaración de la renta 2020 a través de internet.

En la página web de la Agencia Tributaria se puede consultar, modificar y confirmar el borrador de la declaración de la renta. Para hacerlo, es necesario identificarse mediante el uso del certificado o DNI electrónico, empleando el sistema Cl@ve PIN o utilizando datos de nuestro DNI, así como el correspondiente a la casilla 505 de la declaración presentada el año pasado.

6 de mayo: declaración telefónica

Si prefieres realizar la declaración por vía telefónica, también tendrás la oportunidad de hacerlo. La Agencia Tributaria cuenta con el servicio “Le llamamos”, a través del cual deberás reservar cita para que un agente contacte contigo, un trámite que podrás realizar entre los días 4 de mayo y 29 de junio, bien por teléfono —de 9 a 19 horas de lunes a viernes—, bien a través de internet en la web o la app de la Agencia Tributaria, que deberás instalar en tu dispositivo. Este plazo se debe a que la Agencia Tributaria realizará las llamadas a partir del día 6 de mayo —el primero para la presentación telefónica de la declaración— y hasta el 30 de junio.

Este servicio permite confeccionar y presentar por vía telefónica la declaración de la renta 2020 con la ayuda de un agente. Si optas por esta opción, necesitarás identificarte mediante el número de referencia de la última declaración. Para obtenerlo, deberás disponer del DNI/NIE; su fecha de validez, de expedición o número de soporte, y el dato de la casilla 505 de tu renta del 2019.

2 de junio: modalidad presencial

En el caso de que desees acudir a alguna delegación de Hacienda para presentar tu declaración, ten en cuenta que podrás hacerlo a partir del 2 de junio. Eso sí, igual que en la modalidad telefónica, es necesario que pidas cita antes de acudir.

La petición de cita podrás tramitarla a través de internet y de la app de la Agencia Tributaria, o por teléfono, a partir del día 27 de mayo y hasta el 29 de junio.

25 de junio: ojo si te sale a pagar

En el caso de que la declaración de la renta te salga a pagar, ten en cuenta que, si deseas realizar el ingreso mediante domiciliación en cuenta, el plazo para presentar tu declaración finaliza el 25 de junio, es decir, cinco días antes de que acabe la campaña de la renta 2020.

¿Significa esto que todas las declaraciones de la renta positivas se deben presentar obligatoriamente antes del 25 de junio? No. Si eliges pagar sin domiciliación bancaria, contarás con algunos días más de margen para presentar tu declaración, como verás a continuación.

30 de junio: finaliza la campaña

La Agencia Tributaria ha marcado como límite para la presentación de la declaración de la renta 2020 por vías telemática, telefónica y presencial el día 30 de junio, salvo la excepción que te acabamos de mencionar. Es decir, hasta el día 30 de junio se podrán presentar las declaraciones con resultado negativo (a devolver) o positivo (a pagar), en este último caso, sin domiciliación bancaria.

Si escoges la opción de pagar sin domiciliación bancaria, deberás realizar el ingreso en una entidad colaboradora de la Agencia Tributaria, como CaixaBank, también hasta el día 30 de junio.

Debido a las especiales circunstancias que rodean a la campaña de la renta 2020, es aconsejable que observes con atención estas fechas, planifiques bien la presentación de tu declaración y, sobre todo, te informes con tiempo sobre si estás obligado a presentarla. Es importante que cuentes con margen suficiente para realizar los trámites y reunir la información que necesites para evitar apuros de última hora.

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Llegó el momento. La Agencia Tributaria ha dado ya el pistoletazo de salida a la campaña de la renta 2020. Se trata de un trámite que afecta cada año a millones de contribuyentes y que, en esta ocasión, ha levantado cierta expectación por las peculiaridades que todos hemos vivido en el 2020 debido a la pandemia de la COVID-19.

De hecho, la situación laboral de muchos españoles se ha visto alterada durante el año 2020. Desde autónomos que pasaron de trabajar en una oficina externa a hacerlo en su casa hasta trabajadores con retribuciones en especie o propietarios de segundas viviendas que no han podido hacer uso de ellas, son muchas las dudas que surgen a la hora de hacer la declaración del IRPF estos días. En el podcast de formación financiera del programa Aula para accionistas de CaixaBank se ha publicado un nuevo capítulo, que trata de ofrecer solución a estas y otras cuestiones.

Más allá de las lógicas dudas relacionadas con la declaración de la renta en un año tan atípico, es importante tener en cuenta las fechas clave de la campaña, que afectarán a todos los contribuyentes que se dispongan a cumplir con este trámite.

Declaración de la renta en 2021: las fechas que debes conocer

7 de abril: arranca la campaña

Desde el pasado día 7 de abril se puede acceder al borrador de la declaración de la renta correspondiente al ejercicio 2020 a través de la herramienta Renta Web de la Agencia Tributaria. También se puede presentar la declaración de la renta 2020 a través de internet.

En la página web de la Agencia Tributaria se puede consultar, modificar y confirmar el borrador de la declaración de la renta. Para hacerlo, es necesario identificarse mediante el uso del certificado o DNI electrónico, empleando el sistema Cl@ve PIN o utilizando datos de nuestro DNI, así como el correspondiente a la casilla 505 de la declaración presentada el año pasado.

6 de mayo: declaración telefónica

Si prefieres realizar la declaración por vía telefónica, también tendrás la oportunidad de hacerlo. La Agencia Tributaria cuenta con el servicio “Le llamamos”, a través del cual deberás reservar cita para que un agente contacte contigo, un trámite que podrás realizar entre los días 4 de mayo y 29 de junio, bien por teléfono —de 9 a 19 horas de lunes a viernes—, bien a través de internet en la web o la app de la Agencia Tributaria, que deberás instalar en tu dispositivo. Este plazo se debe a que la Agencia Tributaria realizará las llamadas a partir del día 6 de mayo —el primero para la presentación telefónica de la declaración— y hasta el 30 de junio.

Este servicio permite confeccionar y presentar por vía telefónica la declaración de la renta 2020 con la ayuda de un agente. Si optas por esta opción, necesitarás identificarte mediante el número de referencia de la última declaración. Para obtenerlo, deberás disponer del DNI/NIE; su fecha de validez, de expedición o número de soporte, y el dato de la casilla 505 de tu renta del 2019.

2 de junio: modalidad presencial

En el caso de que desees acudir a alguna delegación de Hacienda para presentar tu declaración, ten en cuenta que podrás hacerlo a partir del 2 de junio. Eso sí, igual que en la modalidad telefónica, es necesario que pidas cita antes de acudir.

La petición de cita podrás tramitarla a través de internet y de la app de la Agencia Tributaria, o por teléfono, a partir del día 27 de mayo y hasta el 29 de junio.

25 de junio: ojo si te sale a pagar

En el caso de que la declaración de la renta te salga a pagar, ten en cuenta que, si deseas realizar el ingreso mediante domiciliación en cuenta, el plazo para presentar tu declaración finaliza el 25 de junio, es decir, cinco días antes de que acabe la campaña de la renta 2020.

¿Significa esto que todas las declaraciones de la renta positivas se deben presentar obligatoriamente antes del 25 de junio? No. Si eliges pagar sin domiciliación bancaria, contarás con algunos días más de margen para presentar tu declaración, como verás a continuación.

30 de junio: finaliza la campaña

La Agencia Tributaria ha marcado como límite para la presentación de la declaración de la renta 2020 por vías telemática, telefónica y presencial el día 30 de junio, salvo la excepción que te acabamos de mencionar. Es decir, hasta el día 30 de junio se podrán presentar las declaraciones con resultado negativo (a devolver) o positivo (a pagar), en este último caso, sin domiciliación bancaria.

Si escoges la opción de pagar sin domiciliación bancaria, deberás realizar el ingreso en una entidad colaboradora de la Agencia Tributaria, como CaixaBank, también hasta el día 30 de junio.

Debido a las especiales circunstancias que rodean a la campaña de la renta 2020, es aconsejable que observes con atención estas fechas, planifiques bien la presentación de tu declaración y, sobre todo, te informes con tiempo sobre si estás obligado a presentarla. Es importante que cuentes con margen suficiente para realizar los trámites y reunir la información que necesites para evitar apuros de última hora.

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¿Por qué es tan importante el Día de la Madre Tierra? https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/por-que-es-tan-importante-el-dia-de-la-madre-tierra/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/por-que-es-tan-importante-el-dia-de-la-madre-tierra/#respond Fri, 23 Apr 2021 16:35:17 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40302

El 22 de abril se celebra el Día de la Madre Tierra. Aquel día de 1970, cerca de 20 millones de estadounidenses salieron a la calle para pedir la creación de una agencia medioambiental en su país. Actualmente, casi todos los países cuentan con una y existen iniciativas internacionales dependientes de organismos como la ONU, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Unas metas que comprometen a países de todo el mundo a poner en marcha medidas para afrontar desafíos tan importantes como el cambio climático o la pobreza.

Durante décadas, se han logrado hitos como la protección de regiones cada vez más amplias de suelo, la reducción de emisiones o el aumento del reciclaje. Sin embargo, la presión sobre los ecosistemas apenas se ha reducido, e incluso ha aumentado en lugares como el Amazonas, el Mediterráneo o el Ártico. El Día Internacional de la Madre Tierra nos recuerda que todavía tenemos tareas pendientes.

¿Por qué la Tierra es “madre” de la humanidad?

Debido a la completa dependencia de la naturaleza y la sostenibilidad ambiental, muchas culturas han considerado que la Tierra o la Naturaleza era su “madre” a lo largo de la historia. Ocurría en la mitología griega con la diosa Gea, romanizada siglos después como Gaia. También con las deidades Ñuke Mapu (en mapuche, ‘la Madre Tierra’) y Pachamama (en la mitología inca, ‘la Madre Naturaleza’). La humanidad dependía, y depende, de su entorno.

La naturaleza es la “cuidadora” de los ríos, los árboles y los animales, entre los que nos encontramos. La Tierra provee todo, de modo que no fue raro vincular el concepto de ‘madre’ y de ‘naturaleza’ en el pasado. Tampoco a finales de los 70, cuando Lovelock propuso la hipótesis de Gaia, que afirmaba que la vida terrestre ayuda a mantener la biosfera.

Biosfera es el término actual para esta madre global que nos ha cuidado desde que aparecimos sobre ella. Han pasado algunas décadas y cada vez sabemos más sobre esta relación. La realidad es que no cuidamos demasiado la biosfera, y que Objetivos de Desarrollo Sostenible como “Acción sobre el clima”, “Vida submarina” y “Vida de ecosistemas terrestres” todavía deben recibir un buen impulso para tener visos de cumplirse.

El Overshoot Day y el Día de la Madre Tierra

La preocupación por la salud de la Madre Tierra existe desde hace bastante tiempo. En 1970, se midió por primera vez qué día del año la humanidad terminaría con los recursos renovables que la Tierra era capaz de reponer en un año. Se llamó Earth Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Coincidió con el 29 de diciembre. Aquel año le debimos dos días al planeta, es decir, a nuestra “madre”.

El año 2020 fue, debido a la COVID-19, un año de bajo impacto ambiental. Aun así, el 22 de agosto se habían consumido todos los recursos renovables que podía reponer la Tierra a nivel mundial. Y, si toda la población del planeta tuviese el consumo de España, la fecha habría sido aún más temprana: el 27 de mayo. Se está perdiendo biodiversidad en todo el planeta. Y eso que dependemos de ella.

Años antes de que el problema climático se manifestase de forma innegable, nacía el Día de la Madre Tierra en Estados Unidos. Corría el año 1968 y el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, en el que se hablaba de cómo el deterioro ambiental perjudica la salud humana.

Un par de años después, el senador Gaylord Nelson proponía la creación de la actual Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, fundada a finales de 1970 debido a la presión ciudadana. Aquel año marcó un antes y un después en la forma de entender que la biosfera se comportaba como lo hacen nuestras madres, cuidándonos, y que no se ganaba nada contaminándola.

¿Qué se puede hacer para cuidar a la Madre Tierra?

Han pasado décadas desde aquellos eventos, pero ahora la población concienciada no son “solamente” veinte millones de estadounidenses. Buena parte de los habitantes del planeta son conscientes de cómo sus acciones pueden perjudicar el total. De que estamos conectados a través de una fina capa de vida llamada biosfera, que hay que respetar, cuidar y preservar para las futuras generaciones.

Cuidar la Tierra puede ser tan sencillo como coger el autobús, utilizar el agua de casa para calmar la sed o instalar un toldo.

– Hacer uso del transporte público de masas.

El impacto per cápita de esta movilidad es muchas veces inferior a otros tipos de desplazamientos. También ayuda mucho sustituir los viajes en coche por desplazamientos en bicicleta o paseando, así como utilizar el tren en lugar del avión cuando sea posible.

– Beber agua del grifo.

En España, el agua del grifo tiene una calidad excelente gracias a la depuración urbana. Además de ser más barata que el agua embotellada, el agua del grifo no genera residuos.

– Consumir productos locales.

Si consumimos productos de proximidad al lugar donde residimos, evitamos muchas emisiones por transporte. En España, además, este transporte se efectúa principalmente mediante camiones (más contaminantes que el tren). Muchos de los alimentos que consumimos recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa.

– Instalar toldos y ventiladores en las viviendas.

Tras el uso del coche, la climatización del hogar es uno de los mayores gastos de energía que tenemos las familias. Para reducir este consumo, especialmente en verano, se aconseja instalar toldos en las fachadas soleadas y ventiladores de techo. Son baratos, fáciles de instalar y permiten reducir el consumo eléctrico de forma notable.

El Día de la Madre Tierra nos recuerda la importancia que tienen las pequeñas acciones diarias a la hora de cuidar la biosfera.

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El 22 de abril se celebra el Día de la Madre Tierra. Aquel día de 1970, cerca de 20 millones de estadounidenses salieron a la calle para pedir la creación de una agencia medioambiental en su país. Actualmente, casi todos los países cuentan con una y existen iniciativas internacionales dependientes de organismos como la ONU, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Unas metas que comprometen a países de todo el mundo a poner en marcha medidas para afrontar desafíos tan importantes como el cambio climático o la pobreza.

Durante décadas, se han logrado hitos como la protección de regiones cada vez más amplias de suelo, la reducción de emisiones o el aumento del reciclaje. Sin embargo, la presión sobre los ecosistemas apenas se ha reducido, e incluso ha aumentado en lugares como el Amazonas, el Mediterráneo o el Ártico. El Día Internacional de la Madre Tierra nos recuerda que todavía tenemos tareas pendientes.

¿Por qué la Tierra es “madre” de la humanidad?

Debido a la completa dependencia de la naturaleza y la sostenibilidad ambiental, muchas culturas han considerado que la Tierra o la Naturaleza era su “madre” a lo largo de la historia. Ocurría en la mitología griega con la diosa Gea, romanizada siglos después como Gaia. También con las deidades Ñuke Mapu (en mapuche, ‘la Madre Tierra’) y Pachamama (en la mitología inca, ‘la Madre Naturaleza’). La humanidad dependía, y depende, de su entorno.

La naturaleza es la “cuidadora” de los ríos, los árboles y los animales, entre los que nos encontramos. La Tierra provee todo, de modo que no fue raro vincular el concepto de ‘madre’ y de ‘naturaleza’ en el pasado. Tampoco a finales de los 70, cuando Lovelock propuso la hipótesis de Gaia, que afirmaba que la vida terrestre ayuda a mantener la biosfera.

Biosfera es el término actual para esta madre global que nos ha cuidado desde que aparecimos sobre ella. Han pasado algunas décadas y cada vez sabemos más sobre esta relación. La realidad es que no cuidamos demasiado la biosfera, y que Objetivos de Desarrollo Sostenible como “Acción sobre el clima”, “Vida submarina” y “Vida de ecosistemas terrestres” todavía deben recibir un buen impulso para tener visos de cumplirse.

El Overshoot Day y el Día de la Madre Tierra

La preocupación por la salud de la Madre Tierra existe desde hace bastante tiempo. En 1970, se midió por primera vez qué día del año la humanidad terminaría con los recursos renovables que la Tierra era capaz de reponer en un año. Se llamó Earth Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Coincidió con el 29 de diciembre. Aquel año le debimos dos días al planeta, es decir, a nuestra “madre”.

El año 2020 fue, debido a la COVID-19, un año de bajo impacto ambiental. Aun así, el 22 de agosto se habían consumido todos los recursos renovables que podía reponer la Tierra a nivel mundial. Y, si toda la población del planeta tuviese el consumo de España, la fecha habría sido aún más temprana: el 27 de mayo. Se está perdiendo biodiversidad en todo el planeta. Y eso que dependemos de ella.

Años antes de que el problema climático se manifestase de forma innegable, nacía el Día de la Madre Tierra en Estados Unidos. Corría el año 1968 y el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, en el que se hablaba de cómo el deterioro ambiental perjudica la salud humana.

Un par de años después, el senador Gaylord Nelson proponía la creación de la actual Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, fundada a finales de 1970 debido a la presión ciudadana. Aquel año marcó un antes y un después en la forma de entender que la biosfera se comportaba como lo hacen nuestras madres, cuidándonos, y que no se ganaba nada contaminándola.

¿Qué se puede hacer para cuidar a la Madre Tierra?

Han pasado décadas desde aquellos eventos, pero ahora la población concienciada no son “solamente” veinte millones de estadounidenses. Buena parte de los habitantes del planeta son conscientes de cómo sus acciones pueden perjudicar el total. De que estamos conectados a través de una fina capa de vida llamada biosfera, que hay que respetar, cuidar y preservar para las futuras generaciones.

Cuidar la Tierra puede ser tan sencillo como coger el autobús, utilizar el agua de casa para calmar la sed o instalar un toldo.

– Hacer uso del transporte público de masas.

El impacto per cápita de esta movilidad es muchas veces inferior a otros tipos de desplazamientos. También ayuda mucho sustituir los viajes en coche por desplazamientos en bicicleta o paseando, así como utilizar el tren en lugar del avión cuando sea posible.

– Beber agua del grifo.

En España, el agua del grifo tiene una calidad excelente gracias a la depuración urbana. Además de ser más barata que el agua embotellada, el agua del grifo no genera residuos.

– Consumir productos locales.

Si consumimos productos de proximidad al lugar donde residimos, evitamos muchas emisiones por transporte. En España, además, este transporte se efectúa principalmente mediante camiones (más contaminantes que el tren). Muchos de los alimentos que consumimos recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa.

– Instalar toldos y ventiladores en las viviendas.

Tras el uso del coche, la climatización del hogar es uno de los mayores gastos de energía que tenemos las familias. Para reducir este consumo, especialmente en verano, se aconseja instalar toldos en las fachadas soleadas y ventiladores de techo. Son baratos, fáciles de instalar y permiten reducir el consumo eléctrico de forma notable.

El Día de la Madre Tierra nos recuerda la importancia que tienen las pequeñas acciones diarias a la hora de cuidar la biosfera.

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