> ONU – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 Hashtags, las nuevas pancartas digitales https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/hashtags-las-nuevas-pancartas-digitales/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/hashtags-las-nuevas-pancartas-digitales/#respond Fri, 20 Aug 2021 15:38:40 +0000 u0182631@act.glc.es CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=52104

Primero revolucionaron la manera que tenemos de buscar cosas en internet y compartirlas. Poco después, pasaron a convertirse en motores de pequeñas y grandes causas en la red. Hoy, tienen el poder de sacar del anonimato un pequeño asunto local hasta despertar el interés de medios y ciudadanos de todo el mundo. Los hashtags o etiquetas se han convertido en una poderosa herramienta con el paso de los años.

Hoy, estas sencillas expresiones precedidas de una almohadilla son capaces de movilizar a miles de personas a nivel global. Aunque Twitter ha sido la red social que más las ha popularizado, su historia se remonta algún tiempo atrás.

Etiquetas para poner orden

Fue en 1988 —algo así como la prehistoria de internet— cuando se dejaron ver por primera vez palabras precedidas de una almohadilla. Era una solución que permitía poner orden en grupos y temas en IRC (Internet Relay Chat), uno de los primeros sistemas que permitían debatir en tiempo real con personas de todo el mundo y a través de la pantalla de un ordenador.

Gracias a este sistema de etiquetado, los usuarios podían localizar fácilmente discusiones de su interés y participar en ellas. Algunos de ellos se convirtieron años después, a su vez, en usuarios de Twitter y propusieron trasladar el ingenioso sistema de clasificación en IRC a esta plataforma social.

Uno de los primeros hashtags en tener éxito dentro de Twitter fue #SanDiegoFire, durante un importante incendio que tuvo lugar en 2007 en esta zona de Estados Unidos. Un desarrollador informático y usuario de Twitter decidió encender la televisión para compartir con otras personas lo que estaba ocurriendo de manera rápida y fiable. La etiqueta #SanDiegoFire le ayudó a difundir decenas de noticias durante días. También permitió a muchos otros usuarios probar este sistema que les ayudaba a enfocarse en un tema específico que les interesaba especialmente, y a eliminar contenido irrelevante de sus propios tablones de noticias.

El prólogo de las grandes conversaciones

El sistema de etiquetas fue evolucionando con el paso de los años, extendiéndose por las distintas plataformas sociales y multiplicando sus funciones. Ha servido para que ciudadanos de todo el mundo pudieran participar en las grandes conversaciones sobre temas globales. Grandes catástrofes, movimientos sociales, atentados terroristas o manifestaciones culturales son solo algunos ejemplos de eventos que han multiplicado exponencialmente su alcance gracias a un hashtag.

Que estas etiquetas se convirtieran en un vehículo para dar difusión a distintas reivindicaciones y que se utilizaran para compartir experiencias que, de otro modo, quedarían silenciadas, fue solo cuestión de tiempo.

La nueva pancarta digital

Efectivamente, el uso de hashtags se ha convertido en la mejor herramienta disponible para viralizar una reivindicación. Activistas y movimientos sociales de todo el mundo las emplean para dar a conocer sus causas, pero no solo ellos. También ciudadanos individuales las emplean para pedir ayuda o dar a conocer su situación, con la esperanza de que alguien recoja el guante y utilice su etiqueta para darle difusión.

Son muchos los ejemplos de etiquetas que han trascendido las redes sociales para tomar el testigo de las pancartas que se suelen ver en las manifestaciones.

#MedulaparaMateo

Tal vez el hashtag #MedulaParaMateo ha hecho más por la difusión de la donación de médula ósea en España que cualquier otra campaña. Fue la iniciativa puesta en marcha en 2013 por la familia de un bebé llamado Mateo que padecía leucemia. Necesitaban encontrar un donante compatible cuanto antes y las posibilidades de hacerlo se multiplicaban si ciudadanos de todo el mundo se registraban como tales.

La repercusión de esta campaña fue enorme: deportistas de élite, actores y músicos de talla internacional contribuyeron a darle difusión tanto en España como en otros países. Finalmente, apareció un donante para Mateo y la campaña se convirtió en la primera viral contra el cáncer infantil.

#MeToo

Este es uno de los ejemplos más claros sobre cómo un movimiento social puede alcanzar dimensión global gracias a un hashtag. Me Too comenzó en 2007 como una iniciativa que permitía a personas de todo el mundo compartir su historia como víctimas de acoso y abusos sexuales.

Diez años más tarde, a raíz de las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein, Me Too se convirtió en #MeToo, un hashtag que permitió visibilizar el alcance real de este problema, al compartirlo víctimas de todo el mundo. Solo entre octubre y diciembre de ese año, la etiqueta se utilizó en Twitter y Facebook más de seis millones de veces.

#BlackLivesMatter

El movimiento Black Lives Matter surgió en 2013. Alicia Garza, una joven estadounidense, conmocionada por el veredicto absolutorio a un policía que había matado a un adolescente negro, escribió la frase en un post de Facebook, que una amiga suya convirtió en hashtag y que se viralizó prácticamente de inmediato.

Desde entonces, el movimiento Black Lives Matter ganó en organización e infraestructura y creció con las protestas que siguieron a las muertes de otros ciudadanos negros a manos de policías. Aquel hashtag que sirvió de desahogo a Alicia Garza, se convirtió en consigna en múltiples protestas contra la brutalidad policial en Estados Unidos, un problema sobre el que logró captar la atención de ciudadanos de todo el mundo.

#YoTambiénTengoAlzheimer

El uso de hashtags se sofistica cada vez más y un buen ejemplo en este sentido fue la campaña #YoTambiénTengoAlzheimer, promovida en 2020 por la Fundación Alzheimer Cataluña, con la que se pretendía visibilizar tanto la enfermedad como la vida de las personas que acompañan a pacientes con Alzheimer.

Con esta acción, los usuarios de Twitter que incluyeran el hashtag #YoTambiénTengoAlzheimer y mencionaran a la organización en sus publicaciones, recibían una respuesta con un enlace que les permitía ver cómo su perfil comenzaba a desaparecer, como los recuerdos de una persona con esta enfermedad. De crear esa ilusión se encargaba un bot que creaba un espejo del perfil en un servidor externo.

Aunque no son un invento reciente, los hashtags continúan cumpliendo con su función de dar a conocer causas y compartir experiencias. Desde su primer uso para poner orden en las publicaciones, estas pequeñas consignas han ganado en popularidad y capacidad de movilización con el paso del tiempo.

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Primero revolucionaron la manera que tenemos de buscar cosas en internet y compartirlas. Poco después, pasaron a convertirse en motores de pequeñas y grandes causas en la red. Hoy, tienen el poder de sacar del anonimato un pequeño asunto local hasta despertar el interés de medios y ciudadanos de todo el mundo. Los hashtags o etiquetas se han convertido en una poderosa herramienta con el paso de los años.

Hoy, estas sencillas expresiones precedidas de una almohadilla son capaces de movilizar a miles de personas a nivel global. Aunque Twitter ha sido la red social que más las ha popularizado, su historia se remonta algún tiempo atrás.

Etiquetas para poner orden

Fue en 1988 —algo así como la prehistoria de internet— cuando se dejaron ver por primera vez palabras precedidas de una almohadilla. Era una solución que permitía poner orden en grupos y temas en IRC (Internet Relay Chat), uno de los primeros sistemas que permitían debatir en tiempo real con personas de todo el mundo y a través de la pantalla de un ordenador.

Gracias a este sistema de etiquetado, los usuarios podían localizar fácilmente discusiones de su interés y participar en ellas. Algunos de ellos se convirtieron años después, a su vez, en usuarios de Twitter y propusieron trasladar el ingenioso sistema de clasificación en IRC a esta plataforma social.

Uno de los primeros hashtags en tener éxito dentro de Twitter fue #SanDiegoFire, durante un importante incendio que tuvo lugar en 2007 en esta zona de Estados Unidos. Un desarrollador informático y usuario de Twitter decidió encender la televisión para compartir con otras personas lo que estaba ocurriendo de manera rápida y fiable. La etiqueta #SanDiegoFire le ayudó a difundir decenas de noticias durante días. También permitió a muchos otros usuarios probar este sistema que les ayudaba a enfocarse en un tema específico que les interesaba especialmente, y a eliminar contenido irrelevante de sus propios tablones de noticias.

El prólogo de las grandes conversaciones

El sistema de etiquetas fue evolucionando con el paso de los años, extendiéndose por las distintas plataformas sociales y multiplicando sus funciones. Ha servido para que ciudadanos de todo el mundo pudieran participar en las grandes conversaciones sobre temas globales. Grandes catástrofes, movimientos sociales, atentados terroristas o manifestaciones culturales son solo algunos ejemplos de eventos que han multiplicado exponencialmente su alcance gracias a un hashtag.

Que estas etiquetas se convirtieran en un vehículo para dar difusión a distintas reivindicaciones y que se utilizaran para compartir experiencias que, de otro modo, quedarían silenciadas, fue solo cuestión de tiempo.

La nueva pancarta digital

Efectivamente, el uso de hashtags se ha convertido en la mejor herramienta disponible para viralizar una reivindicación. Activistas y movimientos sociales de todo el mundo las emplean para dar a conocer sus causas, pero no solo ellos. También ciudadanos individuales las emplean para pedir ayuda o dar a conocer su situación, con la esperanza de que alguien recoja el guante y utilice su etiqueta para darle difusión.

Son muchos los ejemplos de etiquetas que han trascendido las redes sociales para tomar el testigo de las pancartas que se suelen ver en las manifestaciones.

#MedulaparaMateo

Tal vez el hashtag #MedulaParaMateo ha hecho más por la difusión de la donación de médula ósea en España que cualquier otra campaña. Fue la iniciativa puesta en marcha en 2013 por la familia de un bebé llamado Mateo que padecía leucemia. Necesitaban encontrar un donante compatible cuanto antes y las posibilidades de hacerlo se multiplicaban si ciudadanos de todo el mundo se registraban como tales.

La repercusión de esta campaña fue enorme: deportistas de élite, actores y músicos de talla internacional contribuyeron a darle difusión tanto en España como en otros países. Finalmente, apareció un donante para Mateo y la campaña se convirtió en la primera viral contra el cáncer infantil.

#MeToo

Este es uno de los ejemplos más claros sobre cómo un movimiento social puede alcanzar dimensión global gracias a un hashtag. Me Too comenzó en 2007 como una iniciativa que permitía a personas de todo el mundo compartir su historia como víctimas de acoso y abusos sexuales.

Diez años más tarde, a raíz de las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein, Me Too se convirtió en #MeToo, un hashtag que permitió visibilizar el alcance real de este problema, al compartirlo víctimas de todo el mundo. Solo entre octubre y diciembre de ese año, la etiqueta se utilizó en Twitter y Facebook más de seis millones de veces.

#BlackLivesMatter

El movimiento Black Lives Matter surgió en 2013. Alicia Garza, una joven estadounidense, conmocionada por el veredicto absolutorio a un policía que había matado a un adolescente negro, escribió la frase en un post de Facebook, que una amiga suya convirtió en hashtag y que se viralizó prácticamente de inmediato.

Desde entonces, el movimiento Black Lives Matter ganó en organización e infraestructura y creció con las protestas que siguieron a las muertes de otros ciudadanos negros a manos de policías. Aquel hashtag que sirvió de desahogo a Alicia Garza, se convirtió en consigna en múltiples protestas contra la brutalidad policial en Estados Unidos, un problema sobre el que logró captar la atención de ciudadanos de todo el mundo.

#YoTambiénTengoAlzheimer

El uso de hashtags se sofistica cada vez más y un buen ejemplo en este sentido fue la campaña #YoTambiénTengoAlzheimer, promovida en 2020 por la Fundación Alzheimer Cataluña, con la que se pretendía visibilizar tanto la enfermedad como la vida de las personas que acompañan a pacientes con Alzheimer.

Con esta acción, los usuarios de Twitter que incluyeran el hashtag #YoTambiénTengoAlzheimer y mencionaran a la organización en sus publicaciones, recibían una respuesta con un enlace que les permitía ver cómo su perfil comenzaba a desaparecer, como los recuerdos de una persona con esta enfermedad. De crear esa ilusión se encargaba un bot que creaba un espejo del perfil en un servidor externo.

Aunque no son un invento reciente, los hashtags continúan cumpliendo con su función de dar a conocer causas y compartir experiencias. Desde su primer uso para poner orden en las publicaciones, estas pequeñas consignas han ganado en popularidad y capacidad de movilización con el paso del tiempo.

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Recommerce: el inesperado aliado de la economía circular https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/recommerce-el-inesperado-aliado-de-la-economia-circular/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/recommerce-el-inesperado-aliado-de-la-economia-circular/#respond Tue, 08 Jun 2021 06:25:11 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40640

Es una práctica que se solía limitar a rastrillos y a algunas tiendas especializadas. Sin embargo, Internet ha supuesto un importante espaldarazo a su popularización. El recommerce o la venta de productos de segunda mano en Internet se presenta como una tendencia pujante dentro del comercio online. Y esto supone una gran noticia para la sostenibilidad.

Esta tendencia, que ha ganado protagonismo durante la pandemia, contribuye a extender la economía circular. Sus perspectivas no pueden ser más prometedoras: se estima que el recommerce crezca entre el 15 % y el 20 % anuales hasta 2026.

Reducir, reutilizar y reciclar

El recommerce sigue la lógica de la economía circular y se centra especialmente en tres de las nueve erres (9 R) que la sustentan: reducir, reutilizar y reciclar. Se trata de alargar al máximo la vida útil de los objetos y materiales antes de reemplazarlos por otros. El objetivo último consiste en preservar los recursos limitados que nos ofrece el planeta.

La compraventa online de productos usados permite reducir, al mismo tiempo, el empleo de esos recursos y el volumen de residuos que generamos. También reutilizar productos que, de otro modo, quedarían olvidados en un cajón o acabarían en un vertedero.

En definitiva, es cuestión de cerrar el ciclo del consumo y sustituir el modelo lineal, basado en la máxima de “usar y tirar”. En este sentido, la popularización del recommerce aparece como un importante revulsivo para implantar el nuevo modelo de economía circular.

Los consumidores pasan a la acción

El uso de plataformas electrónicas de compraventa de productos de segunda mano como Wallapop, eBay, Vibbo, Chicfy o Milanuncios ha rescatado la compraventa de productos usados de una cierta marginalidad. No solo eso. Además, han contribuido a popularizarla hasta límites insospechados.

Se trata de un cambio de paradigma que se observa incluso en sectores tan sorprendentes como el del lujo: el 35 % de las ventas de artículos, como relojes de alta gama o joyas, ya se realiza online, fuera de las casas de subastas y de tiendas físicas especializadas. De hecho, según un informe de The Boston Consulting Group, la preocupación por la sostenibilidad de los bienes de lujo crece cada vez más entre los consumidores, sobre todo los más jóvenes.

Esta preferencia por un consumo más responsable ha animado incluso a firmas de alta costura a promover sus propios canales de venta de prendas de segunda mano. Sin embargo, no es exclusiva del sector del lujo. Es una tendencia que también se observa a la hora de llenar nuestra cesta de la compra, así como a la de adquirir ropa o equipamiento deportivo, pantalones tejanos o teléfonos móviles, entre otros muchos productos. La sostenibilidad se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones a la hora de consumir y el recommerce es una práctica que nos puede ayudar a ponerla en el centro.

Consejos para un recommerce seguro

Existe una serie de buenas prácticas que vendrán bien tanto a los usuarios de aplicaciones de recommerce más avanzados como a aquellos que se plantean sumarse a esta tendencia.

– Quedar físicamente: este es un consejo que aplica tanto a compradores como a vendedores. Si no se va a utilizar algún método que asegure la transacción online, conviene quedar físicamente con la otra parte. Así se podrá comprobar el estado real del producto y asegurar el pago. La reunión para efectuar la transacción debe producirse en un lugar transitado y público. A poder ser, conviene acudir acompañado.

– Evitar transacciones o transferencias inmediatas: lo mejor es tomarse el tiempo necesario para valorar si el producto reúne las condiciones adecuadas, si responde a nuestras necesidades y si realmente lo necesitamos. Algunas plataformas especializadas retienen el importe hasta que el comprador recibe el producto y verifica su buen estado.

– Revisar las valoraciones: algunas plataformas cuentan con herramientas de valoración que permiten comprobar la experiencia de otros compradores o vendedores con un usuario en concreto. Se trata de comentarios útiles para establecer el perfil de la persona con la que estamos tratando y asegurarnos de que se trata de un perfil verdadero. Si no hay comentarios, siempre se puede establecer una conversación online y aplicar el siguiente consejo.

– Sentido común: si se perciben señales sospechosas, como mensajes farragosos, precios demasiado bajos, direcciones de correo extrañas o reticencias a facilitar más imágenes o datos acerca del producto, es mejor ser prudentes y descartar la transacción. Es importante no dejar que el deseo de adquirir un producto se imponga al sentido común que aplicamos normalmente a cualquier compra.

El recommerce es una alternativa de consumo responsable que nos ayudará a asegurar un futuro sostenible para todos. Una meta que se ha condensado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU y a la que los ciudadanos debemos contribuir. Apostar por alargar la vida útil de los objetos es una de las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo.

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Es una práctica que se solía limitar a rastrillos y a algunas tiendas especializadas. Sin embargo, Internet ha supuesto un importante espaldarazo a su popularización. El recommerce o la venta de productos de segunda mano en Internet se presenta como una tendencia pujante dentro del comercio online. Y esto supone una gran noticia para la sostenibilidad.

Esta tendencia, que ha ganado protagonismo durante la pandemia, contribuye a extender la economía circular. Sus perspectivas no pueden ser más prometedoras: se estima que el recommerce crezca entre el 15 % y el 20 % anuales hasta 2026.

Reducir, reutilizar y reciclar

El recommerce sigue la lógica de la economía circular y se centra especialmente en tres de las nueve erres (9 R) que la sustentan: reducir, reutilizar y reciclar. Se trata de alargar al máximo la vida útil de los objetos y materiales antes de reemplazarlos por otros. El objetivo último consiste en preservar los recursos limitados que nos ofrece el planeta.

La compraventa online de productos usados permite reducir, al mismo tiempo, el empleo de esos recursos y el volumen de residuos que generamos. También reutilizar productos que, de otro modo, quedarían olvidados en un cajón o acabarían en un vertedero.

En definitiva, es cuestión de cerrar el ciclo del consumo y sustituir el modelo lineal, basado en la máxima de “usar y tirar”. En este sentido, la popularización del recommerce aparece como un importante revulsivo para implantar el nuevo modelo de economía circular.

Los consumidores pasan a la acción

El uso de plataformas electrónicas de compraventa de productos de segunda mano como Wallapop, eBay, Vibbo, Chicfy o Milanuncios ha rescatado la compraventa de productos usados de una cierta marginalidad. No solo eso. Además, han contribuido a popularizarla hasta límites insospechados.

Se trata de un cambio de paradigma que se observa incluso en sectores tan sorprendentes como el del lujo: el 35 % de las ventas de artículos, como relojes de alta gama o joyas, ya se realiza online, fuera de las casas de subastas y de tiendas físicas especializadas. De hecho, según un informe de The Boston Consulting Group, la preocupación por la sostenibilidad de los bienes de lujo crece cada vez más entre los consumidores, sobre todo los más jóvenes.

Esta preferencia por un consumo más responsable ha animado incluso a firmas de alta costura a promover sus propios canales de venta de prendas de segunda mano. Sin embargo, no es exclusiva del sector del lujo. Es una tendencia que también se observa a la hora de llenar nuestra cesta de la compra, así como a la de adquirir ropa o equipamiento deportivo, pantalones tejanos o teléfonos móviles, entre otros muchos productos. La sostenibilidad se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones a la hora de consumir y el recommerce es una práctica que nos puede ayudar a ponerla en el centro.

Consejos para un recommerce seguro

Existe una serie de buenas prácticas que vendrán bien tanto a los usuarios de aplicaciones de recommerce más avanzados como a aquellos que se plantean sumarse a esta tendencia.

– Quedar físicamente: este es un consejo que aplica tanto a compradores como a vendedores. Si no se va a utilizar algún método que asegure la transacción online, conviene quedar físicamente con la otra parte. Así se podrá comprobar el estado real del producto y asegurar el pago. La reunión para efectuar la transacción debe producirse en un lugar transitado y público. A poder ser, conviene acudir acompañado.

– Evitar transacciones o transferencias inmediatas: lo mejor es tomarse el tiempo necesario para valorar si el producto reúne las condiciones adecuadas, si responde a nuestras necesidades y si realmente lo necesitamos. Algunas plataformas especializadas retienen el importe hasta que el comprador recibe el producto y verifica su buen estado.

– Revisar las valoraciones: algunas plataformas cuentan con herramientas de valoración que permiten comprobar la experiencia de otros compradores o vendedores con un usuario en concreto. Se trata de comentarios útiles para establecer el perfil de la persona con la que estamos tratando y asegurarnos de que se trata de un perfil verdadero. Si no hay comentarios, siempre se puede establecer una conversación online y aplicar el siguiente consejo.

– Sentido común: si se perciben señales sospechosas, como mensajes farragosos, precios demasiado bajos, direcciones de correo extrañas o reticencias a facilitar más imágenes o datos acerca del producto, es mejor ser prudentes y descartar la transacción. Es importante no dejar que el deseo de adquirir un producto se imponga al sentido común que aplicamos normalmente a cualquier compra.

El recommerce es una alternativa de consumo responsable que nos ayudará a asegurar un futuro sostenible para todos. Una meta que se ha condensado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU y a la que los ciudadanos debemos contribuir. Apostar por alargar la vida útil de los objetos es una de las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo.

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Aeroponía: el cultivo vertical que no consume suelo https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/aeroponia-el-cultivo-vertical-que-no-consume-suelo/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/aeroponia-el-cultivo-vertical-que-no-consume-suelo/#respond Thu, 27 May 2021 07:30:10 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40572

Alimentar a una creciente población planetaria es una labor compleja, si bien es cierto que cada década disponemos de nuevas herramientas tecnológicas a nuestra disposición. Innovaciones como la tecnología CRISPR/Cas9 de edición genética o la robotización de los cultivos son algunas de ellas, junto al cultivo vertical por aeroponía, un tipo de agricultura con un consumo de suelo prácticamente nulo.

Poner fin al hambre, un complejo reto global

El primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) perseguía “erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Si bien es cierto que se logró la meta primera de este objetivo —reducir a la mitad la proporción de personas con ingresos inferiores a un dólar por día— cinco años antes de lo previsto, acabar con el hambre sigue siendo un propósito complejo.

Según los informes de la ONU respecto al que ahora se ha convertido en segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (“hambre cero”), de 2015 a 2019 se han logrado metas nada desdeñables, como una reducción mundial de la malnutrición infantil, que ha pasado del 23,1 % al 21,3 %. Esto supone un récord en velocidad: en cinco años se ha avanzado en países en desarrollo lo que a los desarrollados les costó muchas décadas.

Sin embargo, según la FAO, el aumento del número de tierras de cultivo está impactando negativamente en la calidad de los suelos, y el hecho de que el cambio climático lleve décadas haciendo los cultivos menos productivos implica que se necesitan nuevas herramientas para garantizar el hambre cero. El uso de la aeroponía junto a los lugares de consumo surge como una herramienta muy interesante en este sentido.

¿Qué es la aeroponía y por qué resulta interesante?

Desde hace siglos, culturas de varias regiones del mundo, como los romanos del siglo I a.C. o los aztecas (chinampas) del XVI, se dieron cuenta de que podían cultivar diluyendo nutrientes en el terreno. Técnicas más modernas de este método de cultivo, hoy llamado hidroponía, consisten en hacer crecer las plantas en soluciones acuosas de alta concentración de nutrientes sin utilizar suelo.

La aeroponía recoge estos principios de cultivo sin suelo pero va un paso más allá: en lugar de diluir nutrientes en el agua, y sumergir en ella las raíces, en la aeroponía las raíces de las plantas se encuentran al descubierto y sobre ellas se vaporizan los nutrientes, reduciendo los insumos de forma considerable.

Los nutrientes, nebulizados, penetran mucho mejor en las raíces que si estas estuvieran dentro de la tierra o el medio acuoso, al contar con más oxígeno. Significa que la planta necesita menos recursos para crecer al reducir su coste metabólico. Se estima que estos cultivos emplean una décima parte del agua respecto a los cultivos tradicionales sobre suelo, especialmente en interior.

Ventajas de la aeroponía de interior

Tanto los cultivos tradicionales como los intensivos, los ecológicos o los basados en organismos modificados genéticamente cultivados en el campo hacen uso de suelo. Esto significa que necesitan una cantidad de espacio importante que, si no se gestiona adecuadamente, puede desplazar o destruir ecosistemas completos. Es muy conocido el avance de los campos de cultivo de soja que están devastando la selva amazónica.

La aeroponía de interior, llamada también cultivo bajo techo o cultivo vertical, presenta ciertas ventajas que pueden ayudar a mitigar este problema:

– No hace uso de pesticidas, ni naturales ni artificiales, al no poder entrar los patógenos o animales en estas condiciones de laboratorio.
– La energía usada es mínima comparada con la de otros cultivos. Destaca el cultivo de lechugas y otras herbáceas.
– No se ven afectados por el clima, ni son susceptibles a heladas, tornados, riadas ni ninguna otra adversidad.
– El ahorro de agua y nutrientes es considerable respecto a otras técnicas.
– Evita el desplazamiento de especies de muchos entornos, al aprovechar la construcción en altura.
– Facilita el cultivo cerca de los lugares de consumo, lo que implica menos emisiones de carbono en su traslado.

Cultivo vertical, un ahorro de emisiones considerable

Junto a la estabilidad de ser independientes del clima o de las plagas, permitir el cultivo junto a los lugares de consumo como las ciudades es una de las mayores ventajas de la aeroponía. En 2019 apenas el 16,2 % de la población española vivía en el campo y casi toda ella lo hacía en entornos urbanizados. Algunos pronósticos de la ONU estiman que, en 2035, un tercio de los españoles vivirá en grandes ciudades. Una tendencia que puede influir sobre la extensión de las técnicas de cultivo vertical.

Esto se debe a que alimentar a las ciudades exclusivamente con los sistemas agrícolas actuales apenas es sostenible. Los alimentos llegan a recorrer miles de kilómetros del cultivo al plato —los cereales cerca de 3.000 km, y las legumbres y frutas, 6.500 km. Sin embargo, la agricultura vertical aeropónica favorece el necesario cultivo de proximidad.

La “comida de kilómetro 0”, cultivada en un radio cercano de pocos cientos de kilómetros del lugar de consumo, se está popularizando cada vez más. Gracias a la aeroponía, las ciudades del futuro podrían contar con el apoyo de una fuente más de suministro sostenible de alimentos de calidad.

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Alimentar a una creciente población planetaria es una labor compleja, si bien es cierto que cada década disponemos de nuevas herramientas tecnológicas a nuestra disposición. Innovaciones como la tecnología CRISPR/Cas9 de edición genética o la robotización de los cultivos son algunas de ellas, junto al cultivo vertical por aeroponía, un tipo de agricultura con un consumo de suelo prácticamente nulo.

Poner fin al hambre, un complejo reto global

El primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) perseguía “erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Si bien es cierto que se logró la meta primera de este objetivo —reducir a la mitad la proporción de personas con ingresos inferiores a un dólar por día— cinco años antes de lo previsto, acabar con el hambre sigue siendo un propósito complejo.

Según los informes de la ONU respecto al que ahora se ha convertido en segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (“hambre cero”), de 2015 a 2019 se han logrado metas nada desdeñables, como una reducción mundial de la malnutrición infantil, que ha pasado del 23,1 % al 21,3 %. Esto supone un récord en velocidad: en cinco años se ha avanzado en países en desarrollo lo que a los desarrollados les costó muchas décadas.

Sin embargo, según la FAO, el aumento del número de tierras de cultivo está impactando negativamente en la calidad de los suelos, y el hecho de que el cambio climático lleve décadas haciendo los cultivos menos productivos implica que se necesitan nuevas herramientas para garantizar el hambre cero. El uso de la aeroponía junto a los lugares de consumo surge como una herramienta muy interesante en este sentido.

¿Qué es la aeroponía y por qué resulta interesante?

Desde hace siglos, culturas de varias regiones del mundo, como los romanos del siglo I a.C. o los aztecas (chinampas) del XVI, se dieron cuenta de que podían cultivar diluyendo nutrientes en el terreno. Técnicas más modernas de este método de cultivo, hoy llamado hidroponía, consisten en hacer crecer las plantas en soluciones acuosas de alta concentración de nutrientes sin utilizar suelo.

La aeroponía recoge estos principios de cultivo sin suelo pero va un paso más allá: en lugar de diluir nutrientes en el agua, y sumergir en ella las raíces, en la aeroponía las raíces de las plantas se encuentran al descubierto y sobre ellas se vaporizan los nutrientes, reduciendo los insumos de forma considerable.

Los nutrientes, nebulizados, penetran mucho mejor en las raíces que si estas estuvieran dentro de la tierra o el medio acuoso, al contar con más oxígeno. Significa que la planta necesita menos recursos para crecer al reducir su coste metabólico. Se estima que estos cultivos emplean una décima parte del agua respecto a los cultivos tradicionales sobre suelo, especialmente en interior.

Ventajas de la aeroponía de interior

Tanto los cultivos tradicionales como los intensivos, los ecológicos o los basados en organismos modificados genéticamente cultivados en el campo hacen uso de suelo. Esto significa que necesitan una cantidad de espacio importante que, si no se gestiona adecuadamente, puede desplazar o destruir ecosistemas completos. Es muy conocido el avance de los campos de cultivo de soja que están devastando la selva amazónica.

La aeroponía de interior, llamada también cultivo bajo techo o cultivo vertical, presenta ciertas ventajas que pueden ayudar a mitigar este problema:

– No hace uso de pesticidas, ni naturales ni artificiales, al no poder entrar los patógenos o animales en estas condiciones de laboratorio.
– La energía usada es mínima comparada con la de otros cultivos. Destaca el cultivo de lechugas y otras herbáceas.
– No se ven afectados por el clima, ni son susceptibles a heladas, tornados, riadas ni ninguna otra adversidad.
– El ahorro de agua y nutrientes es considerable respecto a otras técnicas.
– Evita el desplazamiento de especies de muchos entornos, al aprovechar la construcción en altura.
– Facilita el cultivo cerca de los lugares de consumo, lo que implica menos emisiones de carbono en su traslado.

Cultivo vertical, un ahorro de emisiones considerable

Junto a la estabilidad de ser independientes del clima o de las plagas, permitir el cultivo junto a los lugares de consumo como las ciudades es una de las mayores ventajas de la aeroponía. En 2019 apenas el 16,2 % de la población española vivía en el campo y casi toda ella lo hacía en entornos urbanizados. Algunos pronósticos de la ONU estiman que, en 2035, un tercio de los españoles vivirá en grandes ciudades. Una tendencia que puede influir sobre la extensión de las técnicas de cultivo vertical.

Esto se debe a que alimentar a las ciudades exclusivamente con los sistemas agrícolas actuales apenas es sostenible. Los alimentos llegan a recorrer miles de kilómetros del cultivo al plato —los cereales cerca de 3.000 km, y las legumbres y frutas, 6.500 km. Sin embargo, la agricultura vertical aeropónica favorece el necesario cultivo de proximidad.

La “comida de kilómetro 0”, cultivada en un radio cercano de pocos cientos de kilómetros del lugar de consumo, se está popularizando cada vez más. Gracias a la aeroponía, las ciudades del futuro podrían contar con el apoyo de una fuente más de suministro sostenible de alimentos de calidad.

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Diversidad: claves para una sociedad más inclusiva https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/diversidad-claves-para-una-sociedad-mas-inclusiva/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/diversidad-claves-para-una-sociedad-mas-inclusiva/#respond Fri, 21 May 2021 06:00:50 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40522

Cada persona es un mundo. Lejos de ser una desventaja, esto es lo que favorece la existencia de una sociedad cada vez más heterogénea. Las distintas culturas, creencias, puntos de vista y circunstancias personales conforman una diversidad que acaba por enriquecer a esa sociedad. El futuro es, sin duda, diverso. Por esta razón, la propia ONU lleva décadas impulsando iniciativas para acabar con lacras como el racismo, el machismo, la homofobia o la transfobia en los distintos países.
Sin embargo, la defensa de la diversidad no es solo cuestión de grandes tratados y normativas. También los ciudadanos pueden hacer mucho por impulsar la convivencia pacífica en una sociedad cambiante y heterogénea. Para lograrlo, la empatía es fundamental. Una cuestión que ha abordado el Mes de la Diversidad de Voluntariado CaixaBank a través de distintos seminarios web y talleres.
Con esta iniciativa, los voluntarios de CaixaBank han tenido la oportunidad de escuchar la experiencia de personas que viven en primera persona algunos de esos desafíos que afronta la diversidad. Un ejercicio que permite aprender sobre sus antecedentes, creencias y realidades para favorecer la inclusión y la igualdad.
En concreto, las actividades abordaron tres grandes temáticas: el racismo en España, la diversidad sexual y la igualdad como cultura empresarial. Del testimonio de los distintos ponentes se extraen algunas claves que todos podemos poner en marcha para lograr una sociedad más inclusiva y justa.

Visibilidad frente al racismo

German Jones Ndjoli, experto en historia africana, escritor y activista, compartió algunas de las claves sobre el racismo en España a través de su ponencia. Jones apuesta por el establecimiento de políticas activas de visibilización y promoción de la diversidad que den lugar a espacios de interacción social y equidad.
Es una manera de combatir ese racismo estructural que consiste “en todas aquellas personas que ocupan una posición de responsabilidad y poder y que, sin estar coordinadas o tener un plan, conforman una estructura que actúa con prejuicios raciales. Esto provoca que se invisibilice y discrimine sistemáticamente a las personas negras”.
En cuanto al papel de las empresas, Jones considera que, al igual que escuelas y universidades, deben ser lugares representativos de la sociedad e implicados en sus retos. “La visibilización y promoción de las minorías, así como el establecimiento de reglamentos específicos para proteger y perseguir este tipo de discriminaciones, más allá de ser necesarios, deberían ser obligatorios para combatir el racismo en el entorno laboral de forma efectiva”, destacó.

Pedagogía para explicar la diversidad sexual

Al hablar de diversidad sexual, lo hacemos sobre la dimensión sexual de las personas por el hecho de serlo y cómo los modos, matices y particularidades de cada una de ellas conforman la única norma existente en cuanto a los sexos. Es decir, el sexo que es una persona, más que los genitales y las prácticas que realiza con ellos.
Para Aitzole Araneta —sexóloga, técnica de igualdad y de participación—, se están dando pasos en el reconocimiento de esa diversidad, aunque quedan retos pendientes, como “la construcción de una pedagogía social que aborde y explique la diversidad sexual”. De esta manera, las futuras generaciones podrán verla como algo completamente normal. Se trata de que etiquetas como la de persona trans sean “simplemente un adjetivo más, como puede ser rubia o rubio”.
“La diversidad sexual es cosa de todos”, subrayó la experta durante su intervención. “Somos seres sexuados y eso significa que nos vamos construyendo en esta dimensión sexuada como hombres y mujeres empezando por la fisiología, siguiendo con los roles culturales de género y acabando con nuestra psique”. Por esta razón, Araneta apuesta por invertir tiempo en eliminar prejuicios, escuchar activamente y valorar los testimonios de todas las personas para ayudar a verlas por lo que realmente son y a aceptar su dimensión sexual.

Una cultura de la igualdad en las empresas

A mayor equilibrio entre mujeres y hombres en empresas y organizaciones, mayor productividad, innovación y capacidad de adaptación. Se trata de una realidad que ya tienen presente inversores de todo el mundo, quienes apuestan cada vez más por apoyar a aquellas empresas que cuentan con la igualdad como cultura empresarial.
Precisamente para convertir la igualdad en cultura empresarial, este valor debe incorporarse en la estrategia de la empresa y, además, recibir el impulso de la dirección y los órganos de decisión. “Solo así se consigue que se vaya impregnando y calando en toda la plantilla y en los procesos internos”, apuntó Yolanda Fernández, directora de la Federación de Mujeres Progresistas (FMP), durante su intervención en el Mes de la Diversidad.
Para lograr este objetivo, Fernández indica una serie de pasos, que incluyen el compromiso de la empresa y la creación o consolidación de esa cultura inclusiva e igualitaria.
La sensibilización y formación de la plantilla, especialmente de altos cargos y mandos intermedios, así como el diseño y la implementación de un plan de igualdad, serían el siguiente escalón. “Si ya lo tienen, las empresas deben considerar este plan como una hoja de ruta a seguir y no como un documento que se guarda en el cajón de un despacho”, puntualizó. También resulta especialmente importante la evaluación periódica de los avances logrados.

Siete consejos para construir una sociedad más inclusiva

Las conclusiones del Mes de la Diversidad de Voluntarios CaixaBank recogieron también una serie de consejos para que todos podamos ayudar a construir una sociedad más inclusiva:
– Promueve el lenguaje inclusivo: puede costar al principio, pero es importante promover fórmulas de lenguaje inclusivo que fomenten el sentimiento de pertenencia.
– Sé consciente de si eres verdaderamente inclusivo: en este sentido, resulta útil hacer un “tándem de inclusión” con una persona conocida. Así resulta más fácil detectar las faltas de inclusión.
– Responde ante las conductas discriminatorias: si las observas, no te quedes callado.
– Aborda la diversidad sexual con los niños: conviene hacerlo desde que son pequeños, sin miedo y con naturalidad.
– Crea un canal de diversidad e inclusión en tu empresa: en él podréis compartir noticias y buenas prácticas que vayáis conociendo. Es importante que los temas formen parte del día a día de la empresa.
– ¿Es diverso tu círculo personal? Si no hay personas diversas en él, esfuérzate por conocerlas y escucharlas para comprender su realidad. Hazlo desde una postura de tolerancia y flexibilidad: te enriquecerá enormemente.
– Celebra fiestas y eventos que son importantes para otras personas: por ejemplo, Hannukah, el Black History Month o la Semana del Orgullo Gay.
Entre todos podemos preservar y poner en valor esa diversidad que tanto bien hace a nuestra sociedad. La inclusión y la empatía son las herramientas que nos ayudarán en esta tarea, que atañe a autoridades, empresas y ciudadanos.

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Cada persona es un mundo. Lejos de ser una desventaja, esto es lo que favorece la existencia de una sociedad cada vez más heterogénea. Las distintas culturas, creencias, puntos de vista y circunstancias personales conforman una diversidad que acaba por enriquecer a esa sociedad. El futuro es, sin duda, diverso. Por esta razón, la propia ONU lleva décadas impulsando iniciativas para acabar con lacras como el racismo, el machismo, la homofobia o la transfobia en los distintos países.
Sin embargo, la defensa de la diversidad no es solo cuestión de grandes tratados y normativas. También los ciudadanos pueden hacer mucho por impulsar la convivencia pacífica en una sociedad cambiante y heterogénea. Para lograrlo, la empatía es fundamental. Una cuestión que ha abordado el Mes de la Diversidad de Voluntariado CaixaBank a través de distintos seminarios web y talleres.
Con esta iniciativa, los voluntarios de CaixaBank han tenido la oportunidad de escuchar la experiencia de personas que viven en primera persona algunos de esos desafíos que afronta la diversidad. Un ejercicio que permite aprender sobre sus antecedentes, creencias y realidades para favorecer la inclusión y la igualdad.
En concreto, las actividades abordaron tres grandes temáticas: el racismo en España, la diversidad sexual y la igualdad como cultura empresarial. Del testimonio de los distintos ponentes se extraen algunas claves que todos podemos poner en marcha para lograr una sociedad más inclusiva y justa.

Visibilidad frente al racismo

German Jones Ndjoli, experto en historia africana, escritor y activista, compartió algunas de las claves sobre el racismo en España a través de su ponencia. Jones apuesta por el establecimiento de políticas activas de visibilización y promoción de la diversidad que den lugar a espacios de interacción social y equidad.
Es una manera de combatir ese racismo estructural que consiste “en todas aquellas personas que ocupan una posición de responsabilidad y poder y que, sin estar coordinadas o tener un plan, conforman una estructura que actúa con prejuicios raciales. Esto provoca que se invisibilice y discrimine sistemáticamente a las personas negras”.
En cuanto al papel de las empresas, Jones considera que, al igual que escuelas y universidades, deben ser lugares representativos de la sociedad e implicados en sus retos. “La visibilización y promoción de las minorías, así como el establecimiento de reglamentos específicos para proteger y perseguir este tipo de discriminaciones, más allá de ser necesarios, deberían ser obligatorios para combatir el racismo en el entorno laboral de forma efectiva”, destacó.

Pedagogía para explicar la diversidad sexual

Al hablar de diversidad sexual, lo hacemos sobre la dimensión sexual de las personas por el hecho de serlo y cómo los modos, matices y particularidades de cada una de ellas conforman la única norma existente en cuanto a los sexos. Es decir, el sexo que es una persona, más que los genitales y las prácticas que realiza con ellos.
Para Aitzole Araneta —sexóloga, técnica de igualdad y de participación—, se están dando pasos en el reconocimiento de esa diversidad, aunque quedan retos pendientes, como “la construcción de una pedagogía social que aborde y explique la diversidad sexual”. De esta manera, las futuras generaciones podrán verla como algo completamente normal. Se trata de que etiquetas como la de persona trans sean “simplemente un adjetivo más, como puede ser rubia o rubio”.
“La diversidad sexual es cosa de todos”, subrayó la experta durante su intervención. “Somos seres sexuados y eso significa que nos vamos construyendo en esta dimensión sexuada como hombres y mujeres empezando por la fisiología, siguiendo con los roles culturales de género y acabando con nuestra psique”. Por esta razón, Araneta apuesta por invertir tiempo en eliminar prejuicios, escuchar activamente y valorar los testimonios de todas las personas para ayudar a verlas por lo que realmente son y a aceptar su dimensión sexual.

Una cultura de la igualdad en las empresas

A mayor equilibrio entre mujeres y hombres en empresas y organizaciones, mayor productividad, innovación y capacidad de adaptación. Se trata de una realidad que ya tienen presente inversores de todo el mundo, quienes apuestan cada vez más por apoyar a aquellas empresas que cuentan con la igualdad como cultura empresarial.
Precisamente para convertir la igualdad en cultura empresarial, este valor debe incorporarse en la estrategia de la empresa y, además, recibir el impulso de la dirección y los órganos de decisión. “Solo así se consigue que se vaya impregnando y calando en toda la plantilla y en los procesos internos”, apuntó Yolanda Fernández, directora de la Federación de Mujeres Progresistas (FMP), durante su intervención en el Mes de la Diversidad.
Para lograr este objetivo, Fernández indica una serie de pasos, que incluyen el compromiso de la empresa y la creación o consolidación de esa cultura inclusiva e igualitaria.
La sensibilización y formación de la plantilla, especialmente de altos cargos y mandos intermedios, así como el diseño y la implementación de un plan de igualdad, serían el siguiente escalón. “Si ya lo tienen, las empresas deben considerar este plan como una hoja de ruta a seguir y no como un documento que se guarda en el cajón de un despacho”, puntualizó. También resulta especialmente importante la evaluación periódica de los avances logrados.

Siete consejos para construir una sociedad más inclusiva

Las conclusiones del Mes de la Diversidad de Voluntarios CaixaBank recogieron también una serie de consejos para que todos podamos ayudar a construir una sociedad más inclusiva:
– Promueve el lenguaje inclusivo: puede costar al principio, pero es importante promover fórmulas de lenguaje inclusivo que fomenten el sentimiento de pertenencia.
– Sé consciente de si eres verdaderamente inclusivo: en este sentido, resulta útil hacer un “tándem de inclusión” con una persona conocida. Así resulta más fácil detectar las faltas de inclusión.
– Responde ante las conductas discriminatorias: si las observas, no te quedes callado.
– Aborda la diversidad sexual con los niños: conviene hacerlo desde que son pequeños, sin miedo y con naturalidad.
– Crea un canal de diversidad e inclusión en tu empresa: en él podréis compartir noticias y buenas prácticas que vayáis conociendo. Es importante que los temas formen parte del día a día de la empresa.
– ¿Es diverso tu círculo personal? Si no hay personas diversas en él, esfuérzate por conocerlas y escucharlas para comprender su realidad. Hazlo desde una postura de tolerancia y flexibilidad: te enriquecerá enormemente.
– Celebra fiestas y eventos que son importantes para otras personas: por ejemplo, Hannukah, el Black History Month o la Semana del Orgullo Gay.
Entre todos podemos preservar y poner en valor esa diversidad que tanto bien hace a nuestra sociedad. La inclusión y la empatía son las herramientas que nos ayudarán en esta tarea, que atañe a autoridades, empresas y ciudadanos.

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¿Por qué es tan importante el Día de la Madre Tierra? https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/por-que-es-tan-importante-el-dia-de-la-madre-tierra/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/por-que-es-tan-importante-el-dia-de-la-madre-tierra/#respond Fri, 23 Apr 2021 16:35:17 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40302

El 22 de abril se celebra el Día de la Madre Tierra. Aquel día de 1970, cerca de 20 millones de estadounidenses salieron a la calle para pedir la creación de una agencia medioambiental en su país. Actualmente, casi todos los países cuentan con una y existen iniciativas internacionales dependientes de organismos como la ONU, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Unas metas que comprometen a países de todo el mundo a poner en marcha medidas para afrontar desafíos tan importantes como el cambio climático o la pobreza.

Durante décadas, se han logrado hitos como la protección de regiones cada vez más amplias de suelo, la reducción de emisiones o el aumento del reciclaje. Sin embargo, la presión sobre los ecosistemas apenas se ha reducido, e incluso ha aumentado en lugares como el Amazonas, el Mediterráneo o el Ártico. El Día Internacional de la Madre Tierra nos recuerda que todavía tenemos tareas pendientes.

¿Por qué la Tierra es “madre” de la humanidad?

Debido a la completa dependencia de la naturaleza y la sostenibilidad ambiental, muchas culturas han considerado que la Tierra o la Naturaleza era su “madre” a lo largo de la historia. Ocurría en la mitología griega con la diosa Gea, romanizada siglos después como Gaia. También con las deidades Ñuke Mapu (en mapuche, ‘la Madre Tierra’) y Pachamama (en la mitología inca, ‘la Madre Naturaleza’). La humanidad dependía, y depende, de su entorno.

La naturaleza es la “cuidadora” de los ríos, los árboles y los animales, entre los que nos encontramos. La Tierra provee todo, de modo que no fue raro vincular el concepto de ‘madre’ y de ‘naturaleza’ en el pasado. Tampoco a finales de los 70, cuando Lovelock propuso la hipótesis de Gaia, que afirmaba que la vida terrestre ayuda a mantener la biosfera.

Biosfera es el término actual para esta madre global que nos ha cuidado desde que aparecimos sobre ella. Han pasado algunas décadas y cada vez sabemos más sobre esta relación. La realidad es que no cuidamos demasiado la biosfera, y que Objetivos de Desarrollo Sostenible como “Acción sobre el clima”, “Vida submarina” y “Vida de ecosistemas terrestres” todavía deben recibir un buen impulso para tener visos de cumplirse.

El Overshoot Day y el Día de la Madre Tierra

La preocupación por la salud de la Madre Tierra existe desde hace bastante tiempo. En 1970, se midió por primera vez qué día del año la humanidad terminaría con los recursos renovables que la Tierra era capaz de reponer en un año. Se llamó Earth Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Coincidió con el 29 de diciembre. Aquel año le debimos dos días al planeta, es decir, a nuestra “madre”.

El año 2020 fue, debido a la COVID-19, un año de bajo impacto ambiental. Aun así, el 22 de agosto se habían consumido todos los recursos renovables que podía reponer la Tierra a nivel mundial. Y, si toda la población del planeta tuviese el consumo de España, la fecha habría sido aún más temprana: el 27 de mayo. Se está perdiendo biodiversidad en todo el planeta. Y eso que dependemos de ella.

Años antes de que el problema climático se manifestase de forma innegable, nacía el Día de la Madre Tierra en Estados Unidos. Corría el año 1968 y el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, en el que se hablaba de cómo el deterioro ambiental perjudica la salud humana.

Un par de años después, el senador Gaylord Nelson proponía la creación de la actual Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, fundada a finales de 1970 debido a la presión ciudadana. Aquel año marcó un antes y un después en la forma de entender que la biosfera se comportaba como lo hacen nuestras madres, cuidándonos, y que no se ganaba nada contaminándola.

¿Qué se puede hacer para cuidar a la Madre Tierra?

Han pasado décadas desde aquellos eventos, pero ahora la población concienciada no son “solamente” veinte millones de estadounidenses. Buena parte de los habitantes del planeta son conscientes de cómo sus acciones pueden perjudicar el total. De que estamos conectados a través de una fina capa de vida llamada biosfera, que hay que respetar, cuidar y preservar para las futuras generaciones.

Cuidar la Tierra puede ser tan sencillo como coger el autobús, utilizar el agua de casa para calmar la sed o instalar un toldo.

– Hacer uso del transporte público de masas.

El impacto per cápita de esta movilidad es muchas veces inferior a otros tipos de desplazamientos. También ayuda mucho sustituir los viajes en coche por desplazamientos en bicicleta o paseando, así como utilizar el tren en lugar del avión cuando sea posible.

– Beber agua del grifo.

En España, el agua del grifo tiene una calidad excelente gracias a la depuración urbana. Además de ser más barata que el agua embotellada, el agua del grifo no genera residuos.

– Consumir productos locales.

Si consumimos productos de proximidad al lugar donde residimos, evitamos muchas emisiones por transporte. En España, además, este transporte se efectúa principalmente mediante camiones (más contaminantes que el tren). Muchos de los alimentos que consumimos recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa.

– Instalar toldos y ventiladores en las viviendas.

Tras el uso del coche, la climatización del hogar es uno de los mayores gastos de energía que tenemos las familias. Para reducir este consumo, especialmente en verano, se aconseja instalar toldos en las fachadas soleadas y ventiladores de techo. Son baratos, fáciles de instalar y permiten reducir el consumo eléctrico de forma notable.

El Día de la Madre Tierra nos recuerda la importancia que tienen las pequeñas acciones diarias a la hora de cuidar la biosfera.

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El 22 de abril se celebra el Día de la Madre Tierra. Aquel día de 1970, cerca de 20 millones de estadounidenses salieron a la calle para pedir la creación de una agencia medioambiental en su país. Actualmente, casi todos los países cuentan con una y existen iniciativas internacionales dependientes de organismos como la ONU, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Unas metas que comprometen a países de todo el mundo a poner en marcha medidas para afrontar desafíos tan importantes como el cambio climático o la pobreza.

Durante décadas, se han logrado hitos como la protección de regiones cada vez más amplias de suelo, la reducción de emisiones o el aumento del reciclaje. Sin embargo, la presión sobre los ecosistemas apenas se ha reducido, e incluso ha aumentado en lugares como el Amazonas, el Mediterráneo o el Ártico. El Día Internacional de la Madre Tierra nos recuerda que todavía tenemos tareas pendientes.

¿Por qué la Tierra es “madre” de la humanidad?

Debido a la completa dependencia de la naturaleza y la sostenibilidad ambiental, muchas culturas han considerado que la Tierra o la Naturaleza era su “madre” a lo largo de la historia. Ocurría en la mitología griega con la diosa Gea, romanizada siglos después como Gaia. También con las deidades Ñuke Mapu (en mapuche, ‘la Madre Tierra’) y Pachamama (en la mitología inca, ‘la Madre Naturaleza’). La humanidad dependía, y depende, de su entorno.

La naturaleza es la “cuidadora” de los ríos, los árboles y los animales, entre los que nos encontramos. La Tierra provee todo, de modo que no fue raro vincular el concepto de ‘madre’ y de ‘naturaleza’ en el pasado. Tampoco a finales de los 70, cuando Lovelock propuso la hipótesis de Gaia, que afirmaba que la vida terrestre ayuda a mantener la biosfera.

Biosfera es el término actual para esta madre global que nos ha cuidado desde que aparecimos sobre ella. Han pasado algunas décadas y cada vez sabemos más sobre esta relación. La realidad es que no cuidamos demasiado la biosfera, y que Objetivos de Desarrollo Sostenible como “Acción sobre el clima”, “Vida submarina” y “Vida de ecosistemas terrestres” todavía deben recibir un buen impulso para tener visos de cumplirse.

El Overshoot Day y el Día de la Madre Tierra

La preocupación por la salud de la Madre Tierra existe desde hace bastante tiempo. En 1970, se midió por primera vez qué día del año la humanidad terminaría con los recursos renovables que la Tierra era capaz de reponer en un año. Se llamó Earth Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Coincidió con el 29 de diciembre. Aquel año le debimos dos días al planeta, es decir, a nuestra “madre”.

El año 2020 fue, debido a la COVID-19, un año de bajo impacto ambiental. Aun así, el 22 de agosto se habían consumido todos los recursos renovables que podía reponer la Tierra a nivel mundial. Y, si toda la población del planeta tuviese el consumo de España, la fecha habría sido aún más temprana: el 27 de mayo. Se está perdiendo biodiversidad en todo el planeta. Y eso que dependemos de ella.

Años antes de que el problema climático se manifestase de forma innegable, nacía el Día de la Madre Tierra en Estados Unidos. Corría el año 1968 y el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, en el que se hablaba de cómo el deterioro ambiental perjudica la salud humana.

Un par de años después, el senador Gaylord Nelson proponía la creación de la actual Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, fundada a finales de 1970 debido a la presión ciudadana. Aquel año marcó un antes y un después en la forma de entender que la biosfera se comportaba como lo hacen nuestras madres, cuidándonos, y que no se ganaba nada contaminándola.

¿Qué se puede hacer para cuidar a la Madre Tierra?

Han pasado décadas desde aquellos eventos, pero ahora la población concienciada no son “solamente” veinte millones de estadounidenses. Buena parte de los habitantes del planeta son conscientes de cómo sus acciones pueden perjudicar el total. De que estamos conectados a través de una fina capa de vida llamada biosfera, que hay que respetar, cuidar y preservar para las futuras generaciones.

Cuidar la Tierra puede ser tan sencillo como coger el autobús, utilizar el agua de casa para calmar la sed o instalar un toldo.

– Hacer uso del transporte público de masas.

El impacto per cápita de esta movilidad es muchas veces inferior a otros tipos de desplazamientos. También ayuda mucho sustituir los viajes en coche por desplazamientos en bicicleta o paseando, así como utilizar el tren en lugar del avión cuando sea posible.

– Beber agua del grifo.

En España, el agua del grifo tiene una calidad excelente gracias a la depuración urbana. Además de ser más barata que el agua embotellada, el agua del grifo no genera residuos.

– Consumir productos locales.

Si consumimos productos de proximidad al lugar donde residimos, evitamos muchas emisiones por transporte. En España, además, este transporte se efectúa principalmente mediante camiones (más contaminantes que el tren). Muchos de los alimentos que consumimos recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa.

– Instalar toldos y ventiladores en las viviendas.

Tras el uso del coche, la climatización del hogar es uno de los mayores gastos de energía que tenemos las familias. Para reducir este consumo, especialmente en verano, se aconseja instalar toldos en las fachadas soleadas y ventiladores de techo. Son baratos, fáciles de instalar y permiten reducir el consumo eléctrico de forma notable.

El Día de la Madre Tierra nos recuerda la importancia que tienen las pequeñas acciones diarias a la hora de cuidar la biosfera.

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Seis gestos para colaborar con la igualdad https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/seis-gestos-para-colaborar-con-la-igualdad/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/seis-gestos-para-colaborar-con-la-igualdad/#respond Tue, 09 Mar 2021 08:04:58 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40192

Trabajar por la igualdad no es un eslogan de moda o una cuestión que podamos delegar en los demás. La reducción de las desigualdades es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible enunciados por la ONU para alcanzar un futuro próspero para todos. También la igualdad de género ocupa una de estas metas, concretamente la número 5. Ambos objetivos son tan importantes, que esta organización los considera claves para el progreso de toda la sociedad.

Para avanzar en la necesaria igualdad entre las personas existen múltiples caminos. Los más conocidos tal vez sean los grandes acuerdos internacionales que promueven cambios en las legislaciones, las acciones de activismo o las reivindicaciones multitudinarias. Sin embargo, no son los únicos. De hecho, la manera de alcanzar una igualdad real pasa realmente por un cambio de actitud en cada persona.

Esto se debe a que nuestra manera de actuar puede ser contagiosa y provocar cambios en las personas con las que interactuamos. Los pequeños gestos cotidianos importan, y mucho. Todos podemos amplificar el efecto de las políticas de igualdad que promueven instituciones y empresas si asumimos pequeñas variaciones en nuestras acciones. Sobre todo ahora, cuando la pandemia de la COVID-19 ha revertido algunos de los avances logrados en los últimos años para reducir la brecha de género laboral y ha impactado en otros como el relacionado con las tareas domésticas.

Contribuir a la igualdad es cuestión de incorporar a nuestra vida algunos pequeños gestos, como veremos a continuación.

- Asume la corresponsabilidad

El reparto equilibrado de tareas domésticas y de las responsabilidades familiares es una tarea de todos. Sin embargo, la ONU asegura que, antes de la pandemia, las mujeres ya realizaban el triple de trabajo doméstico y asistencial no remunerado que los hombres. Una desigualdad que en el último año se ha visto agravada por el cierre de colegios y la sobrecarga de la asistencia sanitaria.

Este desequilibrio no solo consume el tiempo, sino también energía que se resta a las mujeres para avanzar en sus carreras y disfrutar de su ocio. Asumir la propia responsabilidad en el trabajo no remunerado de tareas domésticas o responsabilidades de crianza y cuidados es una buena manera de acabar con esta situación.

- Comparte la carga mental

Entrar de lleno en la corresponsabilidad significa también compartir la carga mental asociada a la definición y el reparto de tareas domésticas y de cuidados, que suele afectar a las mujeres. No basta con esperar a que nos digan qué debemos hacer y cuándo: debemos formar parte de todo el proceso, desde la definición y el reparto de tareas hasta su ejecución y control periódico.

Para ello, conviene identificar cuáles son las necesidades que tiene la familia en estos ámbitos, tener en cuenta las fortalezas de cada miembro al compartir las responsabilidades, organizar las actividades mediante una lista de tareas, alentar a niños y niñas a que participen por igual, así como reconocer y admitir el valor del trabajo de todos.

 

- Plántate ante el sexismo

Las actitudes sexistas están presentes en el día a día de muchas mujeres. Bromas inapropiadas, comentarios irrespetuosos y otras situaciones incómodas son más comunes de lo que puede parecer. Por eso es tan importante que las personas se planten ante ellas, sin importar su género.

Intervenir ante esas actitudes o comentarios sexistas es necesario para romper esa dinámica. Informarnos adecuadamente para cortar en seco informaciones falsas basadas en estereotipos o mostrar desacuerdo de manera segura y respetuosa ante cualquier comportamiento inadecuado son algunos de los recursos a los que podemos acudir.

- Reconoce tus propios prejuicios

El primer paso para superar un problema consiste en reconocerlo. Esto sucede con los propios prejuicios, una manera distorsionada de contemplar la realidad que nos limita y debemos dejar atrás para continuar evolucionando como personas y como sociedad.

Existen prejuicios de todo tipo, desde los asociados al género hasta los vinculados a la edad de las personas. El problema es que han sido interiorizados de tal manera a lo largo de los años que ni siquiera resultan fáciles de distinguir. Realizar una reflexión que nos ayude a identificar esas áreas de mejora e informarnos sobre la realidad de los demás nos ayudará a identificarlos

- Practica la escucha activa

Una vez reconocidos, la mejor manera de superar prejuicios y estereotipos consiste en ponerse en la piel de los demás. Para ello, una de las herramientas más potentes que tenemos a nuestro alcance es la escucha activa.

Según explica el MIT, esta manera de comunicarnos nos facilita no solo adquirir información de las otras personas, sino también mejorar la comprensión de otros puntos de vista e incluso trabajar de manera cooperativa.

Para ejercerla, es importante mostrarse interesado ante el interlocutor, tratar de ponerse en su lugar y limitar las propias intervenciones a aquellas que nos ayuden a comprobar que hemos entendido bien lo que nos quieren decir.

- Promueve la igualdad en el trabajo

Acabar con la brecha de género salarial y con los techos de cristal es una tarea que requiere de la implicación de todos. Desde las instancias más elevadas de una empresa hasta el último trabajador contratado, todos deben contribuir a crear una cultura de la igualdad que permita prosperar a todas las personas.

Para ello, es primordial lograr que todas las personas de la organización se sientan integradas y aceptadas. Escuchar una idea por lo que aporta y no por la persona que la dice, entender que la maternidad o la paternidad no significan un menor compromiso o utilizar lenguaje inclusivo e integrador son algunos de los gestos que marcarán la diferencia en este sentido.

También resulta imprescindible que las propias empresas apoyen la carrera de todas las personas que trabajen en ellas, independientemente de su género o edad. En este sentido, CaixaBank ha puesto en marcha la campaña #CadaGestoCuenta, cuyo objetivo consiste en incentivar conductas dentro de la entidad que favorezcan la igualdad y pongan en valor la diversidad de género, funcional y de edad. Además, CaixaBank promueve el programa Wengage con el objetivo de impulsar la igualdad de género y reforzar el rol de las mujeres, mediante el impulso del debate social sobre la diversidad o la organización de programas de mentoring para mujeres, entre otras iniciativas.

La igualdad real de las personas y, en concreto, la igualdad de género es un objetivo que se puede conseguir si todos nos proponemos trabajar en él e incorporar algunos gestos sencillos que, sin embargo, pueden marcar una gran diferencia.

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Trabajar por la igualdad no es un eslogan de moda o una cuestión que podamos delegar en los demás. La reducción de las desigualdades es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible enunciados por la ONU para alcanzar un futuro próspero para todos. También la igualdad de género ocupa una de estas metas, concretamente la número 5. Ambos objetivos son tan importantes, que esta organización los considera claves para el progreso de toda la sociedad.

Para avanzar en la necesaria igualdad entre las personas existen múltiples caminos. Los más conocidos tal vez sean los grandes acuerdos internacionales que promueven cambios en las legislaciones, las acciones de activismo o las reivindicaciones multitudinarias. Sin embargo, no son los únicos. De hecho, la manera de alcanzar una igualdad real pasa realmente por un cambio de actitud en cada persona.

Esto se debe a que nuestra manera de actuar puede ser contagiosa y provocar cambios en las personas con las que interactuamos. Los pequeños gestos cotidianos importan, y mucho. Todos podemos amplificar el efecto de las políticas de igualdad que promueven instituciones y empresas si asumimos pequeñas variaciones en nuestras acciones. Sobre todo ahora, cuando la pandemia de la COVID-19 ha revertido algunos de los avances logrados en los últimos años para reducir la brecha de género laboral y ha impactado en otros como el relacionado con las tareas domésticas.

Contribuir a la igualdad es cuestión de incorporar a nuestra vida algunos pequeños gestos, como veremos a continuación.

- Asume la corresponsabilidad

El reparto equilibrado de tareas domésticas y de las responsabilidades familiares es una tarea de todos. Sin embargo, la ONU asegura que, antes de la pandemia, las mujeres ya realizaban el triple de trabajo doméstico y asistencial no remunerado que los hombres. Una desigualdad que en el último año se ha visto agravada por el cierre de colegios y la sobrecarga de la asistencia sanitaria.

Este desequilibrio no solo consume el tiempo, sino también energía que se resta a las mujeres para avanzar en sus carreras y disfrutar de su ocio. Asumir la propia responsabilidad en el trabajo no remunerado de tareas domésticas o responsabilidades de crianza y cuidados es una buena manera de acabar con esta situación.

- Comparte la carga mental

Entrar de lleno en la corresponsabilidad significa también compartir la carga mental asociada a la definición y el reparto de tareas domésticas y de cuidados, que suele afectar a las mujeres. No basta con esperar a que nos digan qué debemos hacer y cuándo: debemos formar parte de todo el proceso, desde la definición y el reparto de tareas hasta su ejecución y control periódico.

Para ello, conviene identificar cuáles son las necesidades que tiene la familia en estos ámbitos, tener en cuenta las fortalezas de cada miembro al compartir las responsabilidades, organizar las actividades mediante una lista de tareas, alentar a niños y niñas a que participen por igual, así como reconocer y admitir el valor del trabajo de todos.

 

- Plántate ante el sexismo

Las actitudes sexistas están presentes en el día a día de muchas mujeres. Bromas inapropiadas, comentarios irrespetuosos y otras situaciones incómodas son más comunes de lo que puede parecer. Por eso es tan importante que las personas se planten ante ellas, sin importar su género.

Intervenir ante esas actitudes o comentarios sexistas es necesario para romper esa dinámica. Informarnos adecuadamente para cortar en seco informaciones falsas basadas en estereotipos o mostrar desacuerdo de manera segura y respetuosa ante cualquier comportamiento inadecuado son algunos de los recursos a los que podemos acudir.

- Reconoce tus propios prejuicios

El primer paso para superar un problema consiste en reconocerlo. Esto sucede con los propios prejuicios, una manera distorsionada de contemplar la realidad que nos limita y debemos dejar atrás para continuar evolucionando como personas y como sociedad.

Existen prejuicios de todo tipo, desde los asociados al género hasta los vinculados a la edad de las personas. El problema es que han sido interiorizados de tal manera a lo largo de los años que ni siquiera resultan fáciles de distinguir. Realizar una reflexión que nos ayude a identificar esas áreas de mejora e informarnos sobre la realidad de los demás nos ayudará a identificarlos

- Practica la escucha activa

Una vez reconocidos, la mejor manera de superar prejuicios y estereotipos consiste en ponerse en la piel de los demás. Para ello, una de las herramientas más potentes que tenemos a nuestro alcance es la escucha activa.

Según explica el MIT, esta manera de comunicarnos nos facilita no solo adquirir información de las otras personas, sino también mejorar la comprensión de otros puntos de vista e incluso trabajar de manera cooperativa.

Para ejercerla, es importante mostrarse interesado ante el interlocutor, tratar de ponerse en su lugar y limitar las propias intervenciones a aquellas que nos ayuden a comprobar que hemos entendido bien lo que nos quieren decir.

- Promueve la igualdad en el trabajo

Acabar con la brecha de género salarial y con los techos de cristal es una tarea que requiere de la implicación de todos. Desde las instancias más elevadas de una empresa hasta el último trabajador contratado, todos deben contribuir a crear una cultura de la igualdad que permita prosperar a todas las personas.

Para ello, es primordial lograr que todas las personas de la organización se sientan integradas y aceptadas. Escuchar una idea por lo que aporta y no por la persona que la dice, entender que la maternidad o la paternidad no significan un menor compromiso o utilizar lenguaje inclusivo e integrador son algunos de los gestos que marcarán la diferencia en este sentido.

También resulta imprescindible que las propias empresas apoyen la carrera de todas las personas que trabajen en ellas, independientemente de su género o edad. En este sentido, CaixaBank ha puesto en marcha la campaña #CadaGestoCuenta, cuyo objetivo consiste en incentivar conductas dentro de la entidad que favorezcan la igualdad y pongan en valor la diversidad de género, funcional y de edad. Además, CaixaBank promueve el programa Wengage con el objetivo de impulsar la igualdad de género y reforzar el rol de las mujeres, mediante el impulso del debate social sobre la diversidad o la organización de programas de mentoring para mujeres, entre otras iniciativas.

La igualdad real de las personas y, en concreto, la igualdad de género es un objetivo que se puede conseguir si todos nos proponemos trabajar en él e incorporar algunos gestos sencillos que, sin embargo, pueden marcar una gran diferencia.

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Vacunas: historia de una esperanza https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/vacunas-historia-de-una-esperanza/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/vacunas-historia-de-una-esperanza/#respond Tue, 02 Mar 2021 07:14:47 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=40166

Existe bastante consenso en que ha habido tres grandes inventos que han reducido drásticamente la mortalidad: la higiene generalizada; una red de alcantarillado que transporta agua potable y se lleva desechos del interior de las viviendas; y las vacunas, que han erradicado enfermedades como la difteria, el tétanos o la varicela, entre otras.

Ahora que la COVID-19 provocada por el SARS-CoV-2 está en camino de ser neutralizada gracias a las vacunas contra el coronavirus, conviene echar la vista atrás y descubrir todo lo que estos fármacos han hecho por nosotros, que es mucho. Tanto, que la vacunación de la población está recogida entre las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 3 de la ONU, denominado «Salud y bienestar». Esto significa que el organismo considera esta actividad indispensable para cumplir con su Agenda 2030.

La importancia de las vacunas se ilustra fácilmente con una estimación de la propia ONU: el organismo calcula que solamente la del sarampión ha evitado cerca de 15,6 millones de muertes en todo el mundo desde el año 2000. Estos fármacos que muestran a nuestro organismo cómo defenderse de distintos patógenos salvan cada año entre dos y tres millones de vidas, según la OMS.

Así nacieron las vacunas

No todo el mundo conoce el origen de las vacunas o por qué se llaman así. Corría el año 1796 y un médico llamado Edward Jenner había descubierto que las mujeres ordeñadoras no contraían la horrible enfermedad de la viruela, que provocaba epidemias graves con un 30% de mortalidad. Sin embargo, sí mostraban síntomas de la vaccinia o viruela bovina. De modo que Jenner extrajo material infectado y preparó un vial.

En un proceso que hoy resultaría inadmisible, el médico inoculó con material infectado de viruela bovina a un niño de ocho años llamado James Phillips. Unos meses más tarde, volvió a inocular a Phillips con viruela humana. Sin embargo, el niño no enfermó. Jenner había descubierto las vacunas, que se llaman así precisamente por esta enfermedad.

Algunas enfermedades erradicadas gracias a las vacunas

En 1980, dos siglos después del hallazgo de la primera vacuna, la OMS confirmó que la viruela había sido erradicada del planeta. Un año antes la poliomielitis –la temida «polio»– había desaparecido de Estados Unidos y, gradualmente, de cada vez más países. De hecho, pasó de sumar 350.000 muertes anuales en todo el mundo a finales de los 80 a los apenas 33 casos de 2018. A mediados de 2020, Nigeria fue oficialmente tachada como reservorio de esta enfermedad, existiendo únicamente en Afganistán y Pakistán.

Otra enfermedad de la que casi nos hemos olvidado es la malaria, cuyo último caso en España data de 1961. En 1964 fue oficialmente catalogada como erradicada en la Unión Europea, aunque países como Nigeria, República Democrática del Congo, Mozambique, India o Uganda siguen teniendo muchos casos y se tardará un tiempo en que la vacunación logre acabar con ella.

En España la lista de enfermedades casi eliminadas de nuestro territorio gracias a las vacunas es larga: la difteria, el sarampión o la rubéola son las más conocidas. Sin embargo, el hecho de que sigan existiendo fuera de las fronteras implica que hay que seguir con un ojo puesto en ellas.

¿Por qué se tarda tanto en eliminar algunas enfermedades?

De tanto en tanto, una enfermedad que se considera eliminada regresa. Es el caso de la difteria en España. Erradicada en 1986, en 2015 se detectó un caso de Corynebacterium diphtheriae toxigénica, la bacteria que la produce, en un niño. Resultó que el menor no había sido vacunado. Unos años antes se habían dado casos parecidos en Letonia, Alemania, Francia, Suecia y Holanda.

Hay que tener en cuenta que la vacunación es un fenómeno global. Por ello, basta que quede un país sin vacunar para que la enfermedad encuentre lo que se conoce como ‘reservorio’, una suerte de despensa por la que pulular durante décadas esperando las condiciones adecuadas. Lamentablemente, el aumento de temperaturas en climas templados debido al cambio climático es una condición favorable para ello.

Los climas tropicales hacen más difícil la erradicación de algunas enfermedades, debido a que los contagios ocurren durante todo el año y no unos meses al año, como pasa en países templados como España, Sudáfrica o Australia.

Esta es una de las razones por las que es tan importante vacunar también a las poblaciones de países que, en muchos casos, no cuentan con recursos para realizar campañas de protección generalizadas. Sin embargo, no es la única. De hecho, las vacunas pueden ser un vector importante de eliminación de desigualdades (ODS nº 10) e incluso servir para impulsar el crecimiento económico (ODS nº 8).

En concreto, un informe de Weber calcula que, por cada dólar que gasta Estados Unidos en vacunas infantiles, se pueden ahorrar unos tres dólares en costes sanitarios directos derivados del tratamiento de las enfermedades, así como alrededor de 15 euros en costes indirectos, al evitar el absentismo laboral de los padres. También explica cómo el programa de vacunación de la meningitis C redujo el número de casos hasta el 99% en el Reino Unido (unos 9.000) y logró unos ahorros acumulados de 75 millones de libras (unos 85,5 millones de euros) en 10 años.

El valor de las vacunas es incalculable y especialmente importante para los países en desarrollo. Por esa razón, la Alianza para la Vacunación Infantil Gavi, de la que forma parte CaixaBank, fomenta la vacunación infantil en distintos países del mundo. La iniciativa ha facilitado la vacunación de más de 822 millones de niños y ha evitado más de 14 millones de muertes, con un impacto económico estimado de más de 124.000 millones de euros en beneficios económicos para los países a los que apoya.

La vacunación universal es una meta que nos ayuda no solo a construir un futuro sostenible para todos, sino también a salvar millones de vidas. Resulta asombroso lo que puede lograr un gesto tan sencillo como un pequeño pinchazo.

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Existe bastante consenso en que ha habido tres grandes inventos que han reducido drásticamente la mortalidad: la higiene generalizada; una red de alcantarillado que transporta agua potable y se lleva desechos del interior de las viviendas; y las vacunas, que han erradicado enfermedades como la difteria, el tétanos o la varicela, entre otras.

Ahora que la COVID-19 provocada por el SARS-CoV-2 está en camino de ser neutralizada gracias a las vacunas contra el coronavirus, conviene echar la vista atrás y descubrir todo lo que estos fármacos han hecho por nosotros, que es mucho. Tanto, que la vacunación de la población está recogida entre las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 3 de la ONU, denominado «Salud y bienestar». Esto significa que el organismo considera esta actividad indispensable para cumplir con su Agenda 2030.

La importancia de las vacunas se ilustra fácilmente con una estimación de la propia ONU: el organismo calcula que solamente la del sarampión ha evitado cerca de 15,6 millones de muertes en todo el mundo desde el año 2000. Estos fármacos que muestran a nuestro organismo cómo defenderse de distintos patógenos salvan cada año entre dos y tres millones de vidas, según la OMS.

Así nacieron las vacunas

No todo el mundo conoce el origen de las vacunas o por qué se llaman así. Corría el año 1796 y un médico llamado Edward Jenner había descubierto que las mujeres ordeñadoras no contraían la horrible enfermedad de la viruela, que provocaba epidemias graves con un 30% de mortalidad. Sin embargo, sí mostraban síntomas de la vaccinia o viruela bovina. De modo que Jenner extrajo material infectado y preparó un vial.

En un proceso que hoy resultaría inadmisible, el médico inoculó con material infectado de viruela bovina a un niño de ocho años llamado James Phillips. Unos meses más tarde, volvió a inocular a Phillips con viruela humana. Sin embargo, el niño no enfermó. Jenner había descubierto las vacunas, que se llaman así precisamente por esta enfermedad.

Algunas enfermedades erradicadas gracias a las vacunas

En 1980, dos siglos después del hallazgo de la primera vacuna, la OMS confirmó que la viruela había sido erradicada del planeta. Un año antes la poliomielitis –la temida «polio»– había desaparecido de Estados Unidos y, gradualmente, de cada vez más países. De hecho, pasó de sumar 350.000 muertes anuales en todo el mundo a finales de los 80 a los apenas 33 casos de 2018. A mediados de 2020, Nigeria fue oficialmente tachada como reservorio de esta enfermedad, existiendo únicamente en Afganistán y Pakistán.

Otra enfermedad de la que casi nos hemos olvidado es la malaria, cuyo último caso en España data de 1961. En 1964 fue oficialmente catalogada como erradicada en la Unión Europea, aunque países como Nigeria, República Democrática del Congo, Mozambique, India o Uganda siguen teniendo muchos casos y se tardará un tiempo en que la vacunación logre acabar con ella.

En España la lista de enfermedades casi eliminadas de nuestro territorio gracias a las vacunas es larga: la difteria, el sarampión o la rubéola son las más conocidas. Sin embargo, el hecho de que sigan existiendo fuera de las fronteras implica que hay que seguir con un ojo puesto en ellas.

¿Por qué se tarda tanto en eliminar algunas enfermedades?

De tanto en tanto, una enfermedad que se considera eliminada regresa. Es el caso de la difteria en España. Erradicada en 1986, en 2015 se detectó un caso de Corynebacterium diphtheriae toxigénica, la bacteria que la produce, en un niño. Resultó que el menor no había sido vacunado. Unos años antes se habían dado casos parecidos en Letonia, Alemania, Francia, Suecia y Holanda.

Hay que tener en cuenta que la vacunación es un fenómeno global. Por ello, basta que quede un país sin vacunar para que la enfermedad encuentre lo que se conoce como ‘reservorio’, una suerte de despensa por la que pulular durante décadas esperando las condiciones adecuadas. Lamentablemente, el aumento de temperaturas en climas templados debido al cambio climático es una condición favorable para ello.

Los climas tropicales hacen más difícil la erradicación de algunas enfermedades, debido a que los contagios ocurren durante todo el año y no unos meses al año, como pasa en países templados como España, Sudáfrica o Australia.

Esta es una de las razones por las que es tan importante vacunar también a las poblaciones de países que, en muchos casos, no cuentan con recursos para realizar campañas de protección generalizadas. Sin embargo, no es la única. De hecho, las vacunas pueden ser un vector importante de eliminación de desigualdades (ODS nº 10) e incluso servir para impulsar el crecimiento económico (ODS nº 8).

En concreto, un informe de Weber calcula que, por cada dólar que gasta Estados Unidos en vacunas infantiles, se pueden ahorrar unos tres dólares en costes sanitarios directos derivados del tratamiento de las enfermedades, así como alrededor de 15 euros en costes indirectos, al evitar el absentismo laboral de los padres. También explica cómo el programa de vacunación de la meningitis C redujo el número de casos hasta el 99% en el Reino Unido (unos 9.000) y logró unos ahorros acumulados de 75 millones de libras (unos 85,5 millones de euros) en 10 años.

El valor de las vacunas es incalculable y especialmente importante para los países en desarrollo. Por esa razón, la Alianza para la Vacunación Infantil Gavi, de la que forma parte CaixaBank, fomenta la vacunación infantil en distintos países del mundo. La iniciativa ha facilitado la vacunación de más de 822 millones de niños y ha evitado más de 14 millones de muertes, con un impacto económico estimado de más de 124.000 millones de euros en beneficios económicos para los países a los que apoya.

La vacunación universal es una meta que nos ayuda no solo a construir un futuro sostenible para todos, sino también a salvar millones de vidas. Resulta asombroso lo que puede lograr un gesto tan sencillo como un pequeño pinchazo.

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Consumo responsable: qué es y por qué será cada vez más importante https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consumo-responsable-que-es-y-por-que-sera-cada-vez-mas-importante/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/consumo-responsable-que-es-y-por-que-sera-cada-vez-mas-importante/#respond Wed, 04 Nov 2020 07:32:24 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39370

En los momentos de crisis es necesario aprender a lidiar con la incertidumbre y la pandemia de COVID-19 es uno de ellos. Todavía no se conocen a ciencia cierta qué repercusiones tendrá este evento, que llegó a congelar la actividad económica de millones de ciudadanos y empresas de todo el mundo. Lo que sí se intuye ya, es que muchas de las inercias anteriores cambiarán y, probablemente, lo harán para siempre. El consumo de las familias es, tal vez, uno de los cambios más evidentes.

En este contexto, conceptos como el consumo responsable cobrarán cada vez mayor importancia. Se trata de una tendencia que ya estaba ahí antes de que el coronavirus entrase en escena y que ganará todavía más protagonismo en el futuro próximo. Ante un panorama económico incierto, comprar de manera inteligente y sostenible parece la mejor estrategia.

Cambios en el consumo

En los últimos meses se han modificado varios factores en el consumo de las familias. Uno de los ejemplos más evidentes es el impulso que ha tomado el comercio electrónico debido al confinamiento. Aunque ya formaba parte de nuestra vida cotidiana, muchas personas comenzaron a familiarizarse con la venta a distancia para aprovisionarse mientras permanecían en sus casas. Como resultado, en sectores como el de los supermercados, el comercio online ha llegado a multiplicarse por cinco.

Tampoco nuestra percepción de las compras que realizamos es la misma. Nuestros hábitos de consumo se han visto modificados durante el estado de alarma y la confianza de los consumidores se tambalea. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por el CSIC, apuntaba a un descenso del 41,8% entre marzo y abril en este indicador.

Todo parece indicar que la manera que tenemos de consumir cobrará más importancia que nunca después de esta experiencia. Así lo apunta una encuesta realizada durante el confinamiento por la escuela universitaria ESCODI de la Universitat de Barcelona: el 75% de los participantes expresó su deseo de que se reduzca el consumismo y más del 60% se estaba replanteando sus necesidades. El director del estudio asegura que nos dirigimos hacia un consumo más responsable, no solo por cuestiones económicas, sino también por una mayor concienciación medioambiental.

Qué es el consumo responsable

De hecho, el consumo responsable no solo contempla la realización de compras más racionales y equilibradas con la economía de la familia. Este concepto consiste en la elección de productos y servicios conforme a diversos criterios. Un precio adecuado o la necesidad, por supuesto, son dos de ellos, pero también lo son el impacto ambiental, el impacto social, la ética de las empresas que los producen y las condiciones de las personas que intervienen en la elaboración del producto o la prestación del servicio.

Así, el consumo responsable parte de un principio fundamental: solo debemos adquirir aquellos productos que realmente demandamos. Se trata, básicamente, de saber comprar y hacerlo de manera consciente, teniendo en cuenta conceptos como la ética, la ecología o la solidaridad que hay detrás de los productos y servicios.

Beneficios del consumo responsable

Comprar y consumir de manera responsable tiene diversas ventajas. Entre las más inmediatas se encuentra el ahorro económico que supone para quienes lo ejercen. Un beneficio especialmente importante en momentos de incertidumbre económica. Sin embargo, el consumo responsable va mucho más allá.

Básicamente, los beneficios que puede aportar el desarrollo de hábitos responsables en este sentido son de dos tipos: medioambientales y socioeconómicos. Algo que resulta muy sencillo de comprender con un ejemplo concreto, como sería el del consumo de productos y servicios de proximidad, que se enmarca dentro del concepto de consumo sostenible. De hecho, apostar por ellos supone una reducción en las emisiones de efecto invernadero, así como un importante ahorro de energía y recursos, simplemente porque no necesitan ser transportados a largas distancias para llegar al consumidor. Y también se reducen los embalajes, ya que no requieren tanta protección como los productos importados.

En cuanto a la vertiente socioeconómica, el comercio de proximidad facilita la implantación de técnicas de producción sostenibles y favorece la fijación de población en zonas que, de lo contrario, terminarían por quedar deshabitadas. De este modo, los hábitos sostenibles de consumo contribuyen no solo a promover la economía de estas zonas y a la supervivencia de pequeños productores, sino también a preservar su patrimonio natural y cultural.

El motor de los ODS

Este tipo de consumo, que cada vez más personas ejercen conscientes de su poder transformador, es la base de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU en su Agenda 2030: Producción y consumo responsables. Dicho objetivo persigue, básicamente, crear ganancias netas de las actividades económicas y mejorar la calidad de vida mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación.

CaixaBank está comprometida en la promoción de este objetivo mediante acciones como, por ejemplo, la concesión de microcréditos y finanzas de impacto social por valor de 724,8 millones de euros en 2019, junto a 1.546 millones de dólares en préstamos verdes. Además, la entidad se ha adherido a la alianza mundial UNEP FI, que promueve la financiación para el desarrollo sostenible, así como a los Principios de Banca Responsable.

El consumo responsable es tan importante que su ejercicio puede ser determinante a la hora de cumplir con otros ODS. Al tratarse de un hábito sostenible, también ayuda a preservar el medio ambiente y los recursos naturales, además de promover una economía más inclusiva y fomentar la igualdad.

Uno de los ejemplos más evidentes es el objetivo número 1 (Fin de la pobreza), ya que al consumir productos de comercio justo, promovemos un reparto equitativo de la riqueza, así como la instauración de condiciones laborales dignas en distintas comunidades. Esos dos factores también inciden en otros ODS como el número 10 (Reducción de las desigualdades) o el 8 (Trabajo decente y crecimiento económico).

En cuanto a su influencia sobre el entorno, el consumo responsable está relacionado con objetivos como el número 13 (Acción por el clima), el 14 (Vida submarina) o el 15 (Vida de ecosistemas terrestres). Esto se debe al importante ahorro de recursos que va vinculado a una mayor concienciación a la hora de consumir. Si solo compramos lo que necesitamos y, además, nos aseguramos de que su producción y distribución son respetuosas con el medio ambiente, estaremos protegiendo el planeta y su futuro.

Cómo incorporar el consumo responsable a nuestra vida

Ahora que ya sabemos lo que es el consumo responsable, conviene conocer también algunas pautas para incorporarlo a nuestro día a día. La Fundación SERES ofrece algunas, de entre las cuales pueden destacarse las siguientes:

– Evitar el consumo prescindible: antes de comprar, conviene plantearse si un producto o servicio es realmente imprescindible.

– Informarse antes de comprar: conviene disponer de información suficiente acerca de los productos que vayamos a comprar, como sus materias primas, en qué condiciones trabaja el personal que lo fabrica o si sus procesos de producción impactan sobre el medio ambiente. El etiquetado y una pequeña investigación por nuestra cuenta pueden ayudarnos mucho en este sentido.

– Reutilizar los productos: para ejercer el consumo responsable hay que decir adiós al usar y tirar. Reutilizar y reparar un producto, llevarlo a un comercio de segunda mano o donarlo ayudará a alargar su vida útil y retrasará la realización de una nueva compra. Si no es posible, la mejor opción es reciclarlo para aprovechar sus materiales y reducir residuos.

– Pensar en local: además de dinamizar la economía de nuestro entorno, ayudaremos a reducir las emisiones contaminantes del transporte y nos abasteceremos de productos frescos y saludables.

– Considerar el Comercio Justo: esta herramienta de cooperación facilita el acceso al mercado a los productores más desfavorecidos y contribuye a reducir la desigualdad, otro de los ODS marcados por la ONU. Los productos con sello de Comercio Justo, además, aseguran los derechos de los productores y trabajadores implicados en su producción.

Apostar por el consumo responsable es apostar por el planeta, por la sociedad y por una economía inclusiva. Es una buena manera de convertir la crisis sanitaria en una oportunidad para avanzar en esa búsqueda de la sostenibilidad que perseguimos los ciudadanos de todo el mundo.

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En los momentos de crisis es necesario aprender a lidiar con la incertidumbre y la pandemia de COVID-19 es uno de ellos. Todavía no se conocen a ciencia cierta qué repercusiones tendrá este evento, que llegó a congelar la actividad económica de millones de ciudadanos y empresas de todo el mundo. Lo que sí se intuye ya, es que muchas de las inercias anteriores cambiarán y, probablemente, lo harán para siempre. El consumo de las familias es, tal vez, uno de los cambios más evidentes.

En este contexto, conceptos como el consumo responsable cobrarán cada vez mayor importancia. Se trata de una tendencia que ya estaba ahí antes de que el coronavirus entrase en escena y que ganará todavía más protagonismo en el futuro próximo. Ante un panorama económico incierto, comprar de manera inteligente y sostenible parece la mejor estrategia.

Cambios en el consumo

En los últimos meses se han modificado varios factores en el consumo de las familias. Uno de los ejemplos más evidentes es el impulso que ha tomado el comercio electrónico debido al confinamiento. Aunque ya formaba parte de nuestra vida cotidiana, muchas personas comenzaron a familiarizarse con la venta a distancia para aprovisionarse mientras permanecían en sus casas. Como resultado, en sectores como el de los supermercados, el comercio online ha llegado a multiplicarse por cinco.

Tampoco nuestra percepción de las compras que realizamos es la misma. Nuestros hábitos de consumo se han visto modificados durante el estado de alarma y la confianza de los consumidores se tambalea. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por el CSIC, apuntaba a un descenso del 41,8% entre marzo y abril en este indicador.

Todo parece indicar que la manera que tenemos de consumir cobrará más importancia que nunca después de esta experiencia. Así lo apunta una encuesta realizada durante el confinamiento por la escuela universitaria ESCODI de la Universitat de Barcelona: el 75% de los participantes expresó su deseo de que se reduzca el consumismo y más del 60% se estaba replanteando sus necesidades. El director del estudio asegura que nos dirigimos hacia un consumo más responsable, no solo por cuestiones económicas, sino también por una mayor concienciación medioambiental.

Qué es el consumo responsable

De hecho, el consumo responsable no solo contempla la realización de compras más racionales y equilibradas con la economía de la familia. Este concepto consiste en la elección de productos y servicios conforme a diversos criterios. Un precio adecuado o la necesidad, por supuesto, son dos de ellos, pero también lo son el impacto ambiental, el impacto social, la ética de las empresas que los producen y las condiciones de las personas que intervienen en la elaboración del producto o la prestación del servicio.

Así, el consumo responsable parte de un principio fundamental: solo debemos adquirir aquellos productos que realmente demandamos. Se trata, básicamente, de saber comprar y hacerlo de manera consciente, teniendo en cuenta conceptos como la ética, la ecología o la solidaridad que hay detrás de los productos y servicios.

Beneficios del consumo responsable

Comprar y consumir de manera responsable tiene diversas ventajas. Entre las más inmediatas se encuentra el ahorro económico que supone para quienes lo ejercen. Un beneficio especialmente importante en momentos de incertidumbre económica. Sin embargo, el consumo responsable va mucho más allá.

Básicamente, los beneficios que puede aportar el desarrollo de hábitos responsables en este sentido son de dos tipos: medioambientales y socioeconómicos. Algo que resulta muy sencillo de comprender con un ejemplo concreto, como sería el del consumo de productos y servicios de proximidad, que se enmarca dentro del concepto de consumo sostenible. De hecho, apostar por ellos supone una reducción en las emisiones de efecto invernadero, así como un importante ahorro de energía y recursos, simplemente porque no necesitan ser transportados a largas distancias para llegar al consumidor. Y también se reducen los embalajes, ya que no requieren tanta protección como los productos importados.

En cuanto a la vertiente socioeconómica, el comercio de proximidad facilita la implantación de técnicas de producción sostenibles y favorece la fijación de población en zonas que, de lo contrario, terminarían por quedar deshabitadas. De este modo, los hábitos sostenibles de consumo contribuyen no solo a promover la economía de estas zonas y a la supervivencia de pequeños productores, sino también a preservar su patrimonio natural y cultural.

El motor de los ODS

Este tipo de consumo, que cada vez más personas ejercen conscientes de su poder transformador, es la base de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU en su Agenda 2030: Producción y consumo responsables. Dicho objetivo persigue, básicamente, crear ganancias netas de las actividades económicas y mejorar la calidad de vida mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación.

CaixaBank está comprometida en la promoción de este objetivo mediante acciones como, por ejemplo, la concesión de microcréditos y finanzas de impacto social por valor de 724,8 millones de euros en 2019, junto a 1.546 millones de dólares en préstamos verdes. Además, la entidad se ha adherido a la alianza mundial UNEP FI, que promueve la financiación para el desarrollo sostenible, así como a los Principios de Banca Responsable.

El consumo responsable es tan importante que su ejercicio puede ser determinante a la hora de cumplir con otros ODS. Al tratarse de un hábito sostenible, también ayuda a preservar el medio ambiente y los recursos naturales, además de promover una economía más inclusiva y fomentar la igualdad.

Uno de los ejemplos más evidentes es el objetivo número 1 (Fin de la pobreza), ya que al consumir productos de comercio justo, promovemos un reparto equitativo de la riqueza, así como la instauración de condiciones laborales dignas en distintas comunidades. Esos dos factores también inciden en otros ODS como el número 10 (Reducción de las desigualdades) o el 8 (Trabajo decente y crecimiento económico).

En cuanto a su influencia sobre el entorno, el consumo responsable está relacionado con objetivos como el número 13 (Acción por el clima), el 14 (Vida submarina) o el 15 (Vida de ecosistemas terrestres). Esto se debe al importante ahorro de recursos que va vinculado a una mayor concienciación a la hora de consumir. Si solo compramos lo que necesitamos y, además, nos aseguramos de que su producción y distribución son respetuosas con el medio ambiente, estaremos protegiendo el planeta y su futuro.

Cómo incorporar el consumo responsable a nuestra vida

Ahora que ya sabemos lo que es el consumo responsable, conviene conocer también algunas pautas para incorporarlo a nuestro día a día. La Fundación SERES ofrece algunas, de entre las cuales pueden destacarse las siguientes:

– Evitar el consumo prescindible: antes de comprar, conviene plantearse si un producto o servicio es realmente imprescindible.

– Informarse antes de comprar: conviene disponer de información suficiente acerca de los productos que vayamos a comprar, como sus materias primas, en qué condiciones trabaja el personal que lo fabrica o si sus procesos de producción impactan sobre el medio ambiente. El etiquetado y una pequeña investigación por nuestra cuenta pueden ayudarnos mucho en este sentido.

– Reutilizar los productos: para ejercer el consumo responsable hay que decir adiós al usar y tirar. Reutilizar y reparar un producto, llevarlo a un comercio de segunda mano o donarlo ayudará a alargar su vida útil y retrasará la realización de una nueva compra. Si no es posible, la mejor opción es reciclarlo para aprovechar sus materiales y reducir residuos.

– Pensar en local: además de dinamizar la economía de nuestro entorno, ayudaremos a reducir las emisiones contaminantes del transporte y nos abasteceremos de productos frescos y saludables.

– Considerar el Comercio Justo: esta herramienta de cooperación facilita el acceso al mercado a los productores más desfavorecidos y contribuye a reducir la desigualdad, otro de los ODS marcados por la ONU. Los productos con sello de Comercio Justo, además, aseguran los derechos de los productores y trabajadores implicados en su producción.

Apostar por el consumo responsable es apostar por el planeta, por la sociedad y por una economía inclusiva. Es una buena manera de convertir la crisis sanitaria en una oportunidad para avanzar en esa búsqueda de la sostenibilidad que perseguimos los ciudadanos de todo el mundo.

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Educación para romper con la pobreza infantil https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/educacion-para-romper-con-la-pobreza-infantil/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/educacion-para-romper-con-la-pobreza-infantil/#respond Fri, 16 Oct 2020 10:23:08 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39240

En España, uno de cada tres niños vive en riesgo de pobreza y exclusión social, según la ONG Save the Children. Es más, un estudio de Unicef asegura que las tasas de pobreza infantil en España son de las más altas de los países industrializados. Solo superan a nuestro país Letonia, Estados Unidos y Rumanía.

Los datos son más que evidentes, pero la pobreza infantil en España es una realidad incómoda que se suele ignorar. Es el gran elefante que se ha colado en la habitación, que no se quiere ver, pero que igualmente está ahí. Abordarlo es un asunto de la máxima urgencia, porque se trata de un problema que pone en jaque el futuro de las próximas generaciones. Y la educación parece ser una de las armas más poderosas que tenemos para su solución.

La importancia de reaccionar a tiempo

Tal y como explica Unicef, la pobreza infantil es un problema que se debe atajar desde el principio. Esto se debe a que los niños con peores niveles de bienestar arrastran las consecuencias durante toda su vida. Tratar de mitigar ese impacto cuando son adultos no solo reduce las probabilidades de éxito, sino que resulta más costoso y complicado. En este contexto, la educación aparece como un antídoto contra las desigualdades que se generan en la infancia y que pueden marcar toda la vida de un niño.

Este es uno de los principales motivos por los cuales la ONU fijó uno de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en torno a esta cuestión. En concreto, el ODS nº4 (Educación de calidad) propone garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida como una vía para garantizar la prosperidad de los adultos del futuro.

Sin embargo, esta meta se ha visto amenazada este año debido a la pandemia del coronavirus. Según un informe de Forética, el cierre de los centros educativos afectó a 9,5 millones de estudiantes en España e imposibilitó, en muchos casos, los resultados de aprendizaje pertinentes.

Además, las desigualdades en el acceso a internet y a dispositivos electrónicos que permiten seguir las clases en caso de aislamiento provocan a su vez una brecha cada vez más profunda entre los estudiantes que forman parte de familias con un buen nivel adquisitivo y aquellos que no. Según Forética, esa desigualdad entre familias y centros educativos con más o menos recursos genera cada vez más conflicto social.

Educación para mitigar las desigualdades

El papel de la educación para romper el círculo vicioso que lleva a un niño en riesgo de pobreza a vivir en precario toda su vida es hoy más importante que nunca. Tanto es así, que la OCDE ha pedido recientemente a los gobiernos que la educación se convierta en una inversión prioritaria para que la actual crisis no acentúe las desigualdades sociales.

Los datos avalan esta petición. Por ejemplo, el organismo señala que, de media, el 78% de los jóvenes que tienen entre 25 y 34 años y un diploma de educación secundaria superior tienen empleo, frente al 62% que no. Un tipo de estudios que también parecen dar acceso a mejores salarios: en los países de la OCDE, los trabajadores a jornada completa con educación secundaria superior ganan un 23% más que quienes han abandonado los estudios. Esa diferencia se acentúa si subimos un escalón más, ya que los que llegan a la educación terciaria tienen salarios un 54% más altos que quienes se han quedado en secundaria superior.

Esta realidad ha llevado a la OCDE a calificar la educación secundaria como una buena protección frente al desempleo. Se trata de una afirmación que se alinea con la concepción de la educación no solo como una cuestión de justicia social, sino también como una inversión. Según el Banco Mundial, un año adicional de escolarización puede llegar a aumentar los ingresos en el 10% anual. También que invertir en trabajadores más capaces a cualquier edad genera mayores beneficios que las inversiones realizadas sobre trabajadores con menor capacidad. Un concepto que se comienza a desarrollar a edades tempranas.

Pasar a la acción

Cultivar la educación como una manera de abordar y reducir la pobreza infantil requiere de acciones concretas. A una mayor inversión en la formación de niños y adolescentes por parte de las distintas administraciones se suman las iniciativas de empresas y organismos de todo tipo con un único objetivo: facilitar una educación de calidad que les ayude a construir un futuro mejor.

Un ejemplo de ello es el programa CaixaProinfancia de Fundación “la Caixa”. En colaboración con CaixaBank, han entregado durante este inicio de curso un total de 119.895 kits escolares a menores que viven en hogares vulnerables, con el objetivo de facilitarles mayores posibilidades para aprender, crecer y crear su camino hacia un futuro mejor.

En este proyecto han participado más de 400 entidades sociales, que han permitido detectar las necesidades más importantes de estas familias. Los Voluntarios de “la Caixa” han ayudado en las labores de entrega de los kits de material escolar, adaptados a cada ciclo educativo. Estas y otras experiencias de voluntariado son las que protagonizarán la Semana Social Digital de Voluntarios “laCaixa”, que este año se desarrollará en formato online entre los días 17 y 25 de octubre.

Además, la entidad desarrolla distintas iniciativas dentro de su estrategia de Responsabilidad Social Corporativa relacionadas con el ODS nº 4 (Educación de calidad). En concreto, destacan las destinadas a mejorar la educación financiera, una cuestión fundamental para que las familias puedan desarrollar su economía de manera saludable. Desde talleres de finanzas básicas para chicos de 4º de la ESO a actividades con adultos, este tipo de actuaciones son una contribución a la mejora de las condiciones económicas del entorno en el que viven niños de toda España.

Apostar por la educación de la infancia es una inversión en el futuro de todos. Contar con ciudadanos correctamente formados es la base sobre la que una sociedad puede construir su prosperidad presente y futura.

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En España, uno de cada tres niños vive en riesgo de pobreza y exclusión social, según la ONG Save the Children. Es más, un estudio de Unicef asegura que las tasas de pobreza infantil en España son de las más altas de los países industrializados. Solo superan a nuestro país Letonia, Estados Unidos y Rumanía.

Los datos son más que evidentes, pero la pobreza infantil en España es una realidad incómoda que se suele ignorar. Es el gran elefante que se ha colado en la habitación, que no se quiere ver, pero que igualmente está ahí. Abordarlo es un asunto de la máxima urgencia, porque se trata de un problema que pone en jaque el futuro de las próximas generaciones. Y la educación parece ser una de las armas más poderosas que tenemos para su solución.

La importancia de reaccionar a tiempo

Tal y como explica Unicef, la pobreza infantil es un problema que se debe atajar desde el principio. Esto se debe a que los niños con peores niveles de bienestar arrastran las consecuencias durante toda su vida. Tratar de mitigar ese impacto cuando son adultos no solo reduce las probabilidades de éxito, sino que resulta más costoso y complicado. En este contexto, la educación aparece como un antídoto contra las desigualdades que se generan en la infancia y que pueden marcar toda la vida de un niño.

Este es uno de los principales motivos por los cuales la ONU fijó uno de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en torno a esta cuestión. En concreto, el ODS nº4 (Educación de calidad) propone garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida como una vía para garantizar la prosperidad de los adultos del futuro.

Sin embargo, esta meta se ha visto amenazada este año debido a la pandemia del coronavirus. Según un informe de Forética, el cierre de los centros educativos afectó a 9,5 millones de estudiantes en España e imposibilitó, en muchos casos, los resultados de aprendizaje pertinentes.

Además, las desigualdades en el acceso a internet y a dispositivos electrónicos que permiten seguir las clases en caso de aislamiento provocan a su vez una brecha cada vez más profunda entre los estudiantes que forman parte de familias con un buen nivel adquisitivo y aquellos que no. Según Forética, esa desigualdad entre familias y centros educativos con más o menos recursos genera cada vez más conflicto social.

Educación para mitigar las desigualdades

El papel de la educación para romper el círculo vicioso que lleva a un niño en riesgo de pobreza a vivir en precario toda su vida es hoy más importante que nunca. Tanto es así, que la OCDE ha pedido recientemente a los gobiernos que la educación se convierta en una inversión prioritaria para que la actual crisis no acentúe las desigualdades sociales.

Los datos avalan esta petición. Por ejemplo, el organismo señala que, de media, el 78% de los jóvenes que tienen entre 25 y 34 años y un diploma de educación secundaria superior tienen empleo, frente al 62% que no. Un tipo de estudios que también parecen dar acceso a mejores salarios: en los países de la OCDE, los trabajadores a jornada completa con educación secundaria superior ganan un 23% más que quienes han abandonado los estudios. Esa diferencia se acentúa si subimos un escalón más, ya que los que llegan a la educación terciaria tienen salarios un 54% más altos que quienes se han quedado en secundaria superior.

Esta realidad ha llevado a la OCDE a calificar la educación secundaria como una buena protección frente al desempleo. Se trata de una afirmación que se alinea con la concepción de la educación no solo como una cuestión de justicia social, sino también como una inversión. Según el Banco Mundial, un año adicional de escolarización puede llegar a aumentar los ingresos en el 10% anual. También que invertir en trabajadores más capaces a cualquier edad genera mayores beneficios que las inversiones realizadas sobre trabajadores con menor capacidad. Un concepto que se comienza a desarrollar a edades tempranas.

Pasar a la acción

Cultivar la educación como una manera de abordar y reducir la pobreza infantil requiere de acciones concretas. A una mayor inversión en la formación de niños y adolescentes por parte de las distintas administraciones se suman las iniciativas de empresas y organismos de todo tipo con un único objetivo: facilitar una educación de calidad que les ayude a construir un futuro mejor.

Un ejemplo de ello es el programa CaixaProinfancia de Fundación “la Caixa”. En colaboración con CaixaBank, han entregado durante este inicio de curso un total de 119.895 kits escolares a menores que viven en hogares vulnerables, con el objetivo de facilitarles mayores posibilidades para aprender, crecer y crear su camino hacia un futuro mejor.

En este proyecto han participado más de 400 entidades sociales, que han permitido detectar las necesidades más importantes de estas familias. Los Voluntarios de “la Caixa” han ayudado en las labores de entrega de los kits de material escolar, adaptados a cada ciclo educativo. Estas y otras experiencias de voluntariado son las que protagonizarán la Semana Social Digital de Voluntarios “laCaixa”, que este año se desarrollará en formato online entre los días 17 y 25 de octubre.

Además, la entidad desarrolla distintas iniciativas dentro de su estrategia de Responsabilidad Social Corporativa relacionadas con el ODS nº 4 (Educación de calidad). En concreto, destacan las destinadas a mejorar la educación financiera, una cuestión fundamental para que las familias puedan desarrollar su economía de manera saludable. Desde talleres de finanzas básicas para chicos de 4º de la ESO a actividades con adultos, este tipo de actuaciones son una contribución a la mejora de las condiciones económicas del entorno en el que viven niños de toda España.

Apostar por la educación de la infancia es una inversión en el futuro de todos. Contar con ciudadanos correctamente formados es la base sobre la que una sociedad puede construir su prosperidad presente y futura.

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Cómo acelerar el liderazgo femenino en las empresas https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-acelerar-el-liderazgo-femenino-en-las-empresas/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-acelerar-el-liderazgo-femenino-en-las-empresas/#respond Tue, 01 Sep 2020 11:06:16 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=38818

«Techo de cristal» o «brecha de género» son dos expresiones con las que nos hemos familiarizado en los últimos años. Son síntomas de un problema, la desigualdad, que afecta a la vida de mujeres de todo el mundo. Lo que no se suele tener en cuenta es que las consecuencias de esa desigualdad también perjudican al propio rendimiento de las empresas y al desarrollo de una sociedad sostenible y saludable.

De hecho, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU en su Agenda 2030 es el de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Esto significa que alcanzar esa meta nos ayudará a construir una sociedad más justa y próspera para todos.

En este sentido, la ONU considera fundamental asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres, así como la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.

Empresas más rentables

Este empoderamiento no es solo una moda pasajera o un movimiento para mejorar la reputación de instituciones y empresas. De hecho, las empresas con mayor diversidad de género tienen el 15 % más de posibilidades de obtener beneficios que sus competidoras, según la consultora McKinsey.

Esta compañía también señala en un informe reciente la existencia de importantes avances en la presencia de mujeres en alta dirección, pero advierte sobre un importante problema de acceso a posiciones de mando intermedio. Es decir: el mayor obstáculo no es el techo de cristal que impide a las mujeres progresar, sino emprender y continuar el camino que lleva a las posiciones más elevadas en una empresa. Un problema que también acaba por afectar al rendimiento del negocio.

¿Cómo allanar el camino de la diversidad?, ¿cómo ayudar a las mujeres a incorporarse en igualdad de condiciones a cada estamento de la empresa? La ONU ha establecido una serie de principios que sirven como guía a las compañías que quieran promover de una vez por todas esa diversidad que beneficia tanto al negocio como a la sociedad.

Siete principios para la igualdad

Los Principios del Empoderamiento de la Mujer forman parte del Pacto Mundial que propone la ONU a empresas de todo el mundo para cumplir los objetivos de sostenibilidad. En él, el ODS de la igualdad de género y empoderamiento de la mujer ocupa un lugar destacado. CaixaBank lleva varios años comprometida con los principios promulgados por la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.

En total, se promueven siete principios para ayudar a las empresas a centrarse en los elementos clave para promover la igualdad de género en el lugar de trabajo, así como en el mercado y en la comunidad: establecer una dirección que promueva la igualdad de género; promover la igualdad real de oportunidades, integración y no discriminación; garantizar la salud, la seguridad y una vida libre de violencia; invertir en formación y educación; extender los compromisos a toda la cadena de suministro, desarrollo empresarial y prácticas de marketing; ejercer un liderazgo comunitario y dar ejemplo a otros actores, y comprometerse con la transparencia, la evaluación de los avances y la información.

De la teoría a la acción

Una vez que han quedado claros los principios, toca pasar a la acción y no solo eso: también hay que demostrar que lo que se hace se transforma en resultados reales. Esta es la razón por la que CaixaBank ha decidido adherirse al programa Target Gender Equality, que promueve la adopción de medidas audaces para acelerar este proceso.

Se trata de una iniciativa que exige compromisos por parte de las empresas participantes que se plasmen en iniciativas reales que permitan alcanzar objetivos ambiciosos en materia de igualdad de género y empoderamiento. Entre otros, los relacionados con la representación y liderazgo, desde el número de mujeres presentes en el consejo de administración de la compañía hasta el porcentaje de gasto empresarial en empresas que son propiedad de mujeres.

Este es un cometido con el que CaixaBank mantiene un firme compromiso. Lo demuestra a través de acciones efectivas que han llevado a la entidad, entre otros logros, a contar con uno de los porcentajes más elevados de presencia de mujeres en su consejo de administración. Así lo explica en este vídeo Xicu Costa, embajador, junto a Anna Quirós, del programa Target Gender Equality de CaixaBank.

Target Gender Equality anima a las empresas que participan en la iniciativa a establecer objetivos ambiciosos y realistas en materia de igualdad de género. También les ayuda a visualizar y entender su desempeño real en este ámbito gracias a una Herramienta de Análisis de Brecha de Género de los Principios de Empoderamiento de la Mujer. Asimismo, les permite participar en experiencias de aprendizaje y trabajar con homólogos, socios y expertos de las Naciones Unidas para eliminar barreras a la progresión profesional de las mujeres que puedan permanecer escondidas.

De esta manera, las empresas que participan en el programa Target Gender Equality tienen la oportunidad de demostrar de manera medible y tangible su compromiso con el progreso de la igualdad de género a los distintos grupos de interés, como es el caso de los inversores y los empleados.

En este sentido, CaixaBank se ha comprometido a seguir avanzando para alcanzar el 43 % de mujeres en puestos directivos en 2021, desde el 41,3 % actual. Además, cuenta con un plan de igualdad que incluye medidas como divulgar el valor de la diversidad entre la plantilla, promover una gestión eficiente del tiempo y las reuniones o incluir la perspectiva de género en los procesos de selección. Además, se incentiva que las personas que accedan a puestos de dirección continúen acogidas a medidas de conciliación.

El programa de diversidad Wengage que organiza CaixaBank también promueve iniciativas para impulsar la igualdad de oportunidades, tanto dentro como fuera de la entidad. Este proyecto sirve como acelerador del propio plan de igualdad y los objetivos estratégicos de CaixaBank.

Principios, objetivos, acciones y resultados. Esta es la manera que tienen las empresas de apostar por un objetivo, el empoderamiento de las mujeres, que conlleva importantes beneficios: desde la construcción de economías más fuertes hasta el establecimiento de sociedades más estables y justas. Un compromiso que ya no puede esperar.

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«Techo de cristal» o «brecha de género» son dos expresiones con las que nos hemos familiarizado en los últimos años. Son síntomas de un problema, la desigualdad, que afecta a la vida de mujeres de todo el mundo. Lo que no se suele tener en cuenta es que las consecuencias de esa desigualdad también perjudican al propio rendimiento de las empresas y al desarrollo de una sociedad sostenible y saludable.

De hecho, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU en su Agenda 2030 es el de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Esto significa que alcanzar esa meta nos ayudará a construir una sociedad más justa y próspera para todos.

En este sentido, la ONU considera fundamental asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres, así como la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.

Empresas más rentables

Este empoderamiento no es solo una moda pasajera o un movimiento para mejorar la reputación de instituciones y empresas. De hecho, las empresas con mayor diversidad de género tienen el 15 % más de posibilidades de obtener beneficios que sus competidoras, según la consultora McKinsey.

Esta compañía también señala en un informe reciente la existencia de importantes avances en la presencia de mujeres en alta dirección, pero advierte sobre un importante problema de acceso a posiciones de mando intermedio. Es decir: el mayor obstáculo no es el techo de cristal que impide a las mujeres progresar, sino emprender y continuar el camino que lleva a las posiciones más elevadas en una empresa. Un problema que también acaba por afectar al rendimiento del negocio.

¿Cómo allanar el camino de la diversidad?, ¿cómo ayudar a las mujeres a incorporarse en igualdad de condiciones a cada estamento de la empresa? La ONU ha establecido una serie de principios que sirven como guía a las compañías que quieran promover de una vez por todas esa diversidad que beneficia tanto al negocio como a la sociedad.

Siete principios para la igualdad

Los Principios del Empoderamiento de la Mujer forman parte del Pacto Mundial que propone la ONU a empresas de todo el mundo para cumplir los objetivos de sostenibilidad. En él, el ODS de la igualdad de género y empoderamiento de la mujer ocupa un lugar destacado. CaixaBank lleva varios años comprometida con los principios promulgados por la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.

En total, se promueven siete principios para ayudar a las empresas a centrarse en los elementos clave para promover la igualdad de género en el lugar de trabajo, así como en el mercado y en la comunidad: establecer una dirección que promueva la igualdad de género; promover la igualdad real de oportunidades, integración y no discriminación; garantizar la salud, la seguridad y una vida libre de violencia; invertir en formación y educación; extender los compromisos a toda la cadena de suministro, desarrollo empresarial y prácticas de marketing; ejercer un liderazgo comunitario y dar ejemplo a otros actores, y comprometerse con la transparencia, la evaluación de los avances y la información.

De la teoría a la acción

Una vez que han quedado claros los principios, toca pasar a la acción y no solo eso: también hay que demostrar que lo que se hace se transforma en resultados reales. Esta es la razón por la que CaixaBank ha decidido adherirse al programa Target Gender Equality, que promueve la adopción de medidas audaces para acelerar este proceso.

Se trata de una iniciativa que exige compromisos por parte de las empresas participantes que se plasmen en iniciativas reales que permitan alcanzar objetivos ambiciosos en materia de igualdad de género y empoderamiento. Entre otros, los relacionados con la representación y liderazgo, desde el número de mujeres presentes en el consejo de administración de la compañía hasta el porcentaje de gasto empresarial en empresas que son propiedad de mujeres.

Este es un cometido con el que CaixaBank mantiene un firme compromiso. Lo demuestra a través de acciones efectivas que han llevado a la entidad, entre otros logros, a contar con uno de los porcentajes más elevados de presencia de mujeres en su consejo de administración. Así lo explica en este vídeo Xicu Costa, embajador, junto a Anna Quirós, del programa Target Gender Equality de CaixaBank.

Target Gender Equality anima a las empresas que participan en la iniciativa a establecer objetivos ambiciosos y realistas en materia de igualdad de género. También les ayuda a visualizar y entender su desempeño real en este ámbito gracias a una Herramienta de Análisis de Brecha de Género de los Principios de Empoderamiento de la Mujer. Asimismo, les permite participar en experiencias de aprendizaje y trabajar con homólogos, socios y expertos de las Naciones Unidas para eliminar barreras a la progresión profesional de las mujeres que puedan permanecer escondidas.

De esta manera, las empresas que participan en el programa Target Gender Equality tienen la oportunidad de demostrar de manera medible y tangible su compromiso con el progreso de la igualdad de género a los distintos grupos de interés, como es el caso de los inversores y los empleados.

En este sentido, CaixaBank se ha comprometido a seguir avanzando para alcanzar el 43 % de mujeres en puestos directivos en 2021, desde el 41,3 % actual. Además, cuenta con un plan de igualdad que incluye medidas como divulgar el valor de la diversidad entre la plantilla, promover una gestión eficiente del tiempo y las reuniones o incluir la perspectiva de género en los procesos de selección. Además, se incentiva que las personas que accedan a puestos de dirección continúen acogidas a medidas de conciliación.

El programa de diversidad Wengage que organiza CaixaBank también promueve iniciativas para impulsar la igualdad de oportunidades, tanto dentro como fuera de la entidad. Este proyecto sirve como acelerador del propio plan de igualdad y los objetivos estratégicos de CaixaBank.

Principios, objetivos, acciones y resultados. Esta es la manera que tienen las empresas de apostar por un objetivo, el empoderamiento de las mujeres, que conlleva importantes beneficios: desde la construcción de economías más fuertes hasta el establecimiento de sociedades más estables y justas. Un compromiso que ya no puede esperar.

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